Alma renovada
La prueba que hoy os presentamos tiene como protagonista al que quizás sea el modelo más importante dentro de la gama de Mazda, el Mazda6, con perdón de la última incorporación a la familia como es el caso del Mazda CX-5. Rompiendo un poco con el procedimiento habitual, para esta primera prueba la marca nos ha cedido una unidad en su variante familiar. Exactamente se trata del modelo diésel con motor de 2,2 litros de 150 CV y cambio automático, en el acabado tope de gama, el Luxury, y un par de packs que lo dejan tan equipado como las berlinas familiares de referencia.
Es el segundo modelo en incorporar la tecnología Skyactiv, que no es otra que todo el conjunto de innovaciones introducidas en sus propulsores, tanto de gasolina como diésel, mejoras en las transmisiones y un nuevo chasis. Aunque si te apetece profundizar más y conocer todos sus detalles, te invito a que te adentres en el especial que le dedicamos hace unos meses en el siguiente link: Especial Mazda Skyactiv
Hablemos de precios: la variante Wagon está disponible a partir de los 27.180 €, correspondiente a la variante de gasolina de 145 CV en acabado Style, hasta 39.170 € del Mazda 6 Wagon de 175 CV diésel, con cambio automático y acabado Luxury con los packs Premium y Travel. El coche de pruebas que sirve de tester para esta primera prueba se sitúa en 38.220 euros (34.980€ + 2.570€ packs Premium y Travel + 670€ pintura Soul Red).
Aspecto rompedor
El salto cualitativo es apreciable a simple vista. Tan sólo hay que darse una vuelta alrededor del coche para percibir el gran trabajo de diseño que se le ha aplicado. Por supuesto, respetaremos los gustos de cada uno, pero si tengo que dar mi opinión os diré que me pareció precioso desde que empecé a ver las primeras imágenes que salieron por la red hace ya un tiempo. En vivo gana mucho, y más con el color rojo Soul Red(aunque me parece un poco caro).
El nuevo Mazda 6 supone la representación más pura de lo que la marca llama diseño Kodo, alma de movimiento. Este sentimiento místico intenta reflejar en sus modelos dinamismo inspirado en el movimiento de los animales en la naturaleza. Vale, sí, esto hay que cogerlo con pinzas y creer lo que nos digan, pero si es su fuente de inspiración... a mí me vale. Entrando en materia, estaba clarísimo que Mazda tenía un reto importante a la hora de mejorar un modelo que ya de por si estaba francamente bien. El resultado de meses, años de desarrollo y pruebas, nos trae un familiar con un cierto aire deportivo, con un frontal imponente, acompañado de un largo capó, pasos de rueda bien marcados, líneas fluidas en el lateral y una pronunciada caída del techo hacia la parte trasera.
Detalles como las grandes llantas de 19 pulgadas, la nueva parrilla en forma de ala, la luz diurna de tipo LED, las barras del techo o el cuidado diseño de los pilotos traseros le aportan una dosis extra de detalles de gran calidad que aumentan su atractivo estético.
Tanto en la variante sedán como en el wagon las dimensiones exteriores son mayores que las del modelo que preceden, siendo el familiar ligeramente más corto, aunque figura entre los más largos del segmento (4.805 mm).
Un interior a la altura de las expectativas
Continuando con la gran puesta a punto exterior, el interior debía ser acogedor y refinado, con suficiente espacio para los 5 ocupantes además de ofrecer un gran maletero, un punto clave en este tipo de vehículos. Se han mejorado las formas para ofrecer mayor espacio tanto para los ocupantes delanteros como para los traseros. Estos últimos están de enhorabuena gracias al excelente espacio disponible para las piernas, sino el mejor, de los mejores de la categoría. Además se han revisado los asientos traseros que ahora ofrecen una banqueta más larga (+30 mm) y un respaldo más alto (+29 mm), a la vez que se amplía también el reposabrazos central (+60 mm). Los asientos de cuero, los delanteros regulables eléctricamente, pertenecen al equipamiento del pack Premium. Son completamente nuevos con una estructura más ligera, por lo que pesan menos, que mejoran en confort y sobretodo la sujeción lateral.
