La Dirección General de Tráfico (DGT) ha anunciado la activación de una campaña de control intensivo que se llevará a cabo, de forma extraordinaria, entre el 16 y el 22 de diciembre de 2024. Según el organismo, esta iniciativa tiene como objetivo reducir los riesgos relacionados con el consumo de alcohol y drogas al volante mediante controles especiales programados en diversas vías y horarios.
Este periodo prenavideño, lleno de reuniones sociales como las comidas y cenas con amigos o compañeros de trabajo, se caracteriza por un incremento en el consumo de dichas sustancias. A fin de reducir la siniestralidad vial mediante estrategias basadas en la vigilancia intensiva, la sensibilización ciudadana y la aplicación de la normativa, la DGT impulsa nuevas medidas preventivas y correctivas para atacar la raíz del problema.
Estrategia de vigilancia en distintas carreteras
A lo largo de esta semana, agentes de la Guardia Civil, junto con diversos cuerpos de policía local, establecerán múltiples puntos de control sorpresa destinados a identificar conductores bajo los efectos del alcohol y/o de las drogas, cosas que la DGT dice que incrementan el riesgo de accidente desde la primera consumición, "aun respetando los límites legales". No hay que confiarse.
Alcohol, segunda causa de los siniestros mortales en España. ¿Cómo afecta al volante?
Conducir bajo los efectos de las drogas, un riesgo en aumento
Estos controles se realizarán tanto en carreteras principales como en zonas urbanas. Además, se priorizarán puntos estratégicos identificados por su alta incidencia de accidentes relacionados con estas causas. Se llevarán a cabo tanto de día como de noche para maximizar la efectividad, considerando que ciertos horarios presentan un mayor riesgo.
Desde la DGT subrayan que, particularmente en esta época festiva del año, "la única tasa segura es 0,0%". Este mensaje trata de reforzar la concienciación sobre los peligros asociados a la conducción tras el consumo de las sustancias que alteran los sentidos, promoviendo un cambio de hábitos, más o menos arraigados, en la sociedad española. "Beber significa ponernos en riesgo a nosotros mismos y al resto de usuarios de la vía."
Gran repercusión del consumo de sustancias psicoactivas en los siniestros de tráfico
Los datos correspondientes a 2023 evidencian que el consumo de alcohol se mantiene como una de las principales causas de siniestralidad vial. Este factor estuvo presente en el 26% de los accidentes mortales y en el 13% de los siniestros con víctimas. Además, el 54% (mayoría) de los conductores fallecidos presentaron unos resultados positivos en alcohol, drogas o psicofármacos, ya sea de manera individual o combinada.
El incremento de casos respecto a 2022 pone de manifiesto la necesidad de fortalecer campañas de sensibilización, según Tráfico. A pesar de los avances en la concienciación sobre los riesgos de estas conductas, las cifras reflejan la urgencia de consolidar una cultura de "cero alcohol" que aún queda lejos. Consumirlo no solo afecta a los tiempos de reacción, sino también la capacidad de tomar las decisiones adecuadas al volante.
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Marco legal actual y las sanciones asociadas
La normativa española establece sanciones estrictas para los conductores que operan vehículos bajo los efectos de sustancias tóxicas. Las tasas permitidas varían según el usuario: 0,5 gramos por litro en sangre o 0,25 miligramos por litro en aire espirado en general y 0,3 gramos o 0,15 miligramos para aquellos que sean profesionales y noveles. Los menores de edad están obligados a respetar una tasa cero absoluta.
Las infracciones conllevan desde correctivos económicos hasta distintos trabajos en beneficio de la comunidad, pasando por la retirada del permiso de conducir y, en casos extremos o muy graves, penas de prisión. Los últimos están relacionados con superar los 0,60 mg/l por litro en aire espirado (el doble en sangre) o con negarse a realizar las pruebas de detección.
Desde el Ministerio del Interior se indica que, desde la implementación del sistema de carnet por puntos, el 13% de las infracciones y de los puntos retirados se relacionan con el consumo de alcohol y drogas a los mandos de un vehículo. Las leyes también contemplan la obligatoriedad de programas de rehabilitación para los conductores reincidentes, como parte de un enfoque integral para reducir estas malas conductas.
Multa por tasa 0,25-0,5 mg/l: 500 euros y 4 puntos.
Multa por tasa +0,5 mg/l o drogas en organismo: 1.000 euros y 6 puntos.
Multa por reincidencia: 1.000 euros y 4 o 6 puntos (según tasa).
Pena por tasa +0,6 mg/l o influencia de tóxicos, estupefacientes y psicotrópicos: prisión de 6 a 12 meses, trabajos comunitarios 30-90 días y privación del derecho a conducir de 1 a 4 años.
Pena por negarse a someterse a las pruebas: prisión de 6 a 12 meses y privación del derecho a conducir de 1 a 4 años.
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