Todos podemos soñar en ser propietarios, algún día, de un Mercedes-Benz SLS AMG . Pero los más de 200.000 euros que cuesta limitan considerablemente el público que puede acceder a él, y sus casi 600 CV el uso diario que podamos darle. Por suerte, Mercedes-Benz ofrece un coche algo más terrenal pero no por ello menos preparado para ofrecer sensaciones: el SLK. Este roadster o descapotable llega ahora a su tercera generación (el primer SLK se presentó en 1996). Mantiene el mismo carácter deportivo y a la vez lujoso que el primer SLK. Como novedad, monta la nueva gama de motores de Mercedes-Benz de 4 y 6 cilindros menos bebedores, además de un revisado equipamiento. Y como primicia, el nuevo SLK equipa un techo retráctil panorámico con función Magic Sky Control, que permite que podamos aclarar o oscurecer el cristal con tan sólo pulsar un botón. La estética de este Mercedes también se ha revisado. A primer golpe de vista y observado de frente, nos recuerda el frontal del SLS, aunque también al mítico 190 SL de los años cincuenta. Es una mezcla de clasicismo y modernidad, algo que la firma de la estrella parece saber hacer bien. Una vez al volante, el SLK es capaz de proporcionar un buen cúmulo de sensaciones de conducción, sobre todo si optamos por la experiencia de conducir a cielo abierto. Pudimos comprobarlo durante una toma de contacto que se desarrolló en una ruta de más de 200 kilómetros, la mayor parte por reviradas carreteras de montaña. Sin duda, el escenario ideal para testear un deportivo de tracción trasera diseñado para ofrecer puro placer de conducción sin por ello sacrificar el confort o una mínima practicidad para el uso diario.
PVP: MERCEDES-BENZ SLK 200 BlueEfficiency 42.300 € MERCEDES-BENZ SLK 250 BlueEfficiency 47.600 € MERCEDES-BENZ SLK 350 BlueEfficiency 57.150 €
Diseño
Las dimensiones y proporciones del SLK responden a lo que uno espera en un roadster deportivo. Su largo capó (fabricado en aluminio) es el protagonista principal, seguido de un habitáculo de reducido tamaño (dos plazas) y una zaga corta y contundente. Visto de perfil, es inconfundiblemente un coche deportivo. Y visto de frente, no lo es menos. Su frontal hereda algunos rasgos del SLS "alas de gaviota", a nuestro parecer de forma muy acertada. Mientras que detalles como las rejillas de ventilación con perfil cromado en los paragolpes delanteros recuerdan a los roadsters de Mercedes-Benz de los años 50. Dependiendo del acabado escogido, el coche puede montar llantas de 16, 17 o 18 pulgadas, estas últimas sólo en los SLK equipados con tren de rodaje deportivo. Pero lo que justifica un coche como el SLK es su techo retráctil, capaz de transformarlo de cupé a descapotable en menos de 20 segundos. Mercedes-Benz ha decidido montar en este coche, ya desde la primera generación, un techo rígido en lugar de una lona. Esto permite colocar un cristal panorámico y sistemas tan curiosos como el Sky Control. Con el Sky Control (opción) podemos modificar la opacidad del cristal pulsando un botón. Es decir, el cristal cambia de claro a oscuro en un instante, fruto de un impulso eléctrico, y por lo tanto, deja traspasar más o menos radiaciones en el interior del habitáculo. Este novedoso sistema genera un mayor confort interior en el supuesto de conducir con el techo cerrado, y evita el uso abusivo del aire acondicionado.
Habitabilidad
Esta filosofía deportiva se traslada al interior. El conductor adopta una posición baja, retrasada, concebida para recibir información de primera mano sobre lo que ocurre entre nosotros y la carretera. El puesto de conducción es muy ergonómico y fácil de ajustar.Ante nosotros se sitúa un volante de tres radios, de gran grosor, achatado en su parte inferior, y con mandos multifunción integrados. Entre conductor y pasajero hace de frontera la consola central, elevada y que sirve de apoyabrazos. El aire deportivo del interior es innegable, aunque como suele ser típico en Mercedes, esto no significa que se hayan realizado concesiones al confort. La ergonomía, el equipamiento de lujo, los abundantes detalles y la sobresaliente terminación de todo el habitáculo contribuyen a hacer placenteros los viajes, aunque estos sean de largo recorrido. La capacidad del maletero, un punto que suele ser crítico en este tipo de coches, está bien solucionada: 335 litros con el techo retráctil cerrado, 225 litros con éste abierto. En el peor de los casos, nos caben dos bolsas de deporte grandes.
