Mitsubishi ya no significa "todoterreno" en japonés
Con el lanzamiento del Mitsubishi Space Star, la casa de los tres diamantes marca su regreso a los segmentos más pequeños del mercado. La incorporación de este modelo viene a cubrir, al menos en parte, las notables carencias de la gama Mitsubishi, que en nuestro país sólo ofrecía propuestas de tipo SUV (ASX y Outlander) y todoterreno (el tradicional Montero y la pick-up L200), únicamente acompañadas por el eléctrico i-MIEV.
El gran agujero causado por la retirada del urbano Colt y el compacto Lancer había dejado a la marca japonesa en inferioridad de condiciones frente a su competencia, poniendo con ello en riesgo la viabilidad de su red comercial en España. Por fortuna, parece que el nuevo Space Star, un coche eminentemente urbano, aunque a medio camino entre los segmentos A y B y con carrocería de cinco puertas, empieza a poner remedio a esta situación; y como veremos a lo largo de esta prueba, lo hace con un producto francamente interesante.
Estrategia global, táctica local
El Space Star que Mitsubishi ha puesto a la venta en nuestro país poco tiene que ver con el monovolumen compacto de igual nombre que la marca tuvo en el mercado hasta hace casi una década. De hecho, el modelo que hoy probamos se basa en el Mirage fabricado en Tailandia para todo el mundo, pero que en Europa (excepto Reino Unido) cambia su denominación por Space Star, incorporando además un nivel de acabado y equipamiento que lo aleja del coche low cost que sí es en otros mercados.
Mitsubishi posiciona este modelo como "low cost" o generalista en función de cada mercado.
Esta decisión de lanzar un automóvil de alcance global y que, en función de cada mercado, pueda tener consideración de coche generalista (como lo es en España) o de bajo coste, replica la estrategia empleada por Nissan con su Micra. Al fin y al cabo, este el modelo que el Space Star tiene en su punto de mira. Por morfología, dimensiones, estética e incluso por distribución comercial, el Nissan Micra es el espejo en el que Mitubishi ha decidido reflejarse; el mismo que ahora busca empañar con similares virtudes a un precio de venta inferior.
Aparte del propio Micra y el Suzuki Swift, no es fácil encontrar rivales directos más allá del Tata Vista, que a la hora de la verdad resulta más modesto en todos los apartados por tratarse de verdadero low cost –y un coche perfectamente válido, como hemos visto en nuestras pruebas de los Vista diésel y Vista gasolina-. Por debajo en tamaño quedan modelos puramente urbanos como los Seat Mii, Citroën C1, Hyundai i10, Kia Picanto y Ford Ka; dejando en un escalón superior a utilitarios polivalentes como los Citroën C3, Dacia Sandero, Renault Clio, Hyundai i20 y Kia Rio, por ejemplo.
Disculpe que no le moleste
El exterior del Space Star recuerda mucho al del Nissan Micra (sobre todo el de la generación anterior a la actual). Como aquel, es uno de esos coches que resultan agradables a la vista, sin "molestar" a nadie; y también como aquel, presenta un diseño claramente orientado al público femenino, apenas reservando una ligera agresividad para el paragolpes delantero y el spoiler posterior.
Comparado con el Micra -y otros como el Opel Adam y el nuevo Renault Twingo-, se echa en falta una mayor capacidad de personalización, con una gama de colores de carrocería limitada a cuatro tonalidades de pintura (rojo, gris, blanco y negro) y una sola tonalidad oscura para el interior. Por otro lado, las compactas dimensiones del coche (3,71 metros de largo por 1,67 de ancho y 1,51 de alto) no están reñidas con una aerodinámica cuidada, como refleja su coeficiente de resistencia (Cx) de sólo 0,27.
Más de dos es multitud
Si repasamos la gama de motores, comprobaremos que el Space Star descarta cualquier variante diésel para ofrecer únicamente dos alternativas de gasolina: el motor 100 MPI 1.0 de 71 CV y el 120 MPI 1.2 de 80 CV. La marca ha querido simplificar de igual manera las posibilidades de equipamiento, que se reducen a sólo dos niveles cerrados y sin opciones; y es importante hacer notar que cada uno de ellos viene de la mano de una motorización determinada. Es decir: si elegimos el motor de 71 CV tendremos que conformarnos con el equipamiento básico, mientras que para acceder al más completo hay que llevárselo sí o sí con el motor de 80 CV. Repasemos ambas opciones.
