Siéntete un piloto de rallyes
El Volkswagen Polo más potente de la historia ya está listo para encontrar a su piloto particular. El nuevo Polo R WRC, que ya pudimos ver como una primicia mundial en el pasado Salón del Automóvil de Barcelona, nace con la intención de ofrecerse a un público totalmente pasional, amante de la deportividad y también de la exclusividad, ya que este Polo se vende en una serie limitada de tan sólo 2.500 unidades para toda Europa.
El utilitario alemán se convierte en una poderosa bestia del asfalto para dejar casi en evidencia a la variante GTI con el motor 1.4 TSI de 180 CV. El Polo R WRC monta un potente 2.0 TSI de 220 CV –no es el mismo que el del Golf GTI- asociado a un cambio manual de seis velocidades. Es el mismo propulsor que montaba el Scirocco R y Golf R, con menor potencia.
Para comprobar toda la fuerza de este pequeño deportivo, la marca nos preparó una ruta por la zona de Tarragona, llena de curvas, por carreteras con poco tráfico, además de un pequeño rallye de regularidad para hacer más amena la mañana. ¿Qué es un rallye de regularidad? Se trata de una modalidad de competición, en carretera abierta, en la que se tiene que recorrer una distancia designada a una velocidad media y un tiempo concreto, con puntos de control secretos en medio del tramo designado. En nuestro caso, la prueba se llevó a cabo a lo largo de 10 km del mítico tramo de Riudecanyes, un escenario ideal para pasarlo bien y a la vez experimentar las cualidades del nuevo Polo R WRC. Pero esto te lo cuento un poco más adelante. Vayamos por partes.
Diseño exclusivo
Para diferenciarlo de cualquier otro Polo, ya sea el GTI, el BlueGT o la versión estándar, el R WRC presenta numerosos detalles que lo hacen único. Para empezar, sólo está disponible con la carrocería en “Blanco Puro” con las líneas decorativas distintivas en gris y azul en el capó y la zona baja del costado.
Vemos que el parachoques delantero es de nuevo corte, parecido al del coche de competición, que incluye las entradas de aire de color negro. El conjunto es mucho más potente y agresivo, y ya de primeras deja entrever el gran potencial de este vehículo. Por su parte, el paragolpes trasero también se ha modificado ligeramente.
Siguiendo con el repaso al exterior, nos encontramos con llantas Cagliari de aleación ligera de 18 pulgadas -es el único Polo con llantas de este tamaño- con neumáticos de 215/35, pinzas de freno azules, retrovisores exteriores y spoiler trasero de color negro, así como pequeños elementos únicos como las inscripciones WRC en las puertas o los distintivos R en la calandra delantera y en el portón trasero.
Detalles “racing” para el interior
Cautivarse por su agresivo aspecto exterior no serviría de nada sin un interior acorde con las prestaciones del modelo. Es por esto que el Polo R WRC recrea una atmósfera deportiva en el habitáculo con pequeñas pinceladas que nos recuerdan que estamos al volante de un pequeño coche con más de 200 CV.
Asientos deportivos calefactables con un diseño específico WRC con Alcántara, volante forrado del mismo material que los asientos con la tira gris típica de los coches de competición en la parte alta del aro del volante, cuadro de instrumentos con las agujas de las esferas en azul, pedales de aluminio y el revestimiento interior del techo en negro son algunos de los elementos que realzan esa sensación de competición.
Elementos como el pomo del cambio de diseño exclusivo y la palanca del freno de mano de cuero, los botones multifunción del volante, el reposabrazos central o el sistema multimedia con pantalla táctil y navegador, refuerzan y aumentan el bienestar a bordo.
Datos y números que asombran
Vamos con la parte mecánica, que sé que esto os gusta. Su motor, un 2.0 TSI de 220 CV que, como ya os he comentado, hereda directamente de las versiones R de la generación anterior. Con esta potencia y un par máximo de 350 Nm, el Polo R WRC es capaz de mejorar en una décima el 0-100 del Golf GTI parando el crono en unos meritorios 6,4 segundos. Gracias en parte a un menor peso total de 1.324 kilogramos.
Es capaz de alcanzar una velocidad punta de 243 km/h, sólo 3 km/h inferior a la del Golf GTI, y homologa un consumo medio de 7,5 litros a los cien kilómetros que, por supuesto, no hemos podido comprobar...
Para conseguir mejores resultados en comparación a la variante GTI del Polo, y no me refiero sólo a las prestaciones, ésta ofrece un reglaje de las suspensiones un poco más duro. Un poco, no mucho más. Además de aportar un mayor agarre al asfalto al disponer de mayor superficie de contacto entre el neumático y el pavimento. Como no podía ser de otra manera, para asegurar una frenada potente y eficaz, se han montado discos de freno de 16 pulgadas delante.
Alma de competición
Girar la llave, arrancar el motor, meter primera y acelerar. Una acción que lleva como mucho... ¿tres o cuatro segundos? Ese es el tiempo que tardé en darme cuenta de que lo que iba a probar se acercaba más a un pequeño deportivo que a un simple utilitario vitaminado.
