Conjunto más redondo

Hyundai decidió hace ya 13 años entrar en el segmento B europeo, el que agrupa aquellos coches en torno a los 4 metros de longitud, con carrocería de tres o cinco puertas y una gama de motores de media potencia, con un claro espíritu práctico y ligeramente urbanita. Aquí se encuadran modelos como el Ford Fiesta, Renault Clio, Opel Corsa, Peugeot 208, Kia Rio, Seat Ibiza, Citroën C3, Skoda Fabia, Toyota Yaris, Volkswagen Polo, entre otros.
Hyundai entró en este segmento en el año 2002 con el Getz, un producto que en su momento cubrió las expectativas de una parte del público, pero que también era un coche francamente mejorable. El lanzamiento del i20 en 2009 supuso un paso adelante en calidad y diseño, gracias en buena parte al trabajo del Centro de Diseño que la marca tiene en Rüsselsheim (Alemania). Con el i20 Hyundai logró consolidar sus ventas en este competido nicho de mercado. La marca coreana entendió en su momento que para tener éxito en el Viejo Continente no hay nada mejor que desarrollar un vehículo pensando específicamente para Europa, y así lo hizo.
La llegada a los concesionarios de la última generación del i20 genera nuevas y buenas expectativas para Hyundai. Lo he podido comprobar conduciendo durante una semana la versión que monta el motor de cuatro cilindros 1.2 MPI que da 84 CV, el menos potente de los gasolina. Por encima de ella se sitúa la versión equipada con el motor 1.4 MPI de 100 CV. Esta versión 1.2 MPI se vende por 16.700 euros sin contar posibles promociones, un precio que se sitúa en línea con el de sus rivales. Esta versión destaca por su completo equipamiento y un acabado general notable. El i20 es una clara demostración del interés de Hyundai en ofrecer uno de sus mejores productos desde su fábrica de Izmit (Turquía).
Esta nueva generación del i20 estrena plataforma. Es un coche completamente nuevo, más grande, con una carrocería más rígida y un chasis mejor ajustado. Es concretamente 40 mm. más largo que el modelo precedente, 24 mm. más ancho y 16 centímetros más bajo. Estas nuevas dimensiones le dan un aspecto más deportivo, atlético y estable. Parece “más coche”. La batalla también es más larga. Este es un punto muy importante que ha permitido ampliar el espacio interior, especialmente en las plazas traseras y el maletero.
Aspecto más deportivo y seductor
Exteriormente es más atractivo. Al mirarlo, tus ojos se van hacia los faros o las ópticas traseras, ahora con estilizadas y agresivas formas. También llama la atención la nueva calandra, de dos piezas y colocada en una posición inferior. Los diseñadores alemanes también han considerado oportuno reducir el grosor del pilar A, el que soporta el parabrisas delantero y el techo, para incrementar la visibilidad frontal. Por el contrario, el pilar C remarca su presencia con su acabado en negro brillante, que logra provocar el efecto de techo flotante, tan de moda últimamente.
Por todo ello, el coche consigue mostrar un aspecto más moderno y deportivo, algo que el i20 anterior no lograba plenamente. Se mantiene el formato de carrocería de 5 puertas, con el práctico portón trasero, un claro indicio de su espíritu versátil y ligeramente ciudadano.
El interior está acorde con lo visto en el exterior. El diseño es moderno y atractivo a la vista. Además, la utilización de plásticos de tacto blando y aspecto duradero crea una excelente sensación de calidad percibida desde el primer momento en el que entras en el habitáculo. El salpicadero no se percibe excesivamente recargado, y todo se encuentra a mano y resulta agradable de accionar. Nuestra unidad de pruebas no equipaba pantalla multifunción a color, que viene de serie sólo en el acabado Style (no disponible en esta versión con motor de 84 CV). Pero sí cuenta con dos pantallas digitales, una en el centro del salpicadero correspondiente al equipo de música y otra en el cuadro de instrumentos, para visualizar las indicaciones del completo ordenador de a bordo.
El diseño de este habitáculo no es vanguardista, y tampoco está sobrecargado. Es un estilo más bien sobrio, cercano al de un coche alemán, como cabe esperar de un coche diseñado en Alemania.
Interior muy cuidado
La posición al volante es muy ergonómica. Es fácil encontrar la postura de conducción para una persona de talla media. Hay regulación de asiento y volante en todas direcciones. El tacto del volante, forrado en cuero, es agradable y el manejo de los botones multifunción también. Hyundai ha cuidado mucho todos los detalles, y rápidamente puedes colocar los objetos de tus bolsillos que molestan para la conducción en cualquiera de los huecos disponibles, el refresco en el posavasos de la consola central o la botella de 1,5 litros en el hueco de las puertas. Hay conexión para el Smartphone a la vista, con hueco suficiente para colocar el artilugio sin molestar. La practicidad se remata con una pequeña guantera central y una guantera principal refrigerada. Es un interior de difícil crítica.
