Tercer modelo más vendido de Volkswagen
El nuevo Tiguan vio la luz por primera vez en el Salón de Frankfurt de 2015. Se trata de la segunda generación del SUV compacto de Volkswagen que suma más de 2,8 millones de unidades vendidas desde que llegó al mercado en 2007.
Desde abril de 2016 ya está a la venta en España con un precio desde 29.560 euros y con tres motorizaciones, 2.0 TDI 150 CV y 190 CV y 2.0 TSI 180 CV. A partir de mayo llegarán 4 mecánicas más: 1.4 TSI 125 CV y 150 CV y 2.0 TDI 115 CV y 150 CV. Y por último en junio hará acto de presencia la motorización más potente, el 2.0 BiTDI con 240 CV.
Producido en Wolfsburgo y comercializado en más de 170 países el Tiguan es un modelo muy importante para la marca. A nivel mundial es el cuarto modelo más vendido de Volkswagen, mientras que en España se sitúa en tercer lugar tras Polo y Golf.
Más sexy que nunca
Echando un primer vistazo podemos ver que su diseño de líneas rectas poco tiene que ver con la silueta redondeada de su antecesor. Su carrocería tiene un Cd de sólo 0,31 con lo que ofrece un 40% menos de resistencia aerodinámica.
Tanto la mayor altura de la línea de la cintura, la menor superficie acristalada como el nuevo frontal hacen que su apariencia sea más dinámica y musculosa. Se mire desde el ángulo que se mire es mucho más atractivo que su antecesor.
La parte frontal destaca por la nueva calandra que poco a poco se está extendiendo en la gama Volkswagen que destaca por tres lamas horizontales cromadas cuya línea se prolonga dentro de las ópticas delanteras.
El gran protagonista del lateral es la línea de tensión que empieza en la aleta delantera, sigue por las puertas y termina en la trasera, un elemento de diseño que en Volkswagen han bautizado como línea Tornado.
La mayor batalla y los voladizos más cortos han sido clave a la hora de mejorar el diseño. Es 6 centímetros más largo (4,49 m), 3 centímetros más ancho (1,84 m) y 3,3 centímetros más bajo que su antecesor.
Su distancia entre ejes también ha aumentado, concretamente 7,7 centímetros hasta alcanzar los 2,68 metros. Curiosamente este aumento en todas las cotas no ha redundado en un mayor peso, por el contrario ahora es 50 kilos más ligero, ventajas de la plataforma modular MQB sobre la que ha sido desarrollado.
En la presentación tuvimos oportunidad de verlo en varios colores, de entre los que había en la flota de prensa en Berlín me quedo con el naranja metalizado. Aunque a priori pueda parecer un color muy llamativo le sienta de maravilla. El gris metalizado, el azul también metalizado y el blanco tampoco están nada mal.
Todas las unidades de pruebas estaban equipadas con acceso y arranque sin llave, algo que ya existía en el anterior modelo. Una de las novedades que aporta en este campo es la apertura y cierre del portón del maletero de forma gestual, algo muy práctico cuando vas cargado.
De serie cuenta con luces de día y pilotos traseros LED, los faros de cruce y carretera LED son opcionales. El equipamiento de seguridad de serie se completa con 7 airbags, el sistema Front Assist con detección de peatones y el sistema Lane Assist.
Siguiendo en el campo de la seguridad presenta un capó frontal activo. En caso de colisión con un peatón el capó se eleva 50 mm de forma automática mediante un sistema pirotécnico a la altura del parabrisas en 20 milisegundos.
Son tres los niveles de acabado disponibles: Edition, Advance y Sport. Además los clientes pueden configurar su Tiguan con un look más deportivo de la mano del Paquete R-Line (2.000 euros con llantas de 19"). También existe la posibilidad de conferirle una imagen campera con el Paquete Off-Road del que hablaremos más adelante en el texto.
Espacio para dar y tomar
La mejora en la batalla ha permitido dar lugar a un habitáculo más amplio, así como a un maletero de mayor capacidad. En las plazas delanteras brinda cómodos asientos regulables en múltiples puntos. La posición al volante es muy cómoda gracias a que podemos ajustar la columna de dirección y el asiento en un sinfín de posiciones distintas.
