Lexus GS 450h

Dentro de poco hará 25 años que Lexus, la división de lujo del grupo Toyota, se creó para competir contra marcas como BMW, Mercedes-Benz, Audi, Jaguar o Infiniti, cuya presencia en mercados como el estadounidense era creciente. Desde entonces, esta marca se ha caracterizado por ser un referente en cuanto a construcción de automóviles con materiales de calidad, comportamiento confortable y silencioso, y propulsados por motores de alta cilindrada, potentes y con un bajo consumo.

Estos principios, que Lexus ha mantenido a lo largo de su breve historia, se ejemplifican perfectamente en este coche que probamos para vosotros: el Lexus GS450h. Esta berlina de cuatro puertas monta la segunda generación del sistema híbrido Lexus Hybrid Drive, que desarrolla junto con Toyota.

En este coche el sistema híbrido está formado por un motor de gasolina V6 de 290 CV y un motor eléctrico de 147 KW. Juntos dan una potencia combinada de 345 CV, y sitúan a este modelo como el segundo Lexus más potente de la gama, justo por debajo del magnífico LS600h de 445 CV.

El GS450h es un poco más pequeño que el LS, ya que no llega a los 5 metros de longitud. Por debajo de él tenemos a una berlina más compacta, el Lexus IS. El GS450h es un coche que entra en directa competencia con otros híbridos de similares características, como el BMW ActiveHybrid5, el Audi A6 Hybrid, el Mercedes-Benz Clase E300 BlueTech Hybrid o el japonés Infiniti M35h. Como ellos, se caracteriza por ser un excelente vehículo para empresa o familias, gracias a su tradicional carrocería de tres volúmenes, por tener un habitáculo cargado de detalles y de equipamiento de lujo, además de un potente propulsor con pide poco combustible.

Exceptuando el Mercedes, que monta un motor diésel, en comparación con el resto de híbridos con motor de gasolina el Lexus GS450h se presenta como el más eficiente, es decir, el que tiene la mejor relación potencia/consumo. Le sigue muy de cerca el BMW ActiveHybrid5, otra referencia en este sentido, que ofrece 340CV con consumo oficial de 6,4 l/100km.

Veamos el coche más en detalle. Su carrocería tiene una línea bastante clásica, muy de coche de representación. La trasera no es muy original y recuerda vagamente a la del BMW, con esas ópticas que fluyen hacia las aletas y un parachoques muy bajo, diseñado para mejorar la aerodinámica.

Es en el frontal donde la creatividad de los diseñadores sale a relucir. Aquí vemos una gran parrilla con forma de "doble punta de flecha", dividida en dos áreas y acompañada de unos agresivos faros con luces diurnas LED. Este frontal es el que da el toque deportivo a un coche que, como veremos, quiere combinar lo mejor de una cómoda berlina para largos desplazamientos con el comportamiento deportivo que se le supone a un vehículo con 345 CV.

El interior se muestra acorde con la personalidad que este Lexus transmite desde fuera. Encontramos un habitáculo muy original, bien diseñado, construido con materiales de alta calidad: el cuero abunda por toda la cabina, las molduras de madera rematan el salpicadero, y el tacto y aspecto de los pocos plásticos a la vista es sobresaliente.

Al subirte al coche sorprenden dos cosas: por un lado, la gran consola central, que divide el espacio entre el conductor y el pasajero de forma muy clara. Por otro, la enorme pantalla de 12,3 pulgadas, la más grande del mercado, que sirve para ver y controlar el funcionamiento del navegador, el equipo de audio Mark Levinson, el climatizador o el teléfono.

Estos sistemas se manejan con un pequeño mando que simula el ratón de un ordenador. La solución es original y atractiva, pero este mando peca de demasiada sensibilidad y a veces poca precisión, lo que obliga a repetir algunas operaciones bastante a menudo.