También es remarcable el espacio disponible en las plazas traseras, algo mejor que el del anterior i20. No hay túnel de transmisión que moleste al pasajero central, de forma que tres adultos pueden viajar atrás con un nivel de comodidad aceptable.
Suscríbete a la newsletter
Si quieres estar al día de nuestras noticias, tienes que tener una cuenta en coches.net.
Uno de los puntos críticos de estos coches de 4 metros de longitud es el maletero, que en ocasiones se queda corto para un uso habitual en familia, algo que no suele ocurrir con compactos de mayor tamaño. El maletero del Hyundai i20 ofrece 326 litros de capacidad. Es prácticamente el mismo espacio que ofrece un Nissan Note o un Opel Corsa, y sólo es superado por el maletero del Skoda Fabia (330 litros) o el Honda Jazz (401 litros). Tiene un doble piso, que permite poder colocar pequeños objetos a resguardo.
Preciso y confortable
En marcha es un coche que transmite un buen nivel de confort, y no sólo porque el espacio interior es bueno, sino también porque el nuevo chasis ha sido muy bien ajustado. La suspensión es independiente de tipo MacPherson en el eje delantero y de tipo barra de torsión en el trasero. Tiene el punto justo entre rigidez y capacidad de absorción de irregularidades, y sólo en el eje trasero, viajando de vacío, puede percibirse una cierta sequedad de reacciones.
Uno de los puntos mejor logrados en este Hyundai es la insonorización del habitáculo, de lo mejor que he podido experimentar en este segmento. Los montantes, el piso y el interior del salpicadero se han acolchado con mejores materiales para reducir el paso del ruido del viento o el motor hacia la cabina.
Las nuevas suspensiones, la mayor rigidez de la carrocería y sobre todo, la precisión y rapidez de la dirección crean una buena sensación de seguridad al volante. El coche se guía de forma muy agradable y fiable. No es un coche de carácter deportivo, está claro, pero tiene un buen chasis. Frena muy bien, a base de frenos de disco ventilados en el eje delantero y macizos en el trasero.
Motor falto de bajos
El motor, un gasolina 1.2 MPi de cuatro cilindros y con una potencia de 84 CV, ofrece una de cal y otra de arena. Me explico. Es un motor que encaja con la filosofía del coche, que ante todo quiere ser práctico, versátil, económico y sin grandes pretensiones en cuanto a prestaciones. Es un propulsor que funciona muy fino, sin vibraciones ni apenas ruidos mecánicos, y en este sentido se hace agradable. 84 CV de potencia deberían ser suficientes para un coche como el i20. No obstante, tiene una entrega de par a bajas revoluciones muy pobre, que obliga a jugar con el embrague y el cambio en las salidas en parado. Las recuperaciones también son lentas, y los desarrollos de cambio, tirando a largos, no ayudan precisamente. Hay que tener en cuenta que este motor se une a una caja de cambios de 5 relaciones. Hubiera sido preferible una caja de seis velocidades para mejorar el salto entre marchas y de paso, reducir los consumos.
En este sentido, el coche se ha homologado con un consumo mixto de 4,8 litros a los 100 kilometros, que en realidad se quedan en unos 7l/100 km. de media según lo experimentado durante nuestra prueba. El consumo menor lo obtuve en vías rápidas (6 l/100km) y el mayor en ciudad (7,9 l/100km).
Otras opciones de motor
La asociación motor-cambio, por lo tanto, es un aspecto claramente mejorable en esta versión de gasolina. Hay otra versión más potente en gasolina, la 1.4 MPi de 100 CV, que entrega mayor par a menores vueltas (134 Nm a 3.500 r.p.m.) frente a los 122 Nm. a 4.000 r.p.m. de la versión probada) y por lo tanto, se presenta como más dinámica. Hyundai también tiene previsto lanzar este 2015 un nuevo motor de tres cilindros turboalimentado de un litro de cilindrada que dará 120 CV de potencia, y que en teoría deberá ser todavía más eficiente. Y si te convence el coche pero prefieres un propulsor diésel, la marca ofrece las versiones 1.1 CRDi de 75 CV y 1.4 CRDi de 90CV.
El Hyundai i20 con acabado Tecno que hemos probado equipa de serie algunos sistemas de ayuda a la conducción raros de encontrar en un coche de su segmento. Destaca la alerta de cambio de carril, que avisa al conductor mediante señal luminosa y pitido si se desvía de la trayectoria de forma involuntaria. También vienen de serie los sensores de aparcamiento trasero, el control de crucero, bluetooth integrado con mandos en el volante, el asistente para arranque en pendiente y las llantas de aleación de 16 pulgadas.
La inclusión de estos sistemas de serie busca marcar la diferencia con sus rivales, y atraer a un cliente que sepa valorar toda ayuda que incremente la seguridad activa. Es una tecnología que incrementa la percepción de estar conduciendo un coche bien construido, en el que se ha cuidado la calidad y ahora también un poco más el diseño.
Quiero uno, pero qué tal la fiabilidad?