50 años del Citroën CX: todo lo que hizo de él un icono

El Citroën CX, que llegó al mercado como sucesor del DS y del Traction, cumple 50 años. Este modelo, que llegó poco después de la fusión de Citroën con Peugeot, tuvo un gran impacto en el mercado, colocándose como uno de los referentes en las décadas de los setenta y ochenta por su diseño, su aerodinámica y por sus avances en el apartado mecánico.

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Han pasado ya cinco décadas desde su debut en el Salón de París, el 26 de agosto de 1974, pero sigue muy presente en la memoria de todos. Esto es todo lo que hizo de él un icono.

El Citroën CX llegaba con características como la tracción delantera y las suspensiones hidroneumáticas, a las que sumaban novedades como un motor de cuatro cilindros colocado en el voladizo delantero, diseñado para mejorar el agarre y la distribución del peso. Además, el confort de marcha también se vio beneficiado por una estructura innovadora que aislaba al conductor y pasajeros del ruido y las vibraciones.

A bordo, lo más destacado del Citroën CX era que contaba con un panel de instrumentos curvado que tenía una explicación en cuanto a ergonomía, pues los controles quedaban al alcance de los dedos para que las manos nunca abandonaran el volante.

Además, también introdujo elementos de seguridad pioneros, como los cinturones de seguridad retráctiles y un diseño que evitaba bordes afilados en el interior. Con todo esto, se hizo con algunos premios como el de “Coche del Año en 1975”, y eso que no lo tenía fácil pues había que vencer a rivales de la talla del Volkswagen Golf y el Audi 50.

Con los años, fue añadiendo más innovaciones, que abarcaban desde aire acondicionado y elevalunas eléctricos, hasta un sistema de dirección asistida que variaba su dureza según la velocidad.

El Citroën CX estuvo 17 años en producción y ofreció una amplia gama de versiones con las que conseguía cubrir diferentes demandas:

El CX 2000 fue el primero de todos. Montaba un motor de cuatro cilindros y 1.985 cm³ y sirvió de base para el resto de la gama. Pronto se le sumaron el CX 2200 y el CX 2400, antes de ser reemplazado por las versiones CX Reflex y CX Athena en 1979, que llevaban motores más modernos y eficientes.

El CX Prestige, lanzado en 1976, era uno de los coches preferidos de políticos y personalidades, ya que tenía un enfoque más lujoso -con techo de vinilo y detalles en acero inoxidable-, y un amplio espacio interior gracias a sus 25 cm adicionales en la distancia entre ejes, lo que mejoraba el espacio en las plazas traseras. En 1979, Citroën lanzó una versión diésel de este modelo, el CX Limousine, manteniendo el confort y la elegancia que lo hacían ideal para los viajes largos.

En diciembre de 1975, Citroën lanzó una versión diésel, el Citroën CX 2200 Diesel, consolidando la reputación del CX en esta categoría. La versión turboalimentada llegó en 1983, con el CX 25 TRD Turbo, que ofrecía 120 CV, convirtiéndolo en uno de los coches diésel más potentes del mercado en aquella época. La evolución siguió hasta el CX 25 TRD Turbo 2 en 1987, que alcanzaba los 195 km/h y ofrecía un mejor rendimiento en carretera.

Uno de los modelos más icónicos fue el CX Break (familiar), lanzado en 1976. Este modelo ofrecía un espacio interior impresionante, con capacidad para ocho pasajeros en su versión familiar, gracias a sus asientos traseros abatibles y una gran capacidad de carga. Más tarde llegó el CX Enterprise, una versión comercial lanzada en 1984, optimizaba al máximo el espacio disponible, convirtiéndose en una opción favorita entre empresas y servicios como ambulancias.

El Citroën CX GTI, presentado en 1977, fue la versión deportiva del CX; equipaba con un motor de inyección electrónica Jetronic y era capaz de alcanzar una velocidad máxima de 189 km/h. Sin embargo, la verdadera joya de la gama llegó en 1984 con el CX GTI Turbo, que gracias a un motor de 2.500 cm³ y 168 CV, alcanzaba los 220 km/h. Este modelo fue renovado en 1986 con el Citroën CX GTI Turbo 2, que contaba con un intercambiador aire-aire que aumentó su velocidad máxima a 223 km/h y mejoró su eficiencia de combustible.

Aunque su enfoque no era deportivo, el Citroën CX tuvo un gran papel en el mundo de los rallys. Su debut en la competición ocurrió en el Rally Raid Abiyán-Niza de 1975 y tres CX 2200 lograron terminar en posiciones destacadas. En años posteriores, el CX participó con muy buenos resultados en eventos de resistencia y larga distancia como el Rally París-Dakar, pues su famosa suspensión hidroneumática le permitía superar terrenos accidentados con facilidad.

Uno de los momentos más recordados fue el 9º Tour Automobile du Sénégal en 1977, donde cinco CX 2400 lograron un impresionante quíntuplete, superando a competidores más potentes como el Peugeot 504 y el Renault 16.

La producción del Citroën CX cesó en 1989, aunque algunas versiones familiares continuaron hasta 1991, con más de un millón de unidades fabricadas. Actualmente, sigue siendo un modelo muy recordado por detalles como su innovación o su diseño elegante y funcional.