El nivel más sencillo, bautizado como Challenge, ofrece de serie seis airbags (delanteros, laterales y de cortina), sistema Auto Stop & Go (parada y arranque automático del motor), aire acondicionado, radio-CD MP3 con entrada USB, llantas de acero de 14", retrovisores exteriores eléctricos, elevalunas eléctricos delanteros, y control de presión de neumáticos. El precio del Mitsubishi Space Star Challenge 100 MPI 71 CV es de 10.850 euros.
Por encima queda el Space Star Motion 120 MPI 80 CV, versión a la que corresponde nuestra unidad de pruebas y que, a mi parecer, es la más interesante por su relación entre precio (11.750 euros), prestaciones y equipamiento. Aparte de un motor más capaz, el nivel Motion añade sobre el Challenge lo siguiente: sistema de apertura y arranque sin llave, llantas de aleación de 15”, faros antiniebla delanteros, retrovisores exteriores calefactables y con intermitentes integrados, cristales traseros tintados, climatizador automático, volante de cuero multifunción con manos libres Bluetooth y control de velocidad de crucero, pomo del cambio en cuero, asiento del acompañante regulable en altura, elevalunas eléctricos traseros y sensores de luces y lluvia.
Sobre los precios de tarifa, la marca aplica actualmente una campaña de descuentos que deja el precio del Space Star Challenge 100 MPI en 8.600 euros y el del Motion 120 MPI 80 CV en 9.500 euros (Plan PIVE incluido en ambos casos).
Ser sencillo no es ser simple
Pese a la sencillez del conjunto, la realidad es que el habitáculo del Space Star ofrece una impresión muy positiva. Los plásticos son duros al tacto, pero de una calidad muy decente y un ajuste impecable; la sensación general es de robustez y durabilidad. Me ha gustado el diseño del salpicadero, con cierto toque de modernidad y una ergonomía muy lograda. Toda la información está al alcance de la vista y resulta muy legible, con los mandos siempre a mano y perfectamente distribuidos entre el volante y la consola central. El escaso recuento de botones queda perfectamente equilibrado con el de las funciones a cumplir.
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Más próxima a la de un monovolumen que a la de un turismo, la postura de conducción no es todo lo confortable que desearíamos, pues la falta de regulación en profundidad del volante obliga a elevar el asiento y enderezar el respaldo si queremos manejar la dirección con soltura. Aparte de eso, las butacas delanteras están más orientadas a ofrecer más comodidad que sujeción, si bien con el paso de los kilómetros echaremos en falta un mullido más firme. Sorprende agradablemente que los cinturones de seguridad sean regulables en altura (carencia manifiesta e incomprensible en determinadas marcas premium); y en sentido opuesto, que los huecos portaobjetos sean escasos y poco aprovechables.
Dadas las dimensiones exteriores del coche, no es de extrañar que sólo dos personas adultas puedan acomodarse en la fila de atrás. Falta anchura incluso para un niño, que además deberá situar sus pies encima o a ambos lados del túnel central. Pero aun así, el Space Star hace honor a su nombre, con uno de los mejores niveles de habitabilidad en las plazas traseras dentro del segmento A. Siempre, insisto, que no viajen más de dos personas.
La banqueta posterior no presenta formas definidas para cada plaza (cosas del ahorro de costes), y al quedar totalmente plana tanto en asiento como en respaldos, la comodidad de los pasajeros se ve algo afectada. Tampoco encontraremos reposabrazos central, ni huecos donde dejar nuestras cosas; apenas un portabebidas situado sobre el túnel. Como curiosidad, a cada lado de la banqueta queda dispuesta una ranura para anclar el cinturón de seguridad cuando no está en uso.
