Con la llegada del frío, los paisajes nevados se convierten en una tentación irresistible para quienes desean disfrutar de la naturaleza o practicar deportes invernales, pero la nieve y el hielo pueden presentar riesgos muy importantes en las carreteras. ¿Llevas todo lo necesario en el coche para sobrevivir a estas condiciones?
Desde largas retenciones hasta accidentes inesperados, las condiciones eventualmente extremas pueden dejarnos atrapados durante horas en nuestro automóvil. Por eso, es fundamental prepararse adecuadamente y portar ciertos objetos esenciales. Aquí te contamos cuáles son.
Víveres: no confíes en encontrar provisiones
En carreteras remotas (o al menos secundarias), especialmente durante una tormenta invernal, es poco probable poder encontrar agua potable y alimentos. Así pues, lleva contigo provisiones no perecederas, como refrescos azucarados, barritas energéticas o frutos secos, a fin de mantenerte nutrido y evitar la deshidratación.
Este sencillo gesto puede marcar la diferencia si el trayecto se complica en vías poco o nada concurridas o aisladas de lugares poblados, pues permite mantener tus fuerzas físicas para hacer frente a las bajas temperaturas hasta que el camino sea apto para circular o los equipos de rescate te ayuden.
Botiquín: primeros auxilios y medicinas
El hielo sobre el asfalto aumenta el riesgo de accidentes y caídas. Un botiquín bien equipado con material básico, como vendas, esparadrapos y desinfectantes, puede ser crucial. Si tú o alguien más sufre una herida menor, contar con esto te concederá la posibilidad de atenderla de inmediato hasta que lleguen los servicios de emergencia.
Adicionalmente, puedes introducir dentro todos los medicamentos que consideres necesarios: los que suelas tomar por prescripción médica y también aquellos que te puedan hacer falta en una situación inesperada e indeseada, como analgésicos, antiinflamatorios y otros.
Botas: agarre más allá de los neumáticos
En situaciones donde el coche no puede avanzar y debes buscar ayuda a pie, pues es probable que tampoco haya cobertura, un calzado adecuado será tu mejor aliado y herramienta. Así pues, no olvides llevar unas botas impermeables y con una suela que garantice tu estabilidad pese a la baja adherencia del terreno.
Caminar sobre nieve o hielo sin el calzado apropiado puede ser peligroso y, en el peor de los casos, causar lesiones. Un par de estos objetos apenas tendrá efecto sobre el espacio de almacenamiento de tu automóvil, pero te permitirán llegar hasta una zona segura y, quizá, con ayuda.
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Mantas: el calor de aliados muy sencillos
Aunque tu coche tenga calefacción y funcione bien (que es lo habitual), nunca está de más incluir mantas en tu equipaje, sobre todo si surge algún imprevisto que te deje sin combustible. Una de lana y bien gruesa será clave para conservar el calor corporal y prevenir la hipotermia en caso de pasar muchas horas bajo cero.
Un objeto como este puede pesar menos de 2 kg y ocupar menos de lo que lo hace un bolso. Reservar este espacio en el maletero o en algún lugar del habitáculo por si se da la ocasión puede significar una espera más segura y placentera, aunque una copiosa nevada tensa a cualquiera.
Carburante o batería: cuanto más, mejor
Antes de emprender un viaje hacia zonas susceptibles de tener nieve, asegúrate de que el depósito de combustible esté lleno o, si hablamos de un coche eléctrico, de que la batería esté completamente cargada. Esto permitirá mantener la climatización activada durante períodos más prolongados en caso de quedarte atrapado.
Además, contar con suficiente energía (con independencia del sistema de propulsión del vehículo) ofrece más flexibilidad a la hora de cambiar de ruta o buscar un lugar más seguro. Durante el trayecto, es recomendable llenar el tanque de carburante o recargar la pila antes de que se encuentren al 50% de su capacidad total.
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