Barcelona - París sin repostar
Los coches híbridos y eléctricos tratan de acaparar todos lo titulares en lo que a bajas emisiones se refiere pero, de momento, el mercado sigue estando dominado por los motores diésel. Esta es una prueba como las de antes, viajamos desde Barcelona a París al volante de un Volkswagen Passat 1.6 TDI BlueMotion Technology para ver si el apellido Bluemotion era fiel a sus promesas.
Este Passat es una de las berlinas diésel más eficientes pues cuenta con una serie de mejoras encaminadas a reducir al máximo su consumo. Más de uno podría pensar que el motor 1.6 TDI de 105 CV será escaso para un coche tan grande pero, no obstante, os puedo asegurar que le va como anillo al dedo.
Aunque su precio de tarifa sea de 26.980 €, en estos momentos esta versión goza de una campaña especial que lo rebaja hasta unos competitivos 25.351 €.
Mucho más que unas siglas
Tras las siglas BlueMotion Technology se esconde una completa preparación diseñada específicamente para mejorar la eficiencia del Passat. Echando un primer vistazo encontramos los logotipos específicos tanto en la parte frontal como en la trasera. El color Azul Glaciar metalizado (515 €) de su carrocería sólo está disponible con esta versión, otro elemento que lo distingue del resto de la gama.
La parrilla también es específica puesto que las dos lamas centrales, de las cuatro que presenta son de color negro, en lugar de lucir un acabado cromado. Sobre el portón trasero encontramos un discreto alerón integrado que se encarga de mejorar la aerodinámica. Siguiendo esta misma línea, la parte inferior del vehículo está carenada para reducir la resistencia al avance.
A nivel de chasis monta una suspensión específica con la que se consigue reducir la altura libre al suelo en 15 mm en el eje delantero y en 7,5 mm el trasero, una modificación que también tiene como objetivo optimizar la aerodinámica del conjunto.
Las llantas de aleación modelo Barcelona con un diámetro de 16" que equipa de serie esta versión calzan unos neumáticos de baja resistencia a la rodadura, concretamente unos Dunlop SP Fast Response en medidas 205/55 R16.
La caja de cambios manual de seis velocidades cuenta con una sexta relación más larga para rebajar las revoluciones del motor al máximo, ideal en vía rápida. De serie también cuenta con sistema de recomendación de cambio de marcha.
Este Passat prescinde de rueda de repuesto convencional para rebajar el peso, en su lugar cuenta con un kit antipinchazos, ubicado bajo el piso del maletero.
A toda vela
Hay varias rutas para viajar desde Barcelona a París, no escojimos la más corta pero si una de las más rápidas. Tomamos la AP2/E15 dirección Francia, donde seguimos por la A9/E15 hasta Béziers, allí cambiamos de autopista pasando a la A75 dirección norte.
Desde los primeros kilómetros el Passat parece que se fusione con el asfalto, aporta una sensación de fluidez difícil de explicar con palabras. Entre los neumáticos de baja resistencia y los bajos carenados hay momentos en los que parece que flote como si fuera alfombra mágica. La dirección ofrece un nivel de control total, transmite un buen feedback y lo que sientes es como si le costara muy poco avanzar.
Una vez lanzado en sexta puedes mantener la velocidad de crucero realizando muy poca presión sobre el acelerador. En las bajadas, si sueltas el pie del pedal derecho se activa automáticamente un modo para aprovechar la inercia que pone el vehículo en punto muerto, sin necesidad de pisar el embrague ni tocar la palanca del cambio. Con acelerar de nuevo o símplemente con tocar el freno vuelve a actuar la marcha engranada.
Rodando con equipaje y con tres pasajeros la capacidad de recuperación en llano es muy buena, los 250 Nm de par máximo los entrega de forma constante entre las 1.500 y las 2.500 rpm. Parece mentira que este motor con sólo 105 CV se desenvuelva tan bien, incluso con una carga elevada. A la hora de afrontar una cuesta pronunciada sí se echan en falta algunos caballos de más pero es el único momento en que eso sucede.
Durante gran parte del trayecto pudimos rodar con la aguja del cuentarrevoluciones cerca de las 2.000 rpm. Gracias a la larga relación de cambio de su sexta velocidad a 160 km/h de marcador el motor sólo gira a 2.400 rpm. Con un GPS portátil comprobamos que circulando a 130 km/h reales el marcador superaba ligeramente los 145 km/h.
En la A75 pasamos por el espectacular viaducto de Millau. Ubicado en la localidad gala de Aveyron es un auténtico monumento arquitectónico. Se alza 343 metros sobre el río Tam y tiene una longitud de 2.460 metros. Aunque la suspensión tenga una altura libre al suelo inferior y los muelles parezcan más duros filtra muy bien irregularidades como las juntas de dilatación de los puentes.
