Versátil y original
La gran mayoría de clientes de MINI compran sus modelos por su estética y por lo que estos representan. No obstante, cuando uno se plantea un vehículo también debe tener en cuenta razones funcionales, o al menos debería.
Un MINI normal ofrece un habitáculo pequeño, un acceso a las plazas traseras poco práctico y un maletero un tanto ridículo. Con el Paceman seguimos disfrutando del look tres puertas del MINI pero con un habitáculo más aprovechable y con un nivel de confort superior.
Para nuestra prueba dispusimos de un Paceman Cooper S con cambio automático y de tracción delantera, sin ser All 4 como el que probamos en esta videoprueba. La verdad es que nos sorprendió tanto por su efectividad en asfalto como por su confort en campo.
Carácter propio
Podemos identificar al Paceman como un MINI desde cualquier ángulo, no obstante, estamos ante un modelo cuyo diseño aporta un estilo mucho más personal. Para empezar su carrocería está elevada del suelo 16 cm, algo con lo que se consigue una estética crossover. A simple vista la parte frontal recuerda a la estampa de un Bulldog, tanto por sus musculosas aletas como por la forma de los faros y de las entradas de aire principales.
En la vista lateral destaca la moldura en forma diagonal de las aletas delanteras donde encontramos el intermitente, así como su fina línea de techo, en este caso en color blanco en contraste con el azul metalizado del resto de la carrocería.
Los pilotos traseros siguen la línea marcada por los faros delanteros con un estilo que se aleja de las formas esféricas y están envueltos por un marco cromado. El portón trasero describe una curva hacia fuera con la que además de aportar estilo propio al conjunto de la carrocería se consigue aumentar el volumen de carga del maletero.
Espacio y confort
Los asientos delanteros son bastante cómodos. Una vez sentados al volante disfrutamos de una excelente visibilidad, en gran medida gracias a la mayor altura de la carrocería con respecto a un MINI normal, más de 11 centímetros.
Los instrumentos son los característicos de MINI, con indicadores analógicos esféricos siendo el principal el cuenta-revoluciones. En la consola central el velocímetro de nuestra unidad de pruebas incorporaba en su interior la pantalla del navegador, logrando un resultado de lo más simpático y original aunque poco práctico a la hora de consultarlo.
Uno de los detalles que no me gustó demasiado fueron las manecillas de las puertas que describen un movimiento inverso al del prácticamente el resto de automóviles del mercado a la hora de abrirlas. Uno se acostumbra pero no es natural ni intuitivo.
En primer lugar acceder a los asientos traseros no es tarea fácil debido a su carrocería de tres puertas. Si a ello unimos una mayor altura libre al suelo obtenemos un resultado poco práctico tanto a la hora de acomodar a personas mayores como a la hora de sentar a nuestros peques en sus sillitas infantiles.
Otro punto flaco del Paceman es contar con sólo dos asientos individuales detrás. La atractiva forma del techo que describe una ligera caída hacia la parte trasera también influye en el habitáculo reduciendo la altura libre de los pasajeros traseros.
No obstante, una de las grandes virtudes del Paceman la encontramos al abrir el portón trasero, nos referimos a su amplio maletero. En configuración de 4 plazas ofrece 330 litros, más del doble del MINI convencional.
Si abatimos los respaldos de la segunda fila podremos incrementar el volumen de carga hasta los 1.080 litros, una solución ideal para los amantes de los deportes de aventuras que quieran llevar equipos de gran formato consigo.
Falta un autoblocante
La versión que probamos del Paceman Cooper S era la de tracción delantera. Su motor 1,6 litros turbo entrega 240 Nm de par de forma continua entre las 1.600 rpm y las 5.000 rpm y con un overboost dispondremos durante 15 segundos de 260 Nm.
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La primera embestida de par desborda al tren delantero, algo que se podría solucionar montando un diferencial autoblocante de deslizamiento limitado. Es una lástima que esta opción no exista en el catálogo de opciones de MINI. La mejor solución es pues decantarse por la versión ALL4 de tracción integral.
