Abriendo camino
La cuarta generación del RAV4, que llegó al mercado en el año 2013, ha recibido recientemente una actualización estética al mismo tiempo que ha estrenado su versión mitad gasolina mitad eléctrica. Y es que, con el RAV4 Hybrid, Toyota se lanza a una nueva dimensión, pues este modelo se convierte en el primer SUV híbrido de la marca. Con el mismo sistema que su “primo” Lexus NX 300h, la versión probada combina un motor de gasolina y dos eléctricos para contar así con cuatro ruedas motrices.
Al amplio habitáculo que ya ofrecía el modelo en su última generación, este restyling añade un avance en materia de equipamiento tecnológico y de seguridad. En cuanto al precio, éste es de 33.600 euros en acabado Advance, mientras que pasa a ser de 36.050 euros con los opcionales de esta unidad. No obstante, con el descuento ofrecido actualmente por Toyota, se queda en 35.340 euros. Además del ya comentado rival híbrido de su compatriota Lexus, el SUV de Toyota busca competir con todocaminos como el Kia Sportage, el Ford Kuga o el Mazda CX-5, entre otros.
Más músculo
El lavado de cara recibido por el RAV4 le aporta un insufle de personalidad a toda la gama, incluyendo esta nueva versión híbrida. Aunque los cambios en cuanto a aspecto no son muy profundos, lo cierto es que expresan mayor carácter y le proporcionan un aspecto más atlético al vehículo si se compara con su predecesor. El frontal está dotado de unos rasgos más robustos y cuenta con una parrilla más estilizada, con faros con tecnología LED que se extienden visualmente en una nueva franja que integra el logo de Toyota.
También llama la atención que la parrilla inferior ha crecido notablemente. Por su parte, al repasar el modelo de forma lateral se observan los actualizados pasos de rueda así como el nuevo diseño de las llantas de aleación de 18 pulgadas, que forman parte del pack Drive Hybrid opcional (100 euros), que incluye además los cristales traseros oscurecidos. En la zona trasera, deben destacarse los pilotos de tipo LED, al igual que sucede con las ópticas delanteras.
Asimismo, el paragolpes posterior es más prominente, reforzando la presencia del coche visto desde la zaga. El protector inferior plateado, que contribuye a realzar la imagen offroad del vehículo, también se ha remodelado. El color de esta unidad, Rojo Burdeos (550 euros), es otra de las novedades que estrena Toyota con esta actualización del RAV4. En cuanto a dimensiones destaca el incremento en longitud, que ha aumentado en 3,5 cm, si bien la distancia entre ejes sigue siendo idéntica.
Habitáculo generoso y mejor acabado
El restyling aplicado al RAV4 también ha tenido su reflejo en el interior del habitáculo, sobre todo con la mejora de los acabados, con lo que se consigue una superior sensación de calidad percibida. Este objetivo se consigue con la utilización de plásticos más agradables al tacto. Otras novedades se encuentran en el nuevo cuadro de mandos con pantalla de 4,2 pulgadas. Por su parte, la pantalla táctil del sistema infoentretenimiento ha crecido hasta las 7 pulgadas.
Hay que señalar que la unidad probada equipa el sistema opcional Touch 2 & Go (600 euros), que aporta navegador, Bluetooth y acceso a distintas aplicaciones. También es opcional el paquete Safety Sense (1.200 euros), que incluye novedades como el control de crucero adaptativo, el sistema de seguridad de precolisión con detección de peatones o el sistema de reconocimiento de señales de tráfico.
Las modificaciones han llegado también a la zona de la palanca de cambios, así como a los paneles de las puertas y al reposabrazos central. Los espacios para alojar pequeños objetos suponen una parte importante en la mejora de la vida a bordo. Por ello, Toyota ha añadido elementos como una segunda bandeja interior en el portaobjetos de la consola central, un nuevo portavasos delantero más funcional o un portagafas en el techo.
El nuevo RAV4 mantiene una de sus grandes virtudes, como es el espacio interior, ámbito en el que se encuentra entre los mejores de su clase. El puesto de conducción es amplio y confortable, destacando además por su ergonomía. Mientras tanto, la segunda fila es bastante amplia. Dos ocupantes viajarán con una gran comodidad, mientras que el espacio para la plaza central es superior a la media de su segmento. Por su parte, el motor eléctrico trasero de esta variante no es inconveniente para que el maletero ofrezca una encomiable capacidad de 501 litros, que pueden crecer hasta nada menos que 1.633 litros si se abaten los asientos traseros.
