Actualización - Si el factor humano ya está presente de forma habitual en más del 90% de los accidentes, el riesgo aumenta en primavera para los conductores alérgicos con la llegada de la polinización. Estornudos, lagrimeo, picores… ponen en peligro la conducción, especialmente en los meses de abril, mayo y junio. ¿Y cuál es la razón?
La Dirección General de Tráfico (DGT) lo dice claro. Si circulamos a 90 km/h y nos da un ataque de estornudos durante cinco segundos, dejamos de atender a la carretera ¡durante 125 metros! En el caso de que los estornudos se repitan durante diez segundos, la distancia recorrida sin mirar se duplica. La DGT estima que el riesgo de sufrir un accidente para los conductores alérgicos aumenta en un 30%.
En España se calcula que las enfermedades alérgicas afectan al 33% de la población, en torno a los 16 millones de personas, de los cuales aproximadamente la mitad son alérgicos a los pólenes de las plantas, según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Pero, ¿qué es la alergia? La Real Academia de la Lengua la define como la respuesta inmunitaria excesiva en personas muy sensibles ante determinadas sustancias, especialmente ambientales.
Los efectos de la contaminación y el cambio climático están provocando un incremento de los casos de alergia respiratoria. “El aumento de las temperaturas, de los niveles de CO2 y la sequía están cambiando la expresión de las reacciones alérgicas, algo que hemos comprobado respecto al comportamiento de pólenes sensibles a los cambios meteorológicos, cuyas plantas de origen han alargado su polinización y a niveles más elevados”, explica el doctor Ángel Moral, presidente del Comité de Aerobiología de la SEAIC. El resultado es una mayor cantidad de polen, que además viene más agresivo y con un tiempo de exposición mayor.
Parte de culpa la tiene la acumulación de gases con efecto invernadero en la atmósfera, especialmente el CO2, ya que interviene en la fotosíntesis de las plantas, favorece su desarrollo y aumenta la producción de pólenes. Las partículas eliminadas en la combustión de motores diésel y por las calefacciones en las ciudades crean un ambiente hostil a las plantas. Éstas se defienden produciendo proteínas de estrés que hacen más agresivos a los pólenes de zonas contaminadas de las ciudades. También hay estudios que hablan de la emisión de sustancias cancerígenas por parte del gasóleo, provocando una mayor inflamación de las fosas nasales.
Las alergias influyen en la conducción
Todas las plantas se reproducen por pólenes, pero por suerte para los alérgicos no todas provocan síntomas. En España la gramínea es la planta más temida entre los que sufren esta enfermedad porque es la que tiene los efectos más agresivos. Unos seis millones de personas son alérgicos a las gramíneas y lo malo es que muchas de estas hierbas crecen en los bordes de las carreteras.
Pero hay otras especies que también entran en la lista de más perjudiciales como son –por orden decreciente-, el olivo, el ciprés, la salsola, el plátano de sombra y la parietaria. Además, en determinadas zonas geográficas hay que tener cuidado con ciertos pólenes, como es el caso de la palmera en Elche o el abedul en Galicia. Atención en primavera también al fresno y al roble.
Según nos explican desde SEAIC, hace unos años el período de polinización de las gramíneas se centraba en abril y mayo, pero ahora ya no está tan claro el inicio y la finalización. Con mayor o menor intensidad, hay alergias todo el año porque también está aumentando la incidencia de pólenes de invierno, procedente especialmente de los cipreses y arizónicas. El chopo, el avellano y el enebro suelen causar molestias en invierno, mientras que los cereales provocan alergias en verano.
Puedes consultar los niveles de pólenes diarios y los niveles de concentración por zonas de España en la web de la Sociedad Española de Aerobiología.
Cuidado con los síntomas alérgicos mientras conduces
Teniendo en cuenta que conducir es una actividad habitual en un alto porcentaje de ciudadanos, muchos afectados por las alergias, no está de más conocer cómo afectan a la conducción y cómo podemos reducir sus riesgos al volante.
Los síntomas más comunes son el picor de garganta, los estornudos, ojos irritados, lagrimeo, congestión y destilación nasal y picores en la piel. Incluso las alergias pueden derivar en problemas respiratorios, como son el asma, la fatiga y la ansiedad. Sin duda, esta sintomatología no nos dejará concentrarnos en la carretera ni conducir con atención.
Para no confundir una alergia con un resfriado debes tener en cuenta que los síntomas de las alergias, sobre todo fuertes picores y congestión nasal, se repiten cada año en los mismos meses y no van asociados a tener fiebre. Además, mejoran cuando hay lluvias y vuelven a aparecer cuando finalizan.
Los riesgos de automedicarse
Si empezamos a notar algunos de estos síntomas debemos acudir al médico para que nos recete el medicamento más adecuado. ¿Sabes cuál es el error más común entre pacientes con alergias? La automedicación. Y esto es así porque el medicamento más utilizado para reducir los síntomas de las alergias son los antihistamínicos y entre sus efectos secundarios está la somnolencia y la fatiga. Peligrosa combinación al volante. Pero también provocan mareos, náuseas, visión borrosa, ansiedad, descoordinación, boca seca, tos, palpitaciones y dolor de cabeza.
