Puede que el Clase C sea el automóvil más popular de la firma de Stuttgart, y que el Clase S sea desde siempre su estandarte; pero me atrevo a afirmar que el Clase E es el modelo clave en la gama de berlinas de Mercedes-Benz. Y digo que lo es porque debe cumplir con la difícil misión de ofrecer mucho más que el Clase C en cuanto a calidad de acabado y espacio interior; y sin embargo, aproximarse en todo lo posible a la capacidad de representación del Clase S pero con precios mucho más contenidos.
La importancia del Clase E se demuestra por el hecho de que su generación actual ofrece hasta cinco carrocerías distintas: junto al recién anunciado Cabrio, tenemos el tradicional Clase E sedán, el familiar Estate, el “todocamino” All-Terrain (la gran novedad de Mercedes en este segmento) y la variante Coupé que nos ocupa en esta ocasión.
Calidad casi increíble y cuatro plazas de verdad
El Clase E Coupé cumple con los preceptos clásicos de su categoría. Derivado de la berlina, presenta una carrocería de dos puertas sin marcos para las ventanillas, prescinde del pilar B y ofrece cuatro plazas en su interior. Su longitud es 9 cm menor que la del sedán (4,83 m) con una batalla 6 cm más corta (2,98 m), 1 cm más de anchura (1,86 m) y 4 cm menos de altura (1,43). Pero de lo que no pueden informar estos datos es de la hermosura de este vehículo. Al menos para mi gusto, el nuevo Clase E Coupé destila belleza desde cualquier ángulo, y se sitúa de manera indiscutible entre los automóviles más seductores del mercado actual. A partir de aquí, dejo que las fotografías os seduzcan.
Su habitáculo está a la altura de lo esperado. Como es lógico, el puesto de conducción replica al de la berlina con su mismo diseño de líneas suaves, en el que apenas cambian los mandos de la aireación además de ofrecer distintas combinaciones de colores y materiales. La calidad de estos últimos es igualmente exquisita, como también lo es su acabado y ajuste. Contamos asimismo con unos asientos extremadamente confortables, pensados para recorrer cientos de kilómetros sin causar fatiga. Y frente a nosotros, se sitúa el reconocible cuadro de instrumentos digital estrenado por el Clase S, acompañado opcionalmente por un head-up display proyectado sobre el parabrisas.
Al tratarse de un cupé, sabemos que el plus de atractivo se equilibra con una menor habitabilidad. En el caso de Mercedes dicho precepto se cumple a medias, porque sus dos plazas traseras son de lo mejor que hemos visto en este tipo de vehículos. No se trata de un “2+2” sino de un verdadero 4 plazas, con dos asientos individuales realmente cómodos que ofrecen mucho espacio para las piernas. Pero como decía, si queremos tener un cupé hay que hacer sacrificios. Como era de esperar, el techo queda cerca de la cabeza y las personas de más de 1,80 m no podrán ir totalmente erguidas; además de que el marco de las ventanillas queda a la altura de los ojos. El acceso al habitáculo es complicado, claro está, aunque ayudan en algo la ausencia del pilar central y la posibilidad de bajar las ventanillas posteriores. En cualquier caso, este no es el coche ideal para llevar a los suegros -gran excusa por tanto para evitar hacerlo-.
El maletero es exactamente eso: un maletero. Su capacidad de almacenamiento es decente, con 425 litros y mucha profundidad disponible; pero la tapa del maletero, de manera obvia e inevitable, imposibilita utilizarlo para cargar objetos voluminosos.
Mucha tecnología útil y alguna superflua (por ahora)
El Clase E Coupé adopta el mismo chasis de la berlina con pocas alteraciones aparte de la batalla algo más corta y el tren de rodaje Direct Control con altura rebajada en 1,5 cm. Las suspensiones son de cuatro brazos en el eje delantero y multibrazo en el posterior, y está disponible como opción el equipo de suspensiones Air Body Control de accionamiento neumático. Podemos controlar el tarado de la amortiguación (además del tacto del acelerador, la dirección, el cambio y la sonoridad del motor) a través del Dynamic Select, que nos da a elegir entre cinco modos de conducción: Eco (que incluye conducción “a vela” cuando soltamos el acelerador), Confort (el modo por defecto), Sport, Sport + e Individal (en el que podemos configurar cada apartado a nuestro gusto).
Pasando al apartado mecánico, el Clase E nos da a elegir entre diferentes motorizaciones. En este momento ya están disponibles el diésel E 220 d (2.0, 4 cilindros y 194 CV) y los gasolina E 300 (2.0, 4 cilindros y 245 CV) y E 400 4Matic (3.0 V6 de 333 CV, equipado con tracción integral); todos ellos con cambio automático 9G-Tronic. A mediados de año, la gama se completará con los E 200 (gasolina 2.0, 4 cilindros y 184 CV, con opción de cambio manual) y E 350 d (diésel 3.0 V6 de 258 CV). De momento no hay versiones AMG "pata negra", pero en buena lógica sólo será cuestión de tiempo.
