Hyundai i30

Durante el evento en el que pudimos llevar a cabo nuestro primer contacto con el i20 Coupé, Hyundai también nos ofreció la oportunidad de ponernos al volante del nuevo i30. Aunque este caso la palabra “nuevo” tiene un sentido más limitado, ya que no hablamos del inicio de una generación sino de un restyling sobre el modelo que lleva tres años en nuestro mercado.

Aunque el i30 viene obteniendo buenos resultados de ventas -y de hecho es uno de los pilares de la marca en nuestro país junto con el ix35 (anterior y nuevamente conocido como Tucson)-, su puesta al día era un movimiento necesario para seguir siendo relevante en el duro segmento de los compactos. Toyota Auris, Seat León, Opel Astra, Citroën C4, Renault Mégane, Kia cee’d y Volkswagen Golf son sólo algunos de los muchos rivales contra los que ha de luchar este interesante modelo coreano.

La mejor prueba de que el i30 ha agradado a nuestro público se encuentra en las escasas modificaciones estéticas que ha sufrido con este facelift. De hecho, el único cambio que distingue de un vistazo al modelo de 2015 es su nueva parrilla que, aun conservando su misma forma y dimensiones, elimina su anterior pieza transversal en favor de un diseño con cuatro listones horizontales. Aunque si nos fijamos un poco más, veremos que también llegan unos faros bi-xenón (opcionales, claro), un nuevo paragolpes trasero y mayor variedad en la oferta de llantas.

Las dimensiones exteriores permanecen inalteradas, con 4,30 m de largo por 1,78 de ancho y 1,47 de alto, así como los 2,65 m de distancia entre ejes. Así pues, no hay perjuicio ni beneficio en cuanto a la habitabilidad; como tampoco se ve afectada la capacidad de carga del maletero, que sigue estando en 378 litros. El diseño del interior también sigue como hasta ahora, si bien podremos acceder como opción a unos asientos ventilados que son primicia en el segmento de los compactos generalistas.

A estas alturas pensaréis que el i30 sigue siendo el mismo que antes, pero nada más lejos de la realidad: sus mejores cambios son lo que no podemos ver en las fotos. Para empezar, el apartado de la seguridad activa ha ganado enteros al heredar tecnologías procedentes de los modelos superiores i40 y Genesis, como son el avisador de cambio involuntario de carril y asistente de aparcamiento (sólo tendremos que accionar freno y acelerador).

Los ingenieros de Hyundai aseguran haber trabajado en reducir los niveles de ruido y vibraciones en el interior del habitáculo, y doy fe de que lo han conseguido. El agrado de marcha es ahora muy superior, con suficiente silencio como para mantener una conversación a bajo volumen con el resto de pasajeros. Un detalle que puede parecer trivial, pero que gana mayor importancia cuantos más kilómetros hagamos dentro del coche.

También se ha corregido uno de los aspectos que menos convencían del modelo anterior. Ahora, el i30 presenta una dirección más precisa; no hablo de mayor rapidez de giro, sino de hacer girar el coche en consonancia con el ángulo de giro del volante. Este es otro detalle que ahora hace mucho más agradable la conducción.

En cuanto a motores, se incorpora un nuevo propulsor ‘Kappa’ de gasolina de 1.4 litros y 100 CV, que viene a reemplazar al anterior de similar cilindrada y misma potencia y sobre el que trae un mayor refinamiento junto con una reducción peso, consumo (5,6 l /100 km) y emisiones (129 g CO2/km, un valor todavía algo elevado). Este motor viene acompañado necesariamente de una caja manual de 6 velocidades.

La gama de gasolina se completa con el motor GDI 1.6 de 135 CV; mientras que en diésel tenemos el 1.4 CRDI de 90 CV y otras dos opciones 1.6 CRDI con potencias de 110 y 136 CV. Si buscamos variantes con cambio automático, podemos elegir el 1.6 gasolina de 120 CV con caja de 6 relaciones; o bien optar por el nuevo cambio de doble embrague y 7 velocidades, disponible para el 1.6 diésel de 110 CV y el 1.6 gasolina de 135 CV.