Más abajo encontramos otro mando, con forma de dial, correspondiente al Lexus Drive Mode, el sistema que permite modificar el funcionamiento del coche en base a tres programas: ECO, Sport S y Sport S+, este último el más deportivo. En cada uno de ellos se adapta de forma automática la cartografía del acelerador, la velocidad de funcionamiento del cambio y la dureza de la suspensión para lograr el comportamiento deseado, ya sea más ecológico o más deportivo.

Los asientos tienen una forma muy del estilo de coche americano, anchos, con mucho mullido y con una sujeción mejorable. Disponen de regulación eléctrica, memoria, calefacción y refrigeración. La columna de dirección también es eléctrica, por lo que podemos ajustar la postura de conducción al milímetro.

Todo esto hace que desde un primer momento te encuentres muy a gusto. Algunos pulsadores están un poco escondidos, como el del freno de mano eléctrico o el que sirve para abrir el maletero. Pero en general, la disposición y el tacto de los mandos es acertada.

En las plazas traseras, aptas para tres personas, se disfruta de un buen espacio en todos los sentidos y un nivel de confort notable. Sólo el intrusivo túnel de transmisión compromete el confort de la plaza central trasera, lo habitual. Si viajan dos pasajeros, el respaldo de la plaza central puede abatirse para utilizarse como apoyabrazos y sujetabotellas. Este Lexus cuenta con un climatizador "inteligente", que detecta el número de pasajeros que hay en el coche para dirigir el aire de forma individual y personalizada, para ahorrar así energía.

A la hora de viajar, el único inconveniente es la dimensión del maletero. Lexus ha mejorado la capacidad de carga de este maletero respecto al del modelo anterior, nada menos que en 60 litros. Ahora ofrece 482 litros, que no están mal, pero hay poca profundidad para colocar según qué bultos. Por otro lado, en este híbrido las baterías se han situado detrás de los respaldos de las filas traseras, y esto impide que podamos abatirlos para ampliar la capacidad de carga. Disponemos, no obstante, de un pequeño doble fondo en el piso para colocar pequeños bultos.

La lógica limitación del maletero y la escasa modularidad interior hacen del Lexus GS450h un coche más adecuado para un uso como vehículo de empresa que como coche de familia, aunque tenga buenas aptitudes para ello.

Puedo asegurarte que éste es uno de los coches más confortables que he probado últimamente. El motor de gasolina apenas se oye, como tampoco se percibe claramente la transición entre el motor eléctrico y el térmico, algo que en otros híbridos resulta más evidente.

El confort también se obtiene gracias a una insonorización de la cabina impecable, hasta el punto de que puedes conducir a alta velocidad y escuchar perfectamente el sonido de alta fidelidad que emiten los altavoces de su equipo de música Mark Levinson como si estuvieses en el salón de tu casa. Las suspensiones absorben perfectamente las irregularidades del asfalto, y no se transmiten vibraciones al habitáculo.

La respuesta del motor también contribuye al buen confort de marcha. Es un motor que entrega mucho par abajo, fruto de la acción instantánea del motor eléctrico, y entrega la potencia de forma muy lineal, sin brusquedades.

Todo en este coche funciona de forma muy suave. Incluso activando el modo de conducción más deportivo, el Sport S+, el coche mantiene esa suavidad de respuesta y confort de marcha. El exceso de rigidez o la brusquedad en las reacciones del motor que podemos percibir en otros sistemas adaptativos de carácter más deportivo no existen en este Lexus.

Todo ello demuestra que la marca japonesa ha cuidado especialmente que el GS450h tenga un comportamiento rutero, confortable, agradable para largos desplazamientos, antes que desarrollar un coche con un carácter más deportivo que sus 345 CV podrían hacernos pensar. También es cierto que su eficacia a la hora de acelerar (0 a 100 km/h en 5,9 segundos), la precisión de su dirección, la nobleza de su chasis y la potencia de su motor pueden darnos grandes placeres en carretera abierta circulando a ritmo alegre, o bien en circuito. Pero claramente su objetivo no es ese.

