El vehículo eléctrico en España

Una de las mayores amenazas a las que se enfrenta la sociedad actual la encontramos en las emisiones contaminantes. El transporte y especialmente los coches y camiones son responsables del 43 por ciento de estas emisiones. Pero no sólo el calentamiento global ha provocado que la industria del automóvil apueste por el vehículo eléctrico. También han influido otros factores como una mayor sensibilización de la sociedad a la ecología y la escasez y el precio del petróleo.

El vehículo eléctrico sigue siendo minoritario en nuestras carreteras, aún así la oferta de los fabricantes va aumentando con modelos prácticos, prestaciones similares a la de vehículos de combustión, seguros y cada vez con mayor autonomía. Pero el coche eléctrico aún carga con varios problemas para conseguir un uso generalizado: son caros, no ofrecen suficiente autonomía y la red de recarga en España es insuficiente. A favor tienen que no contaminan directamente, sólo utilizan electricidad y suponen un ahorro para el consumidor.

El mercado de vehículos eléctricos en España finalizó el año 2012 con un resultado positivo. Las ventas han crecido un 19,07 por ciento gracias a la matriculación de 437 unidades de turismos y todoterrenos frente a las 367 del año anterior. Aún así esta cifra sólo representa un 0,06 por ciento con respecto al mercado total. Mayor demanda experimentaron las motos eléctricas, sobre todo en grandes ciudades. En 2012 se vendieron 316 ciclomotores eléctricos y 1.142 motocicletas eléctricas, lo que supone un crecimiento del 17,04 por ciento y del 124,36 por ciento, respectivamente, comparado con el año anterior.

En España está en marcha la Estrategia Integral de Impulso al Vehículo Eléctrico 2010-2014 con el objetivo de alcanzar la cifra de 250.000 coches eléctricos o enchufables circulando por las carreteras a final de 2014. Dentro de esta Estrategia, en 2010 se puso en marcha el Plan Movele en Madrid y Barcelona con medidas para incentivar la introducción de este tipo de vehículos en nuestro país y cuya aplicación finalizó en diciembre. En Sevilla empezó a funcionar el año pasado por lo que se mantendrá hasta 2014. Según fuentes de Endesa, compañía eléctrica colaboradora con el Plan Movele en las tres ciudades donde se ha puesto en marcha, los puntos de recarga gratuitos que se han instalado en Madrid y Barcelona han tenido un uso escaso en los dos años que han estado funcionando. Aún sí hay que seguir apostando por este tipo de movilidad. En este sentido, el Ayuntamiento de Madrid acaba de firmar un convenio con las empresas que participaban en Movele para que gestionen los puntos de recarga existentes. También se acaba de publicar en el BOE nuevas ayudas a la compra del vehículo eléctrico, concretamente 10 millones de euros en 2013 incluidas las compras realizadas desde el 1 de enero.

El objetivo en la Unión Europea en relación al vehículo eléctrico es conseguir un millón de unidades en circulación para 2020.

¿Quieres saber qué modelos eléctricos se venden en España, cuánto cuestan, si hay ayudas para la compra, dónde se pueden recargar o cuánto puedes ahorrar si conduces uno? A continuación analizamos la situación del vehículo eléctrico en el mercado español.

Los vehículos eléctricos están propulsados total o parcialmente por energía eléctrica procedente de baterías que se recargan en la red eléctrica. Su utilización presenta ventajas desde el punto de vista medioambiental, ya que permite disminuir el nivel de emisiones de CO2 a la atmósfera. Podemos hablar de tres tipos:

Vehículos Híbridos Enchufables (PHEV): Son vehículos híbridos que combinan un motor de combustión interna y otro eléctrico con baterías que permite su recarga a través de un enchufe. El resultado es que pueden recorrer más kilómetros en modo cien por cien eléctrico que un híbrido normal (HEV). Toyota ha puesto a la venta recientemente el Prius PHEV con una autonomía en modo eléctrico de 25 kilómetros frente a los 2 kilómetros que ofrece el Prius convencional. Vehículos totalmente eléctricos (EV): Son una de las alternativas del futuro para la movilidad y transporte urbano ya que funcionan en exclusiva con un motor eléctrico. Un ejemplo lo encontramos en el Nissan Leaf. De los últimos en incorporarse al mercado y que, con un autonomía de 175 kilómetros, ha conseguido posicionarse como el coche eléctrico más vendido en 2012. Vehículos Eléctricos de Autonomía Extendida (EREV): Tienen las mismas características que los vehículos eléctricos de batería pero llevan además otra fuente secundaria que funciona como un generador interno y que recarga las baterías permitiendo aumentar la autonomía del vehículo. La oferta en España incluye al Opel Ampera y al Chevrolet Volt, elegidos ‘Coche del Año en Europa 2012’ y de los que sólo se han vendido 47 unidades el año pasado.

