Un motor muy interesante para un coche en plena madurez
Toyota no es una marca que haya destacado nunca por producir buenos motores diésel para sus turismos (los de los todoterreno ya son otra cosa) y su clara apuesta por los propulsores híbridos de gasolina le ha llevado a dejar algo de lado el tema diésel. Por este motivo, al final, la marca ha recurrido a comprar motores a otro fabricante para dotar al Verso, un modelo que no tiene previsto hibridar, de un motor diésel de acceso con unas características de rendimiento y consumo acordes con los que ofrecen los modelos de la competencia.
Este motor es el 1.6 que utiliza BMW en algunos de los Mini (el nuevo no ya que lleva un motor diésel de tres cilindros). Es un 1.6 que rinde 112 CV de potencia y un par de 270 Nm. Respecto al anterior motor 120 D del Verso, este nuevo motor tiene un ligero descenso de prestaciones (pierde algo más de un segundo en el 0 a 100 que pasa a ser de 12,7 segundos) agravado por el hecho de llevar unos desarrollos algo más largos en la caja de seis velocidades manual pero, por el contrario, gasta apreciablemente menos, con una media homologada de 4,5 litros y un resultado real de 5,6 litros a los 100 que está francamente bien para un coche de su tamaño y su peso.
El motor es agradable de utilizar, vibra menos y hace menos ruido que el anterior (aunque sigue vibrando y haciendo ruido, especialmente al ralentí y en aceleraciones fuertes) y destaca por su entrega de potencia progresiva y por su elasticidad. En aceleración, tiene un vacío por debajo de las 1.500 vueltas (no hay ningún diésel del mercado que evite ese fenómeno) pero, a partir de ese régimen, acelera con decisión y da la sensación de tener más potencia de la que realmente ofrece. Además, resulta elástico y pese a que debe tirar de desarrollos largos, recupera más que decentemente.
Con el coche cargado, esa capacidad de recuperación se reduce y habrá que tomar precauciones, por ejemplo en los adelantamientos en carretera, bajando una o dos marchas para tener salida. En general, no obstante, es un motor que se adapta bien al funcionamiento tranquilo y familiar que se espera de un monovolumen y que gasta realmente poco. Y habrá, además, que conformarse con ello ya que las alternativas, tanto el 180D de 177 CV como el 150D de 150 gastan apreciablemente más y, sobre todo, son mucho más caros (24.090 euros el primero y 25.090 el segundo, al que encarece el cambio contra 21.841 de este 115D, todos ellos en acabado Advance que es el que hemos probado).
Decía que el motor encaja perfectamente con el carácter tranquilo del Verso porque realmente este es un coche de viaje familiar sin ningún tipo de pretensión deportiva. El Verso ofrece espacio, buen equipamiento y confort para viajar y esas son sus principales virtudes. La suspensión, por ejemplo, es blanda, pensada para conseguir el máximo confort posible. Ello hace que los cabeceos de la carrocería y las inclinaciones en las curvas se noten algo más que en otros coches pero sin resultar en ningún momento comprometedores para la estabilidad.
El filtrado de la suspensión es bueno en general salvo en baches notables -y sobre todo, ralentizadores- ya que, en este caso, se produce un cierto rebote, en especial en el eje trasero, tarado más duro que el delantero para responder a las posibilidades de carga del coche.
La dirección, por su parte, está muy asistida. Es ligera y precisa pero con mucho recorrido entre topes y poco informativa y los frenos responden para un uso convencional pero no si nos lanzamos a tumba abierta puerto de montaña abajo. En definitiva, estamos ante un monovolumen de carácter tranquilo que, no obstante, ofrece una posición de conducción menos elevada que en otros modelos parecidos y con un comportamiento más cercano al de un turismo que el de, pongamos por caso, un Renault Grand Scénic o un Citroën C4 Gran Picasso.
Monovolumen veterano pero práctico
Por lo demás, el Verso es un monovolumen al que Toyota está alargando la vida de manera notable ya que este segmento cae apreciablemente en el mercado europeo -los SUV de cinco y siete plazas le están comiendo el terreno- y la marca ya posee otra alternativa en su gama, el Prius + de carácter híbrido y también con siete plazas aunque a otro precio.
El Verso, pese a su veteranía, compite aceptablemente en un segmento donde se enfrenta a rivales muy consolidados como los mencionados Grand Scénic o C4 Grand Picasso así como a modelos como el Ford Grand C-Max, el Peugeot 5008 (aquí comparado con el C4), el Opel Zafira Tourer (e incluso al Zafira anterior, que se mantiene a la venta), el Kia Carens o el Volkswagen Touran. Todos, salvo el C4 Grand Picasso y el Carens, son modelos con una trayectoria larga en el mercado igual que el Verso.
El habitáculo es relativamente amplio, especialmente si tenemos en cuenta sus dimensiones exteriores y el coche facilita un aprovechamiento máximo del mismo gracias a su interesante modularidad. El Verso de siete plazas las reparte en tres filas de asientos en relación 2+3+2. las plazas de la segunda fila son individuales aunque la central es notablemente más estrecha que las dos exteriores. Las tres son abatibles, reclinables y corredizas, características que se mantienen en la versión de cinco plazas del modelo.