Poco después nos encontramos con problemas climatológicos, seguimos avanzando a muy baja velocidad y en la primera área de servicio que encontramos optamos por realizar una parada. Los neumáticos de baja resistencia no son demasiado efectivos en agua.
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Tras un café y un croissant reemprendimos la marcha dirección norte, nuestro siguiente objetivo fue Clermont-Ferrand. El espacio a bordo del Passat es ideal para un viaje de larga distancia como éste. Los asientos delanteros tienen un confortable mullido y una excelente sujeción lateral, además su tapicería de tela tiene un tacto agradable.
Las plazas traseras disfrutan de una gran amplitud a la altura de las rodillas, así como a la altura de la cabeza. El maletero con 565 litros es más que suficiente para una familia con dos niños. El acceso es cómodo gracias al portón trasero y cuenta con ganchos sujetabolsas y unas prácticas palancas para plegar los respaldos de la segunda fila desde el mismo maletero.
Esta versión cuenta de serie con un equipamiento bastante completo que incluye control de crucero, asistente de arranque en pendiente, detector de fatiga del conductor, volante multifunción, maletero con apertura automática, retrovisores eléctricos y calefactables...
Sin embargo, apenas se puede equipar con ninguna opción fuera de las alfombrillas o la pintura metalizada. No existe la posibilidad de montar un techo solar, ni asientos eléctricos, ni limpias automáticos, ni sensor de luces... Por un lado logramos contener el peso al mínimo y por el otro, nos ahorraremos un buen extra en la factura.
Después de dejar atrás Clermont-Ferrand seguimos por la A71 dirección Orléans donde cambiamos a la A10. París estaba ya más cerca. Cuando empezó a caer la noche tuvimos que encender las luces, entonces vimos que de serie equipa faros halógenos. Aunque cumplen con su cometido no pueden compararse a un sistema de LED o a unos bi-xenón. Lástima que ni unos ni otros estén disponibles en opción.
Del Mediterráneo al Sena
Tras poco más de 9 horas y media llegamos a nuestro destino, París. Dado que en Francia el límite en autopista es de 130 km/h logramos una velocidad media de 115 km/h con un consumo de 5,2 l/100 km. Una cifra bastante próxima a los 4,1 l/100 km que anuncia el fabricante alemán. De esta forma con los 70 litros de gasóleo de su depósito disfrutamos de una autonomía de 1.350 km, lo que nos permitió realizar el viaje sin tener que repostar. En el trayecto de regreso con una media próxima a los 130 km/h el consumo se quedó en sólo 6 l/100 km.
Después de este largo viaje bajé del coche muy descansado, algo que se debe en gran medida a sus confortables asientos delanteros, con múltiples posibilidades de regulación. Un dato a tener en cuenta para aquellos que pasan muchas horas al volante.
Tras hacer noche en la capital francesa probamos qué tal se desenvuelve dentro de la urbe, así realizamos un recorrido de algo más de 15 kilómetros por la calles de París. Mientras que en algunos modelos de bajas emisiones la primera velocidad tiene una relación demaisado larga, en el caso del Passat es de lo más normal.
En cada semáforo se para y arranca el motor de forma automática y gracias a la buena insonorización del habitáculo neutraliza bastante el sonido del motor diésel al arrancar.
En ciudad pudimos rodar mucho tiempo a baja velocidad engranando las marchas más largas. En sexta pudimos circular a unos 60 km/h con total confort. En ciudad se comportó bien gracias a su buena capacidad de recuperación, su silencio y la suavidad de su dirección.
Aparcar tampoco fue es problema, la visibilidad es muy buena dado que los espejos exteriores son de gran tamaño. Además, si contamos con los sensores de aparcamiento Park Pilot opcionales (555 €) la maniobra será coser y cantar.
Después de haber convivido cerca de 3.000 kilómetros con el Passat BlueMotion sólo puedo decir que quedé encantado con su motor porque consume poquísimo, con su confortable habitáculo y con la calidad percibida.
Esta berlina es ideal para quien busque un turismo de cinco plazas con un buen maletero, igual de práctico en el día a día como a la hora de llevar a cabo largos viajes, ya sea por trabajo o bien en familia. Si vamos a hacer muchos kilómetros este motor 1.6 TDI nos ahorrará un buen puñado de euros.
Volkswagen ahora aplica al Passat BlueMotion un descuento de 1.629 €, si añadimos los 1.500 € de rebaja en caso de financiar el vehículo el precio final se queda en sólo 23.851 €.
Yo trngo uno con 40.000 kl.y estoy encantado