Moverse por ciudad de la mejor manera posible
El Aygo es un perfecto coche urbano, de eso no hay ninguna duda. Es pequeño, ágil, práctico y, por supuesto, divertido. Y es que éste último aspecto parece haberse convertido en un requisito imprescindible en los últimos tiempos y no hay coche urbano que no ofrezca una amplia gama de elementos de personalización tanto exteriores como interiores.
Antes de entrar en materia, por lo tanto, vamos a configurar un Aygo. Este coche puede elegirse con 3 o 5 puertas (hay 300 euros de diferencia así que mejor comprar el de 5 por su superior practicidad) y el motor de un litro es obligatorio de manera que ahí, la elección se limita al cambio manual de cinco relaciones o a un automático pilotado que cuesta 450 euros. Si no vais a salir jamás de ciudad, el automático puede ser una buena opción aunque en carretera, su lentitud nos obliga a recomendar el manual de nuestra unidad.
OK, ya tenemos el Aygo de 5 puertas. Vamos a pintarlo. Podemos encargarlo en blanco, gratis, o pagar 175 euros por el rojo o 325 por el azul oscuro, el negro o el plata. No hay más opciones. De colores, claro ya que después podemos entrar en el tema de las personalizaciones. Bueno, miento, sí hay otro color disponible; el naranja de la versión X-Cite, que se combina con la X frontal y las llantas en negro, tiene tapicería de cuero y vale 1.000 euros más. Una tercera versión X-clusive con climatizador y sensor de lluvia en color negro con la X en plata se ofrece también por 1.000 euros extra. Toyota anuncia que ira introdiciendo nuevos colores y series limitadas a medida que avance la vida comercial del coche.
Personalización
Vamos a personalizarlo a nivel estético. La X frontal, que es negra en nuestra unidad, puede ser plata (350 euros) y podemos añadir al coche los vinilos rojos en los laterales, el frontal y la trasera que llevaba nuestro coche. Esto vale 175 euros pero si además añadimos el vinilado del techo en el mismo color, la marca nos cobrará 350 euros por el pack completo. Para terminar, las llantas. Las de serie son las de nuestra unidad y luego hay otro diseño de cinco brazos que valen 350 euros si son plata y 450 si las queremos en blanco o negro pulidos.
Vamos al interior. La tapicería es gris y no puede cambiarse pero si los apliques de color en el salpicadero y la consola. Aquí hay varias piezas que van en sendos packs. El primero incluye el marco de la palanca de cambios y las salidas de aire. Cambiar el color cuesta 75 euros. El otro pack incluye el marco del cambio, la consola y la franja del salpicadero. Cambiarlos todos a otro color cuesta 175 euros y finalmente hay un pack con todos estos elementos combinados en dos colores que vale 225. Las opciones se completan con el navegador que vale 350 euros.
El equipamiento es muy bueno para tratarse de un coche urbano. Tiene seis airbags (frontales, laterales y de techo), ABS y ESP con ayuda al arranque en pendiente, volante regulable en altura y profundidad (poco habitual en este segmento), aire acondicionado, cierre centralizado, elevalunas eléctricos delanteros, radio con toma USB y Bluetooth, la pantalla de siete pulgadas táctil del salpicadero, llantas de aleación de 15 pulgadas, limitador de velocidad e incluso cámara de marcha atrás (hay coches de 30.000 euros en los que este accesorio es opcional). Y sí, todo ello por 10.600 euros que se quedan en 9.600 si entregamos a cambio un coche de desguace dentro del Plan Pive. No está mal, ¿verdad?
Un coche pequeño y muy práctico
Visto lo que da de sí estéticamente, vamos con las dimensiones. El Aygo no llega a los tres metros y medio, lo que significa que se aparca en cualquier hueco. Mide 3,45 metros de largo por 1,61 de ancho y 1,46 de alto. Eso sí, es un cuatro plazas y no habrá forma de encargarlo con cinco ya que no está homologado para ello. Sin ser un coche muy amplio, las plazas traseras no están nada mal. Tienen una distancia entre filas correcta, una buena altura libre y la anchura es holgada para dos personas.
Lo peor de las plazas traseras es el diseño de las puertas. Éstas son lo bastante grandes para facilitar la entrada y la salida pero tienen un diseño con una elevación en la parte trasera que elimina visibilidad hacia fuera, especialmente en el caso de los niños pequeños. El otro problema es que, por una cuestión de costes, Toyota ha decidido que las ventanillas sean fijas y la única posibilidad de ventilación en estas plazas es la apertura a compás de las ventanillas.