La anchura entre los ocupantes de la primera fila es más que destacable para un modelo de este segmento. En la misma línea debemos destacar también el generoso espacio libre al techo. ¡Y eso que su carrocería es 3 centímetros más baja!
El salpicadero recuerda bastante al de , dividido en dos mitades a media altura y presidido por una gran pantalla táctil. Con este interfaz tenemos conectividad a la última para nuestro Smartphone, ya sea con Apple ClarPlay o Android Auto.
El cuadro principal de instrumentos puede contar con el Digital Cockpit, una pantalla digital de 12,3” en la que podemos ver todos los parámetros del vehículo que se nos antojen. Mapa del navegador, indicadores en formato analógico, gestionar nuestro Smpartphone, el equipo de audio, el ordenador… Es de serie en el acabado Advance y cuesta 640 euros en el resto.
Además de tener la pantalla central y la del cuadro de instrumentos podemos tener un tercer display digital en nuestro campo de visión. Hablamos del Head-Up display, un elemento que hasta la fecha no había estado disponible en el Tiguan.
La calidad percibida a bordo es muy superior a la de su antecesor. Tanto los materiales plásticos con los que se han confeccionado salpicadero como los textiles escogidos para los paneles de las puertas y asientos son de un tacto agradable y una apariencia Premium.
En la segunda fila se nota y mucho el aumento de la batalla, algo que se traduce en un extra de 3 centímetros para las piernas de sus ocupantes. La banqueta está dividida en dos mitades asimétricas y cuenta con regulación longitudinal de forma independiente. Asimismo sus respaldos son regulables en inclinación.
La plaza central trasera es sorprendentemente cómoda, algo que no podíamos decir de la de la anterior generación. Frente a ella encontramos una toma USB y los mandos del sistema de climatización en caso que optemos por el clima de tres zonas.
La altura libre al techo detrás también es destacable. Al igual que su antecesor cuenta con unas prácticas mesillas plegables de plástico en la parte posterior de los respaldos delanteros. Este es uno de esos elementos a los que los más pequeños de la casa sacan más provecho en largos viajes.
El maletero del Tiguan ofrece 520 litros con 5 plazas y los asientos traseros en su posición más retrasada. Desplazando la banqueta posterior hacia delante y reduciendo el ángulo de inclinación de su respaldo se llega a 615 litros, 145 litros más que su antecesor.
En el maletero encontramos numerosos huecos, ganchos, una buena iluminación, una bandeja fija desmontable y un piso que podemos situar en dos alturas. Mediante dos palancas que hay en las paredes del mismo abatimos la segunda fila hasta lograr 1.655 litros.
Lo probamos en Berlín
Viajamos hasta Berlín para conducir el nuevo Tiguan durante un día. Nuestra primera toma contacto sobre asfalto tuvo lugar principalmente en núcleo urbano y autopista. Los alrededores de la capital alemana son completamente planos y encontrar una curva no fue fácil, pero logramos dar con una.
En ciudad se desenvuelve con gran soltura, la posición de conducción elevada aporta un plus de confort muy valorado por los clientes de este tipo de vehículos. A la hora de aparcar podemos recurrir al sistema Park Assist o bien hacerlo como toda la vida. Bueno, como toda la vida no.
Gracias al sistema de cámaras de visión exterior de 360° podemos hacer la maniobra completa sin apartar la vista de la pantalla central del salpicadero. Es tan práctico y cómodo que cuando uno se acostumbra a aparcar así luego cuesta volver a usar un retrovisor.
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Los tramos de secundaria por los que circulamos eran consecuciones de interminables rectas limitadas en la mayoría de los casos a 70 o 80 kilómetros por hora, que unían una población tras otra. Optamos por abandonar la ruta prevista durante un tiempo para probarlo en una zona de “eses” y algunas curvas cerradas.
Allí fue donde comprobamos lo bien que filtra el sistema de suspensión adaptativo DCC opcional. Parece mentira que sea capaz de absorber con tanta facilidad baches pronunciados. La rigidez del chasis también es otro elemento que vale la pena ensalzar. En los apoyos fuertes sientes un elevado grado de control del vehículo.
