Mercedes-Benz Clase S

La Clase S de Mercedes ha sido siempre sinónimo de lujo. Este coche ha sido, durante décadas, el MERCEDES, así, en mayúsculas, el sueño de todos aquellos amantes de la marca de la estrella, de su elegancia y su tecnología, y el coche que definía perfectamente el estatus de aquellos que convertían en realidad ese sueño de conducir o ser conducidos en uno de los grandes monumentos mundiales al lujo sobre ruedas.

Mercedes lanzó hace casi un año la nueva Clase S pero hasta ahora la filial española no había organizado una presentación de la misma, entre otras cosas por el éxito de ventas del modelo, que ha superado las previsiones iniciales del fabricante. En 2013 se vendieron 140 unidades sobre 280 pedidos y en 2014, además de las entregas pendientes del año anterior, se han vendido ya 100 unidades más. A este ritmo, se completará el año con unas 400 unidades entregadas sobre una previsión inicial de 300 lo que obligará a Mercedes-Benz España a trabajar para conseguir ampliar el cupo inicialmente previsto.

Es evidente que España no es -y menos en estos momentos- un mercado "importante" para este modelo que se ha pensado esencialmente para los mercados americano, chino, ruso y de Oriente Medio, pero las cifras de ventas iniciales demuestran que el mercado de los coches de lujo conserva su público y que existen numerosos clientes que esperaban la llegada del nuevo Clase S para renovar su unidad de alguna de las generaciones anteriores. Puede parecer absurdo lo que diré ahora pero éste es, también, un coche "de reposición" con una de las clientelas más fieles del mercado.

La gama ofrece una amplia variedad de versiones y se completará próximamente con otras. La más asequible no está a la venta todavía. Llegará en junio aunque pueden hacerse ya pedidos y no es otra que el S300 BlueTEC Hybrid, una versión con un motor de 4 cilindros diésel de 204 CV y un pequeño motor eléctrico a la salida del cambio que le permite añadir otros 27 CV a la potencia final conjunta. Con un consumo medio homologado de 4,4 litros y un precio de salida ligeramente superior a los 90.000 euros, será el Clase S de todos aquellos que sepan renunciar a disponer de un motor poderoso pero quieran a toda costa la estética y el estatus de este enorme automóvil.

Por encima encontramos la que ahora mismo es la opción base, el S350 BlueTEC, otro diésel de, en este caso, seis cilindros en V y 258 CV con un consumo medio de 5,5 litros, la disponibilidad de tracción integral y un precio para la versión de dos ruedas motrices de 92.550 euros. La poca diferencia de potencia con respecto al S300 BlueTEC Hybrid y el hecho de que este último sea más barato y gaste menos, augura unas ventas muy repartidas entre ambos e incluso favorables al más barato.

La gama de gasolina arranca con el S400 Hybrid que combina un V6 de 306 CV con el mismo motor eléctrico del S300 para una potencia conjunta de 333 CV y un consumo medio de 6,3 l/100 km y continúa con el S500, con motor V8 de 455 CV y disponibilidad también de propulsión trasera o tracción integral. Hasta ahí las versiones disponibles con las dos carrocerías que presenta Mercedes-Benz, la "corta" de 5,11 metros, que es apenas 3 cm más corta que la carrocería larga de la generación anterior, y la larga, que se va a los 5,25 metros. Las batallas respectivas son de 3,03 metros para el corto y de 3,16 metros para la versión larga.

Aquí cabe señalar que Mercedes ha hecho, por primera vez, las cosas a la inversa de como suelen hacerse cuando hay dos batallas diferentes de un automóvil de este tipo. La fórmula habitual era diseñar el corto y, una vez hecho esto, añadir unos centímetros de batalla, alargar la puerta trasera y ofrecer la versión larga. El resultado era una versión larga con una puerta trasera enorme que afeaba la estética habida cuenta de su desproporción. Esta vez, Mercedes ha diseñado primero la versión larga, proporcionada y elegante y, para Europa, que es el mercado donde más cortos se venden, ha reducido la batalla y las puertas.

Además de los modelos citados hay otras tres versiones disponibles sólo con un tipo de carrocería. Se trata de las dos variantes AMG, el S63 AMG con motor V8 de 585 CV, sólo disponible en batalla corta en su versión de propulsión trasera y en batalla larga si se elige la opción 4MATIC de tracción total, el S65 AMG con un V12 de 630 CV, sólo en versión larga y el S600, con un V12 de 530 CV que es el buque insignia en lo que a lujo se refiere y que también se ofrecerá sólo en batalla larga. La información de cada una de estas versiones, ausentes en la presentación, la tenéis en los enlaces que encontraréis clicando en el nombre de cada uno de ellos.