La DGT advierte del peligro de comprar antihistamínicos sin receta médica porque algunos son especialmente nocivos si se va a conducir o realizar actividades peligrosas que requieren de máxima concentración. Sin duda, el médico alergólogo te recetará el medicamento más adecuado para los conductores. La buena noticia es que ya ha llegado a las farmacias una nueva generación de antihistamínicos que no producen o reducen significativamente la somnolencia. Nos referimos al ‘Aerius’ cuyo principio activo es la desloratadina, casi sin efectos secundarios. En este enlace te explico cómo afectan los medicamentos en la conducción.
En cualquier caso, fíjate si en la caja del medicamento aparece impreso un pictograma con un triángulo rojo y un coche dentro, lo que significa que es peligroso para la conducción. Según un estudio del Observatorio Español de Conductores DUCIT (del RACE), un 91,76% los conductores encuestados afirman que no cogen el coche si se encuentran bajo tratamiento con medicamentos que producen somnolencia. ¿Estás entre ellos?
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Aun así, muchos de los alérgicos se han acostumbrado a realizar sus tareas diarias a pesar de estar continuamente estornudando, sufrir picores o congestión nasal, algo que trasladado a la conducción puede llevarles a no ser conscientes del riesgo que supone. Y es que las distracciones al volante pueden venir provocadas por un dolor de cabeza, visión borrosa o unos ‘simples’ estornudos. Pero lo que parece algo normal no lo es. Como tampoco lo es el consumir antihistamínicos u otros medicamentos y tomarnos una cerveza o una copa de vino, ya que los efectos del alcohol se ven potenciados, aunque nos creamos que no va a pasarnos nada.
Desde la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica, recomiendan dar prioridad a la inmunoterapia o vacunación antialérgica como herramienta terapéutica de primer orden para tratar a los pacientes alérgicos. “Los antihistamínicos son sintomáticos, es decir, ayudan a reducir los síntomas, pero no actúan sobre la enfermedad. En cambio, las vacunas reducen las alergias e, incluso, en algunos casos, las eliminan”, nos comentan desde SEAIC.
¿Conduces y sufres alergia? Estos consejos son para ti
• Lo primero que recomiendan los alergólogos para una conducción más segura es viajar en coche con las ventanillas cerradas cuando la polinización de plantas y flores está en su máximo apogeo. Si hace calor, lo más recomendable es conectar el aire acondicionado o climatizador.
• Para reducir los efectos de la alergia cuando conduces es fundamental que el habitáculo esté limpio y se respire un aire saludable. Limpia con frecuencia el polvo de las salidas de ventilación, cristales, salpicadero, guarnecidos de las puertas… En el caso de la tapicería de los asientos, techo y suelo, es aconsejable pasar el aspirador, mejor si tiene filtro de agua. Si en el coche viajan mascotas deberás aumentar la frecuencia de limpieza, especialmente porque el pelo de gatos y perros suele ser bastante alergénico.
• ‘Casi’ imprescindible para las personas alérgicas que viajen en coche es utilizar un filtro de aire antipolen, también conocidos como filtros HEPA. Se componen de carbón y polifenol para neutralizar los alérgenos por lo que resultan muy eficaces para mejorar la calidad del aire del habitáculo. Además de proteger el interior de las partículas del polen, reducen las partículas nocivas y eliminan gases y bacterias. Si tu coche no lleva filtro HEPA no enciendas el aire acondicionado ni bajes las ventanillas porque entrará más polen y te puede provocar un ataque alérgico.
• El filtro del aire también es clave para reducir la humedad de la atmósfera por lo que se aconseja en zonas donde hace mucho calor para evitar que se forme condensación en el habitáculo.
• Como complemento al filtro antipolen se puede utilizar un purificador de aire que también ayuda a eliminar el polen, el humo y los olores.
• Para que el filtro cumpla su función correctamente debe mantenerse en buen estado. Su sustitución se aconseja cada seis o doce meses, dependiendo de la cantidad de polen de la zona donde residas, de la meteorología y de lo mucho o poco que utilices el vehículo.
• La mayor concentración de polen se produce con la salida y puesta de sol. Si sufres síntomas fuertes, siempre que puedas, evita conducir al amanecer o al atardecer.
• Uno de los síntomas de la alergia es el lagrimeo derivado de una mayor sensibilidad a la luz. Ayudará mucho utilizar unas gafas de sol homologadas, mejor si son polarizadas para reducir los brillos.
• No hagas coincidir el inicio del tratamiento de la alergia con un viaje. Es preferible dejar pasar unos días para que el cuerpo se adapte y los efectos sedantes de estos primeros días se reduzcan.
• Y recuerda lo importante que es no automedicarse con antihistamínicos u otros medicamentos y no consumir drogas o alcohol ni durante el tratamiento ni si se va a conducir, ya que los efectos secundarios se intensifican.
• Si los efectos son muy intensos lo más recomendable es no coger el coche, pedir a alguien que nos lleve u optar por el transporte público. Bajo los efectos de la alergia, lo más sensato es no conducir, por tu seguridad y la de los demás.