Estamos ante uno de los todoterreno más grandes, lujosos y exclusivos del mercado. Y la versión que probamos, 3.0 TDI de 240 CV con cambio automático Tiptronic de 8 velocidades, es quizás la más equilibrada de la gama Q7.
La combinación de su diseño y dimensiones hacen del Q7 un vehículo imponente. Y es que estamos ante un coche que mide 5 metros de largo, casi dos de ancho y más de 1,7 de alto. Esto le permite ofrecer un habitáculo muy amplio con capacidad para siete pasajeros; y un maletero de enormes dimensiones.
El "milagro" de este modelo es que sus dimensiones y tonelaje no se sienten en marcha, pues presenta un comportamiento dinámico ágil y eficaz. Su modo de cambiar de dirección y entrar en curva es sensacional; y la combinación motor-cambio lo dotan de una gran capacidad de aceleración y recuperación. Los consumos no son de minicoche, pero gastar 10 l/100 km. a ritmos alegres con un coche de esta potencia y peso también es un lujo.
Por dentro encontramos lo mejor de Audi, con una calidad de acabado, confort y ergonomía que ya quisieran para sí la inmensa mayoría de automóviles del mercado. Y el equipamiento de serie es razonable, aunque un coche de este precio no debería cobrar aparte algunos elementos de seguridad, de confort o técnicos de los que nuestra versión de pruebas "vitaminada" sí disfrutaba.
Diseño
El Audi Q7 mantiene sus formas básicas desde su lanzamiento en 2006, aunque en 2009 sufrió un restyling en el que se intrujeron nuevos elementos de diseño exterior e interior; y mejoras mecánicas. Entre estos elementos destacan los faros con luces led (delanteros en las ópticas principales y en las de intermitencia, y traseros), los numerosos cromados, las barras del techo y las gigantescas llantas de 19 pulgadas (con neumáticos 255/50 R19).
Para dotarlo de una imagen más deportiva hay disponible un paquete «S line» con paragolpes específicos, llantas de 20 pulgadas y todos los elementos pintados del color de la carrocería, además de otras muchas mejoras.
La combinación de su diseño y dimensiones hacen de él un vehículo imponente. Y es que estamos ante un coche que mide 5 metros de largo, casi dos de ancho y más de 1,7 de alto. Hasta que no te pones a su lado (el morro llega a la altura del pecho de una persona de talla normal) o lo aparcas al lado de otro vehículo, no acabas de darte cuenta de su gigantismo. La plataforma del Q7 aprovecha al máximo las dimensiones de la carrocería, con las ruedas muy separadas entre sí a lo largo (la distancia entre ejes es de unos impresionantes 3 metros) y a lo ancho (los anchos de vías delantero y trasero superan los 1,65 metros). Esto le permite ofrecer un habitáculo muy amplio y con capacidad para siete pasajeros.
Eso sí, con tamañas dimensiones no es de extrañar un peso total de 2.345 kilos en la versión probada. Seguro que la próxima generación del Q7 hace un empleo masivo de materiales como el aluminio para mejorar este aspecto. Aunque es muy maniobrable para su tamaño, el Q7 no puede esconder sus dimensiones a la hora de aparcar o de entrar, por ejemplo, en un garaje. El control acústico de aparcamiento o la cámara de visión trasera son de gran ayuda en este modelo.
Del habitáculo hablaremos en otro apartado, dejando para este el análisis del maletero, que ofrece 775 litros en la configuración de cinco plazas y 330 cuando utilizamos los siete asientos. Con todos los asientos abatidos se queda una impresionante superficie plana de más de dos metros de profundidad y 2.000 litros de capacidad. El portón (muy pesado, pues incorpora las ópticas traseras) es de apertura mecánica y nos descubre un plano de carga completamente enrasado con la boca en entrada, reforzada con una plancha metálica para poder arrastrar objetos. Hay ganchos, toma de corriente, doble fondo... y detalles como un botón que baja la suspensión para facilitar la carga (en las versiones con suspensión neumática). Eso sí, aloja en su interior una rueda de repuesto de reducidas dimensiones que, además, viene desinflada (hay un compresor para inflarla) para ocupar menos espacio.
