El Panamera más viajero
Porsche siempre sigue la misma estrategia para definir su gama de modelos: parte de una motorización básica de gasolina para ir ampliando con las versiones más potentes S, GTS o Turbo. Desde hace unos años, la marca de Stuttgart añade en determinados modelos una versión más con motor diésel para atraer a aquellos clientes que buscan un Porsche más asequible y con un mantenimiento algo más reducido, también más apto para un uso diario.
Primero fue el Cayenne, después el Panamera y más recientemente, el Macan, los que han añadido motores diésel a su gama. Todos ellos montan el mismo propulsor, de origen VW-Audi: un V6 a 90º de 2.967 cc. con diferentes niveles de potencia. El diésel del Panamera ofrece 300 CV, y por lo tanto, se coloca como el diésel más potente de la gama Porsche, con la excepción del V8 4.2 diésel (también de origen Audi) que monta el Cayenne S, con 382 CV.
Este motor de 300 CV es el mismo que ya conocíamos en la anterior gama Panamera, pero 50 CV más potente. También ofrece un mayor par máximo: 650 Nm entre las 1.750 y las 2.500 r.p.m. Se queda, por lo tanto, menos “corto” y permite disfrutar de mejores prestaciones.
Con él, hace el 0 a 100 km/h en 6 segundos y alcanza los 259 km/h de velocidad máxima. Es, por lo tanto, un propulsor que empuja con rapidez a un coche bastante grande y pesado como el Panamera, que mide casi cinco metros de longitud y registra dos toneladas de peso. Este diésel se sirve de un nuevo turbo de geometría variable refrigerado por agua, que funciona con una presión de soplado más alta.
Se asocia de forma excelente con el cambio de marchas Tiptronic S de 8 velocidades, que permite rodar siempre en el régimen de marcha ideal, con la mayor eficiencia posible. Así, entre la primera y la cuarta marcha se utilizan relaciones de transmisión muy cortas, que permiten que el coche acelere de forma óptima. Por otro lado, la relación del grupo trasero es más larga, para que el coche pueda rodar a un régimen más bajo con la misma velocidad que antes, por ejemplo, en autopista.
El Panamera se sirve de otros sistemas para optimizar el consumo, como la función stop/start que apaga el motor cuando detenemos el coche y mantenemos el freno pisado, por ejemplo, ante un semáforo. O el sistema de recarga de la batería aprovechando las frases de frenado.
Sólo así se entiende que con este motor, el Panamera tenga un consumo medio de 6,4 litros a los 100 kilómetros y ofrezca una autonomía teórica de 1.250 kilómetros. Si optamos por instalar el depósito de 100 litros opcional, podemos hacer más de 1.500 kilómetros teóricos sin repostar. Es, por lo tanto, la versión ideal para el que piense hacer muchos kilómetros al año en largos desplazamientos y quiera ahorrar dinero y tiempo en repostajes de combustible. Durante la prueba hizo un trayecto por autopista a 120 km/h, girando a sólo 1.800 r.p.m. y gastó 6,3 l/100km de media. Es un registro sorprendente para un coche de su condición, por tamaño, peso y potencia.
Magnífico interior y confort
El Panamera siempre debe ser un Porsche perfecto para viajar. Y no se entendería este modelo con un motor diésel de rudo comportamiento. Apostar por esta tecnología en Porsche podría calificarse de arriesgado, y de hecho algunos puristas todavía no lo han acabado de asimilar. Pero hacerlo de forma incorrecta sería imperdonable.
En comparación con cualquier otra versión del Panamera, es evidente que el motor diésel no ofrece la misma finura de funcionamiento. Pero os puedo confirmar que se le acerca considerablemente. Pocos motores diésel conozco que rueden tan finos y con tan poca sonoridad mecánica. Es un 6 cilindros perfectamente equilibrado y bien insonorizado dentro del vano motor.
