El Santa Fe es un SUV de tamaño medio-grande absolutamente académico. Es un coche que hace bien todo aquello que se espera de él y que demuestra hasta qué punto las marcas coreanas han aprendido a hacer coches de todo tipo. El que busque un gran SUV de siete plazas, relativamente ágil en carretera, capaz de moverse sin problemas en pista, con un equipamiento más que notable y una calidad ejemplar, tiene en este Hyundai un coche a considerar. Su principal problema no es otro que el segmento en el que pelea. ¿Un Hyundai de 40.000 euros? os escandalizaréis algunos... Pues sí. Cuesta 40.000 euros porqué por mecánica, practicidad, espacio, aptitudes todoterreno, diseño, calidad y equipamiento, puede valerlos. Lo que pasa es que cuando alguien tiene 40.000 euros para gastarse en un SUV de gran tamaño, lo último que se le ocurre es comprarse un coche coreano de marca generalista.
Y frente a eso, el Santa Fe, por más que sea un coche esencialmente bien hecho, no puede luchar. El dilema actual de las marcas coreanas es si seguir peleando en segmentos como éste, coto casi exclusivo de las firmas premium, o abandonarlos como han hecho el resto de generalistas europeas. Mientras se deciden, sin embargo, aprovechemos para contaros las cualidades de este Santa Fe, que las tiene y muchas. Y si alguien valora más la relación precio-producto que el logotipo también en un coche de 40.000 euros, que pase y vea.
PVP: HYUNDAI Santa Fe 2.2 CRDi 4x4 Tecno Sky 40.190 €
Un SUV bien planteado
El Santa Fe es un SUV de siete plazas de gran tamaño con motor diésel de 197 CV y tracción a las cuatro ruedas; un coche de carácter claramente familiar con unas buenas prestaciones en carretera y unas aptitudes off-road correctas teniendo en cuenta que este apartado suele estar bastante descuidado en este segmento. Completamente renovado, este Hyundai es un producto global de la marca, que lo vende tanto en Europa (con pequeñas adaptaciones y, por supuesto, el motor diésel) como en Corea y en Estados Unidos donde convive con una versión larga que ocupa el lugar del Veracruz (nuestro iX55). Estéticamente es un coche agradable, sin un diseño radical y que entra por los ojos. Destacan la enorme parrilla trapezoidal delantera, la línea de cintura claramente ascendente y una parte trasera que recuerda a la de su hermano menor, el iX35. Es, en definitiva, un coche diseñado para que guste a casi todo el mundo pero en el que el diseño difícilmente se convertirá en un factor de compra definitivo.
Diseño interior agradable
El habitáculo es amplio, bien diseñado y bien rematado. Las plazas delanteras son muy confortables, con asientos amplios con múltiples regulaciones y un salpicadero en el que todo está en su sitio. Las líneas del salpicadero, con una consola central ancha, son muy suaves y los materiales utilizados tienen buena calidad. Como es habitual en Hyundai, el acabado es impecable aunque el coche no tiene la calidad percibida de un modelo premium. La instrumentación es muy completa y dispone de una pantallita multifunción entre los dos instrumentos principales mientras que el volante tiene un montón de teclas para gestionar el equipo de audio y el Bluetooth en las del lado izquierdo y el control de crucero y las informaciones del ordenador de a bordo en el derecho. El volante, por cierto, es excesivamente grande para mi gusto aunque es muy fácil de accionar ya que Hyundai ofrece de serie una dirección asistida con tres modos de funcionamiento; normal, deportivo y urbano. Las diferencias son apreciables. En el modo deportivo, la dirección gana firmeza, lo que garantiza una mayor precisión mientras que en el modo urbano, la superasistencia que comporta permite mover el volante con apenas un dedo, lo que facilita los giros y las maniobras en ciudad. En la consola central encontramos una gran pantalla táctil a color situada en posición relativamente elevada, que da servicio al equipo de audio y al navegador que es de serie en este acabado. Debajo están los mandos del climatizador y más abajo aún los conectores de audio (USB y aux-in) y las teclas de los asientos calefactables, también de serie. Junto al cambio está la tecla del freno de estacionamiento eléctrico y a la izquierda del conductor las que permiten conectar o desconectar algunos elementos de seguridad (control de descensos, alerta de cambio de carril, ESP, bloqueo de diferencial).
Segunda fila modular y tercera de emergencia
Las plazas de la segunda fila son también muy amplias y, además, Hyundai permite jugar con ellas para modular el espacio. La banqueta, partida en proporción 40/20/40, es deslizante (14 cm) y los respaldos son reclinables, algo muy útil para cuando, por ejemplo, los niños se quedan dormidos en sus elevadores. Si eso ocurre, basta con reclinar ligeramente el asiento hacia atrás para que no vayan dando cabezazos. La tercera fila (en la imagen) es absolutamente accesoria. Se pliega contra el piso del maletero y una vez desplegada ofrece dos plazas extra pensadas únicamente para niños de muy corta edad o para trayectos muy cortos. Si no se avanza la banqueta central son inutilizables y con ésta adelantada, el espacio para las piernas es irrisorio por lo que es imposible que un adulto las utilice. Hay otros coches del segmento, incluso más pequeños como el Nissan Qashqai+2 que ofrecen más espacio en esta tercera fila que el Santa Fe.