A todos ellos se añadirá el S500 Hybrid Plug-in con un V6 biturbo de 333 CV y un motor eléctrico de 110 CV que llegará en octubre de 2014. Esta versión tendrá un consumo combinado de 3,1 l/100 km (los primeros 100 kilómetros, se entiende) y podrá cubrir hasta 35 kilómetros en modo 100% eléctrico a una velocidad de hasta 100 km/h.

Vista la gama, echemos un vistazo a los precios, que son los que siguen.

PRECIOS (L: versión larga): Mercedes-Benz S300 BlueTEC Hybrid: 90.360 € Mercedes-Benz S300 BlueTEC Hybrid L: 91.560 € Mercedes-Benz S350 BlueTEC: 92.550 € Mercedes-Benz S350 BlueTEC L: 93.950 € Mercedes-Benz S350 BlueTEC 4MATIC: 97.600 € Mercedes-Benz S350 BlueTEC 4MATIC L: 98.300 € Mercedes-Benz S400 Hybrid: 99.100 € Mercedes-Benz S400 Hybrid L: 102.100 € Mercedes-Benz S500: 122.900 € Mercedes-Benz S500 L: 125.875 € Mercedes-Benz S500 4MATIC: 135.350 € Mercedes-Benz S500 4MATIC L: 138.525 € Mercedes-Benz S600 L: 188.700 € Mercedes-Benz S63 AMG: 176.550 € Mercedes-Benz S63 AMG 4MATIC L: 184.500 € Mercedes-Benz S65 AMG L: 266.900 €

En nuestra toma de contacto pudo conducir el S500 L en carreteras de todo tipo. El coche es, posiblemente, el más confortable que he conducido en mi vida (y conste que he llevado todos los rivales posibles del Clase S; Audi A8, BMW Serie 7, Maserati Quattroporte, Lexus LS, Jaguar XJ, Bentley Flying Spur y Rolls-Royce Ghost). Estaba dotado de suspensión neumática, de control de balanceo de la carrocería y de un sistema que estrena Mercedes en esta generación del Clase S llamado Magic Body Control que adapta la suspensión a la lectura que hace una cámara embarcada de los quince metros delante del coche. De este modo, si la cámara detecta un bache o uno de esos ralentizadores con que los diferentes ayuntamientos de este país torturan a los coches, adapta la respuesta de la suspensión a la velocidad y al obstáculo.

El resultado es un coche que parece no tocar el suelo y que rueda en el silencio más absoluto -salvo que echemos mano del equipo de audio, lógicamente- y con una sensación de confort sublime. Los diferentes elementos de ayuda a la conducción se combinan además para solucionar cualquier problema que podamos tener. Entre ellos destaca el sistema activo de mantenimiento de carril, que lee las líneas de la carretera y, además de advertir de cuando el coche se aparta del carril, tiene una función que acciona la dirección para devolver el coche a donde debe. Esta función debe desconectarse en las carreteras estrechas para preservar la llamémosle conducción manual pero en autopista permite que el coche conduzca solo y que el conductor se limite a posar sus manos sobre el volante aunque no lo utilice. Increíble pero cierto.

Motor y cambio son los esperables en un coche de este tipo. El motor tiene una respuesta contundente al acelerador (pensad que es un V8 turbo de más de 450 CV) y la caja de cambios de siete velocidades gestiona la potencia son suavidad y eficacia. No es una caja deportiva pero es que el coche ni lo es ni lo pretende, así que lo que aquí se busca es suavidad y confort máximos. Baste entonces decir que la caja parece que no esté hasta que, mediante un acelerón -para culminar un adelantamiento, por ejemplo- despierta para proporcionar seguridad a la maniobra bajando rápidamente las relaciones necesarias para responder a ese golpe de gas.

El comportamiento es el de un coche muy grande con una suspensión muy suave. No es un coche ágil porque pesa mucho y es muy grande pero la sensación es de que es más ligero de lo que es en realidad -nuestra unidad superaba las dos toneladas- y nunca tuve la sensación de estar conduciendo "un barco". Mercedes ofrece además una suspensión deportiva y un paquete AMG de diseño para los que quieran un Clase S un poco más dinámico sin tener que gastar los más de 175.000 euros que AMG exige para empezar a hablar de las versiones con su logotipo.

Estéticamente, este nuevo Clase S avanzaba ya en su momento algunos elementos estéticos adoptados después por el nuevo Clase C y sólo se ofrece con la parrilla tradicional de la marca con la estrella de tres puntas coronando el radiador y no con las dos opciones de frontal que pueden elegirse tanto en los Clase C como en los Clase E (aquí la prueba del 350 CDi BlueTEC con la parrilla deportiva).