El maletero es pequeño. 168 litros son pocos para un coche, incluso del segmento A. Un Fiat Panda ofrece 225 litros, un Hyundai i10 tiene 250, los trillizos del Grupo Volkswagen (VW up!, Seat Mii y Skoda Citigo) andan también en 250, el Suzuki Celerio ofrece el más grande de la categoría con 254 litros e incluso el Renault Twingo, pese a situar el motor en la parte trasera, ofrece 219 litros de capacidad. El Aygo, por lo tanto, suspende en este apartado y, si vamos a comprar al súper, habrá que prever la posibilidad de tener que abatir los asientos traseros para meter las bolsas a poco que compremos un par de packs de agua y de leche.
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El abatido del respaldo trasero (dos mitades idénticas ya que es de dos plazas) puede realizarse desde el maletero pero el piso de carga no queda plano. La modularidad de la parte trasera, por lo tanto, no está muy bien resuelta ya que, además, el portón no es muy grande. Éste es completamente de cristal y para abrirlo, hay que accionar un botón que encontramos debajo.
Las plazas delanteras son agradables. El salpicadero está construido en materiales sencillos pero es resultón y, sobre todo, tiene una enorme pantalla de siete pulgadas de serie que nos permite gestionar el equipo de audio, el navegador, que cuesta 350 euros, y el teléfono. En este caso, podemos conectar el Smartphone y usar algunas aplicaciones del teléfono en el coche. La instrumentación queda detrás del volante y, además del gran velocímetro central, tiene un minúsculo cuentarrevoluciones a la izquierda y un indicador del mejor momento de cambio a la derecha.
Los huecos para objetos son suficientes para vaciar los bolsillos y hay un cargador para el móvil que permite además la intercomunicación con el coche vía el software AppinCar que permite utilizar una serie de aplicaciones, algunas gratuitas como Mitrax o iCoyote (un avisador de radares fijos que se actualiza con las aportaciones de los propios usuarios) y otras de pago (las versiones premium de las mencionadas más Parkopedia, que permite localizar plazas de parking o el navegador Navgate Drive Europe).
Vamos ahora con la parte mecánica. El motor es un tres cilindros multiválvula de gasolina de un litro y 68 CV asociado a una caja de cambios manual de cinco marchas. No hay más alternativas y, sinceramente, para el tipo de coche que es, no hace ninguna falta.
Las prestaciones no son revolucionarias; 160 por hora de punta y 14,2 segundos en el cero a cien pero el motor tiene nervio, acelera bien en la salida de los semáforos, recupera bien en tercera y cuarta y la caja de cambios tiene unos desarrollos muy acertados. En el apartado de consumo, Toyota homologa 4,1 litros a los cien pero ojo, para conseguirlos, hay que salir a la autopista y ponerse a 90 por hora en quinta. En ciudad, cinco litros y medio es un consumo razonable y será lo que gastaréis con él. Bajar se puede pero no en una conducción normal y menos con pasajeros a bordo.
A nivel de comportamiento dinámico, el Aygo resulta sorprendente. Es evidente que es un coche de segmento A, que está diseñado para que sea ágil en ciudad y que la carretera no es su hábitat natural pero se defiende más que decentemente. El coche es muy noble y aunque se le nota falto de cierto aplomo en curva rápida, no es para nada nervioso, apoya bien, traza bien y se mueve de atrás con suavidad. La dirección es precisa aunque con una cierta holgura al inicio del giroy los frenos escasean en cuanto los apuramos un poco pero para un uso urbano cumplen perfectamente.
En un segmento muy competitivo en el que el precio y el diseño son los motivos esenciales que mueven a los clientes a elegir un coche u otro, el Aygo llega con mucho qué decir. No es el más grande ni el más práctico ni el más rápido ni el que tiene más maletero (ese, en mi opinión es su principal punto débil) pero es uno de los más divertidos, es ágil, está bien construido y, sobre todo, ofrece una relación precio-equipamiento poco menos que imbatible. Y eso, en un segmento tan sensible al precio como es este, es una muy buena baza.
Entre en este foro para buscar opiniones serias, y solo he encontrado bronca y opiniones muy subjetivas (sin contar con alguna tremendamente machista... Algo sobre que le iban a regalar a las mujeres uno para que desaparecieran...) tremendo! No me ha servido de nada el foro y encima me ha dejado mal rollo en el cuerpo.