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El maletero con la tercera fila desplegada es prácticamente inexistente mientras que en configuración de 5 plazas tiene una capacidad de 516 litros, correcta para un coche de este tamaño que tiene que acomodar los dos asientos plegados en la base del asiento. El maletero lleva de serie conector de 12 voltios y un enchufe de 220 voltios, perfecto para conectar cualquier pequeño electrodoméstico. También dispone de una red de sujeción de carga y de un espacio en la base del maletero, pegado al umbral, donde puede almacenarse, en un hueco específico, el estor cubre-equipajes cuando utilizamos las siete plazas. El motor de 2,2 litros rinde 197 CV. Tiene las últimas tecnologías diésel (inyección directa, dos árboles de levas con culata de 16 válvulas y turbo de geometría variable) pero carece del tan de moda últimamente Stop/Start. Pese a ello, los consumos homologados son correctos con una media de 5,7 litros a los 100. Conseguir esa media implica circular sin carga en autopista a una velocidad estable de entre 100 y 110 km/h. A medida que cargamos el coche y variamos el recorrido, el consumo sube de manera notable, de manera que si os interesa el coche, pensad que os gastará, en un uso normal familiar, entre 7 y 8 litros a los 100 lo que teniendo en cuenta su tamaño, su peso, su transmisión 4x4 y sus posibilidades de carga, no es una mala cifra.
Un coche estable orientado al confort
El motor tiene un comportamiento tranquilo pero contundente cuando se le exige a fondo. La caja de cambios es de seis marchas, manual y peca de tener unos desarrollos largos, incluso el de la primera velocidad, que debería ser más corta pensando en su uso todoterreno teniendo en cuenta que no lleva reductora. El comportamiento del Santa Fe es satisfactorio. No es un coche de pretensiones deportivas y está claramente enfocado al confort de marcha propio de todo coche familiar de notable tamaño. Además, no deja de ser un SUV y eso exige que las suspensiones sean relativamente elásticas para proporcionar una buena capacidad de absorción de irregularidades en pista y un cierto recorrido de rueda para superar pequeños obstáculos.
En ciudad tiene las limitaciones que impone su tamaño pero entre la posición de conducción elevada y dominante y la dirección asistida en modo urbano, se defiende muy bien. En carretera, el confort manda pero la respuesta del chasis es buena, con una estabilidad que no admite críticas, un motor progresivo, que siempre está dispuesto a empujar, y una frenada acorde con su peso. Si nos metemos en carreteras de montaña, este Hyundai demuestra rápidamente que no son su fuerte pero admite con cierto estoicismo una conducción incluso decidida. Tiene la inercia propia de un SUV de su tamaño y tiende a ampliar el radio de las curvas como buen tracción delantera (recordemos que hasta que no existen problemas de deslizamiento de las ruedas delanteras, la transmisión prioriza siempre las ruedas delanteras). Es, por tanto, un coche eficaz, que responde con corrección en cualquier tipo de terreno y que no obliga a adoptar una conducción a la defensiva como otros SUV de gran tamaño.
Buena respuesta en pistas
En pista también responde. Y mejor que la mayoría de esta nueva hornada de SUV medios cada vez más asfálticos. La elasticidad de la suspensión le permite copiar muy bien los baches pero implica que no se pueda circular muy deprisa en pista por la facilidad que tiene para hacer topes de suspensión, lo que no es muy recomendable, no ya por la propia suspensión sino también porque la protección de bajos no es muy eficaz que digamos. El sistema de tracción 4x4 es de tipo electrónico y aplica el reparto que considera adecuado en cada momento. Además, la electrónica correctora está siempre presenta para frenar las ruedas que deslizan por lo que en pista, tiene un comportamiento que transmite seguridad. Cuando de lo que se trata es de meterse en "problemas" y superar algunos obstáculos, el Santa Fe es mejor que otros SUV sin llegar, ni de lejos, a lo que puede ofrecer un auténtico todoterreno con reductora. Sus ángulos característicos no son malos, dispone de un eficaz sistema de control de descensos, que frena el coche en las bajadas para que el conductor pueda ocuparse sólo de la dirección y tiene la posibilidad de bloquear al 50% la transferencia de par a los ejes para, en el caso de que quede una rueda en el aire, no se pierda toda la fuerza por ella.
Sin ser un franqueador nato, el Santa Fe se defiende en terrenos rotos (nada de fuera pista, por supuesto) aunque hay que jugar mucho con las inercias y atacar con mucho gas el obstáculo para evitar que el embrague sufra ya que los neumáticos que lleva son muy de asfalto. Éste Santa Fe es, por tanto, un coche interesante para aquellos que realmente necesiten un SUV grande, con mucho maletero y con siete plazas ocasionales. El equipamiento es muy completo y no admite opciones más allá de la pintura metalizada. Lleva todo lo que puede exigirse a un coche de su precio e incluso más (navegador, tapicería de cuero, asistente de cambio de carril, techo de cristal...) aunque el precio de 40.190 euros es elevado. No de manera absoluta pero sí teniendo en cuenta que va a un segmento donde las marcas Premium son las que dominan el mercado. Y a este nivel de precio, o la diferencia económica es muy favorable o el "marquismo" acostumbra a imponerse.
Qué mal ha envejecido este artículo de 2012 . Los coreanos hoy tal vez son los que más SUV vendan.