Dentro de la Estrategia de Impulso al Vehículo Eléctrico del Gobierno no se incluyen los híbridos convencionales (HEV) porque no permiten la carga de la batería por una fuente exterior de electricidad.

El motor eléctrico ofrece un par constante desde el inicio de la marcha

Entre las ventajas de un motor eléctrico frente a uno de combustión interna destaca su menor tamaño y peso, su mayor sencillez de componentes técnicos, un rendimiento más elevado, un par constante desde el inicio de la marcha y que no contamina directamente.

El motor eléctrico funciona gracias a baterías encargadas de acumular la electricidad. Las baterías han ido evolucionando y encontramos de níquel-cadmio (Ni-Cd), de níquel-hidruro metálico (Ni-MH) o las más avanzadas y potentes de iones de litio (Li-ion). Ésta última es la que tiene las mejores perspectivas a corto y medio plazo para el desarrollo de este tipo de vehículos.

En la actualidad el precio de adquisición de los vehículos eléctricos es más elevado que el de un vehículo de combustión tradicional, especialmente si están equipados con baterías de litio. Tanto el coste de la energía que los impulsa como el mantenimiento son más baratos pero no son suficientes para compensar el sobreprecio.

En el mercado español encontramos microcoches como el chino Chana Benni, distribuido por la empresa Microauto VSP, al precio de 12.200 euros, pasando por los urbanos Mitsubishi iMiev (30.490 euros), Peugeot iOn, Citroën C-Zero (ambos por 29.890 euros) o el compacto Nissan Leaf por 33.900 euros, hasta llegar a la avanzada berlina Tesla Roadster que, con 340 kilómetros de autonomía, cuesta 118.000 euros. Más económico sale el Renault Fluence Z.E. (desde 26.600 euros), pero a diferencia de otros modelos en que la batería pertenece al propietario, en este caso hay que alquilarla al precio mensual de 82 euros. Los eléctricos de autonomía extendida Chevrolet Volt y Opel Ampera superan los 44.000 euros.

Para fomentar su desarrollo y su uso, el Gobierno acaba de aprobar nuevas ayudas a la compra del vehículo eléctrico, concretamente 10 millones de euros en 2013 incluidas las compras realizadas desde el 1 de enero. Por coche, las ayudas oscilan entre 2.500 euros para los que tienen una autonomía entre 15 y 40 kilómetros y llegan hasta los 5.500 euros si la autonomía supera los 90 kilómetros.

Según datos de los fabricantes el consumo del vehículo eléctrico varía entre los 16 kWh/100 km para un utilitario urbano y los 20 kWh/100 km de un microbús.

Para un coche de tipo medio el ahorro en consumo puede estar entre 1.065 y 1.335 euros al año para un recorrido de 15.000 kilómetros, comparado con un turismo convencional. En el caso de un Mitsubishi i-Miev se pueden recorrer 100 kilómetros al precio de dos o tres euros de consumo de energía.

Los eléctricos no emiten contaminantes cuando circulan pero sí se generan emisiones en el proceso de generación de la fuente de energía. Aún así, un vehículo eléctrico provoca aproximadamente la mitad de emisiones que uno de combustión interna, es decir, en torno a 50-60 gr/km de CO2. Para 15.000 kilómetros al año el ahorro sería entre 0,90 y 1,35 toneladas de CO2 anuales con respecto a un vehículo de combustión interna.

El consumo de electricidad es más barato que de combustible. El ahorro final depende mucho del tamaño del vehículo. Para un consumo medio de 16 kWh/100 km recargando en horario nocturno puede suponer aproximadamente un coste de unos 1,5 euros/100 km frente a una media de 6 euros/100 km de un vehículo de combustión tradicional. El Plan Movele puso en marcha la tarifa supervalle para incentivar la recarga nocturna de 1 a 7 de la madrugada.

Con un coche eléctrico se puede ahorrar de media entre 1.065 y 1.335 euros al año

Endesa es una de las compañías eléctricas que más está potenciando la introducción del coche eléctrico en España y según sus cálculos este tipo de vehículo permite al usuario un ahorro medio entre 1.065 y 1.335 euros al año realizando 15.000 kilómetros (datos obtenidos teniendo en cuenta la tarifa con discriminación horaria nocturna). ¿Y sabes cuál es la diferencia de ahorro entre recargar el coche con tarifa nocturna supervalle en lugar de en horario diurno? Una media de 220 euros más al año.