El Hyundai i30 que conduje en este primer contacto equipaba el nuevo motor de gasolina 1.4 de 100 CV; y al ser el mismo que el del i20 que también pude probar, las conclusiones vienen a ser muy similares. Lo siento, siguen sin convencerme los motores atmosféricos de menos de dos litros de cilindrada. Este motor en concreto tiene potencia suficiente para mover el modelo compacto, pero (obviamente) sufre más en comparación con su hermano utilitario, especialmente si el coche va cargado.

A esto hay que sumarle la falta de fuerza a bajo y medio régimen que compensaría el turbocompresor que no tiene a su lado. Si vamos a hacer muchos kilómetros en ciudad, para ir al trabajo o llevar a los niños al colegio, es una buena opción que cuenta con la presumible ventaja de un mantenimiento más sencillo y económico. Pero si en cambio necesitamos hacer carretera, creo preferible elegir un motor de gasolina con mayor cilindrada; o incluso el diésel 1.4 de 90 CV, que compensa su menor potencia con una mayor capacidad de recuperación.

Aparte de todo lo mencionado, el restyling del i30 viene acompañado de una agradable incorporación a la familia. El nuevo Hyundai i30 Turbo es una variante más prestacional y llamativa, que incluye un motor 1.6 (turbo, por si no lo he mencionado) de 186 CV.

Con esta potencia todavía no se sitúa al nivel de los "compactos GTI”, pero de algún modo el i30 Turbo se convierte en una declaración de intenciones por parte de la marca, que quiere conquistar un territorio al que por ahora se mantenía ajena. De hecho, no es ningún secreto que está por llegar una gama ‘N’ que pretende situarse en el abecedario del motor muy cerca de la ‘R’ que han ocupado Volkswagen y Honda, por ejemplo.

Gracias al uso del turbocompresor, este motor entrega 265 Nm de par desde sólo 1.500 rpm, alcanzando su potencia máxima de 186 CV a las 5.500 vueltas. Con esta mecánica bajo el capó, el i30 Turbo es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en unos interesantes 8 segundos, marcando una velocidad máxima de 219 km/h. Este nivel de prestaciones se ve acompañado por la correspondiente adaptación del chasis, que cuenta con suspensión deportiva, frenos de disco ventilados de 300 mm delante y sólidos de 284 detrás, llantas específicas de 18 pulgadas y un ajuste más rápido para la dirección.

Y para que su mayor dinamismo no pase desapercibido a los ojos de ningún transeúnte, el i30 Turbo trae una serie de modificaciones estéticas que, afortunadamente, no buscan la estridencia sino más bien recalcar la personalidad del coche. El frontal luce molduras metalizadas en el contorno de la parrilla y la zona inferior del paragolpes delantero, subrayado a su vez por una línea roja reservada para este modelo. También cambia el paragolpes posterior, que luce un difusor de gran tamaño flanqueado por dos colas de escape cromadas.

El habitáculo también luce detalles particulares, por supuesto. Asientos deportivos con secciones y costuras en color rojo, pomo del cambio en el mismo color, volante cubierto de cuero perforado, pedales en aluminio y un cuadro de instrumentos específico se encargan de recordarnos que nuestro coche ofrece más emoción que el resto de la gama i30. Una gama que ya está a la venta en nuestro país en versiones de cinco puertas y familiar (el nuevo i30 de tres puertas llegará en breve) en cinco niveles de acabado (Essence, Klass, Tecno, Style y Turbo) con los precios que indicamos a continuación para la carrocería de 5 puertas.

Gasolina

HYUNDAI i30 1.4 MPI 100 CV Essence 17.000 € HYUNDAI i30 1.6 GDI 135 CV Tecno 21.725 € HYUNDAI i30 1.6 T-GDI 186 CV Turbo 25.500 €

Diésel

HYUNDAI i30 1.4 CRDI 90 CV Klass 20.200 € HYUNDAI i30 1.6 CRDI 110 CV Klass 21.000 € HYUNDAI i30 1.6 CRDI 136 CV Tecno 26.075 €

[Nota: Los precios no incluyen PIVE ni posibles ofertas de la marca]

Si en cambio preferís optar por un Hyundai i30 de segunda mano, no dudéis en consultar nuestra oferta de ocasión: en este momento podéis elegir entre más de 400 unidades distintas en coches.net.