El SUV compacto más potente del mercado
Partiendo de la base que el Mercedes-Benz Clase A es un compacto y que el GLA una variante SUV o crossover derivada del mismo, un poco más grande en tamaño, el modelo que hoy probamos se desmarca ligeramente y se adentra en un nuevo segmento: el de los SUV compactos deportivos.
La variante AMG del GLA pierde por completo las pocas aptitudes off-road que ofrecen las versiones estándar de éste y se enfoca exclusivamente a un uso en asfalto. Bajo el capó esconde una bomba en formato 2 litros de 360 CV de potencia y un chasis con una orientación mucho más deportiva.
Por el momento sólo cuenta con un rival directo, el Audi RSQ3 (aquí la prueba de la anterior generación de 310 CV y aquí el primer contacto con el nuevo RSQ3 de 340 CV), al que sigue superando en potencia partiendo de un motor más pequeño: cuatro cilindros y dos litros para el Mercedes y 5 cilindros y 2,5 litros para el Audi.
El GLA 45 AMG también es un poco más eficiente que el RSQ3 (según la ficha técnica). El primero logra homologar un consumo medio de 7,5 l/100 km mientras que el segundo se resigna a un mixto de 8,5 l/100. Por supuesto, en la práctica estas cifras ni las veremos, por lo que este aspecto no debería ser uno de los argumentos para la elección de uno u otro.
A partir de aquí vamos a centrarnos únicamente en el más deportivo de los GLA y descubrir qué novedades ofrece y hasta dónde puede llegar la deportividad en un SUV o Crossover compacto. Suena raro, ¿verdad?
Estética AMG… discreta
Este GLA 45 AMG tiene la virtud, o el defecto según cómo se mire, de pasar bastante desapercibido ante los ojos de la mayoría de viandantes y conductores. Respecto a un GLA normal añade elementos que le otorgan un aire más deportivo pero elegante a la vez. Para el cliente que desee un aspecto más rácing, durante el primer año de comercialización se ofrece también la versión Edition 1, que le añade un gran alerón trasero de dudoso gusto estético entre otras opciones.
Los cambios estéticos son prácticamente los mismos que se incluyen con el paquete AMG Line para las versiones convencionales. Se instalan paragolpes deportivos, con las entradas de aire más grandes, difusor y, a diferencia de la línea deportiva, la parrilla con una lama horizontal única y el grabado AMG. De serie se ofrece con faros bi-xenón.
En las aletas delanteras encontramos las letras AMG turbo y bajo los pasos de rueda llantas de 19 pulgadas y cinco radios de serie o de 20 pulgadas con 10 radios en opción. Otra de las novedades se encuentra en la zaga, con un difusor gris titanio que alberga la doble salida de escape doble.
En el interior la alta calidad se combina a la perfección con nuevos elementos que enfatizan el verdadero espíritu deportivo de este modelo. Se instalan asientos deportivos tipo baquet de cuero y microfibra con reposacabezas integrados y costuras en contraste de color rojo, también presentes en el volante multifunción de aspecto deportivo, con zona inferior recta y forrado de cuero napa, en el reposabrazos central y en las puertas.
Los cinturones de seguridad también son rojos y se monta un cuadro de instrumentos exclusivo AMG más deportivo con el ordenador de a bordo en color.
El salpicadero presenta una decoración en aluminio cepillado con 5 salidas de aire de gran tamaño. En la zona superior se encuentra la pantalla del sistema de infoentretenimiento muy cerca del campo de visión. Como opinión personal no me acaba de convencer demasiado la forma de presentarla que está adoptando Mercedes en toda su gama, da la sensación que no está integrada en el diseño general del interior. Cuestión de gustos.
No es una pantalla táctil, su funcionamiento se realiza mediante el controlador situado junto a la palanca del cambio, y nos ofrece toda la información relativa a la navegación, el audio, las llamadas Bluetooth, escuchar música o ver vídeos de nuestro teléfono smartphone conectado.
La habitabilidad es, lógicamente, la misma que la del modelo base. Es decir, es un poco más amplio que un Clase A pero me sigue siendo ofreciendo poco espacio para las piernas en las plazas traseras. El maletero en cambio no está nada mal: homologa 421 litros de capacidad con unas formas muy cúbicas para aprovechar al máximo el espacio de carga útil.