El habitáculo es uno de los de más calidad que he visto jamás y se combina con una atención al detalle increíble y con un toque tecnológico difícil de encontrar en cualquier otro coche actualmente a la venta. Hace unas semanas probamos un Bentley Flying Spur V8 (aquí tenéis la videoprueba del mismo), uno de los rivales naturales del Clase S, y debo admitir que el británico es más caro y más elitista pero... mucho menos sofisticado.

En este sentido, el Clase S presenta un salpicadero presidido por dos enormes pantallas que, juntas, superan el medio metro de anchura. La que se encuentra detrás del volante sirve para informarse y proyecta una instrumentación digital que reproduce la analógica que podemos encontrar en cualquier otro Mercedes. La de la derecha es la pantalla del navegador, con un mapa enorme. Bueno, la del navegador y la del resto de elementos de control del coche, desde el equipo de sonido hasta los asientos (calefacción, ventilación, regulaciones, masaje), pasando por el climatizador, el teléfono, las opciones de conexión a internet o el set up del coche y sus numerosos elementos de seguridad y confort.

Todo ello se controla mediante un interface situado en la consola central (no, la pantalla no es táctil), en el que disponemos de un mando rotativo y diferentes botones. La superficie del mando, además, es de tipo Trackpad y podemos escribir sobre él con el dedo para reproducir letras o números. Evidentemente, el sistema responde asimismo a órdenes de voz.

Como os podéis imaginar, la configuración del habitáculo admite múltiples posibilidades tanto decorativas -cueros de diferentes tonos, maderas nobles de diferentes colores, aluminio, carbono- como de equipamiento y de configuración de asientos, especialmente en la parte trasera donde podemos optar, bien por una banqueta de tres plazas convencional, bien por dos asientos individuales de confort transformables en butacas de primera clase de avión, con climatización, espacio de trabajo con mesilla, pantallas en los reposacabezas delanteros, regulación eléctrica, masaje y un largo etcétera de comodidades de todo tipo para aquellos que habitualmente dejan a su chófer el disfrute al volante.

Finalmente, os listaré las novedades que, como suele ser habitual en Mercedes, el Clase S introduce no en la gama de la marca sino en la industria del automóvil en general. La primera es el Magic Body Control que lee la carretera y adecúa la respuesta de la suspensión a la misma, de la que ya os he hablado y que es opcional para las versiones con motores V8 y V12.

La segunda es el paquete Intelligent Drive que, además del sistema de seguimiento de carril en autopista -el coche conduce sólo- integra otros elementos ya más conocidos como el identificador de señales de tráfico, las cámaras delanteras y traseras para el sistema de aparcamiento, los sistemas de localización de peatones tanto en marcha adelante como marchas atrás, etc...

Otro elemento innovador es el control de velocidad de crucero Distronic Plus con servodirección inteligente. Este sistema, además de adaptar la velocidad al coche precedente y de frenar hasta parar el coche en los atascos urbanos, soluciones ya conocidas, incluye una nueva función de seguimiento a baja velocidad. En atascos, uno puede pedirle al coche que siga al de delante y éste lo hará, no sólo poniéndose en marcha y parando cuando lo haga el coche al que se le ha ordenado seguir sino incluso girando igual que lo haga el otro. Esta función funciona hasta 30 km/h. Si se sobrepasa esa velocidad, el coche advierte al conductor que debe encargarse de nuevo de mover el volante.

Más. Sistema BAS Plus para intersecciones. Al llegar a un cruce, el coche detecta el tráfico procedente de ambos lados y frena o disminuye la velocidad si detecta que uno de los vehículos, bicicletas o peatones que se acerca perpendicularmente, no se detiene y puede provocar un accidente. Otra novedad es el Freno Pre-Safe de detección de peatones que a menos de 50 km/h. no sólo avisa al conductor de la presencia de peatones que cruzan sino que frena el coche para evitar atropellos.

Finalmente, el sistema Pre-Safe con detección de posibles impactos por alcance. Cuando estamos parados y detecta que el coche que nos sigue circula demasiado deprisa y puede chocar, activa los warning para advertirle y se prepara para un posible impacto. Para ello, adapta los reposacabezas acercándolos a la nuca de los ocupantes, pre-tensiona los cinturones, calcula el momento y la velocidad de activación de los airbags y frena para evitar que además del impacto trasero, la fuerza del mismo, lleve a chocar con el coche de delante en cadena.

Y un último apunte, en los nuevos Clase S no se fundirá jamás una sola bombilla. La razón es que no lleva ninguna. Todos los faros; cortas, largas y antinieblas delanteros y pilotos traseros y la iluminación interior son de LED.