El nivel de confort es muy elevado. No sólo por su sorprendente espacio interior, que es superior al que imaginais, sino también por la calidad de los materiales empleados, la calidad del equipamiento y el buen rodar del coche en todo tipo de carreteras, especialmente vías rápidas.
La unidad que nos cedió Porsche montaba unas llantas 911 Turbo II de 20 pulgadas con neumáticos Michelin Pilot Super Sport 255/40 R20 delante y 295/35 R20 detrás. La ventaja de montar semejante calzado es obvia: mejor agarre, tracción, estabilidad y aplomo en carretera, algo siempre necesario y esperado en un Porsche. Pero por otro lado, también es responsable de uno de los pocos puntos criticables en este coche: la notable rumorosidad de rodadura que se percibe en marcha, fruto del bajo perfil del neumático, extremadamente deportivo. Para un mayor confort, es preferible dejar las llantas que el coche ofrece de serie, de 18 pulgadas y con neumáticos con perfil 50 delante y 40 detrás.
Este coche está homologado para 4 pasajeros, que viajan en primera clase. Los asientos, tanto los delanteros como los traseros, son perfectos en cuanto a forma, mullido y tacto, al estar forrados en piel de primera calidad. El espacio en todas las plazas es holgado. Delante hay una marcada separación entre el espacio del conductor y el del pasajero, debido a la enorme, espectacular y elevada consola central. Esta consola se prolonga hacia las plazas traseras, e incorpora salidas de aireación, huecos para bebidas y apoyabrazos. Lo que más sorprende en estas plazas traseras, no obstante, es el espacio disponible para las piernas, superior a lo esperado en un coche de su estilo. Parece una limusina en lugar de un Gran Turismo, y no lo dirías al ver el coche desde el exterior. El Panamera es un coche para disfrutar conduciendo, pero también para que te conduzcan.
Una de las características de este modelo de Porsche es la original forma y apertura del portón trasero, heredada del su abuelo, el Porsche 928 (aquí tenéis la comparativa entre estos dos modelos). El maletero es ancho y profundo, pero poco alto y con un plano de carga muy elevado. No todos los bultos, dependiendo de su forma, entran con facilidad. A cambio, nos ofrece todo tipo de detalles para sujetar la carga, como ganchos, rejillas o la trampilla para colocar los esquíes, por ejemplo.
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Al margen de las modas
Una vez te sientas al volante, percibes el aire de elegancia, sofisticación y lujo que siempre transmiten los interiores de Porsche. Llama la atención la consola central plagada de pulsadores, muy espectacular, pero desde mi punto de vista no del todo práctica. Periodistas y usuarios nos vamos acostumbrando poco a poco a interiores más minimalistas, en los que el número de botones y pulsadores se reduce y básicamente todo se concentra en unos pocos diales y una pantalla donde visualizar un menú. Es una tendencia marcada por la usabilidad que se va imponiendo con el uso de los smartphones, tablets y todo lo relacionado con internet. Aunque no nos engañemos, también se está imponiendo por un tema de costes.
En este sentido, Porsche va a la suya. Prefiere ofrecer una consola en la que cada pulsador tiene una función, que parece haberse inspirado en el mundo de la aeronáutica. El resultado es espectacular: en un primer vistazo el pasajero que sube por primera vez al coche sabe que no está a bordo de un automóvil cualquiera, el aspecto visual es extremo. Pero esta particular disposición de los mandos requiere una adaptación por parte del conductor y en ocasiones puede llevarnos a apartar brevemente la vista de la carretera para localizar el botón que pulsar.
Hay mucha información a nuestra disposición, que visualizamos a través de la pantalla táctil situada en el centro del salpicadero o mediante las indicaciones del cuadro de relojes, muy completo y con el cuentarrevoluciones en primer término. Nuestro Panamera de pruebas equipaba además el paquete Sport Chrono, que incluye un reloj analógico y digital en la parte superior del salpicadero que indica el tiempo total, el tiempo por vuelta y los distintos tiempos por vuelta alcanzados. Es la opción que Porsche ofrece a los clientes que quieran de vez en cuando rodar con su coche en circuito.