Pero no sólo se ahorra en consumo, el gasto en mantenimiento también es mucho menor. No hay aceites, ni lubricantes, escaso desgaste de frenos, ausencia de transmisiones mecánicas, etc. Pero hay que tener en cuenta que la vida útil de las baterías es limitada y sustituirlas es muy caro. Renault es uno de los pocos fabricantes que ha apostado por ofrecer las baterías de su gama eléctrica a través del leasing, el cliente paga un precio al mes y a cambio tiene garantizado su reemplazo en caso de que se agoten o se estropeen. El precio medio actual de una batería, según datos de IDAE, se puede considerar en torno a 500 €/kWh. En función de la capacidad de almacenamiento el coste total de una batería para un turismo ronda entre 5.000 y 10.000 euros.

Según diferentes estudios, una batería de litio logra su mejor rendimiento en temperaturas templadas. Entre los 10 y los 30 grados centígrados ésta debería soportar unos cinco años de uso antes de bajar un 20% de capacidad, llegando al 70% al cabo de los 10 años. Por tanto, la duración de las baterías no sólo dependen del sistema de recarga, sino también de la zona en la que residamos.

La autonomía de un vehículo eléctrico depende del modelo y de la batería. Con las baterías de ion-litio, más avanzadas tecnológicamente, el Renault Fluence Z.E. puede recorrer sin parar en torno a los 185 kilómetros. La autonomía de la mayoría de modelos se sitúa en el rango que va de los 130 a los 200 kilómetros según cifras homologadas por los fabricantes. Algunos ejemplos son los 130 km del Citroën C-Zero, los 150 km de Mitsubishi i-Miev y Peugeot iOn, los 160 km del Reva NXR, los 175 km del Nissan Leaf o los 203 km del Think City. La autonomía puede verse reducida de forma importante si realizamos una conducción deportiva o con muchos acelerones.

El fabricante Tesla es de los más avanzados en fabricar coches eléctricos. Su modelo Tesla S, recién llegado al mercado, es capaz de conseguir hasta 482 kilómetros de autonomía. ¿El motivo? Sus potentes baterías de 40 Kwh (257 km), 60 Kwh (370 km) y 80 kW (482 km).

En la red de carga de las baterías de un vehículo eléctrico encontramos uno de los principales problemas para su introducción masiva en el parque español. En la actualidad encontramos cada vez más puntos de recarga en la vía pública pero aún son escasos. Un punto de recarga es comparable a un surtidor de gasolina aunque en el caso del vehículo eléctrico se realiza enchufando el coche a la red eléctrica con el cable que incluye el propio coche. El proceso tiene una duración mínima de 30 minutos para cargar el 80% de la capacidad o 10 minutos para una autonomía de 60 kilómetros con un sistema de carga rápida (50 kW de potencia). Actualmente el protocolo CHAdeMO es el más extendido a nivel mundial para la recarga rápida. Con el tipo de recarga convencional en un enchufe doméstico (16 amperios, 230 voltios y entregando una potencia de 3,6 kW) la batería tarda en cargarse entre seis y ocho horas.

En este momento existen en España 773 puntos de recarga públicos, de los cuales 627 están habilitados para turismos y comerciales (sólo 9 son de carga rápida), 136 para motos y 10 para minusválidos, según datos del IDAE. Puedes consultar dónde están estos puntos de recarga aquí. Esta cifra está muy lejos de los 12.150 puntos en aparcamientos públicos, 6.200 en vías públicas y 160 de carga rápida previstos alcanzar en 2014 por el Programa de Impulso al Vehículo Eléctrico del Ministerio de Industria.

Aunque diferentes estudios sobre hábitos de conducción establecen que el 40 por ciento de los viajes se realizan en menos de 10 minutos

El 40 por ciento de los viajes que se realizan son de menos de 10 minutos

y que un 80 por ciento de los europeos recorren menos de 70 kilómetros diarios, el hecho es que por cada hora de conducción se necesitan cinco horas de carga y esto genera ansiedad en el conductor. Los fabricantes y sectores implicados no dejan de estudiar sistemas para facilitar la recarga. Una opción son los servicios de cambio de baterías en estaciones de servicio en menos de tres minutos, como el desarrollado por la empresa Better Place, pero los diferentes tipos de baterías y su posición dentro del vehículo, de momento, lo hacen poco viable. Otra solución la encontramos en Endesa, que ha presentado recientemente un sistema de recarga sin cables en el que el coche, subido a una plataforma, se recarga al 80% en sólo 15 minutos. Volvo también ha empezado a probar un nuevo cargador rápido en el C30 eléctrico (todavía en pruebas) que reduce el tiempo de recarga convencional a tan sólo 1,5 horas.