Habitabilidad
Audi cuida especialmente los interiores de sus vehículos, siendo, para un servidor, la marca alemana que ofrece un mejor equilibrio entre diseño, ergonomía, calidad de materiales y acabado final. En el Q7, un vehículo de gama alta, esto se acentúa: el tacto de todos sus mandos, piezas y revestimientos es exquisito; y hay detalles de calidad por todas partes. Por poner un ejemplo, nos encanta la iluminación y la combinación de materiales (cuero, Alcántara, aluminio y plástico) en el revestimiento interior de las puertas.
Cualquier conductor puede alcanzar una posición de conducción perfecta gracias a los múltiples reglajes de enormes recorridos. Desde el elevado puesto de mando, la visibilidad es muy buena en todas direcciones y sientes que vas por encima de los coches "normales".
La instrumentación es perfecta, destacando la gran pantalla central del cuadro mandos. Los mandos del volante y de la climatización son cómodos e intuitivos, pero la mayoría de las funciones se controlan desde el mando MMI y sus botones satélite, ubicados al lado de la palanca de cambios. El MMI requiere un periodo de adaptación, pero cuando lo controlas -y ya no tienes que retirar la vista de la carretera para buscar los botones- es muy cómodo. El equipo multimedia de nuestra unidad de pruebas tenía puerto para tarjetas SD.
Las plazas traseras de la segunda fila se asientos son muy holgadas en altura, anchura y espacio para las piernas, aunque la central es mucho más incómoda por el túnel de transmisión y el diseño del asiento. La butaca trasera puede desplazarse y reclinarse (60/40). Los pasajeros de estas plazas disfrutan de mandos de climatización de dos zonas, salidas de ventilación, cortinillas laterales y dos tomas de corriente.
Los asientos de la tercera fila se despliegan con suma facilidad y al esconderlos todas las piezas encajan y se enrasan a la perfección. El acceso a estas plazas es complicado aunque desplazemos los asientos de la segunda fila, pero el espacio que ofrecen es más que decente para adultos de hasta 1,85 metros de altura. En estas plazas hay portalatas y salidas de ventilación. El único detalle que no nos gustó es que la tela enrollable que cubre el maletero no cabe dentro de él cuando el coche pasa de cinco a siete plazas.
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Mecánica
La versión probada monta un avanzado 3.0 V6 TDI de 240 CV y 550 Nm. De este otro sólo se pueden decir cosas buenas, desde su precioso sonido (poco audible, pero es increíble lo bien que suena este diésel), hasta su amplia banda de entrega de potencia (entre 1.400 y 5.000 rpm), pasando por su rápida respuesta al acelerador y subida de vueltas.
Pero es que, además, esta motor está aliado con una caja de cambios espectacular. El cambio automático Tiptronic de ocho relaciones es muy suave (en posición S es más agresivo), funciona con "inteligencia" en modo automático y puede ser accionado de forma manual-secuencial desde la palanca de cambios o las levas del volante. Sus ocho velocidades aportan muchas ventajas: el motor siempre se encuentre en su zona óptima de funcionamiento, y se mejora la aceleración, la capacidad de recuperación y el consumo de combustible. Acelerando desde parado o en carreteras de curvas lentas, este Q7 engrana las marchas como un coche de rallyes, con relaciones muy cortas y de escalonamiento cerrado; y en autopista dispone de desarrollos muy largos.
Esta combinación mecánica permite a nuestro protagonista combinar unas excelentes prestaciones (7,9 segundos en el 0-100 km/h y 215 km/h de velocidad punta) con unos consumos y emisiones recudidos (7,4 l/100 km de media, con 195 gramos de Co2 por kilómetro) para un coche de su tamaño. Como siempre decimos, en la vida real las cifras de consumo aumentan y nosotros medimos una media de 8,5 l/100 km a ritmos "normales" y de 10 litros circulando rápido.