Al igual que en la berlina, podemos equipar a nuestro coche con el sistema de aparcamiento automático y a distancia, controlado desde una aplicación del teléfono móvil. Y también podemos acceder al sistema de conducción semi-autónoma Drive Pilot, capaz de guiar al vehículo en vías rápidas de manera automática manteniendo la distancia de seguridad del vehículo precedente. Esta tecnología evalúa el estado del tráfico que nos rodea, de manera que es capaz de realizar por nosotros las maniobras de adelantamiento cuando indiquemos el cambio de carril con el intermitente, siempre que las circunstancias lo permitan. Pero, aunque me ha quedado claro que el desarrollo de la conducción autónoma está bastante avanzado en el caso de Mercedes, por el momento este Drive Pilot me parece poco más que una proyección de lo que está por llegar, más que algo que mejore nuestra experiencia de viaje al día de hoy; porque al fin y al cabo debemos estar totalmente alerta sobre las decisiones que toma el vehículo, algo que en mi caso genera más estrés que simplemente conducirlo.
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Lujo y confort por encima de todo
Durante el evento de presentación a la prensa internacional, pude conducir el nuevo Clase E Coupé entre Barcelona y la localidad gerundense de Calonge. La ruta, diseñada con acierto por la organización, nos llevó por diferentes tramos de autopista, carreteras nacionales y vías de montaña, de manera que pudimos extraer algunas conclusiones, básicas pero válidas, sobre el comportamiento del vehículo.
Por resumirlo en pocas palabras, la experiencia de conducir el Coupé me pareció similar a la de concudir la berlina, salvo porque todo el mundo giraba la cabeza a nuestro paso por la Ciudad Condal. Este automóvil es mucho más bonito en la calle que en las fotografías, os lo aseguro. El Clase E Coupé es ante todo un coche comodísimo, muy silencioso y que prima la suavidad por encima de otras sensaciones.
Ciertamente, la dirección presenta y un guiado preciso y el comportamiento del cambio 9G-Tronic es casi intachable. Pero hay que tener en cuenta que la suspensión de serie presenta un tarado más bien blando. Hasta en su programa más firme, el tacto de la suspensión neumática Air Body Control resulta confortable (en el modo Confort es más bien como flotar sobre una nube, que no es lo mismo que “navegar en un barco” como sucede en otros coches de gran tamaño). Por volumen, por peso e incluso por concepto, no es un coche que queramos disfrutar en conducción deportiva, sino con un poco más de calma. Y si lo hacemos de este modo, vamos a viajar como señores: puedo contar con los dedos de una mano los automóviles en los que he encontrado niveles equiparables de insonorización y finura.
A lo largo de la prueba dinámica pude conducir el Clase E Coupé con las tres motorizaciones disponibles por ahora. Comencé con la más potente de todas, la E 400 4Matic de 333 CV y 480 Nm de par; un V6 que me ha enamorado no sólo por sus prestaciones (acelera de 0 a 100 en 5,4 s) sino también por su sonido, especialmente si activamos el modo Sport +. En dicho programa, a propósito, la respuesta del acelerador se hace mucho más viva; tanto, que es el único momento en el que este precioso cupé se comporta con cierta brusquedad.
Más equilibrado y racional, el E 300 de 245 CV destaca por su favorable relación entre prestaciones y consumo de combustible (homologa 6,4 l/100 km frente a los 8,1 l del E 400). En efecto, le falta la rabia y la “música” que sí nos brinda su hermano mayor, pero pese a contar sólo dos litros de cubicaje y cuatro cilindros, el E 300 empuja mucho más de lo se espera. Y tal vez más importante de todo: a igualdad de equipamiento, el E 300 cuesta diez mil euros menos que el E 400 (si bien este último trae de serie la tracción total 4Matic).
Finalmente conduje el E 220 d, un turbodiésel de dos litros que probablemente ha de acaparar el mayor número de ventas, incluso en esta época de reparo hacia los motores de gasoil. Para empezar, porque se trata de la opción menos costosa (entre otros motivos porque sus emisiones de 106 g le permiten evitar el impuesto de matriculación) y porque su consumo homologado es realmente bajo: apenas 4,0 l/100 km. Además, su rendimiento es más que satisfactorio, no ya por sus 194 de potencia sino porque sus 400 Nm de par (a medio camino entre los 370 Nm del E 300 y los 480 Nm del E 400 4Matic) lo convierten en un propulsor muy lleno a cualquier régimen, y del que sólo eché en falta mayor la estirada y la agradable sonoridad de las opciones de gasolina.
¿...Que cuándo sale a la venta? Pues ya
El nuevo Mercedes-Benz Clase E ya está a la venta en España con dos niveles de acabado. Por encima del Avantgarde, que viene de serie, se sitúa la línea exterior AMG Line, que se distingue principalmente por el diseño de los paragolpes, la parrilla, los faldones laterales, las llantas (de 19” o 20”), las tapicerías y el volante y los pedales (de acero inoxidable). Además, el equipamiento AMG Line incorpora en el eje delantero discos de freno perforados y asientos específicos. Los precios de entrada quedan definidos del siguiente modo:
Mercedes-Benz E 220 d 50.575 € Mercedes-Benz E 300 54.740 € Mercedes-Benz E 400 4Matic 64.807 €
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