Más de lo que aparenta
Con esta renovación, interior y exterior, la marca nipona actualiza un vehículo que se mueve entre dos aguas, ofreciendo la rapidez y agilidad de una berlina y el espacio de un monovolumen compacto.
De todas las novedades que este Space Star ofrece, sin duda, la que más interés despierta es su nuevo motor diesel de 1.9 litros de origen Renault que ofrece 116 caballos. Es prácticamente el mismo DI-D de 102 caballos pero con un turbocompresor variable para que pueda llegar a la potencia anteriormente referida. Es cierto que hoy en día hay en el mercado otras mecánicas con más aporte de técnica y sofisticación que este DI-D, pero su eficacia y sobretodo su elasticidad hacen de él un motor perfectamente utilizable y agradable de conducir. Empieza a empujar cuando llega a las 1.800 vueltas y lo hace sin descanso hasta las 2.500, a partir de ahí se desinfla un poco, pero con ese margen de potencia tenemos más que suficiente para andar y andar rápido en cualquier situación de la carretera. La velocidad punta es de 190 kilómetros por hora, una cifra muy buena a la que sólo llegan los mejores turbodiesel del mercado. Otro de los puntos fuertes de este propulsor es su facilidad para recuperar, incluso en las marchas más largas, haciendo de los adelantamientos una maniobra rápida y segura. Además de todo lo ya expuesto hay que tener en cuenta que estamos ante un motor muy poco tragón, ya que le bastan seis litros para recorrer 100 kilómetros, prácticamente la misma cifra que su hermano menor de 102 caballos.
El aspecto de confort en marcha está marcado por unas suspensiones en las que echamos de menos algo más de dureza, con el fin de sujetar la carrocería algo más. No obstante no es dificil conducir este coche, incluso cuando tratamos de sacarle el máximo partido al propulsor el Space Star se comporta totalmente previsible, sin reacciones extrañas. Lo que pasa es que es tanta la diferencia de nivel entre el motor y la suspensión que parece que fueran de diferentes coches. Por eso, aunque este coche es capaz de ir rápido, muy rápido, es preferible no hacerlo con ocupantes dentro, ya que el balanceo de la carrocería puede provocar una sensación de inseguridad muy incómoda.
En cuanto a la filtración de los ruidos aerodinámicos y del motor están bien resueltos, es bastante bajo el nivel de ruido que pasa al interior del habitáculo, haciendo que la estancia en su interior sea realmente agradable.
Sentados al volante disfrutamos de un puesto de conducción bastante bueno, con todos los mandos cerca de las manos, con una pantalla multifunción en el centro del salpicadero que ofrece información de consumo, velocidad media, etc., además de servir de pantalla display del aparato de sonido. El habitáculo es lo suficientemente grande como para hecer frente a un monovolumen compacto, tanto en anchura como en altura, esta última verdaderamente destacable. Además hay que tener en cuenta que la banqueta trasera se puede desplazar longitudinalmente hasta 15 centímetros, con lo cual se pueden ajustar distintas configuraciones en función del tamaño de los ocupantes de éstas plazas. El acceso a las plazas traseras no es muy malo, teniendo en cuenta el reducido tamaño de las puertas.
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El maletero es otro de los puntos fuertes del coche. Diáfano, con el borde de carga a escasos 60 centímetros y con 370 litros de cubicaje con el asiento en su posición más retrasada, llegando a 450 litros si adelantamos el asiento a tope. Además existen en él multitud de huechos portaobjetos y una lona extensible para que no se vean desde el exterior los objetos transportados.
La lista de equipamiento de esta única terminación incluye de serie el aire acondicionado, cuatro elevalunas eléctricos, ordenador de viaje o llantas de aleación entre una larga lista. Hay que decir que la unidad que probamos lucía una bonita tapicería beige claro, muy atractiva con el contraste oscuro de los guarnecidos, pero poco recomendable para familias con niños pequeños. No obstante la calidad de los materiales que se observa en su interior nos hace pensar que estamos dentro de un vehículo de categoría superior.
En el aspecto de seguridad hay luces y sombras, ya que encontramos ABS en las cuatro ruedas, repartidor de frenada, luces antiniebla o airbags delanteros y laterales, pero no encontramos airbags traseros o de cortinilla ni tampoco el control de estabilidad, y lo que es peor, no está ni siquiera en las opciones.
No obstante, por menos de tres millones de las antiguas pesetas hay pocos coches que ofrezcan estas prestaciones y esta habitabilidad dignas de vehículos superiores, tanto en segmento como en precio.
Mario Serrano Víctor M. Gascón
