Encanto urbano
Hace 12 años Ford lanzaba un vehículo de tamaño muy reducido (uno de los más pequeños por entonces) y con un diseño original y rompedor. Era el Ka. Tras vender más de un millón de unidades en todo el mundo, la marca del óvalo lanza la segunda generación de este particular coche que pese a cambiar radicalmente su imagen, sigue apostando por la estética y la agilidad como principales bazas.
Aunque ha sido desarrollado en paralelo junto al Fiat 500, con quién comparte muchos elementos, incluyendo la línea de montaje, el Ka dispone de personalidad propia no sólo en lo que a diseño se refiere, sino también en capítulos como la puesta a punto del chasis.
Texto y fotos: Narcís Reixach
El nuevo Ford Ka ha sido el último vehículo de la marca en adoptar el lenguaje de diseño "kinetic design". No puede negar su parentesco con el nuevo Ford Fiesta, sobre todo en su vista lateral, pero el Ka va un poco más allá, apostando por una estética vanguardista y más arriesgada que le permita ser el centro de atención allá donde pase, algo que también conseguía su predecesor incluso pasados los años. Al igual que su hermano de probeta, el Fiat 500, el nuevo Ka ofrece diferentes posibilidades de personalización tanto exterior como interior. A los 12 colores de carrocería disponibles, hay que sumar tres paquetes de diseño distintos (Digital Art, Grand Prix y Tatoo) que aportan diferentes stickers y combinaciones con el interior, o la posibilidad de añadir un spoiler trasero o pintar los retrovisores y la parrilla de otro color distinto al de la carrocería.
Habitabilidad
Sorprendentemente, el nuevo Ka tiene la misma longitud que el originario (3,620 mm) y aunque los centímetros ganados en altura y anchura han mejorado ligeramente la habitabilidad, las plazas traseras son bastante justas. Por cierto, su interior ha sido homologado sólo para cuatro ocupantes.
En cuanto al maletero, sus 224 litros de capacidad nos parecen más que buenos teniendo en cuenta las dimensiones del vehículo. Si necesitamos más espacio, los asientos traseros se pueden abatir para conseguir más de 700 litros de espacio de carga. Relacionado con este punto, hay que decir que el Ka no anda sobrado de espacios guardaobjetos, algo imprescindible hoy en día con la cantidad de gadgets y dispositivos que llevamos encima.
El diseño y la vistosidad del interior difuminan la justa calidad de los materiales que, si bien son duros al tacto, al menos transmiten buenas sensaciones visuales. La posición de conducción es correcta pero mejoraría enteros si el volante fuera regulable en profundidad. Además, hay que ir a la lista de opciones para adquirir el "pack asientos" que por 175 euros da derecho a la regulación en altura del asiento del conductor, reposacabezas traseros, espacio guardaobjetos bajo el asiento del acompañante, sistema "Easy Entry" en los dos asientos delanteros y preparación ISOFIX en las plazas traseras.
Mecánica
La única opción mecánica alimentada con gasolina sin plomo es este 4 cilindros de 1.2 litros y 69 CV de potencia. Gracias a un reducido peso, al Ka le basta con este caballaje para recorrer con soltura las calles de las ciudades, entorno para el que ha sido creado. Fuera de la urbe, el motor se queda algo justo, con lo que deberemos trabajar con el cambio manual de 5 velocidades si queremos conseguir un ritmo vivaz. Los consumos en recorridos ciudadanos superan con facilidad los 6 l/100 km, aunque se pueden rebajar por debajo de 5 l/100 km si relajamos y economizamos la conducción en carreteras abiertas y sin muchos repechos que nos obliguen a utilizar el cambio.
Una de las propuestas iniciales de esta nueva generación del Ka era crear un coche respetuoso con el medio ambiente. Así lo demuestra su nivel de emisiones de CO2, por debajo de los 120 g/km, y por lo tanto quedando exento del Impuesto de Matriculación en nuestro país.
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Comportamiento
La ciudad es el entorno natural del Ka. Su dirección directa y precisa necesita de muy poco espacio para sortear motos, coches en doble fila y demás "rivales" de la conducción urbana.
En cuanto a suspensiones, el más pequeño de los Ford ha sido puesto a punto por los ingenieros de la marca para ofrecer un tacto de carácter deportivo sin renunciar al confort necesario en los recorridos urbanos ni a una buena pisada cuando se abandonan los atascos y pasamos a carretera abierta.
En resumen, el Ka no defrauda como coche ciudadano y sorprende su calidad de rodadura y conducción fuera de su "ecosistema".
Seguridad
El nivel de seguridad es muy parecido al del resto de coches de su tamaño y segmento. Su equipamiento de serie incluye ABS con repartidor electrónico de frenada así como doble airbag frontal y faros antiniebla.
Es en la lista de opciones donde encontramos muchos más elementos para mejorar este capítulo con airbags laterales delanteros, airbags de cortina y control de estabilidad asociado a la ayuda a la frenada de emergencia, control de tracción y asistente de arranque en pendiente. Como principal inconveniente destacamos que los reposacabezas traseros también son opcionales, algo que podría llegarse a perdonar con la excusa de mejorar la visibilidad trasera, teniendo en cuenta además que viajar con cuatro ocupantes no será algo demasiado habitual en este coche.
Valoración final
Ford ha escogido perfectamente el momento para lanzar la segunda generación del Ka. En una coyuntura en la que los coches pequeños y eficientes se encuentran en el punto de mira de muchos compradores, el Ka se sitúa como una de las mejores alternativas de compra teniendo en cuenta su vanguardista apuesta estética, un equipamiento bastante completo para lo que se estila en el segmento y un precio (ronda los 10.000 euros) aceptable respecto a la competencia.
Su notable comportamiento, un motor energéticamente eficiente y las posibilidades de personalización también aportan un valor añadido importante a uno de los coches más originales y auténticos del mercado.
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