Un Plus campero

El lanzamiento del Cinquecento, hace ahora nada menos que 9 años, fue un auténtico revulsivo en la evolución de las ventas de Fiat y a la vez representó el pilar de una nueva familia de vehículos con carácter utilitario, versátiles y relativamente económicos. El Fiat 500 se vio pronto acompañado de versiones cabrio, de variantes tipo monovolumen (Fiat 500L y 500L Trekking) y ahora de una versión más campera, el Fiat 500X. La marca italiana consigue así cubrir las necesidades de un público muy amplio que se siente identificado con la imagen juvenil, desenfadada, simpática, moderna, “cool” y en cierto punto femenina que suelen tener los productos de la firma de Turín.
El Fiat 500X ese un producto bastante redondo, y no me refiero sólo a las formas de su carrocería. Viene a hacer la guerra a un grupo de automóviles de gran éxito, el de los SUV’s o todocaminos de pequeño tamaño (aquí tenéis una videocomparativa de segmento) y cuenta con buenos argumentos a su favor. Uno de ellos, desde mi punto de vista, es el diseño. Es un coche atractivo, que llama la atención, que provoca una respuesta positiva a los ojos de la gente. Su imagen simpática, sus formas suaves y los buenos detalles que adornan el exterior y el interior del coche lo hacen agradable a la vista.
Agradable interior
Es un coche bien acabado, por encima de los estándares a los que nos tiene acostumbrados Fiat, y eso juega en su favor. También es más grande de lo que parece, ya que mide 4,27 metros de largo, 1,79 de ancho y 1,62 de alto. Son unas dimensiones parecidas a las de un Fiat 500 L Trekking, muy por encima de las de un Cinquecento, por supuesto, y cercanas a las de un Nissan Qashqai, por ejemplo. Por lo tanto, este SUV es casi un compacto más que un utilitario y su carrocería de 5 puertas da cabida a cinco personas con un buen nivel de comodidad.
A simple vista no lo parece, ya que su estética sigue la línea del Fiat 500 utilitario, sólo que “engordado” (la campaña publicitaria de este coche ha utilizado esta percepción). La versión CrossPlus añade algunos elementos en la carrocería que le dan una imagen más off-road, más campera o aventurera.
Esos elementos son los paragolpes con protecciones, las barras de techo o los dos centímetros más de altura al suelo que le dan una apariencia más de todoterreno.
Tiene casi 18 centímetros de altura libre y unos ángulos característicos bastante cortos, y esto facilita que se mueva con cierta soltura en terrenos abruptos. No es un todoterreno, aunque cuenta con un sistema de tracción 4x4 que funciona a base de un embrague multidisco controlado electrónicamente. Es un sistema visto en muchos todocaminos, que reparte el par motriz entre los ejes de forma automática, en cuanto los sensores del vehículo detectan una pérdida de tracción.
El Fiat 500X CrossPlus es, por lo tanto, un auténtico todocamino, no sólo un pequeño compacto con estética campera. De hecho, su transmisión ha sido desarrollada por ingenieros norteamericanos de Jeep, y deriva de la que se monta en el Jeep Renegade. El volante, de tres radios y con mandos multifunción integrados, está forrado en cuero, como el pomo de la palanca de cambios, parte del revestimiento de las puertas o los asientos. Detrás de él se sitúa el cuadro de relojes, estilo moto, con el velocímetro a mano izquierda, el cuentarrevoluciones a mano derecha y en el centro una pantalla, quizás demasiado protagonista, que muestra la información del ordenador de a bordo junto con los niveles de carburante y temperatura del motor.
En este salpicadero hay pocos pulsadores.Muchas acciones de configuración del coche, la radio, el navegador, el teléfono y la conexión a internet mediante el sistema UConnect se controla a través de la pantalla táctil de 6,5 pulgadas situada en el centro y en posición elevada. Este sistema de infoentretenimiento tiene un menú sencillo, pero en mi opinión, con una usabilidad mejorable. El hecho de combinar las órdenes táctiles con los pulsadores externos no es del todo intuitivo, si bien entiendo que también es cuestión de acostumbrarse.
En la consola central, alrededor de la palanca de cambios, hay huecos para dejar objetos o sujetar latas de bebida. En esta consola encontramos también un freno de mano electrónico y el dial para activar los tres programas de conducción configurados en este coche: Normal ,Sport y Traction, este último para circular por el campo.
La buena sensación de espacio perceptible en las plazas delanteras también la encontramos en las traseras, que dan cabida a tres pasajeros. El de la plaza central también viaja con un buen nivel de confort, aunque no dispone de tanto espacio para las piernas debido al túnel de transmisión. Curiosamente, el respaldo de esta plaza central no sirve de apoyabrazos, como suele ser habitual.
Lo que no me acabó de convencer es la capacidad del maletero. Tiene 350 litros, una cifra que superan casi todos sus rivales, algunos con creces. Tampoco es un maletero con gran atención al detalle, y si queremos redes, organizadores o un brazo telescópico, hay que ir al listado de opciones. En el caso de nuestra unidad de pruebas, con rueda de recambio en lugar de kit antipinchazos, el espacio disponible es inferior.
Sin downsizing
La versión que conduje durante una semana montaba el conocido motor diésel 2.0 Multijet que ofrece 140 CV de potencia. Es el único diésel disponible para esta versión más off-road, y se une exclusivamente a un cambio de marchas automático de nada menos que 9 velocidades. Es un motor de relativa gran cilindrada (no sigue la tendencia imperante del downsizing), algo ruidoso al ralentí y a baja velocidad y que se caracteriza por ofrecer potencia suficiente para mover este crossover, especialmente en la zona alta del cuentavueltas, todo y tratarse de un diésel.
