Peugeot 308 GT

No recupera el logo GTI de sus míticos antecesores (309 GTi y 306 GTi) pero el nuevo 308 en sus variantes GT es un coche con una notable orientación deportiva. Hay que dejar claro de entrada que no es un compacto radical al estilo de un Seat León Cupra, un Ford Focus ST o un Opel Astra OPC sino que está más en la línea de los Volkswagen Golf GTi y GTD (comparados en esta vídeoprueba), coches que aúnan una estética específica y un comportamiento dinámico ágil con una usabilidad muy notable en el día a día.

Así son, por tanto, estos nuevos Peugeot 308, coches que completan la gama del exitoso compacto francés por la parte de arriba pero que dejan hueco a un posible 308 R como el anticipado en este concept car con el motor de 270 CV del RCZ-R. La marca ofrece esta nueva versión con un acabado único y dos motores, un gasolina 1.6 Turbo de 205 CV y un diésel BlueHDi de 180 CV, el primero sólo con caja manual de 6 marchas y el segundo con una automática también de seis relaciones. La oferta se desdobla en versiones berlina y SW para ambos motores.

Estéticamente, el GT tiene personalidad propia. La novedad más vistosa es la presencia del león en la parrilla delantera negra procedente del capó donde lo llevan el resto de 308. Los faros, 100% de LED para todas las funciones, los parachoques delanteros específicos, las llantas de 18 pulgadas calzadas con neumáticos Michelin Pilot Sport 3 en medidas 225/45 R 18, las taloneras laterales, la parte trasera con un difusor negro y salida de escape doble, los cristales sobretintados y las carcasas de los retrovisores negros nos permite diferenciarlo del resto de 308. Pero ¡ojo! porqué Peugeot lanza, al mismo tiempo, las versiones GT Line de las que te hablamos en este enlace que copian esta estética deportiva pero con motores más sencillos.

En el interior, el techo está acabado en color antracita, los asientos llevan tapicería de Alcantara (el cuero es opcional) y existen atractivos pespuntes en rojo tanto en las piezas de cuero o tela (asientos, contrapuertas, volante, fuelle de la palanca de cambios, alfombrillas) como, incluso en las de plástico (la parte superior del salpicadero). Completan los cambios en el habitáculo los pedales con aspecto de aluminio y otros detalles en rojo como las agujas de la instrumentación (que mantiene el absurdo cuentarrevoluciones de detecha a izquierda) o el fondo de la pantalla multifunción. Obviamente se mantiene el diseño del i-cockpit (volante pequeño, instrumentación elevada y pantalla central táctil para la gran mayoría de funciones).

La sensación es que estos GT están incluso algo más cuidados que el resto de 308 en cuanto al acabado interior. La calidad percibida es muy elevada y aspectos como los asientos, con una notable sujeción, y la posición de conducción, con el volante pequeño, añaden deportividad. Por cierto que las unidades que pudimos conducir, procedentes de la presentación internacional y con matrícula francesa, estaban equipadas a tope con, incluso, sistema de masaje y calefacción en los asientos de cuero.

La mecánica de estos Peugeot ya es conocida pero no por ello menos interesante. El gasolina dispone del motor 1.6 THP en una variante de 205 CV (intermedia entre la del 208 GTi y la de la versión GTi 30th) Este motor lleva turbo twin scroll, apertura variable de las válvulas de admisión y escape, elevación variable de las válvulas de admisión e inyección directa y genera un par máximo de 285 Nm entre 1.750 y 4.000 rpm. Este coche acelera de 0 a 100 km/h. en 7,5 segundos y consume sólo 5,3 l/100 km de media homologada. Como ya sabéis el consumo real es otro pero en nuestra prueba, por la sierra de Madrid camino de Pedraza, sin atacar a fondo por el hielo y la nieve del trazado, gastamos siete litros que, en una carretera de montaña, es un consumo muy bueno.

