Paradigma polivalente
En esta ocasión nos hemos puesto al volante del renovado Yeti con la mecánica de gasolina más eficiente, la 1.2 TSI de 105 CV. Cabe aclarar que no se trata de una nueva generación del modelo checo, sino de una puesta al día del que hizo su debut en nuestro mercado hace casi cinco años. La reciente actualización del crossover de Skoda ha venido acompañada de la posibilidad de escoger una nueva línea con aspecto más aventurero, denominada Outdoor y a la que pertenece la unidad que hemos probado.
Hay que tener en cuenta que el Yeti exige un desembolso algo mayor que competidores como el Peugeot 2008, el Renault Captur o el Dacia Duster, pues la versión que os presentamos tiene un precio de 21.600 euros, sin contar descuentos. No obstante, tiene entre sus grandes virtudes la gran versatilidad de su habitáculo, sobre todo en cuanto a su polivalente segunda fila de asientos. Y no hay que pasar por alto sus buenos resultados dinámicos, pues registra un destacable compromiso entre estabilidad y confort.
Cambio de personalidad
Con respecto al Yeti con el que hemos convivido durante los últimos años, el renovado modelo ha actualizado su imagen y, aunque mantiene la mayoría de sus señas identificativas, ha perdido algo de carácter. Su nuevo frontal está presidido por un logotipo de mayor tamaño que ahora se encuentra en el capó, en lugar de situarse en la parrilla. Ésta zona también es nueva y ahora viene rodeada por un marco cromado. Ahora, las ópticas son más llamativas, más afiladas y más anchas que las del modelo predecesor. Asimismo, cabe señalar que el modelo equipa, por primera vez y de serie, faros bi-xenón con iluminación diurna tipo LED.
No hay que olvidar los nuevos faros antiniebla, que abandonan la peculiar ubicación del Yeti anterior pasan a ser rectangulares y a situarse en una posición más baja. Cuando observamos el vehículo de forma lateral comprobamos que conserva su silueta angulosa y las barras de techo, si bien se han introducido ligeros cambios. Uno de ellos lo hallamos en la mayor robustez de los pasos de rueda. También se han instalado nuevas molduras laterales y las llantas son de nuevo diseño.
En la zaga del modelo vemos pocas novedades. La más significativa la forman los dos elementos triangulares situados a ambos lados de la matrícula, siguiendo la línea de los nuevos modelos de Skoda. Los dos finos reflectores inferiores se sitúan algo más arriba que antes. Si comparamos el Yeti Outdoor que hemos probado (más aventurero), con el Yeti convencional (más urbano) apreciamos algunas diferencias. Lo que más llama la atención es que, en la variante Outdoor, zonas como los paragolpes, las molduras laterales en la zona de las puertas y los faldones son de plástico negro en lugar de ir pintados del color de la carrocería. También monta unos generosos protectores de bajos. El objetivo de todo ello no es otro que aumentar la resistencia de cara a posibles rozaduras al conducir fuera de asfalto.
Interior práctico y funcional
El interior del renovado Yeti varía más bien poco con el modelo anterior, por lo que en materia de diseño sigue siendo demasiado sobrio. El volante de tres radios es de nueva factura, lo mismo que ocurre con la tapicería y algunas molduras, con las que se obtiene un mejorado nivel de calidad general. El asiento del conductor se define por una buena sujeción del torso así como por un importante grado de comodidad. No hay que olvidar que disponemos también de una destacable ergonomía, con un acceso sencillo a los mandos y una intuitiva utilización de los mismos.
En los asientos traseros, dos ocupantes viajarán de forma muy confortable, con una remarcable sensación de amplitud. Si deben ocuparse las tres plazas, el pasajero que se instale en la central no dispondrá del mismo confort que las laterales. Cabe destacar que el modelo conserva el práctico sistema de asientos posteriores VarioFlex, que dota al habitáculo de una fenomenal versatilidad. Y es que este sistema permite manipular los tres asientos de forma independiente, haciendo posible además que los laterales se desplacen de forma longitudinal. También se puede extraer el central, circunstancia que permite que los asientos laterales se desplacen hacia el centro del vehículo para ganar anchura. Otra polivalente ventaja en este sentido la integra la posibilidad de plegar el respaldo del asiento del acompañante, lo que es muy útil cuando necesitamos transportar objetos más largos de lo habitual.
Además, el Yeti dispone de un maletero muy capaz, que proporciona 510 litros con la segunda fila en posición normal, cifra que puede ampliarse hasta nada menos que 1.760 litros. Nuestra unidad de pruebas pertenece al acabado intermedio Ambition y, entre su equipamiento, cuenta con airbags frontales, laterales, de cabeza y de rodilla para el conductor, control de estabilidad ESC, llantas de aleación de 17 pulgadas, volante multifunción de cuero, palanca de cambios y freno de mano de cuero, radio Bolero con cargador frontal de 6 CD y MP3, ocho altavoces, sensor de lluvia, control de velocidad de crucero, reposabrazos delantero con consola y linterna LED extraíble en el maletero.