La segunda fila, por tanto, permite alojar a tres personas con cierta holgura (la central tiene menos espacio pero su banqueta es similar a las otras dos) y realizar aquellos movimientos que facilitan el viaje (situar la plaza central más adelantada, por ejemplo, para aumentar el espacio a los hombros de la persona que la ocupe).
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La tercera fila, por su parte, es la típica tercera fila de monovolumen compacto, apta sólo para niños que viajen en sus elevadores y que ya sepan atarse solos. Para un adulto falta espacio para la cabeza, para las piernas y para los pies, que no pueden deslizarse bajo los asientos centrales. Son, por lo tanto, plazas de emergencia que hay que utilizar en desplazamientos cortos o en viajes de un día con niños a bordo.
El maletero es uno de los inconvenientes del coche. Con las siete plazas ocupadas, es testimonial pero con cinco plazas se queda en 440, un volumen correcto en un compacto pero alejado de los más de 500 litros que ofrecen los coches de la competencia. Además, la presencia de la tercera fila plegada eleva notablemente el piso de carga, con lo que la altura del maletero hasta la bandeja queda reducida. Obviamente, la variante de cinco plazas no tiene este problema y el maletero es superior. Eso sí, con siete plazas, existe un hueco bajo el piso bastante aprovechable (el coche no viene con rueda de recambio sino con kit de reparación de pinchazos). En ese hueco, además, podemos colocar la bandeja enrollable cuando utilizamos las siete plazas.
Por lo que respecta a las plazas delanteras, el Verso mantiene su peculiar disposición de mandos. La instrumentación va centrada y orientada al conductor pero no es práctica ya que aunque hay que desviar poco la vista de la carretera para consultarla, no llega a ser un head-up display ni mucho menos y al estar lejos, hay que enfocar bien la vista. Por otro lado, la posición elevada de la caja de cambios sí me gusta ya que facilita los cambios al quedar muy a mano.
Para ser un monovolumen, el Verso tiene pocos huecos para objetos en la parte delantera. A las dos grandes guanteras frontales (la superior refrigerada en el acabado Advance, se añade una segunda en el apoyacodos delantero (también sólo en el Advance) y una absurda bandeja detrás de la consola central, de imposible acceso con el coche en marcha y de nula capacidad ya que el borde no impide que los objetos ahí depositados caigan en las curvas con el peligro añadido que caen en la zona de los pedales. Otro defecto del coche es la pésima situación de la toma USB, en la parte baja de esta consola y en el lado del acompañante, en una posición imposible de ver desde el puesto de conducción y que obliga a dejar el dispositivo conectado en la referida bandeja tras la consola.
El coche tiene, eso sí, elementos propios de los monovolúmenes como las cortinillas parasol, una segunda toma de 12 voltios en las plazas traseras y mesillas de tipo avión más un cajón bajo el asiento del acompañante, todo ello en el acabado Advance ya que el Confort prescinde de ello. En las plazas traseras encontramos además unas trampillas para dejar juguetes o libros a los pies de los ocupantes.
El Advance por precio y equipamiento
Este es un buen momento para comprar un Verso ya que la oferta que tiene en vigor Toyota es muy recomendable. Teóricamente, los precios son de 24.200 euros la versión Confort de 5 plazas, 24.900 la de siete y 1.000 euros más en el caso de los Advance. Por esos 1.000 euros, el Advance, que es el que corresponde a la unidad de las fotos, añade detalles estéticos (algunos cromados interiores y exteriores), elevalunas traseros, mesillas, climatizador bizona (el Confort lleva aire manual), llantas de 17 pulgadas (el Confort las lleva de 16 aunque también de aleación), retrovisores plegables eléctricamente, sensores de luz y lluvia y los mencionados elementos portaobjetos.
Toyota, no obstante, quiere que compremos el Advance ya que, actualmente, con las ofertas en vigor, el Advance es más barato que el Confort. Así, tal como suena. Con el descuento de la marca -sin PIVE-, nuestro coche costaba 21.841 euros (21.141 con 5 plazas) pero es que, además, los paquetes opcionales también tienen descuento. Así, el techo de cristal combinado con los cristales sobretintados, que cuesta 1.000 euros, ahora vale 400 y el navegador Toyota Touch2 & Go que incorpora un Bluetooth más completo y acceso a aplicaciones pasa de 800 a 650 euros. Ambos packs estaban montados en la unidad de pruebas que, con la pintura roja metalizada se iba a 23.316 euros con un descuento de 4.809 que no está nada mal.
Además de lo citado hay otro pack opcional llamado Live con asientos calefactados, tapicería mixta tela-cuero, acceso y arranque sin llave, cortinillas parasol traseras, faros de xenón y unas llantas de diseño diferente con cinco brazos, todo ello facturado a 2.000 euros y, en este caso, sin descuento.
Un monovolumen en definitiva conocido, con virtudes notables como coche de familia y con un nuevo motor que le resitúa en el segmento de acceso a este tipo de coches. La relación precio-equipamiento, muy favorable con el descuento, la modularidad de su habitáculo en unas dimensiones recortadas, el confort y el buen rendimiento del motor compensan la veteranía del coche, algunos defectos de diseño interior y un maletero mejorable.
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