Una vez sentado al volante es muy fácil encontrar una postura óptima de conducción, gracias a la precisa configuración del asiento, con ajuste lumbar incluido, y a la regulación en altura y profundidad del volante multifunción. Prácticamente todos los botones se han colocado cerca y con una ligera orientación hacia el conductor. En el panel de instrumentos encontramos dos grandes esferas correspondientes al cuentarrevoluciones y velocímetro con un pequeño display de 3,5 pulgadas en el centro con la información básica del viaje: consumo medio, distancia recorrida, temperatura... Otros datos, como el audio o la navegación los encontramos en la pantalla táctil de 5,8 pulgadas situada en el centro de la consola central, en una posición un poco más alta que en el modelo anterior, muy intuitiva y fácil de manejar, tanto con el dedo como con el mando giratorio HMI commander situado detrás de la palanca de cambios.
La calidad de los materiales es muy buena en general. Predominan los materiales blandos en prácticamente todo el habitáculo creando un clima de bienestar y de tacto agradable. Lamentablemente, encontré un pequeño fallo que hubiese sido bastante fácil de solucionar. Si nos fijamos en la parte baja de la consola central, vemos que esta parte es de plástico duro. Esto no sería un problema si no me hubiese encontrado el pedal del acelerador excesivamente escorado hacia la derecha, lo que provocaba que continuamente tuviese la pierna apoyada en esta zona, causándome, al cabo de unas horas al volante, alguna pequeña molestia. Simplemente con una parte acolchada pienso que se podría haber arreglado el asunto.
Ya que estoy con la parte negativa, tengo un par más de puntos mejorables. Es cierto que se han rediseñado la mayoría de espacios de almacenaje, más grandes, más cómodos y más a mano, lo que no acabo de entender es el porqué sólo se ha dejado espacio para una botella en las puertas. El tamaño de uno de los huecos portaobjetos más utilizados por los conductores ahora tiene unas dimensiones bastante escasas. Por último, encontré un poco justa la visibilidad trasera: cierto es que son casi 5 metros de coche y que la ventanilla del portón queda bastante atrás, pero creo que esta es demasiado pequeña y no deja ver del todo bien. Nada escandaloso, pero también se podría haber mejorado.
1.664 litros de maletero
Hablar de un familiar y no hacer un punto y aparte en el maletero sería de juzgado. El gran volumen de carga empieza por unos meritorios 522 litros de capacidad con todos los asientos utilizables. Además, la baja boca de carga junto con las formas de las paredes laterales permiten cargarlo sin demasiadas complicaciones. Ahora bien, si no viaja nadie en las plazas traseras, abatibles los respaldos en configuración 60/40, el Mazda 6 nos ofrece la excelente capacidad de hasta 1.664 litros.
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Como curiosidad, en las dos paredes laterales del maletero encontramos unos prácticos tiradores que no hacen otra cosa que plegar automáticamente los respaldos sin la necesidad de tener que abrir las puertas de las plazas traseras para hacerlo desde la parte superior de los mismos. Un detalle bastante útil que nos ahorrará tener que dejar objetos en el suelo para después del plegado volver a cogerlos. Otro detalle bien pensado es el compartimiento que se ha propuesto, bajo el piso del maletero, para guardar lo que sería la bandeja, que en algún momento nos podría molestar para cargar objetos altos. También existe una cortinilla trasera para proteger a los pasajeros traseros del sol en el “cogote”, lo que pasa es que, o no existe o no le supimos encontrar el hueco para guardarla una vez retirada...
Mecánica
El motor Skyactiv-D de 2.2 litros pesa menos que su predecesor, lo que ayuda a un mejor reparto del peso total del Mazda 6. La tecnología Skyactiv ha permitido dotarle de una combustión interna más eficiente gracias a una relación de compresión muy baja, lo que supone un menor esfuerzo sobre las piezas del motor y la utilización de componentes más ligeros.
Este propulsor está disponible con dos potencias: 150 y 175 CV. La variante de menor caballaje que estamos probando ofrece un par máximo de 380 Nm a partir de las 2.000 rpm, una cifra que permite al Mazda 6 Wagon circular tranquilamente a un régimen relativamente bajo ahorrando el mayor combustible posible.