Comportamiento
El Audi Q7 tiene muchas virtudes, pero si tuviéramos que quedarnos con la mejor sería su comportamiento dinámico. Es absolutamente increíble la sensación de agilidad que transmite este gigantón, producto del empuje del conjunto motor-cambio, el tacto de la dirección y su forma de entrar en curva. A sus mandos no tienes la sensación de ir conduciendo un enorme todoterreno y el único peligro es que el coche va tan bien y esta tan aislado del exterior, que podemos acercarnos a los límites de la física -con enormes inercias actuando- sin darnos cuenta.
Ya sea en una carretera de curvas de montaña como la de la sesión de fotos, o en una amplia autopista, el Q7 se siente estable, preciso y equilibrado. Eso sí, nuestra unidad de pruebas montaba la suspensión neumática, que mejora la calidad de la amortiguación y contiene de un modo más eficaz los movimientos longitudinales (al acelerar y frenar) y transversales (al tomar curvas) de la carrocería.
La capacidad de tracción es excelente gracias a la tracción Quattro. Y los frenos son resistentes y eficaces, pero aquí sí hay que tener en cuenta que llevamos más de dos toneladas en movimiento. En cuanto a las ayudas electrónicas, nada que reprochar por su forma y modo de actuar.
Por sus cotas (ángulos de entrada, salida y ventral) y neumáticos, el Q7 no está preparado para afrontar pasos difíciles fuera de la carretera. Su sistema de tracción (sin reductora) y altura libre (regulable con la suspensión neumática) lo hacen más indicado para pistas y caminos forestales.
Seguridad
Este modelo tiene un equipamiento de seguridad muy completo, aunque se han dejado como opcionales (control de presión de los neumáticos, luces xenón plus, faros inteligentes o sistema Lane Assist), elementos que deberían ser de serie. Dentro de la seguridad pasiva destacamos los airbags frontales, y laterales y de cabeza en las tres filas de asientos; y reposacabezas delanteros activos. Dentro de la seguridad activa, incorpora ESP (con modo Off-Road), control de tracción ASR con EDB, ABS con distribución de frenado EBV y servofreno de emergencia SAFE. Eso sí, como comentamos a menudo la mejor seguridad activa es un comportamiento dinámico sano, algo de lo que presume este modelo por su capacidad de tracción y frenada; y estabilidad en curva.
El test de la EuroNcap más reciente es de la versión 2006, que obtuvo cuatro estrellas en protección a adultos y niños. Pero esta calificación seguro que mejora cuando se haga la prueba de la versión actual.
Valoración final
El AUDI Q7 3.0 TDI 240cv Quattro Tiptronic cuesta 64.630 euros, un precio competitivo si tenemos en cuenta el de sus rivales a igualdad de potencia y equipamiento. Por ese dinero te llevas 2,3 toneladas de buen acero alemán, transformados en un coche con un interior lujoso y enorme, y un comportamiento sensacional.
Gracias a la tecnología aplicada en su chasis, el Q7 transmite la agilidad y eficacia de un coche más ligero y pequeño. Y gracias a su excepcional conjunto motor-cambio, se mueve con una soltura impropia de su gigantismo sin que los consumos se disparen en consecuencia. ¿Pegas? Las mayores vienen de su gigantesco tamaño (que lo penaliza al circular por lugares angostos, aparcar o entrar en un garaje) y de una factura a pagar que desgraciadamente está al alcance de muy pocos.
Eso sí, el equipamiento de serie es completo... pero podría serlo mucho más en un coche de esta categoría y precio. No se confundan con los comentarios e imágenes de nuestra versión de pruebas, pues montaba muchos elementos, empezando por la suspensión neumática de más de 3.000 euros y pasando por las levas de cambio en el volante, por las que nos cobran 145 euros en un coche de este precio; que no vienen de serie.
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Me interesa el choce