Mucho picante bajo el capó
Es el mismo motor que equipan los Clase A 45 AMG y CLA 45 AMG, el dos litros más potente de serie que se comercializa actualmente. Recordemos sus características: 4 cilindros, 2 litros de cilindrada, turbo, 360 CV y 450 Nm de par máximo.
Como todo motor AMG se ensambla a mano siguiendo con la tradicional filosofía de AMG “un hombre, un motor”. Si os fijáis en la fotografía del motor podréis ver una chapa firmada por el ingeniero encargado de nuestro motor, en este caso el señor Reichmann.
Echando mano de la ficha técnica comprobamos que este GLA 45 AMG es capaz de acelerar de 0 a 100 en sólo 4,8 segundos y alcanzar los 250 km/h, momento en el que entra el limitador electrónico. Hace gracia ver que se le homologa un consumo medio de 7,5 l/100 km cuando en la práctica no logramos bajar de los 9 l/100 km. Y si te encuentras con un puerto de montaña sin tráfico no será raro superar los 15 litros, y más, si le pisas con ganas.
Monta la transmisión automática deportiva de doble embrague AMG SpeedShift DCT de 7 velocidades, con levas en el volante, encargada de transmitir toda esta fuera a las cuatro ruedas mediante la tracción total variable AMG 4Matic. En conducción normal el eje delantero es el que ofrece toda la tracción para ahorrar combustible y en milisegundos puede repartir el par hasta una proporción del 50% delante y 50% detrás para mejorar la tracción en condiciones adversas o ante una conducción deportiva.
La transmisión cuenta con tres programas de funcionamiento según las preferencias del conductor. Mediante un botón situado junto a la palanca del cambio podremos cambiar entre los modos C (Confort), S (Sport) o M (Manual).
También se ofrecen tres modos del sistema electrónico de estabilidad: ESP On, ESP Sport y ESP Off, que permiten configurar el grado de intrusión o desconectarlo por completo. De serie cuenta con el Sistema de Asistencia Dinámica en Curva que interviene frenando las ruedas que se encuentran en el interior de la curva para mejorar el guiado y reducir el subviraje.
El chasis recibe varias mejoras para adaptarse a la exigente demanda que requiere este potente cuatro cilindros, a la vez que mejora notablemente el tacto en conducción deportiva. La suspensión delantera de tipo McPherson es más rígida y la trasera, de cuatro brazos, también incorpora una configuración más deportiva. Las barras estabilizadoras son más grandes y los muelles más duros.
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El sistema de frenos deportivos AMG añade discos ventilados y perforados de 350 mm delante y 330 mm detrás con las pinzas de freno en gris. El cliente puede pedir que las pinzas sean de color rojo disponibles en el catálogo de accesorios opcionales.
Por su parte la dirección, de tipo eléctrica, también recibe una nueva puesta a punto para que las reacciones y el guiado sean aún más precisos.
Monta llantas de 19 pulgadas de serie (las que veis en nuestra unidad de pruebas), con neumáticos en medida 235/45 R19, y opcionalmente pueden equiparse unas de 20 pulgadas y 10 radios de la serie AMG Performance Studio con neumáticos 235/40 R20.
Muy rápido y menos deportivo
Al volante se percibe obviamente como un coche mucho más deportivo que un GLA convencional. El tarado de las suspensiones más duro, los asientos estilo baquet, el volante deportivo y el sonido ronco que desprende el tubo de escape te cambia el chip al instante.
El motor empuja muchísimo ya desde un rango de revoluciones bajo y sube de vueltas como un auténtico deportivo. Los 360 CV bajo el capó son la bomba y dudo mucho que cualquiera que lo pruebe se quede con ganas de más. Me atrevería a decir que hasta le sobran algunos…
La puesta a punto del chasis es buena y se complementa muy bien con la potencia que exhibe el motor. No es tan radical como algunos compactos deportivos del momento, sino que su configuración ligeramente más confortable lo adecúa preferiblemente para vías rápidas.