En carretera de montaña, el GS450h demuestra un buen andar, seguro y aplomado. Aunque es un tracción trasera, es difícil hacer deslizar su tren posterior. Si sobrevira, entonces el control de estabilidad corrige de forma instantánea para colocar el coche en su sitio.

A la hora de enlazar curvas o frenar, se notan algunas inercias típicas en un coche que se acerca a las dos toneladas, y la carrocería balancea un poco en los apoyos. El tacto de la dirección, tirando a duro, contribuye a crear esa sensacion de pesadez en marcha.

Sus prestaciones en conducción deportiva también se ven condicionadas por la utilización de un cambio CVT o de Transmisión Variable Continua. Este tipo de cambio, muy utilizado en los coches híbridos con motor de gasolina, tiene un funcionamiento muy suave, en el que no se nota en absoluto la transición entre relaciones. De hecho, el número de relaciones en este cambio es infinito, ya que no existen un número determinado de engranajes, sino que la relación de transmisión varía en función de la distancia entre dos poleas, básicamente. Es un cambio ideal para circular por ciudad o a un ritmo tranquilo por carretera.

Si decidimos utilizarlo de modo secuencial, como si se tratase de un cambio automático convencional, disponemos de seis marchas prefijadas, que en realidad son seis posiciones prefijadas de sus poleas. Esto explica que cuando cambias de marcha no se note claramente la transición entre relaciones ni el cambio de desarrollo, y esto crea una sensación un tanto extraña. Además, en este CVT también se produce la típica descoordinación entre la subida de régimen del motor y la aceleración real del coche. Es decir, al dar gas a fondo, percibimos cómo sube de vueltas el propulsor y el coche no acelera en la misma proporción. Esto ocurre en la mayoría de híbridos que utilizan este tipo de cambio.

Si queremos un Lexus GS450h más deportivo, la marca japonesa ofrece la versión F-Sport, que monta llantas de 19 pulgadas, sistema Lexus Dyamic Handling System, con 4 ruedas directrices que hacen su comportamiento más ágil al ayudar a entrar el coche en las curvas, además de unos pequeños retoques estéticos que señalan exteriormente su filosofía más deportiva.

Dejo para el final uno de los grandes placeres que puedes encontrar en este coche y que justifican su compra: el rodar en modo eléctrico, aunque solo sea por un corto espacio de tiempo. El conductor puede decidir impulsar el coche sólo con baterías (siempre que éstas estén suficientemente cargadas) pulsando el botón EV situado en la consola.

La autonomía en modo totalmente eléctrico es corta (apenas 3 o 4 kilómetros como máximo) pero suficiente para salir del aparcamiento, circular por la calle central de tu pueblo o estacionar en absoluto silencio, sin contaminar y sin gastar gasolina.

Estos cortos periodos de circulación con cero emisiones son los que permiten reducir considerablemente el consumo medio de combustible, y los que diferencian a este Lexus de la versión con motor de gasolina o cualquiera de los modelos de su competencia equipados con un motor diésel. Es posible hacer consumos en torno a los 6,2 litros que marca la casa como cifra oficial, pero a ritmo muy suave.

Por norma general están algo por encima, como es habitual, y durante nuestra prueba registró 6,7 l/100km. en autopista, 7,9 en carretera y 9,1 en ciudad. En cualquier caso, teniendo en cuenta el tamaño, peso y potencia de este coche, son consumos muy buenos. Sin el propulsor híbrido las cifras serían fácilmente dos y tres litros a los cien superiores.

Esa eficiencia energética también tiene un precio, que en este Lexus se sitúa en 70.700 euros, que corresponde a la versión que veis en las fotos. La marca japonesa comercializa un acabado, el Hybrid Plus, que equipa Lexus Dyamic Handling System (4 ruedas directrices) y un completo grupo de sistemas de seguridad activa , como un sistema de visión nocturna, detector de vehículos en ángulo muerto, Head Up Display o un sistema pre-colisión, entre otros, y que cuesta 85.500 euros. Por encima de esta version se vende el acabado más deportivo, F-Sport, con pequeños cambios estéticos, a un PVP de 88.000 euros.