La transmisión automática Skyactiv-Drive de seis velocidades está perfectamente configurada para proporcionar unos cambios realmente suaves, sin apenas tirones, con una reacción mucho más rápida a la hora de reducir. Algunos cambios dudosos, o al menos cuando no los queríamos, nos hacían decantarnos por acabar tirando la palanca hacia la izquierda y manejarlo secuencialmente cuando nos apetecía estirar o mantener alguna marcha conduciendo alegremente.
Con esta configuración, motor diésel de 150 CV y cambio automático, el Mazda 6 Wagon acelera de 0 a 100 km/h en 9,8 segundos para poder alcanzar una velocidad máxima de 204 km/h. Según la ficha técnica, tiene homologado un consumo medio de sólo 4,8 litros, aunque a mi se me quedó prácticamente un litro por encima (5,9 l/100 km).
Una novedad que introduce el Mazda 6 es el freno regenerativo i-Eloop, que ayuda a ahorrar algo de combustible. Utiliza un condensador acumulador que almacenar la electricidad recuperada al frenar para, posteriormente, usarla para alimentar a los diferentes sistemas eléctricos del vehículo. En el display del cuadro de instrumentos se puede apreciar un gráfico que nos muestra el nivel de carga y en qué momento está actuando.
También dispone del ya habitual sistema de parada y arranque automático i-stop, de serie en todas las versiones, que no acabó de gustarnos del todo. Os explico: a estas alturas todos sabemos en qué consiste este sistema, apaga el motor cuando se detiene el vehículo y lo enciende cuando soltamos el freno. Hasta aquí todo bien, lo que pasa que en el Mazda, frenando de una forma suave, como lo haríamos normalmente, pocas veces se activa. Cuando el coche está ya detenido hay que acabar de presionar más el pedal, entonces empieza a funcionar. Me pareció algo extraño la verdad, más que nada porque en la mayoría de veces se me olvidaba presionar ese poco de más y no lo estaba usando cuando paraba en los semáforos.
Ágil y cómodo de conducir
Gracias a la significativa reducción de peso, potenciada por el Skyactiv-Chassis y la carrocería aligerada Skyactiv-Body, el modelo se muestra mucho más dinámico y estable, a la vez que ofrece una sensación de mayor seguridad y control al volante. Aún circulando a ritmo alto en carreteras reviradas (no es su hábitat natural) se muestra bastante preciso, sin demasiado balanceo de la carrocería gracias a una nueva puesta a punto de la suspensión trasera multibrazo, algo más rígida.
Sin lugar a dudas donde de verdad se puede disfrutar del Mazda 6 Wagon es en la autopista, a velocidades de crucero. Me atrevería a afirmar que ha sido uno de los coches que más me ha gustado en este aspecto. El tarado de las suspensiones es correcto, más firme que blando, los ingenieros de la marca japonesa han encontrado el punto clave para un perfecto funcionamiento. La amortiguación filtra cualquier irregularidad de la vía transmitiendo al volante la justa sensación para que el conductor sepa en todo momento en que tipo de firme está circulando. La dirección asistida eléctrica presenta una desmultiplicación de 14:2, algo que se agradece y permite enlazar curvas sin apenas tener que cambiar la posición de las manos en el volante.
La competencia no se lo pondrá nada fácil
Modelos de la talla del Toyota Avensis Cross Sport, Opel Insignia Sports Tourer, Ford Mondeo Sportbreak, Peugeot 508 SW o Skoda Superb Combi, entre otros, son con los que ha de rivalizar el Mazda 6 Wagon.
Juega a su favor el hecho de disponer de uno de los maleteros más grandes del segmento, de una habitabilidad de primera y de la tecnología Skyactiv que realmente parece haberle dado algo más a un modelo que de por sí ya era muy bueno. Ahora bien, quizás la poca variedad de propulsores y potencias donde elegir pueda costarle algún pequeño pellizco...
Pero no tiene indicador de la temperatura del agua. Este coche me tenia medio convencido, pero por ese detalle me hace dudar. Un detallito que, cuando falla algo en el motor te puede salvar de una avería de importancia. Cada vez hacen los coches con mas pijaditas en el cuadro y lo importante lo van dejando en el olvido.