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El bramido que desprende el tubo de escape que, aún con las ventanillas subidas, se te mete en el oído y te emborracha al instante, aumenta al mismo ritmo que lo hacen las agujas del cuentarrevoluciones y el velocímetro. Te pegas al asiento y sólo se te pasa por la cabeza engranar marcha tras marcha como lo haría un auténtico campeón de rallyes. Obviamente estamos en carretera abierta, con tráfico, y unas leyes que hay que cumplir. Pero esa era la sensación.
Los 350 Nm los tenemos disponibles a partir de las 2.500 rpm, quizás un poco antes, de manera que salimos pitando desde bien abajo para subir y encontrar los 220 CV en un rango de revoluciones que va desde las 4.500 vueltas hasta las 6.600, más o menos. Es por lo tanto un motor que permite mucho juego. Tiene empuje de sobra en bajos a la vez que exhibe todo su potencial en la zona alta. Sólo hay que decidir qué tipo de conducción vamos a adoptar.
Podría pensarse que el Polo R WRC debería ser un coche nervioso, al que habrá que conducir con cierto tacto y con alguna ciertas pérdida de tracción debido a su potencia. Lejos de falsas especulaciones, la verdad es que es un modelo con un aplomo sorprendente, que ofrece unas reacciones bastante predecibles, con el que se puede ir muy rápido sin pelearse demasiado con el volante. Se come las curvas literalmente, hasta el punto de tener que ir bastante pasados, con el control de estabilidad desconectado, para encontrarle las cosquillas y notar como el eje trasero empieza a perder adherencia.
La dirección es muy precisa, capaz de guiar al Polo justo por donde queremos que pasen las ruedas delanteras. El sistema XDS, que tan bien os explicó su funcionamiento nuestro jefe de pruebas Joan Dalmau en la prueba del Seat León, tiene gran parte de “culpa” a la hora de mantener estable el coche si afrontamos curvas a gran velocidad.
Me he sorprendido con el tarado de las suspensiones, algo más duro que en el Polo GTI pero para nada radical e incómodo como me pensaba. Es como si tuviese un primer recorrido más confortable, capaz de filtrar bien las pequeñas irregularidades de la calzada, para dejar paso a una suspensión más firme a continuación.
Mini-rallye de regularidad
La ruta de poco más de 50 km nos sirvió para comprobar el verdadero espíritu de este pequeño titán. Pero la jornada contemplaba un pequeño rallye de regularidad entre los periodistas allí presentes.
El mítico tramo de Riudecanyes, uno de los más técnicos y espectaculares del Rallye de Catalunya, era el escenario elegido para poner a prueba nuestra habilidad al volante y la capacidad de mantener un ritmo constante de 60 km/h durante los 10 kilómetros cronometrados.
La organización nos entregó un cronómetro, un rutómetro y una tabla con los tiempos exactos de paso cada cien metros y nos fue dando salida uno a uno. La velocidad media propuesta de 60 km/h puede pareceros bastante normal, pero os aseguro que muchas de las curvas del trazado no se podían pasar a más 30 o 40 km/h, teniendo en cuenta que no se podía trazar invadiendo el carril contrario. El tiempo que se perdía por ir más lento en curva había que recuperarlo después en recta, pero sin pasarse, porque cada segundo de más o de menos sobre el tiempo fijado penalizaba.
Hicimos dos pasadas por tramo, con cambio de piloto y copiloto incluido, y el resultado final en la clasificación saldría de la suma de las dos. En la primera, con un compañero periodista al volante quedamos cuartos. En la segunda tanda, segundos. Clasificándonos en la general en la tercera posición. ¡Podio!
Precio y equipamiento
Al tratarse de una edición limitada a 2.500 unidades, de mayor potencia, con características exclusivas y con unas prestaciones superiores respecto a la variante más potente del Polo actual, no es de extrañar que su precio esté acorde con todos esos adjetivos, por llamarlo de alguna manera. El precio final es de 34.860 euros, similar al de un Golf GTI, y la marca nos ha comunicado que ya se pueden hacer pedidos y que la entrega de las primeras unidades es inminente.
El Polo R WRC se vende con un equipamiento cerrado. Es decir, no es posible incorporar elementos opcionales. Además de los detalles de equipamiento exteriores e interiores anteriormente mencionados, el modelo también monta alarma antirrobo, climatizador automático, faros bi-xenón autodireccionales con luz diurna tipo LED, iluminación de la matrícula trasera por LED, lavafaros térmicos y automáticos, paquete Night&Polo (espejo interior antideslumbrante y sensor de lluvia), sistema multimedia con pantalla táctil de 5 pulgadas con navegador, retrovisores exteriores regulables eléctricamente y calefactables, rueda de repuesto de tipo galleta y sensor de parking trasero.
es un buen auto volkswagen sin dudas es el mejor en todo tanbien en el bora y vento y el polo si olvidarse del scirocco