El único punto que no terminó de gustarme fue la respuesta de la dirección variable en el modo Normal. Hay un elevado nivel de desconexión entre lo que haces con las manos y lo que termina ocurriendo en el tren delantero. No obstante, si activas el modo Sport se endurece y esta desconexión queda más disimulada.
Dado que no hicimos ningún puerto de montaña ni ninguna carretera de curvas con cara y ojos no pudimos poner a prueba al equipo de frenos. Su respuesta fue excelente en todo momento. En la Autobahn sin limitación tuvimos que echar el ancla un par de veces y los frenos respondieron de primera.
De los numerosos tramos de Aubohan, autopistas alemanas, por los que condujimos sólo nos encontramos con uno sin limitación de velocidad. Allí pude comprobar que los 150 CV del motor 2.0 TDI se le quedan algo escasos a la hora de realizar una conducción deportiva. Le cuesta mucho llegar a 200 km/h y pasar de esta cifra requiere grandes dosis de paciencia y un buen puñado de kilómetros.
El nivel de aislamiento acústico del habitáculo es muy destacable. Pocos SUV de su categoría son capaces de filtrar tan bien la rumorosidad del motor diésel y del viento a velocidades que son legales en España. A las velocidades legales de Alemania el viento se nota y mucho, no en vano, estamos ante un vehículo bastante elevado del suelo.
En nuestra prueba tuvimos la ocasión de conducir la versión que más ventas va a concentrar en el mercado español, el 2.0 TDI de 150 CV. Lo escogimos con tracción integral 4MOTION y con cambio automático DSG, también está disponible 4X2 y manual.
La respuesta del motor es más que suficiente para la gran mayoría de conductores, quizás se pueda echar en falta algo más de capacidad de empuje cuando vayamos con toda la familia y cargados de equipaje. Ahí se notará y mucho la diferencia con el mismo motor 2.0 TDI pero con 190 CV.
Arrancamos con el Active Control en la posición Onroad o carretera. Mediante un mando giratorio que hay en el túnel central de transmisión, junto a la palanca del cambio podemos seleccionar los distintos modos de conducción que ofrece este nuevo sistema que estrena esta segunda generación del Tiguan.
Dentro de la posición Onroad podemos activar otro botón que se integra en el centro del mando del Active Control para seleccionar qué modo de conducción de carretera preferimos. Ni más ni menos que cinco opciones: Eco, Comfort, Normal, Sport e Individual. Sus nombres indican claramente que aportan.
Con el Individual podemos ajustar cada parámetro a nuestro gusto, dando lugar a una configuración 100% a medida. Por ejemplo, en una carretera secundaria con asfalto roto podemos escoger la suspensión en Comfort, mientras que el motor y la dirección quedan en Sport.
La caja de cambios automática DSG de 7 relaciones es una verdadera delicia. Si pruebas una te costará mucho volver a configurar un coche con tres pedales. Me encanta lo suave y cómoda que es en el día y en conducción deportiva es increíblemente rápida gracias a la posición “S”.
Sin embargo, el cambio DSG sigue acarreando un inconveniente desde que fue lanzada al mercado, su modo manual no es manual de verdad. Es frustrante que cuando quieres usar la palanca en modo secuencial o bien cambiar mediante las levas del volante el coche lo siga haciendo por ti. Cuando te acercas al corte la centralita toma la decisión de cambiar de marcha y en ocasiones en lugar de pasar de segunda a tercera, terminas poniendo cuarta. Una lástima.
En una parte de la ruta nos topamos con la lluvia de modo que pudimos ver la efectividad del sistema 4MOTION. No hay color entre un tracción delantera y un tracción integral en una secundaria con asfalto deslizante. Merece mucho la pena pagar el extra que cuesta la tracción 4X4 tanto por la seguridad como por el plus de feeling al volante que ganamos.