No todos los modos de carga son igual de seguros

Pero no sólo hay que hablar de tipos de recarga, también de modo de carga, que tiene que ver con el tipo de comunicación que hay entre el punto de recarga y el vehículo. En este sentido todavía no hay un estándar europeo y por eso encontramos vehículos con diferentes modos de carga. El más simple y menos seguro es el que utiliza un enchufe doméstico con un cable alargador que carece de caja de control (Modo 1); en el Modo 2 el cable incluye un sistema de control y protección (similar a un cable de un ordenador); más seguro es el Modo 3 según el cual el vehículo eléctrico se conecta a la red a través de una toma específica y con un cable capaz de conectar el coche con el cargador y el cargador con la red y que, por tanto, verifica que se puede realizar la recarga con seguridad. El Modo 4 se refiere a la recarga rápida.

En Estados Unidos el Modo 1 y 2 están prohibidos. En España no está estandarizado por lo que muchos fabricantes facilitan la recarga en el Modo 1 y otros entregan a sus clientes cables especiales. Por ejemplo Renault vincula la garantía de su gama eléctrica a que se utilice el cable un cable homologado. En el caso del Fluence Z.E. y Kangoo Z.E. incluyen un cable de serie preparado para cargar en Modo 2 y 3 pero no en Modo 1.

Según Elena Bernárdez, directora de Estrategia y Desarrollo Comercial del Vehículo Eléctrico de Endesa, “parece que la tendencia será ir al Modo de carga 3, que es la que nosotros consideramos más objetiva y segura, pero lo cierto es que al no estar todavía estandarizado lo que se ha hecho en los cargadores en la vía pública del Plan Movele es poner sobre todo cargadores del Modo 2. No recomendamos recargar en un enchufe doméstico porque la instalación eléctrica de una casa no está preparada para una carga intensiva durante ocho horas diarias”.

Las compañías eléctricas ofrecen a los usuarios diferentes puntos de recarga según sus necesidades, para viviendas unifamiliares, comunidad de vecinos o centros de trabajo.

La gama de vehículos eléctricos en España cada vez es mayor. Los primeros en llegar fueron fundamentalmente microcoches y urbanos del segmento A pero en el último año han ido apareciendo vehículos compactos y se espera que se mantenga esta tendencia de crecimiento en el segmento C.

En la actualidad podemos adquirir varios modelos de microcoches: Channa Benni, Micro-Vett Fiat 500, Micro-Vett Fiorino, Fiat Evadapt EV500, Byd E6, Zytel Gorila, Reva NXR o urbanos como el Think City, Citroën C-Zero, Mitsubishi i-Miev o el Peugeot iOn. Pero si lo que buscas es un coche de mayor tamaño puedes encontrar el Nissan Leaf o las berlinas Tesla Model S y Roadster, Opel Ampera, Chevrolet Volt y Renault Fluence Z.E. La lista se completa con el innovador cuadriciclo Renault Twizy o el híbrido enchufable Toyota Prius PHEV. En fase de pruebas también hay circulando varias unidades del Seat Altea XL Electric Ecomotive en Cataluña y Madrid pero aún no está disponible en la red comercial.

En 2013 está previsto que se incorporen al mercado nuevos modelos eléctricos como el Ford Focus EV, el Volkswagen E-Up! o el renovado Nissan Leaf con 199 km de autonomía. El smart electric drive se acaba de poner a la venta pero se han asignado pocas unidades para España y están todas vendidas. En mayo llegará el Renault Zoe, un utilitario de 4,08 metros de largo, con 338 litros de maletero y 210 kilómetros de autonomía. Su precio con ayudas, desde 13.650 euros (más alquiler de la batería), le convierten en el más económico de su segmento.

Según datos facilitados por el IDAE, dentro del Plan del Vehículo Eléctrico, en España circulan 787 turismos eléctricos, 623 vehículos comerciales eléctricos, 6 autobuses eléctricos, 2.777 motocicletas eléctricas y 1.387 cuadriciclos eléctricos. Un total de 5.580 unidades. Cifras que dejan claro que aún queda mucho por hacer para impulsar el vehículo eléctrico en nuestro país.