Todoterreno parece, monovolumen no es, ¿qué es?. Pues una mezcla de ambos. De los primeros toma su apariencia robusta con abultados pasos de ruedas y frontal poderoso, de los segundos la modularidad interior y muchas soluciones prácticas para guardar objetos.
Puede decirse que el Freemont es nuevo a medias ya que en realidad es un Dodge Journey con algunos cambios, pues desde la alianza entre el Grupo Fiat y el Grupo Chrysler, en nuestro mercado se comercializa bajo la marca Fiat.
La versión 2.0 diesel de 170 CV es la más alta de gama. De serie monta un cambio manual de 6 velocidades pero está previsto que se pueda combinar con un cambio automático de 6 marchas y también con tracción integral.
Se comercializa con un único acabado denominado Urban y su precio es de 29.200 euros sin contar posibles promociones.
Diseño exterior
Comparado con los monovolúmenes que actualmente se comercializan en nuestro mercado, el Fiat Freemont es de los más grandes. Es algo más largo que el Ford Galaxy, Renault Grand Scenic y Seat Alhambra, entre otros, aunque se queda lejos de alcanzar al Lancia Voyager. Concretamente mide 4,89 metros de longitud, 1,88 de anchura y 1,69 de altura. Su distancia entre ejes es de 2,89 metros.
Su diseño exterior es tan particular que llega a pasar por un SUV, pero aunque a Fiat le pueda venir bien "jugar" al despiste lo cierto es que los rivales directos del Freemont son los monovolúmenes grandes por mucho que aparente otra cosa o incluso que, en breve, esté disponible con tracción 4x4. De hecho hay otros modelos que también la ofertan en su gama: el Seat Alhambra, por ejemplo.
Habitabilidad
Las generosas cotas exteriores le proporcionan un habitáculo generoso con capacidad para acoger a siete ocupantes distribuidos en tres filas de asientos (2+3+2) que se montan de forma escalonada, es decir, los de la segunda fila están más altos que los de la primera, y los de la tercera más altos que los de la segunda. Las dos plazas de la última fila también se pueden plegar de forma que quedan ocultas bajo el suelo dando lugar a una superficie completamente plana.
Todos los monovolúmenes se caracterizan por su modularidad interior y el Freemont no podía ser menos, así que es posible realizar múltiples configuraciones con los asientos para adaptar el habitáculo conforme a las necesidades de cada usuario. Además, los asientos exteriores de la segunda fila disponen de elevadores integrados para niños.
Hay multitud de huecos para dejar objetos distribuidos por todo el habitáculo, incluso bajo la banqueta del asiento del acompañante hay espacio para guardar la documentación del coche.
Los dos asientos de la última fila no resultan muy cómodos para adultos dado que el espacio para las piernas es reducido y la posición de las rodillas queda algo elevada. La plaza central de la segunda fila tampoco es muy confortable. Bueno, en realidad, dejando al margen la primera fila, ninguno de los asientos del Freemont destaca por su confort dado que no sujetan muy bien el cuerpo.
Mecánica
Las dos opciones mecánicas posibles para el Fiat Freemont pasan por el motor diesel 2.0 Multijet II bien en su variante de 140 CV, bien en la de 170 CV. Nosotros hemos probado la más potente asociada al cambio manual de 6 velocidades, aunque en breve está previsto que se pueda combinar con un cambio automático de 6 velocidades y tracción integral.
Esta mecánica cuenta con un par máximo de 350 Nm disponible entre las 1.750 y las 2.500 revoluciones por minuto.
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En cuanto a las prestaciones, su ficha técnica refleja que acelera de 0 a 100 km/h en 11 segundos y que alcanza una velocidad máxima de 195 km/h. Con un consumo medio homologado de 6,4 litros por cada 100 kilómetros recorridos. Nuestra media no estuvo muy por encima: 6,8 l/100 km.
Comportamiento
Aunque como decíamos en la introducción, el Freemont es básicamente un Journey, Fiat ha realizado algunos cambios para mejorar el dinamismo y el confort de marcha. Estos cambios se centran en las suspensiones, la dirección y la insonorización del habitáculo, al margen de las modificaciones que afectan a cuestiones estéticas y de acabados.
Si el precio no es un inconveniente, la variante de 170 CV nos parece la elección más acertada, pues si realmente se va a dar al Freemont un uso acorde al tipo de vehículo que es nos parece que no le sobran caballos.
El motor es suave y sale bien desde bajas vueltas aunque hay momentos en los que da la sensación de que le falte empuje para la potencia con la que cuenta.
Al volante no transmite la misma sensación dinámica que un Seat Alhambra, un Volkswagen Sharan o un Ford S-Max en los que casi llega a olvidarse que se conduce un monovolumen. En cualquier caso, el Freemont es noble y estable aunque en los cambios de apoyo y curvas pronunciadas le cuesta disimular los balanceos de la carrocería.
El tacto de la dirección es bueno aunque un diámetro de giro de 11,6 metros obliga, en ocasiones, a hacer más maniobras de las deseadas.
Seguridad
Entre los dispositivos electrónicos destinados a la seguridad que equipa de serie el Fiat Freemont figuran el ABS con distribución electrónica de la frenada EBD, control electrónico de estabilidad ESP, control de tracción TCS, asistente de frenada de emergencia, ayuda de arranque en cuesta, control electrónico antivuelco, sistema inteligente de control del remolque, sistema de control de la presión de los neumáticos y sensor de aparcamiento trasero.
Asimismo cuenta con 6 airbags, control de crucero y alarma.
Valoración
La estética estilo SUV que luce el Fiat Freemont es un punto a su favor para ganar adeptos pues además de potenciar una imagen de robustez se desmarca de sus rivales. Tampoco hay que olvidar que su relación calidad/precio es muy buena, sobretodo teniendo en cuenta el nivel de equipamiento que incorpora de serie y el motor de 170 CV. Es una lástima que no disponga de puertas traseras correderas porque además de cómodas son especialmente prácticas en este tipo de vehículos.
Sin embargo, sí incorpora elevadores para niños en los asientos exteriores de la segunda fila.
Que motor trabaja este fiat de 7 plazas