Su sistema de tracción a las cuatro ruedas 4MOTION cuenta con la última evolución del embrague Haldex. Ahora es capaz de enviar hasta el 100% del par del motor al eje trasero y mediante el sistema XDS de diferencial electrónico dentro de un mismo eje se podría llegar a enviar el 100% del par a una única rueda.
Prueba en Off-road
Con el Paquete Off-Road no sólo se altera la imagen del vehículo, también se mejoran las aptitudes en campo del mismo. Para empezar aporta unas protecciones para los bajos de material plástico que se encargan de salvaguardar el motor y la caja de cambios. Asimismo añade un nuevo parachoques delantero, como ya sucedía con la anterior generación, que amplía el ángulo de ataque hasta 25,6° y uno de salida de 24,7°.
Para descubrir las ventajas de este paquete nos desplazamos hasta un circuito de offroad que la organización había preparado especialmente para la ocasión. En la primera generación del Tiguan existió ya un Paquete Off-Road, sin embargo pasó sin pena ni gloria. En el modelo anterior el frontal cambiaba mucho con respecto al modelo normal, ahora el ojo inexperto apenas va a encontrar la diferencia.
Además del modo Onroad del que ya hemos hablado antes, el sistema Active Control permite seleccionar tres posiciones más: Snow, Off-Road y Off-Road Individual. La primera buscar optimizar la capacidad de tracción sobre firme deslizante, mientras que las dos últimas se ciernen al uso del vehículo en campo.
Con la posición Off-Road el control de tracción se vuelve más rápido e intrusivo, la dirección se endurece para aumentar nuestra capacidad de respuesta al volante y apura más las marchas para aprovechar la retención mecánica, si contamos con cambio DSG claro.
Una vez seleccionamos la posición Off-Road se activa un perfil Off-Road específico para el Digital Cockpit. Con él podemos ver el ángulo de giro que describe cada una de las ruedas delanteras y demás datos. Del mismo modo, en la pantalla central del salpicadero podemos escoger qué indicaciones de Off-Road queremos, brújula, inclinación lateral del vehículo…
Al afrontar una bajada se activa automáticamente el control de descenso electrónico, para aumentar la velocidad durante el descenso sólo tenemos que acariciar el pedal del acelerador y para reducir el ritmo de avance tocar el pedal del freno.
En caso de equipar el DCC se conecta el modo Comfort de las suspensiones de forma automática. El sistema ABS pasa a un segundo plano con lo que tenemos que ir con cuidado en zonas embarradas. Como siempre la clave en superficie deslizante la marcarán los neumáticos, ya sean unas gomas de invierno sobre la nieve o unos Mud & Snow en campo.
Además de comprobar las funcionalidades del modo Off-Road del Active Control y del propio paquete Off-Road tuvimos la oportunidad de descubrir las funcionalidades específicas para campo que aporta el sistema de cámaras exteriores de 360°.
Cuando alcanzas la cima de una rampa puedes ver lo que hay al otro lado si activas los sensores de aparcamiento y selecciones mediante la pantalla táctil del salpicadero la cámara frontal. Del mismo modo a la hora de pasar por un lugar estrecho y complicado puedes escoger la opción “Split View” con la que tienes la imagen de las dos cámaras laterales a la vez. Así puedes ver en todo momento hacia donde apuntan las ruedas delanteras y lo cerca o lejos que estás de los obstáculos.
En resumidas cuentas
Volkswagen ha dado un paso agigantado con la segunda generación del Tiguan dando forma a uno de los SUV compactos más completos y atractivos del mercado. Destaca por sus acabados de primer nivel, 5 amplias plazas, un maletero de 615 litros, un chasis brillante y una amplia oferta mecánica.
Este es un coche ideal para familias con niños de entre 3 y 4 miembros que buscan el espacio a bordo de un monovolumen y un diseño atractivo y de calidad tanto en el exterior como en el interior, todo ello dentro de unas dimensiones compactas.
Como suele ser una tradición en Volkswagen, el precio es algo elevado, no obstante, el completo equipamiento de serie y la terminación intachable del vehículo llega a justificar el tema pecuniario. Con la llegada de las mecánicas menos potentes en mayo el precio base del Tiguan bajará hasta los 24.100 euros.
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