Control electrónico
El coche arranca introduciendo la llave en una ranura a mano izquierda, como es habitual en la marca. El motor no parece diésel, ni al ralentí ni en marcha. Suena poco, y esto debe interpretarse como algo positivo, pero también es cierto que en un Porsche esperas un poco más de ruido de escape.
No obstante, es una delicia percibir su elasticidad y suavidad de funcionamiento y, como no, su contundente respuesta. Empuja con fuerza desde muy bajas revoluciones, estira muy rápido para ser un diésel y estimula el conducir veloz si ése es tu deseo. Son 300 CV de potencia, más que suficientes para disfrutar de las excelentes características del chasis de este Porsche.
Este Panamera equipa el sistema PASM que regula de forma permanente la dureza de los amortiguadores y además es adaptativo, permitiendo escoger entre tres programas: Confort, Sport y Sport Plus. Esos mismos programas modifican ligeramente la respuesta del motor y la dureza de la dirección. En Sport Plus puedes percibir como el motor funciona a un régimen de vueltas más alto y los puntos de cambio de velocidad se desplazan a un régimen más elevado. El control de estabilidad también interviene más tarde, dando más margen al conductor para llevar el chasis hasta el límite. Es el programa diseñado para rodar en circuito.
La preparación del chasis se completa con un diferencial trasero autoblocante y controlado electrónicamente, que realiza pequeñas intervenciones en los frenos para distribuir el par motriz entre las ruedas y optimizar la tracción. Es fácil sentir cómo actúa cuando aceleras fuerte al salir de una curva, impidiendo que la zaga se mueva. Al limitar esta reacción natural del coche hacia el sobreviraje, el guiado también resulta más preciso.
Llevar el Panamera por la línea es fácil, enlaza las curvas casi como si de un GTI se tratase. La dirección tiene un tacto duro, bastante deportivo, e informa bien de cómo pisa el tren delantero. Lástima del formato escogido por Porsche para accionar el cambio de marchas, un incómodo sistema de pulsadores en lugar de unas tradicionales y siempre mejores levas.
Gran rutero
Gracias a la potencia del motor y su excelente motricidad se mueve con rapidez y con un gran nivel de seguridad. Aunque se perciben algunas inercias (las dos toneladas de peso no se las quita nadie) balancea poco gracias a un sistema de control electrónico de las estabilizadoras en ambos ejes. En vías rápidas y autopistas es un verdadero tren de alta velocidad, cómodo, seguro, silencioso y rápido. Podemos desplegar el spolier trasero para aumentar la estabilidad, o bien activar el modo Sport Plus y hacer que se despliegue solo y automáticamente a partir de 90 km/h.
Para circular por autopista, es recomendable instalar el control de velocidad adaptativo automático, muy efectivo y que da un extra de seguridad y confort. Cuesta 2.419 euros.
Otros sistemas disponibles son el asistente de cambio de carril , el de aviso de salida de carril o el indicador del límite de velocidad, todos ellos útiles para los largos desplazamientos por autopista. Sin duda, el Panamera no puede disimular su carácter rutero, de coche especializado para largos desplazamientos, algo que hace de forma perfecta.
Cuesta de base 95.621 euros. Con algunas opciones como las que montaba nuestra unidad de pruebas, sube a los 119.556 euros. No es un coche al alcance de cualquier persona, está claro. Es un Porsche en todos los sentidos.
Compré hace un año un panamera-diesel y desde el principio , a veces , sale mucho humo por debajo.Es un escándalo. Lo comento en la casa porche de la carretera de Burgos-Madrid y les sorprendió. Comunican esto a Alemania y les indican que en ese modelo en diesel y en el 2013 es normal. A mi , en un coche de ese precio , me parece un engaño.