Mecánica
La revisión que Mercedes-Benz ha hecho en el SLK ha servido para renovar la gama de motores hasta ahora disponibles. En total, son tres las versiones disponibles, todas ellas en gasolina: dos motores de cuatro cilindros, el del SLK 200 de 184 CV y el del SLK 250 de 204 CV y un nuevo V6 de 306 CV, que monta el SLK 350. Los motores de cuatro cilindros se basan en la filosofía "downsizing", en la cual se disminuye la cilindrada y se compensa con la inyección directa de gasolina y la sobrealimentación por turbocompresor. Con estos motores, Mercedes-Benz ha logrado reducir el consumo hasta un 25% con respecto al anterior SLK. Una disminución de consumo similar se ha obtenido con el nuevo V6, que también se beneficia de la inyección directa de última generación combinada con inyectores piezoeléctricos y encendido por chispas múltiples para optimizar el gasto de combustible y lograr la mayor potencia. Por primera vez, todas las versiones del SLK pueden montar el cambio automático de 7 velocidades 7G- Tronic Plus. Es de serie en el SLK 250 y 350, y opcional en el SLK 200.
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Comportamiento
Durante la toma de contacto con el coche pudimos conducir una unidad del SLK 350, la más potente y equipada. 306 CV no son pocos, y aplicados en un coche diseñado para hacerlos efectivos sin dilación sobre el tren de rodaje, es garantía de buenas sensaciones. El SLK 350 acelera de 0 a 100 km/h en 5,6 segundos. Las recuperaciones también son rápidas, como corresponde a un V6 cargado de par, y esto permite practicar una conducción deportiva sin contemplaciones. El coche es ágil, rápido y preciso a la hora de trazar las curvas. El motor y su elasticidad ayudan a enlazarlas los virajes en un santiamén, con total seguridad. Pero como es característico en los coches de la marca de la estrella, esto no significa que se deje de lado el confort. En el SLK ambos aspectos tienen cabida. Sobre todo si optamos por instalar el paquete dinámico, que incluye un tren de rodaje con regulación progresiva de los amortiguadores. Los amortiguadores adaptan su reglaje permanentemente, en función del estado de la calzada o de nuestra técnica de conducción. Esto se traduce en una conducción confortable en carreteras en mal estado, o bien un comportamiento más rígido y efectivo a la hora de circular a buen ritmo por carreteras reviradas. Podemos elegir precisamente entre dos modos de funcionamiento básico de la amortiguación: confort y sport, pulsando un botón. Con el paquete dinámico, el SLK también rebaja su altura 10 milímetros. Esta positiva experiencia de conducción en carreteras sinuosas también viene influida por sistemas como el Torque Vectoring Brake, que acciona el ESP sobre el freno de la rueda trasera del interior de la curva para estabilizar el vehículo. O la dirección más directa y sensible a la velocidad que viene incluida con el paquete dinámico, que varía su desmultiplicación y ayuda a cambiar de dirección con menos giro de volante.
Seguridad
Muchos de los sistemas desarrollados por Mercedes-Benz en los últimos años, que también pueden verse en el nuevo Clase C, se han incorporado a la versión 2011 del SLK. Por ejemplo, el Attention Assist (detector de cansancio) o el Adaptative Brake (ABS, control de tracción y regulación del momento de guiñada GMR), que vienen de serie. Como opción, podemos montar el Tempomat con regulación de distancia Distronic Plus o el freno Pre-Safe que advierte acústicamente y si es necesario frena el coche para evitar una colisión, entre otros.
Valoración final
Estamos ante un roadster de bellas formas, de aire deportivo pero no por ello poco lujoso y refinado. Mercedes-Benz está dispuesta a rejuvenecer la línea de sus coches, y lo hace de forma muy sutil, quizás poco atrevida, pero a nuestro parecer muy acertada. El nuevo SLK es ahora más bonito gracias a los nuevos detalles de su carrocería. Es igual o más deportivo que el modelo anterior, y viene mejor equipado. El restyling efectuado también ha servido para actualizar la gama de motores, ahora más respetuosos con el medio ambiente y menos bebedores. Ya sabemos que el consumo y la practicidad no es la prioridad de aquel que accede a un coche de este estilo, pero no está de más. Pueden ayudar a amortizar los 38.675 euros que vale un SLK 200 sin opciones, si eres de los que les gusta echar cuentas. Si te cuadran, no tienes excesivas necesidades familiares y buscas un coche con espíritu deportivo sin renunciar por ello al uso diario, el SLK es una excelente opción a tener en cuenta.
poseo un slk 200 be 2011 hace casi 2 años,y es una pasada,terminacion,comportamiento en carretera,repris,comodidad,fiabilidad,remate,lineas, en fin es un cochazo,no le pongo ninguna pega,consumo ajustado,el mio tiene 184 cv de gasolina y son de sobra,tira como un demonio,y equipandolo con faros inteligentes,partronic,navegador,piel,madera etc queda completo