En un viaje a las 24 horas de Le Mans de 2009, Herry Hardcastle, vice-presidente de Diseño y Desarrollo de vehículos de Nissan y Paul Wilcox, hoy Vice-Presidente de Ventas y Marketing de la marca en Europa, se plantearon la posibilidad de crear el Juke R. El trabajo empezó justo después de la aparición del Juke en el Salón de Ginebra de 2010. Fue cuando Nissan consultó con la empresa RML, un equipo de competición e ingeniería propiedad del ex-piloto Ray Mallock, la posibilidad de "inventar algo" para hacer más "excitante" al recién lanzado Juke. RML ya habían colaborado con Nissan en la creación del Super Micra R -un Micra de la anterior generación con el motor V6 del 350 Z en posición central- y se encargaba de la preparación de los Primera con los que Nissan consiguió el título del Campeonato Británico de turismos. En RML, con la colaboración del Centro Técnico de Nissan en Gran Bretaña, se las ingeniaron para instalar la mecánica del GT-R en el chasis de un Juke y así crear el crossover más rápido y deportivo jamás construido. Los 485 CV del GT-R de primera generación disponibles en el Juke R dan como resultado una combinación única. La historia de esta creación es apasionante y, el resultado, que hoy tenemos en nuestras manos para vosotros, también.
PVP: NISSAN Juke-R: 500.000 € (modelo bajo pedido)
Vídeo: Crátor Produccions
Agradecimiento al Circuito Parcmotor de Castellolí
La creación
22 semanas tuvieron de tiempo los hombres de Mallock para hacer realidad el proyecto que dos directivos de Nissan se "inventaron" mientras viajaban. Y no fue nada fácil llevar a cabo el "cortar y pegar" para crear lo que hoy es el Juke-R. El primer paso se hizo cuando llegó un GT-R a RML y se inició su modificación. Se cortó en dos y se eliminaron 25 cm. También se cortaron los pasos de rueda traseros y se desplazó hacia delante el eje trasero completo. Luego, se fabricaron unos árboles de transmisión más cortos y unos palieres nuevos para el sistema de cuatro ruedas motrices, que se situaron en el lugar de los originales, antes de que aquel GT-R "raro" fuera llevado a una pista de pruebas para evaluar su comportamiento. Una vez comprobada su eficacia, se procedió a crear el Juke-R, mejor dicho, los dos únicos Juke-R (uno con volante a la derecha y otro a la izquierda), que hasta hace pocos días existían en todo el mundo (ahora hay ya tres porque se entregó la primera unidad de producción sobre pedido hace apenas quince días), y que se convirtieron en atracción mundial allá por donde fueron tras su presentación en Dubai. Para ello, al Juke de serie se le quitaron las puertas, la parrilla, el capó y el portón trasero. Luego se eliminaron el motor, los ejes, las suspensiones y todo el habitáculo. Se instaló un chasis separado construido a medida con una jaula de seguridad tubular -idéntica a las empleadas en competición- para aumentar la rigidez de la estructura y, a continuación, se adaptaron la suspensión del GT-R, de paralelogramo deformable delante, y multibrazo detrás, los palieres y la transmisión, y se dispusieron a "colocar" el motor. No fue fácil, por supuesto. Conseguir espacio para colocar el gran V6 turbo que monta el GT-R en el lugar destinado a un compacto cuatro cilindros fue complejo. Y también lo fue situar el sistema de refrigeración del propulsor y la ventilación. De hecho, fue lo que más complicó la existencia a los hombres de Mallock. Pero lo consiguieron. Eso sí, con casi medio motor debajo del salpicadero...