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Su asociación con el cambio es correcta, si bien éste no es todo lo rápido que desearíamos a la hora de cambiar de marcha o de reducir, operación que podemos hacer a través de las levas (opción de 200 €). Este cambio sólo se comporta con la velocidad esperada cuando activamos el modo “sport” (girando el dial de la consola hacia la izquierda), que modifica la velocidad en la inserción de las marchas, la respuesta del motor y el tacto de la dirección. En modo “Sport”, este Fiat tiene un comportamiento en carretera muy bueno, ya que se percibe ágil y juguetón, no balancea y tracciona muy bien a la salida de las curvas gracias a la eficacia de su sistema de transmisión permanente a las cuatro ruedas.
La dirección es bastante directa, aunque también es poco informativa y no acaba de filtrar del todo las irregularidades del asfalto. Al circular por carreteras bacheadas el confort de marcha se resiente debido al rígido tarado de la amortiguación, en mi opinión en exceso. Es una suspensión que sujeta muy bien el coche en las curvas y beneficia su comportamiento en carretera revirada, pero se torna incómoda cuando circulamos a alta velocidad o por carreteras bacheadas, ya que el coche se vuelve un poco “rebotón”, sobre todo si se viaja sin carga. También influye en este efecto el bajo perfil del neumático que monta esta unidad, un Bridgestone Potenza en medida 225/45 R18, con un agarre excelente pero con poco balón.
En autopista el coche se beneficia de la larga relación que ofrece la novena marcha del cambio automático, que hace que el motor ruede a bajas vueltas y con un consumo mínimo. A velocidad de crucero, el sistema 4x4 de este Fiat desconecta de forma automática el árbol de transmisión que conecta el eje trasero, para reducir la fricción y el gasto de combustible.
Esta versión del Fiat 500X nos gastó una media de 6,9 l/100 km., con un máximo de 8 litros en ciudad y un mínimo de 5,9 litros en carretera.
Bastante eficaz en campo
Además del plus de seguridad y efectividad que esta transmisión 4x4 da en carretera, también es la base de las aptitudes off-road de este todocamino. Este no es un coche para salir con asiduidad al campo, como tampoco lo son sus rivales, pero da bastante juego en una excursión puntual a aquella casa rural a la que se accede por pista forestal, a nuestra zona preferida de recogida de setas, a la visita a una ermita perdida en medio del bosque o bien a aquel paraje natural que nos ha recomendado un amigo, por ejemplo. Esa versatilidad es lo que hace atractivo a este tipo de versiones off-road, y aunque pocas personas las aprovechan, deben saber que esas aptitudes están ahí.
Probé el Fiat 500X en una ruta por pista forestal en buen estado (y lo puse a prueba en el franqueo de obstáculos (podéis verlo en el vídeo), para comprobar hasta qué punto es capaz de traccionar o preservar su bonita carrocería cuando las cosas se complican un poco. Y debo decir que me sorprendió positivamente.
Con el modo “Traction” activado (se gira hacia la derecha el dial de la consola central) el cambio inserta automáticamente la primera velocidad, de relación muy corta, que simula el efecto de una reductora. Con esta relación podemos subir y bajar pendientes sin excesiva dificultad o controlar un cruce de puentes con relativa eficacia. Este todocamino, como la mayoría, rápidamente pierde el contacto de alguna de sus ruedas con el terreno, debido al poco recorrido de suspensión disponible. Pero la transmisión 4x4 se encarga de dar par a aquellas ruedas que mantienen el contacto con el terreno para asegurar el avance, y lo hace de forma eficaz.
Ni los neumáticos acompañan para estos menesteres (están demasiado enfocados al asfalto) ni contamos con sistemas de bloqueo de la transmisión, por lo que no conviene poner este coche en serias dificultades en off-road. Tampoco creo que nadie esté dispuesto a poner en riesgo su bonita carrocería, siempre es necesario utilizar el sentido común.
Equipamiento y posibilidades de personalización
Esta versión CrossPlus viene bien equipada de serie, con detalles como el Keyless entry, el selector de modo de conducción, la guantera refrigerada, climatizador, cruise control, sensores de aparcamiento traseros o faros de xenón, entre otros. Pero existe un buen listado de opciones que incluye el techo solar eléctrico (1.350 €), navegador (200€) y todo un conjunto de adhesivos, molduras o carcasas de los retrovisores para poder personalizar el coche al máximo.
Puedes así configurarte un Fiat 500X bien "chulo", aunque a costa de una mayor inversión, que superará los 30.000 euros, como es el caso de nuestra unidad de pruebas.
De ADAC no me fío, ya la sancionaron por dar datos erróneos a favor de Vag...El TUV alemán sólo trata de las ITV de Alemania, además hay muchos casos de personas que llevan sus coches a las pre-itv para luego no tener problemas, sólo con ese detalle los datos obtenidos en ese famoso TUV tiran por tierra la tan añorada fiabilidad, eso sin contar esos coches japoneses que han pasado por sus concesionarios tras la llamada a revisión, con lo cual esos datos de ese dichoso TUV son, si cabe, todavía menos fiables J. D. POWER, OCU...Consumers Report...no valen más que para rellenar tiempo y espacio, son unas consultoras, la OCU por ejemplo hace las encuestas sobre unas 34.000 personas, luego está quien va ser el sincero que va a reconocer que se ha gastado 50.000 euros en un coche y que tiene problemas?, por otro lado quien se gasta 50.000 euros en un coche tiene más medios para gastarse y mantenerlo en perfectas condiciones que aquellos otros que se han gastado 14.000. Anda que no hay razones suficientes de peso para tirar por tierra lo que para alguno es su Biblia y creen a piea juntillas.