Al igual que Lamborghini, Toyota apuesta por mecánicas atmosféricas de alta cilindrada. El caso del Yaris es un claro ejemplo. De la mano de este restyling estrena un 4 cilindros en línea de 1,5 litros, mientras que sus rivales siguen proponiendo tri-cilíndricos de un litro sobrealimentados por un turbocompresor.
La gama está ya a la venta con 4 niveles de acabado City, Active, Feel! y Advance. Tres son los motores disponibles: 1.0 de 70 CV, 1.5 de 110 CV y el híbrido de 100 CV. La horquilla de precios va desde los 10.050 del 1.0 City hasta los 17.250 euros del híbrido Advance.
Mucho mejor acabado
La firma japonesa anuncia 900 nuevos componentes. En el diseño exterior podemos encontrar algunos de estos cambios. Para empezar en el frontal presenta una forma de catamarán y nuevos grupos ópticos. Los expertos de Toyota se refieren a las formas que describen los extremos del parachoques delantero. Sea como sea, la entrada de aire principal es de mucho mayor tamaño que antes.
En la línea lateral, además de las pinturas Bi-Tono en acabado bicolor, con el techo en un color en contraste, destacan las molduras en la parte inferior de las puertas en negro o cromado, en función del nivel de acabado.
Los nuevos pilotos traseros se extienden desde las aletas posteriores hasta casi el centro del mismo portón. Según el acabado estos grupos ópticos son LED. Siguiendo el estilo del frontal, aquí encontramos también un perfil que puede recordar el diseño de un catamarán.
Nada más entrar en el habitáculo la percepción de calidad es muy superior que en el modelo anterior, así como con respecto a otros modelos de la marca nipona. Este es un aspecto en el que Toyota tenía que mejorar y ha sido todo un acierto lo que ha conseguido con el nuevo Yaris.
Incorpora nuevas tapicerías, colores y acabados. Las molduras del salpicadero con un tacto agradable y esponjoso en color de la carrocería (en las versiones Bi-Tono) reflejan perfectamente este paso adelante en lo que a mejora en acabados se refiere.
El cuadro de instrumentos está formado por dos indicadores analógicos de gran formato, con una pantalla multifunción de TFT de 4,2” en el centro, una pantalla que podemos gestionar con los mandos integrados en el volante.
El software de la pantalla táctil del centro del salpicadero es mejor, ahora integra de serie servicios conectados con un contrato gratuito de 3 años. Google Maps, Street View, Coyote o Aha son algunas de las App disponibles en el Yaris.
Si bien cuenta con dos tomas de USB en la consola central, se echa en falta Android Auto y Apple CarPlay. Toyota España durante la presentación de producto anuncio que en breve se podrán integrar estos servicios al nuevo Yaris.
El espacio delante es bastante bueno, con numerosos huecos en túnel central y puertas. Los asientos ofrecen un nivel de confort correcto. Detrás sigue siendo uno de los mejores de su categoría tanto por anchura de su banqueta como por espacio para las piernas.
No obstante, la altura libre al techo es algo justa para mis 1,80 metros de estatura. La ausencia de túnel central detrás deja mucho espacio para los pies del pasajero de la plaza central, lástima que los anclajes del cinturón apenas dejen espacio para meter el trasero.
La bandeja del piso del maletero queda enrasada con la boca de carga si la situamos en su posición más elevada. En la más baja incrementa el espacio para el equipaje hasta alcanzar 286 litros, una cifra correcta para este segmento. Abatiendo los respaldos posteriores podemos cargar bultos de mayor tamaño, eso sí, la superficie de carga no queda completamente plana.
La seguridad es uno de los aspectos que más ha mejorado. El paquete Toyota Safety Sense es de serie en toda la gama: sistema de pre-colisión con frenado de emergencia, luces automáticas, avisador de cambio involuntario de carril y reconocimiento de señales de tráfico. Los pasajeros de la segunda fila ahora cuentan con cinturones con limitadores de fuerza y pretensores. Además, el Yaris es el único modelo del segmento B que ofrece de serie 7 airbags.