El otro modelo es un diésel BlueHDi de 180 CV, un motor ya visto en el 508 y que acaba de llegar también a la gama del DS4 combinado sólo con una caja de cambios automática de seis velocidades de nuevo desarrollo. Con un common rail que llega a inyectar combustible hasta a 2.000 bar, el motor genera 400 Nm de par entre 2.000 y 2.500 rpm y consume 4 litros de media con unas emisiones de 103 gramos, un resultado excelente para un modelo de 180 CV.

Esta versión diésel cuenta con levas en el volante para cambiar manualmente y la velocidad de cambio se modifica mediante el botón Sport. Este botón, situado en la consola central, junto al cambio, gestiona el llamado Driver Sport Pack que activa un modo deportivo. Este modo afecta a la respuesta del motor, a la asistencia de la dirección, que se endurece ligeramente, a la caja de cambios en el modelo diésel (pasa de 0,31 segundos a 0,16 en los cambios) y a otros elementos más prosaicos como el fondo de la instrumentación, que pasa de blanco a rojo, el ruido del motor, más grave en modo Sport y la información de la pequeña pantalla entre los dos instrumentos principales donde aparecen datos sobre la potencia y el par usados, la presión de soplado del turbo y las fuerzas G laterales y transversales.

A nivel de chasis y neumáticos al margen, hay otras modificaciones respecto a los 308 convencionales. De entrada, el ESP puede desconectarse por completo pero, además, la marca ha rebajado la altura libre al suelo (7 mm delante y 10 mm detrás), ha endurecido la suspensión (muelles un 20% más duros delante y un 10% detrás y estabilizadoras más gruesas un 20% delante y un 15% detrás) y ha aumentado el tamaño de los frenos. Los discos ventilados delanteros son de 330 mm de diámetro mientras que los traseros son de 268 mm en la berlina y de 290 en el SW, un modelo con una superior capacidad de carga y, por tanto, más proclive a aumentar el peso en orden de marcha.

Finalmente, los cambios en el equipamiento, que también existen, no son tan numerosos. Además del mencionado Driver Sport Pack y del tema estético, los GT disponen de acceso sin llave y de un enchufe de 220 voltios en el habitáculo. Los precios de estas versiones, con el descuento de 1.700 euros en vigor arrancan en los 27.550 euros de la versión de gasolina en carrocería berlina. Sobre este precio, Peugeot descontará otros 1.200 euros en el caso de que se financie con la financiera de la marca y el cliente podrá deducir otros 2.000 euros del Plan PIVE. Con todo ello, el 308 GT puede salir por 24.350 euros.

La versión diésel es 2.000 euros más cara (arranca en 29.550) mientras que las variantes SW cuestan 1.000 euros más que las versiones berlina, un precio asequible teniendo en cuenta el aumento de la capacidad de carga.

En nuestra toma de contacto pudimos conducir brevemente ambas versiones. La de gasolina me gustó especialmente por su excelente compromiso entre efectividad y confort. La verdad es que no es un coche con un tacto extremo sino una berlina deportiva que cuida a sus ocupantes en todos los aspectos. Es un coche rápido, ágil, con una dirección precisa y directa perfectamente servida por el volante pequeño, y con un motor con una muy buena respuesta desde la entrada en acción del turbo, notoria justo al superar las 1.800 vueltas.

Cuando tengamos, próximamente, una unidad de pruebas podremos profundizar en el comportamiento dinámico del coche que, en el primer contacto, me dio muy buena impresión. Respecto al diésel, el tacto general es muy similar aunque sólo pude conducirlo brevemente en autopista, de manera que no pude sacar excesivas conclusiones. El motor diésel tiene buenos bajos aunque se acaba bastante antes. El nivel de confort es similar y el consumo medio nos salió de 5,3 litros a velocidad legar con un puerto de por medio.

Así las cosas, se trata de excelentes coches de viaje -más dinámico el gasolina por su motor y más de largas tiradas el diésel- con un nivel de deportividad notable y una estética más poderosa pero con cierta discreción. Una alternativa muy a tener en cuenta para el que quiera un compacto deportivo con una notable reserva de potencia pero que preserve un nivel de confort elevado.