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Tracción total con tres motores
Esta variante híbrida 4x4 del SUV de japonés está movida por un sistema que combina un motor 2.5 VVT-i de gasolina y dos motores eléctricos (uno, en la versión 4x2). El propulsor de gasolina, de cuatro cilindros y con 152 CV de potencia, ofrece un par máximo de 206 Nm entre 4.400 y 4.800 rpm. Por su parte, el motor eléctrico delantero entrega 143 CV. A ellos hay que sumar un segundo motor eléctrico de 68 CV situado en la zona posterior del vehículo, logrando así la tracción a las cuatro ruedas. De forma conjunta, se consigue una magnífica potencia total de 197 CV, que permite al vehículo acelerar de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos y rodar a una velocidad máxima de 180 km/h.
El comentado motor trasero es la base del sistema E-Four, que envía su fuerza sólo a las ruedas posteriores y funciona de forma independiente al motor eléctrico delantero. Gracias a este sistema, el vehículo permite una excelente capacidad de remolque de 1.650 kg, una cifra muy poco habitual en automóviles híbridos que dobla a la de la variante 4x2. Junto a ambos motores eléctricos trabaja una batería de hidruro de níquel, ubicada debajo de la segunda fila de asientos. A ella va a parar la energía cinética producida durante las deceleraciones y las frenadas, transformada en energía eléctrica. En ocasiones, es el propio motor de gasolina el que la recarga. Pero hay que destacar que no se trata de un híbrido enchufable al estilo del Mitsubishi Outlander PHEV.
En cuanto a la transmisión, el vehículo emplea un cambio e-CVT (de variador continuo), de funcionamiento algo lento. Una de las principales novedades a este nivel es el sistema secuencial Shiftmatic, que permite ser gestionado del cambio desde la palanca si así lo desea el conductor. Además, el estreno de un modo Sport que adapta diferentes parámetros para extraer el máximo rendimiento de la mecánica, incrementa las posibilidades prestacionales del todocamino de Toyota. Este nuevo modo se suma a los EV, Normal y Eco que ya incorporaba el modelo.
El sistema híbrido lleva al vehículo a homologar una media de consumo de 5,1 litros cada 100 km y unas emisiones de 115 h/km. El gasto de combustible una vez finalizada la prueba estuvo por encima, pues fue de 7,4 litros, tras circular por ciudad, carretera de curvas, autopista y pistas de tierra convencionales. Hay que tener en cuenta que si se mezclan zonas reviradas con orografía accidentada, la media puede aumentar de forma significativa. No obstante, la cifra lograda es más que interesante si se tiene en cuenta el nivel de prestaciones que ofrece el vehículo.
Comodidad por encima de todo
El confort de marcha es el ámbito en que destaca de forma indudable el renovado SUV de Toyota. Los cambios aplicados al chasis llevan al vehículo a ganar algo de rigidez estructural, pero sigue destacando igualmente por su comodidad, incrementando aún más su placer de conducción a ritmos tranquilos. Y es que no es un coche pensado en base a la deportividad, por lo que si se aumenta el ritmo más de la cuenta por carreteras reviradas, las oscilaciones de la carrocería hacen acto de presencia. Su peso, cercano a los 1.800 kg, no pasa desapercibido en este caso.
Por este tipo de vías, al probar el modo Sport se aprecia la modificación de la respuesta del acelerador y de la entrega de fuerza, así como el incremento de la fuerza del freno motor. El resultado es un comportamiento general más enérgico. En circunstancias normales, el vehículo rueda en tracción delantera y, cuando el sistema e-Four lo considera necesario, entra en funcionamiento y envía par motor a las ruedas traseras. En este caso, una unidad de control central se encarga de realizar el reparto oportuno entre ambos dos ejes. Hay que señalar que esta versión 4x4 pesa solo 65 kg más que la de tracción delantera, por lo que las diferencias dinámicas en este aspecto son prácticamente imperceptibles.
El hecho de contar con tracción total supone una gran ventaja a la hora de rodar por firmes de adherencia limitada. Ello se aprecia, sobre todo, cuando llega el momento de conducir sobre asfalto mojado o sobre pistas con grava. Por supuesto, no hay que esperar del RAV4 Hybrid cualidades de todoterreno, simplemente porque no lo es. Uno de los puntos donde ha mejorado claramente es en aislamiento acústico, ya que la sonoridad interior proveniente tanto del motor como de la aerodinámica se reduce considerablemente. Ello supone un valor muy positivo durante los largos viajes por autopista, en los que el SUV de Toyota se encuentra en su salsa.
Conclusión
Con la renovación del RAV4, acompañada por su introducción en el sector híbrido, el fabricante japonés ofrece un vehículo capaz de combinar confort de marcha, alto rendimiento y un consumo bastante razonable siempre que se conduzca a ritmos tranquilos. A ello, se suman además de una excelente vida a bordo y un ambicioso equipamiento tecnológico y de seguridad. Por su parte, esta versión AWD con un segundo motor eléctrico en la parte trasera brinda las ventajas de motricidad que ofrece la tracción total sin que ello venga acompañado por un considerable aumento del gasto de combustible.
Esta muy bien. Gracias