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Interior de gran serie... en parte
El gran trabajo realizado en el aspecto técnico tenía que seguir la misma línea en el interior. Por eso se decidió que, en la medida de lo posible, se mantendrían los mandos y la instrumentación del GT-R. En el habitáculo destacan el arco de seguridad y los dos baquets con los arneses de cinco puntos de competición, que dan el contrapunto a los mandos y la pantalla táctil de 7 pulgadas que monta de serie el GT-R. La consola central -la del Juke- alberga la palanca del cambio y el botón de arranque. Se conserva el climatizador bi-zona y una radio con CD con conexiones AUX, USB e iPod. Pese a ser un coche hecho "a mano", mantiene el sistema de acceso con llave inteligente, el avanzado sistema de control de tracción y la gestión de la suspensión con tres modos de dureza con control electrónico. Entre los dos baquets permanecen los dos huecos para bebidas del Juke de serie y una toma de corriente de 12 voltios. La parte trasera esta totalmente "desierta" para dejar espacio a las barras del arco de seguridad. El Juke-R, por tanto, es un biplaza. La posición de conducción desde el baquet es baja y el volante, con las levas del cambio, queda un "pelín" alto, aunque esa posición es algo habitual en los coches de "carreras". Después de sentarnos en su interior "en parado" nos bajamos de él y mientras hablábamos con los responsables de Nissan para ultimar los detalles de la prueba, nos fijamos en su espectacular aspecto en el que destacan los ensanchados pasos de rueda, las bonitas llantas de 20", la toma de aire delantera inferior, el difusor trasero, las dos salidas de escape y los dos alerones traseros colocados sobre el portón. Lo cierto es que tiene un aspecto impresionante, muy agresivo y muy racing.
Con el Juke-R en circuito
Por fin nos pusimos en marcha. Y lo hicimos en el circuito de Parcmotor, en el que probamos el Juke-R donde mejor se desenvuelve. Tenemos el privilegio de ser el único medio de comunicación español que lo ha probado en circuito, así que nos sentimos orgullosos de poder explicároslo. Las primeras vueltas nos sirvieron para ver cómo se comportaba este "aparato" de Nissan. Lo cierto es que mientras no buscamos los límites, las reacciones fueron muy predecibles y, podríamos decir que incluso suaves. La frenada nos pareció fantástica, el tacto de dirección también, y la respuesta del motor brutal, pese a que aún no le habíamos "pisado a saco". Poco a poco fuimos cogiéndole confianza y aumentando el ritmo y enseguida intuimos cómo iba a ser su comportamiento yendo ligeros. Sin duda es un coche radical, con mucha potencia y que se deja "manosear" pero hasta cierto punto. Yendo al límite no debe ser fácil. Es un coche corto, con casi 500 CV y con muy "mala leche" si me permitís la expresión. En curvas lentas es fantástico. Tiene una frenada que te permite llegar "hasta la cocina" bajando marchas para iniciar el viraje con el morro bien encarado gracias, en parte, a una dirección muy precisa. La tracción total ayuda en gran medida a que sea más efectivo y "fácil" de conducir cuando vamos ligeros, aunque los controles electrónicos son los que verdaderamente más trabajan. Sin ellos, las cosas se complican. En virajes rápidos, como suele ocurrir con los coches "cortos" (tiene 27 cm menos de batalla que el GT-R), las reacciones son más radicales y hay que estar atentos, especialmente de media curva hacia fuera. Ahí, aplicando potencia sumado a la velocidad de paso por curva que llevemos, pueden llegar reacciones que nos harán "trabajar" para mantener la trayectoria y conservar la trasera en su sitio. Las suspensiones tienen un tarado correcto que le permiten virar muy plano, sin embargo, nos pareció que necesitaba algo más de freno de extensión en los elementos hidráulicos para evitar algunos rebotes que se producían en determinados apoyos.
Conclusión
La conclusión es sencilla: ¡¡quiero uno!! Nissan ha conseguido hacer un coche mega-exclusivo con unas prestaciones increíbles. Se trata de un vehículo exigente en su conducción al límite pero que se deja llevar bien si lo hacemos con más calma. De todos modos, en nuestra opinión, no creo que nadie adquiera uno para pasear... Lo que tenía que ser un simple showcar se ha convertido en una realidad palpable. Durante su prestación en las 24 horas de Dubai, Nissan llegó a recibir ofertas por el concept en plena calle y pensaron que no era cuestión de decepcionar a esos aficionados. De manera que, con tres reservas en firme sobre la mesa, adquirieron el compromiso de construir una edición limitada del Juke-R. Hace escasos días se ha entregado la primera unidad de producción que ha sido mejorada en detalles de acabados y estética exterior y dotado del motor de 3,8 litros biturbo y ¡545 CV! (el que lleva el GT-R actual). Eso sí, el precio también es exclusivo porque si quieres una de esas unidades de producción tendrás que desembolsar 500.000 €. Y no, ¡no he picado ningún cero de más!
EN DOS PALABRAS , IM PRESIONANTE.........