Conducir con el depósito en reserva es una práctica más común de lo que parece, especialmente en momentos de prisas o cuando se busca apurar el combustible hasta el último momento. Sin embargo, esta costumbre puede tener serias consecuencias para la salud del motor de tu vehículo, independientemente de si es de gasolina o diésel.
Muchas veces nos podemos encontrar en una situación de descuido donde, por apurar unos kilómetros más el depósito, luego no encontramos una estación de servicio y llega el drama. La recomendación es sencilla, no llegar a la reserva y si llegamos repostar de forma inmediata, pero para conocer y concienciar más sobre esta práctica; en este artículo, analizaremos los riesgos y gastos asociados y cómo manejar esta situación si no queda otra alternativa.
¿Qué es la reserva de combustible?
Empecemos por lo básico: la reserva de combustible es la cantidad mínima de carburante que queda en el depósito de tu vehículo, normalmente entre 5 y 10 litros. La reserva del combustible está diseñada para darnos un margen de seguridad antes de agotar completamente el combustible. Cuando el nivel de gasolina o diésel baja hasta este punto, se enciende una luz de advertencia en el tablero, indicándote que es necesario repostar cuanto antes. También veremos un aproximado de la autonomía restante que nos queda para evitar que nos saltemos estaciones de servicio en la ruta. Nada que no sepas, pero algo conveniente para recordar.
Averías en coches de gasolina
En los vehículos de gasolina, conducir frecuentemente con el depósito en reserva puede provocar una serie de problemas mecánicos. Uno de los más comunes es el daño a la bomba de combustible, que se ve obligada a trabajar más al no tener suficiente combustible que la refrigere, lo que puede llevar a su sobrecalentamiento y fallo prematuro. Además, al circular con niveles bajos de gasolina, es más probable que los sedimentos y las impurezas que se acumulan en el fondo del depósito sean succionados hacia el sistema, lo que podría obstruir los filtros y dañar los inyectores.
Averías en coches diésel
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En los vehículos diésel, los riesgos son similares pero potencialmente más graves. El diésel es más denso y propenso a condensar agua en el depósito, lo que aumenta el riesgo de corrosión y formación de sedimentos. Esto puede ocasionar un desgaste prematuro en la bomba de combustible y en otros componentes críticos del sistema de inyección. Además, conducir en reserva puede aumentar la posibilidad de que el sistema aspire aire, lo que no solo interrumpe el flujo de combustible sino que también puede causar un fallo en la inyección.
Cómo conducir en reserva si no queda más remedio
Si te encuentras en una situación donde debes conducir en reserva, sigue estos consejos para minimizar el daño a tu vehículo:
Evita aceleraciones bruscas: conduce a una velocidad constante y moderada para reducir el esfuerzo del motor y del sistema de inyección.
Busca repostar lo antes posible: identifica la gasolinera más cercana y evita prolongar innecesariamente el viaje con el tanque casi vacío.
Mantén un mantenimiento regular: asegúrate de que los filtros de combustible se cambien según las recomendaciones del fabricante, y que la bomba de combustible esté en buen estado.
Consejos para quienes conducen regularmente en reserva
Si por algún motivo te ves obligado a conducir regularmente con el depósito en reserva o, por lo que sea, estás acostumbrado a esta práctica, ten en cuenta estos consejos adicionales. Consejos que por otro lado pueden ser averías si continuas dejando en reserva el coche durante kilómetros y kilómetros.
Revisa y cambia los filtros con mayor frecuencia: debido al mayor riesgo de que las impurezas del combustible lleguen a los filtros, considera revisar y cambiar los filtros de combustible más a menudo de lo habitual para evitar obstrucciones.
Mantén siempre una pequeña cantidad de gasolina en un recipiente seguro: esto puede servir como respaldo en situaciones de emergencia, aunque debe almacenarse con extrema precaución.
Evita rutas que incluyan pendientes pronunciadas: en terrenos inclinados, la baja cantidad de combustible puede desplazarse y dejar al sistema sin suministro adecuado, incrementando el riesgo de que el motor se apague o de que la bomba aspire aire.
Usa aditivos para el combustible: algunos aditivos pueden ayudar a mantener el sistema de inyección limpio y reducir la acumulación de sedimentos, lo que puede ser particularmente útil si tiendes a conducir en reserva con frecuencia.
En conclusión, conducir con el depósito en reserva debe ser una práctica excepcional, ya que prolongar esta situación puede llevar a costosas reparaciones y a riesgos adicionales tanto para ti como para tu vehículo.
