"Avantime" al cuadrado
Cuando hablamos de diseño, Mercedes-Benz es por lo general una marca muy -digamos- seria, más cercana al concepto de elegancia y con apenas unas gotas de atrevimiento. Pero lo bueno de las ferias automovilísticas es que brindan la ocasión de proponer ideas más arriesgadas, que no tienen por qué hacerse realidad en un futuro próximo.
Por ejemplo, a primeros de este año pudimos ver en el CES de Las Vegas el F 015 Luxury in Motion, un vehículo autoconducible que perfectamente podría pertenecer a alguna familia adinerada del siglo XXII. Trasladando esta línea de diseño hasta el infinito y más allá, el equipo creativo de la casa alemana ha presentado en el Salón de Tokio otro ejercicio conceptual difícilmente clasificable. Salvo para para la propia marca, que se atreve a calificar su nuevo Vision Tokyo como ‘Connected Lounge’ (“salón conectado”).
A decir verdad esta definición tiene sentido, porque como podéis ver en las fotos y el vídeo que acompañan a esta noticia se trata de un automóvil de tipo gran monovolumen –y con reminiscencias del exótico Renault Avantime-, preparado para conducir de manera autónoma mientras nos ofrece la comodidad de una sala de estar. Y faltaría más: también toda clase de opciones de conectividad, en prevención de que cualquier pasajero llegue a padecer síntomas de abstinencia offline.
En palabras del diseñador jefe de Daimler, Gorden Wagener, “el Mercedes-Benz Vision Tokyo da cuerpo al concepto de salón en movimiento para una futura generación de megaciudades. La pureza y sensualidad del diseño del Vision Tokyo define una nueva interpretación del lujo y la modernidad que ofrece Mercedes-Benz”.
Desde luego, el futuro es el contexto al que pertenece este automóvil; tanto que sus cualidades como vehículo autónomo parecen ancladas a un lejano presente. No hay más que contemplar el exterior de este Vision Tokyo, que parece forjado sobre una misma pieza de metal. Llama la atención su enorme parrilla frontal iluminada en azul neón, como también lo están sus descomunales llantas de 26 pulgadas, los faldones laterales y el paragolpes trasero. Las luces de frenado enmarcan la luneta trasera, mientras que el parabrisas delantero de vidrio ahumado hace contraste con las ventanillas metalizadas.
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La única puerta de acceso se encuentra en el lado izquierdo (por aquello de estar en Japón, imagino), y cuenta con un mecanismo de apertura deslizante que la traslada hacia el techo. Una vez abierta, concede un acceso diáfano hacia el habitáculo, que poco tiene que ver con cualquiera que conozcamos, pareciéndose más a algún reservado de un local de moda en Manhattan. Amplitud no nos va a faltar, gracias a las dimensiones exteriores de 4,80 m de largo por 2,10 de ancho y 1,60 de alto.
Con el automóvil circulando de manera autónoma, su interior se transforma en una discoteca sobre ruedas, iluminado por mil y un puntos de luz azul y por las gráficas del ecualizador de sonido. Además de disfrutar del confort del "sofá" de forma ovalada que rodea el habitáculo, sus ocupantes tendrán acceso a Internet y muy en particular a las redes sociales. Pero si por alguna causa sentimos la obsoleta necesidad de conducir el coche, podremos sentarnos sobre un asiento extraíble y tomar el volante que habrá abandonado la posición de descanso.
El sistema de propulsión del Vison Tokyo de tipo fuel cell (alimentado por nitrógeno), derivado del que equipa el F 015 Luxury In Motion; y cuenta además con una batería de alto voltaje que puede ser cargada por inducción. La marca no indica cifras de potencia pero sí de autonomía: hasta 190 kilómetros haciendo uso de la batería más otros 790 km a partir de la electricidad generada por la célula de combustible.
Aunque este concept car se dedique a mezclar ciencia y ficción a partes iguales, viene a ser un ejemplo más que apunta hacia la generalización a medio plazo de los automóviles de conducción autónoma. Lo que no tengo tan claro es si este futuro me ilusiona del todo. ¿Y a vosotros?
el mundo esta en la chusma con tanta tecnologia de las narices#8