Lo conducimos cerca de la Haya
Viajamos hasta la Haya en Holanda para descubrir las mejoras aplicadas a la tercera generación del Yaris. Una de las más destacadas es el motor 1.5 litros atmosférico de gasolina, aprovechamos también para ver las mejoras aplicadas al híbrido de 100 CV, la única opción con esta tecnología del segmento B.
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En un breve recorrido comprendido entre núcleo urbano y autovía condujimos el híbrido. Nada más arrancarlo te das cuenta que es mucho más silencioso que el 1.5 gasolina, y eso que equipa un motor térmico de idéntica cilindrada.
Según los responsables de Toyota se han aplicado numerosas mejoras en el vano motor para reducir al máximo tanto las vibraciones como el ruido del motor de explosión. Unas mejoras que se notan porque incluso en autovía a 120 km/h es mucho más silencioso que el gasolina. En ciudad todavía es más suave y silencioso.
El variador continuo que equipa el híbrido es una solución que gustará a unos y no tanto al resto. Personalmente este tipo de transmisiones no me gustan nada, sólo funcionan bien circulando de forma muy suave y progresiva. El resto del tiempo revoluciona demasiado el motor para lograr una capacidad de recuperación algo limitada. Mucho ruido para pocas nueces.
Para el trayecto de pruebas más largo optamos por el nuevo motor 1.5 litros gasolina, un 4 cilindros de 1.496 c.c. atmosférico que llega para tomar el relevo del 1.33. Declara 110 CV a 6.000 rpm y 136 Nm a 4.400 rpm. Cumple con el ejercicio de 0 a 100 km/h en 11 segundos, 0,8 décimas más veloz que el 1.33.
Un motor que cumple ya con la futura norma de emisiones Euro 6c. Si bien su capacidad es mayor, consume un 12% menos que su antecesor. Destaca por una eficiencia térmica del 38,5%, una de las mejores del mercado. Para lograrlo combina una relación de compresión muy elevada de 13,5:1 y una rápida transición entre los ciclos Otto y Atkinson.
En general me gustó este motor, es suave y no hace demasiado ruido. El pero es que no se trata de un motor vivo y alegre como los que Mazda equipa en el 3. El 4 en línea del Toyota es algo más soso, le falta algo de alegría y gancho.
La caja de cambios manual de 6 relaciones tiene unos buenos escalonamientos y tanto permite exprimir el propulsor con sus marchas más cortas como economizar en autovía si nos decantamos por las más largas. El tacto de la palanca es algo esponjoso y los recorridos de la misma son un poco largos.
La dirección gracias a la asistencia no requiere de esfuerzo alguno, el problema está en que no es muy precisa. Cuando mueves el volante no disfrutas del grado de conexión que si aporta la de un Nissan Micra, un Renault Clio o un Volkswagen Polo.
Las suspensiones ofrecen un nivel de confort esperado en este tipo de coche pero tienen una tendencia demasiado grande a copiar las irregularidades del firme. Sobre firme en mal estado copian en exceso los baches, un mayor nivel de filtrado sería de agradecer.
El equipo de frenos está a la altura. Aunque tampoco tuvimos ocasión de probar el conjunto en condiciones óptimas. Gran parte del recorrido de prueba transcurría en carreteras secundarias que estaban limitadas a 60 km/h y a 80 km/h. Pasar de tercera o cuarta fue toda una odisea.
Toyota anuncia un consumo medio de 5 l/100 km para este motor, no obstante, en esta toma de contacto el indicador se situó por encima de los 7 l/100 km. Prácticamente todo el tiempo estuvimos entrando y saliendo de pequeños pueblos limitados a 30 km/h con lo que circulamos mucho dentro de núcleo urbano.
En resumidas cuentas
Ya era hora poder contar con un motor gasolina de una cilindrada acorde con un coche del segmento B. Si tuviese un poco más de brío este 1.5 litros me gustaría todavía más, le falta carácter, sobre todo a la hora de subir de vueltas en la parte alta del cuenta vueltas.
El 42% de las ventas de Yaris en la actualidad corresponden a la versión híbrida. Será cuestión de ver si ahora con esta nueva evolución el propulsor gasolina atmosférico de mayor cilindrada desbanca o no al híbrido.
La respuesta del coche es increible, le faltan cosas pero no se queda tan atras, la mecanica toyota siempre será más resolutiva