Con sus 235 litros, el volumen del maletero es casi idéntico al del Tata Vista, y 30 litros inferior al que presenta el Nissan Micra. El espacio de carga destaca más por altura que por profundidad, gracias en parte a un doble fondo que en el luce por su ausencia la rueda de repuesto -vivmos la era del kit antipichazos-. El acceso al maletero se complica un poco por las formas de su boca, algo estrecha y con una base demasiado elevada respecto del plano de carga; aunque a modo de compensación podremos abatir los asientos posteriores (en proporción 60:40) para aprovechar todo el espacio disponible.
A su disposición para lo que Ud. necesite
La ciudad es, cómo no, el entorno ideal para el Space Star. Circulando por calles y avenidas, el utilitario japonés saca a relucir sus cualidades, de entre las que cabe destacar un ridículo (en el mejor sentido) ángulo de giro de sólo 4,6 metros. Las maniobras de aparcamiento son pan comido para este coche.
Pero cuando toca salir a carretera, el Space Star no es de los que se arrugan. Motor tiene, desde luego, para salir airoso de cualquier situación. Sus 80 CV dan buen servicio incluso cuando viajamos con pasajeros, aunque al tratarse de un propulsor atmosférico debemos llevarlo más bien alto de vueltas para extraerle el mejor rendimiento (la potencia máxima llega a 6.000 rpm). Pese a tener sólo tres cilindros, este 1.2 MIVEC desarrolla un giro bastante redondo y con pocas vibraciones, pero a partir del medio régimen - justo cuando rodamos a 120 km/h por autopista- su sonido comienza a invadir el habitáculo.
Cuando toca salir a carretera, el Space Star no es de los que se arrugan.
La caja de cambios manual de cinco marchas presenta un accionamento cómodo y preciso salvo cuando toca engranar la marcha atrás o subir de segunda a tercera, momentos en los que a la palanca parece costarle encontrar su destino. Las cinco relaciones son largas, muy en especial las tres primeras; tanto que en ciudad nunca necesitaremos poner cuarta. A pesar de ello, y también pese a que el par máximo de sólo 106 Nm llega a 4.000 rpm, las recuperaciones son lo bastante decentes como para que no nos desesperemos jugando con el cambio.
Este “alargamiento” de las relaciones tiene como objetivo reducir el consumo de carburante, que en esta ocasión no ha quedado muy por encima del valor oficial: mientras que la cifra homologada para el Space Star 120 MPI es de 4,3 litros por cada cien kilómetros, una vez finalizada nuestra prueba hemos obtenido un promedio de 5,7 l/100 km –una diferencia aceptable si recordamos cómo se homologa el consumo de un coche-.
El comportamiento dinámico del más pequeño de los Mitsubishi responde a lo que podemos esperar de un coche de esta categoría, e incluso llegará a superar nuestras expectativas en determinadas circunstancias. De hecho, podemos pasar buenos ratos de diversión conduciéndolo en solitario por carreteras reviradas, donde su bajo peso, su motor voluntarioso y la nobleza de su chasis se suman para brindarnos un sencillo disfrute. Sí; las suspensiones pecan de ser algo blandas y la carrocería se balancea más de lo deseable, pero el apoyo es firme en general y no nos restará confianza.
Dicho todo esto, lo que menos me ha gustado de conducir este coche tiene que ver con la dirección. Poco informativa, muy lenta y algo imprecisa, carece además del retorno al que estamos acostumbrados (es decir, que al volante le cuesta recuperar su posición centrada despúes de tomar una curva). Estas sensaciones se interponen de algún modo en el disfrute de la conducción al que hacía referencia, pero al fin y al cabo no supondrá ningún un problema en nuestros desplazamientos cotidianos. Simplemente, me esperaba encontrar una dirección más trabajada.
La marca japonesa tiene la intención de vender en España 2.000 unidades anuales de su nuevo Space Star, y con ello “comerse” un 10% de la tarta del segmento A. Y argumentos no le faltan. Bajo un envoltorio agradable y de pequeñas dimensiones, encontraremos unos niveles de calidad y habitabilidad poco habituales en este rincón del mercado. Presenta ciertos defectos y algunas carencias, por supuesto; pero nada fuera de lo normal en coches de esta categoría, y menos aún a unos precios tan competitivos como los de la última apuesta de Mitsubishi en nuestro país.
Por cierto #68, a que cojones viene lo de Fiat si no es por tocar los cojones??