Jeep Cherokee

La interpretación, absolutamente futurista, del clásico frontal de Jeep es el elemento más sorprendente de la estética del nuevo Jeep Cherokee que se presenta oficialmente en el Salón de Nueva York. Este SUV medio, que se situará en la gama entre el Compass y el Grand Cherokee, llegará al mercado americano a finales de este año y se venderá a nivel global por lo que llegará a España a primeros de 2014.

Tras ofreceros hace unas semanas sólo cuatro fotos del frontal, ahora podemos mostraros ya las imágenes de la parte trasera, del interior del habitáculo e incluso de una versión Trailhawk que apunta a muy off-road. En este sentido, Jeep ha anunciado que el nuevo Cherokee será un buen todoterreno, en línea con los anteriores del mismo nombre.

De momento, el coche estará disponible para el mercado americano con dos mecánicas de gasolina, un cuatro cilindros de 2,4 litros con tecnología MultiAir 2, con 184 CV de potencia y un 3.2 V6 Pentastar de 217 CV. Para Europa deberían llegar, más adelante, motores diésel de diferente cilindrada. El motor de dos litros consume, según la marca, sólo 7,6 litros a los 100.

Jeep se apunta en el diseño a la moda iniciada por el Nissan Juke y seguida por el futuro Citroën C4 Picasso, anticipado en el concept car Technospace que se presentará en Ginebra, de separar los faros principales (en este caso los inferiores) del resto de elementos ópticos (intermitentes, luces de posición e iluminación diurna LED).

Esta elección ha generado una notable polémica en Estados Unidos ya que se ha acusado a Alfa Romeo -que ni pincha ni corta, dicho sea de paso- de condicionar la estética del Cherokee y de imponer esos faros separados que, además, la marca se ha encargado de "oscurecer" (ellos sabrán porque) en las imágenes que ha facilitado a la prensa.

La otra sorpresa es la parrilla, con las siete columnas tradicionales de la marca caracterizadas por un notable pliegue a media altura. En la parte baja del parachoques, una gran parrilla enmarcada por un junquillo cromado completa un diseño realmente sorprendente.

La parte trasera, por su parte, es más convencional aunque se aleja del estilo Jeep y tiene un aire a la trasera del Kia Sportage, con los pilotos horizontales y mucha chapa vista en el portón.

En el interior las cosas cambian notablemente con respecto al antiguo Cherokee, de líneas muy rotundas y cuadradas. Esta vez, el habitáculo presenta un diseño muy actual, con una gran pantalla táctil central y una primera impresión visual de mayor calidad percibida que cualquier otro producto de la marca.

La instrumentación parece muy completa y, junto a la palanca de cambios, destaca la presencia de un dial que debe permitir elegir entre los diferentes modos de uso del sistema de control de tracción Terrain Select de la marca.

El coche se ha desarrollado sobre la plataforma modular media de Fiat-Chrysler, la misma que se utiliza para el Alfa Romeo Giulietta y para el Dodge Dart americano. La plataforma, obviamente, se habría adaptado para ser utilizada en un SUV pero garantizaría ese gran comportamiento en carretera de que habla Jeep.

De todas maneras, la mejora notable sobre asfalto que debe proporcionarle su bastidor monocasco, más ligero y las suspensiones independientes (recordemos que el viejo Cherokee mantenía el eje trasero rígido), no excluyen que este Jeep pueda hacer honor al nombre de la marca en aptitudes todoterreno.

Jeep anuncia tres tipos de sistemas de tracción a las cuatro ruedas. El primero es el Jeep Active Drive I, un sistema convencional de gestión de la transmisión integral similar al que lleva cualquier SUV europeo y que se limita a repartir el par entre ambos ejes en función de la adherencia priorizando sobre suelo seco el eje frontal para reducir el consumo.

El segundo tipo es el Jeep Active Drive II, que añade una caja reductora y un bloqueo de diferencial central y que aumenta ligeramente la altura libre al suelo. Finalmente, el sistema Jeep Active Drive Lock, de serie en las versiones Trailhawk, más off-road, añade al anterior un bloqueo del diferencial trasero para facilitar la negociación de obstáculos y facilitar el avance en situaciones de cruce de puentes.

La versión Trailhawk (en la imagen superior) aspira a convertirse en el SUV medio más eficaz en off-road. Además del sistema Drive Lock y de una decoración campera específica, tiene mejores ángulos de ataque (29,8 grados) y salida (32,1 grados) gracias a sus paragolpes modificados y queda más lejos del suelo (22,1 cm de altura libre). Asimismo, dispone, como el resto de la gama, del sistema Terrain Select.

Este sistema de control de tracción, inspirado en el Terrain Response de Land Rover, permite gestionar el avance del vehículo adaptándolo a los diferentes tipos de terreno. Jeep ofrece un modo automático, uno pensado para avanzar sobre nieve o helo, un modo sport para circular en carretera de manera más deportiva, uno de arena/barro (Land Rover separa ambos) y, finalmente, el modo Rocas para franqueo y avance por caminos muy rotos.

Por lo que respecta al equipamiento, Jeep se ha puesto las pilas y el nuevo Cherokee estrenará una serie de primicias en la marca de las que no dispondrá siquiera su hermano mayor, el Grand Cherokee. Entre otras cosas, será el primer Jeep con asistente de aparcamiento automático o el que estrenará la nueva pantalla central táctil.

Entre el equipamiento disponible, ya sea de serie u opcional, cabe señalar el volante calefactado, los asientos delanteros con calefacción y ventilación, el techo de cristal panorámico practicable, el control de velocidad de crucero adaptativo, la cámara de visión trasera, el detector de vehículos en el ángulo muerto, el sistema de detección de vehículos cuando se va marcha atrás, el aviso de cambio involuntario de carril, la advertencia de posible colisión o la llamada de emergencia automática en caso de accidente.

En principio este nuevo Cherokee debería tener un hermano bajo marca Alfa Romeo que se fabricaría en Europa.