Esta falta de tracción hace que no podamos aprovechar todo el potencial del propulsor. Ello también provoca un incómodo torque steering que nos obliga a lidiar con el volante al acelerar a fondo en una maniobra de adelantamiento, por poner un ejemplo.
Gracias a la curva casi plana de par las recuperaciones son fulgurantes. Apenas hace falta estirar el motor al máximo de revoluciones para buscar los 184 CV de potencia máxima que no llegan hasta las 5.500 rpm.
Una caja automática brillante
La caja de cambios automática de seis relaciones es una de las mejores de su segmento. Ahora están de moda las cajas de doble embrague, no obstante, cambios como el de MINI demuestran que un buen automático con convertidor de par también puede ser ideal tanto para circular de forma cómoda como en modo deportivo.
En modo D es extremadamente suave, los cambios de marcha apenas son perceptibles. Cuando colocamos la palanca en la posición S cambia de velocidad a un mayor régimen de giro y se muestra algo más brusca. En modo secuencial podemos seleccionar la velocidad tanto con la palanca como con los mandos del volante.
Cuenta con una palanca ubicada en la posición tradicional del túnel central, además de mandos en el volante. Estos mandos ofrecen un accionamiento un tanto particular puesto que podemos tanto subir como bajar de velocidad con ambas manos. Para que nos entendamos, a ambos lados del volante hay unas palancas que si las desplazamos hacia delante bajamos de marcha, mientras que si tiramos de ellas hacia nosotros subimos de velocidad.
Unas levas típicas, con la derecha para subir y la izquierda para bajar, habrían sido mucho más intuitivas. Sólo probé como funcionaban durante un rato de la sesión de fotos, el resto de los días de pruebas circulé siempre en D porque las levas no me convencieron en absoluto.
Sigue siendo un MINI
El equipo de suspensión del Paceman Cooper S está formado por un esquema tipo McPherson en el tren delantero y por un multibrazo en el tren trasero. Su altura libre al suelo es superior a la de un MINI Cooper S normal, no obstante es 3 mm más bajo que un Countryman Cooper S.
En carretera ofrece un nivel de firmeza más que aceptable, lo justo para que pise bien sin llegar a ser incómodo. Inclina la carrocería lo justo pero en todo momento se muestra noble y avisa de lo que va a acontecer en breve.
Aunque los usuarios del Paceman harán un uso eminentemente urbano de él, también se desenvuelve de forma ejemplar en carretera secundaria. Su batalla de 2.596 mm ofrece una excelente estabilidad en vías rápidas, donde podemos rodar a alta velocidad con un control total del vehículo.
Las tan molestas bandas sonoras pueden llegar a parecer un castigo divino al volante de un MINI Cooper S, no obstante, al volante del Paceman no lo son tanto. No hay que temer por que se nos pueda caer un empaste.
Tuvimos la oportunidad de conducirlo por pistas no asfaltadas, un tipo de camino en el que podríamos circular con cualquier turismo. En esta leve incursión rural el Paceman nos sorprendió gratamente.
Los amortiguadores filtran muy bien las irregularidades del suelo con lo que permite rodar a un buen ritmo sin penalizar el confort. En zonas húmedas y con arena se echa en falta la tracción integral.
Las marcas deberian echar cuentas de vender los vehiculos con mantenimiento y garantia incluidos; "DE POR VIDA".Dejando una cuota final en este caso. Si el cliente sale de la marca; tal y como se firmo en el contrato de compraventa inicial; quedaria penalizado en su valor final. Es decir; reciprocidad entre las partes y beneficios para las mismas. El cliente; se beneficia de tranquilidad absoluta; de un respaldo tecnologico y de un precio modico. El fabricante; asegura una cifra de negocio en todas sus lineas; beneficiando a su cliente de su aumento de de rentabilidad; con unos costes mas bajos. Como todos sabemos; rentabilidad es margen por rotacion. Por tanto; redirigiendo al cliente el mayor beneficio; se puede ganar aun; mas dinero. Las marcas que no pudieran ofrecer calidad maxima; sencilla y llanamente quebrarian. Adios competencia.