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El gasolina más ahorrador de la gama
Nos hemos puesto a los mandos de la mecánica de acceso a la gama del Yeti Outdoor. El corazón de esta versión es el bloque 1.2 TSI de 105 CV, un motor turboalimentado de cuatro cilindros e inyección directa. El propulsor cuenta con un par motor máximo de 175 Nm entre 1.550 y 4.100 rpm. Con este motor, el Yeti Outdoor acelera de forma solvente desde parado y recupera bien, aunque unos desarrollos de cambio algo largos nos llevan a tener que jugar con la palanca de la transmisión manual de seis velocidades.
Si bien no estamos ante el motor más ahorrador de la gama, privilegio que recae sobre el GreenLine 1.6 TDI de 105 CV, sí que se trata de la opción más eficiente entre el abanico de posibilidades de gasolina. Y es que homologa una media de 6,1 litros cada 100 kilómetros acompañada por unas emisiones de CO2 de 142 g/km. Nuestra media de consumo fue de 7,2 litros, más que correcta dado el recorrido variado que realizamos, que además de asfalto incluyó un sector de pista de tierra. Su límite en cuanto a velocidad máxima se encuentra en los 175 km/h, mientras que acelera de 0 a 100 km/h en 11,8 segundos. Es evidente que no se trata de unos valores sobresalientes, pero hemos de tener en cuenta que ésta no es su meta.
Y es que, en general, el motor mueve el vehículo con bastante soltura a pesar de que su peso sea de 1.340 kg. Asimismo, se distingue por un comportamiento suave y agradable, con un nivel de sonoridad muy comedido. A diferencia de otras alternativas mecánicas, que pueden escogerse con tracción a las cuatro ruedas, la variante con motor 1.2 TSI sólo se ofrece con tracción delantera.
Crossover con alma de turismo
El comportamiento dinámico del Yeti está mucho más cerca de un turismo que de un SUV al uso. Con esto queremos decir que su suspensión le aporta con un muy buen equilibrio entre estabilidad y confort. Y es que su tarado es más firme de lo que suele ser habitual en el segmento todocamino, lo que le concede una conducta algo más dinámica y ágil, sobre todo en zonas de curvas, aunque la altura de la carrocería en ocasiones no ayuda a disimular algunas inercias.
Si bien no se trata de un automóvil pensado para forzar en conducción deportiva, su conducta es más que aceptable a la hora de rodar por carreteras reviradas. Cuando circulamos por carreteras en mal estado comprobamos que copia de forma adecuada los pequeños baches, aunque no oculta cierta dureza en la suspensión, tal y como hemos comentado anteriormente. En cualquier caso, esto no origina ni mucho menos incomodidad en los ocupantes. Por otra parte, el vehículo cuenta con una dirección bastante directa y transmite una importante precisión en el guiado.
Para hacer honor a la denominación Outdoor del Yeti que hemos probado lo hemos sacado del asfalto. Lo que hay que tener claro es que no es un todoterreno, por lo que no podemos esperar de él cualidades que no le corresponden. No obstante, nos permite realizar alguna que otra excursión por pistas sencillas, por donde se agradece su altura libre de 18 cm. Al no disponer de tracción total, los terrenos con baja adherencia se convierten en su principal límite.
Conclusión
En definitiva, el renovado crossover de Skoda mantiene la mayor parte de sus bazas si lo comparamos con el Yeti anterior. Si bien es cierto que ha perdido algo de personalidad estética al introducirse en la actual línea de diseño de los últimos modelos de la marca checa, el nuevo diseño está pensado para llegar a un mayor público. El vehículo conserva una de sus mayores virtudes como es su practicidad. Y es que cuenta con un habitáculo muy versátil, con una segunda fila capaz de adaptarse a nuestras necesidades de espacio y con numerosos huecos para pequeños objetos. Siempre y cuando no busquemos un ambicioso nivel de prestaciones, el motor 1.2 TSI de 105 CV es una acertada elección gracias a su buen compromiso entre rendimiento y consumo.
hola buenos dias. hace un par de semanas me he pillado un SKODA YETI 1.2 TSI gasolina. aun me cuesta hacerme a el, ya que he tenido siempre diesel, me he pasado a este al leer por varios foros que es un coche realmente atractivo y con prestaciones. he de confirmar que lo es, ya me he hecho un par de viajes largos y la verdad es una gozada. muy suave al conducir y muy cómodo en su interior. solo me cuesta aun dominar el rollo de los consumos. aun no me hago ha la idea de que me vendría mejor. esto de tryp 1 y tryp 2 que me podeis aconsejar?? alguien podría aconsejarme para bajar consumos en el yeti?. agradeceria vuestra ayuda. saludos