En carretera de montaña las inercias salen a flote debido a un mayor recorrido de suspensiones, un centro de gravedad ligeramente elevado y un peso que supera los 1.500 kg. No evita del todo que la carrocería vire plana sino que se siente ligeramente el balanceo. Con esto no quiero decir que no se pueda ir rápido subiendo un puerto de montaña, todo lo contrario, pero habrá que ir con un poco de tacto.
La tracción AMG 4Matic se encara de repartir el par entre los dos ejes según las condiciones de la conducción y la vía. Durante la prueba nos estuvo lloviendo y había que forzarlo bastante para empezar a notar el subviraje.
La dirección se siente precisa y el cambio, en modo Confort y en Sport, brilla por su buena gestión de las marchas al interpretar a la perfección el tipo de conducción realizado. Los cambios son rapidísimos y casi imperceptibles. También contamos con levas en el volante para conducir en modo manual-secuencial y, como ocurre en otros modelos, al llegar al corte de inyección no sube una marcha sino que se mantiene hasta nueva orden.
De los frenos no podemos sacar una conclusión clara pues en mojado es imposible comprobar su eficacia. En estas condiciones el neumático adquiere gran parte del protagonismo.
La facilidad que muestra para mantener ritmos legales en autopista es asombrosa. No hace falta más que engranar, o dejar que la engrane automáticamente, la séptima marcha y acariciar el pedal del acelerador. Los 450 Nm de par se encargan de ofrecer buen empuje a bajas vueltas. A 120 km/h rodamos a muy pocas vueltas.
Olvidaros de los 7,5 l/100 km de media homologada que propone porque es prácticamente imposible acercarse a esa cifra. Como comento unas líneas más arriba lo normal será moverse en torno a los 9 litros si somos cuidadosos.
No es un compacto deportivo, bueno sí, pero no como tal. Es un coche muy potente con un punto de confort que se agradece a la hora de realizar trayectos de muchos kilómetros. ¿Podemos viajar con él sin “morir” en el intento? ¡Por supuesto! ¿Y podemos disfrutar de la conducción deportiva? ¡También! Pero sin llegar a la eficacia del Clase A 45 AMG, por ejemplo.
Precio y equipamientos
El Mercedes-Benz GLA 45 AMG tiene un precio base (sin descuentos) de 65.750 euros. Ofrece un buen equipamiento de serie que incluye, entre muchos otros elementos, la estética AMG para la carrocería, cristales tintados, embellecedores AMG, antinieblas, sensor de lluvia y luces, llave electrónica, climatizador Thermotronic, 6 altavoces o el tren de rodaje deportivo AMG.
En cuanto a la seguridad vemos que no le falta de nada: frenos de alto rendimiento AMG, Adaptive Brake con función Hold, airbags de conductor y acompañante, laterales y de rodilla, luz de freno adaptativa, 3 programas para el ESP, servofreno de emergencia BAS y sistema antibloqueo de frenos ABS, Collision Prevention Assist Plus, faros bixenón o tracción integral AMG 4Matic de serie, entre muchos otros.
Mercedes también ofrece varios elementos opcionales para que el cliente lo pueda configurar a su gusto. Como suele ocurrir en las marcas denominadas “premium”, el precio de los componentes opcionales es significativamente elevado.
La unidad de pruebas que nos ha cedido la marca monta varios de estos elementos que lo hacen más vistoso y funcional. En nuestro caso, la unidad que hemos conducido añade el Paquete AMG Night (609 €), la pintura Gris Montaña metalizada (856 €), el apoyo lumbar (226 €), el asiento del conductor con ajuste eléctrico y memoria (454 €), el asiento del acompañante también eléctrico con memoria (374 €), el techo corredizo panorámico (1.727 €) y volante AMG Performance en cuero napa (798 €).
Al final, el Mercedes-Benz GLA 45 AMG que veis en las fotografías nos sale por el módico precio de 70.795 euros (sin contar con posibles descuentos. Prácticamente el mismo precio que nos aparece si configuramos un Audi RSQ3 con el mismo equipamiento.
A mí este coche me gusta, pero el interior y, sobre todo, esa pantalla tomtomera.... uf, qué pecado.