El fraude al seguro se dispara un 21% en 2020

A pesar del confinamiento y de la reducción de la movilidad, el año 2020 terminó con un aumento del 21% en el fraude al seguro del coche. Así concluye el VI Barómetro del Fraude en el Seguro de Línea Directa que analiza más de 65.000 intentos de estafas en los años 2019 y 2020.

Los partes de autos falsos representaron el 6,9% sobre el total, el dato más alto de toda la serie histórica que comenzó hace doce años. La parte positiva llega del importe de estas estafas, que bajó un 13% hasta alcanzar una media de 1.130 euros por caso, algo característico de las épocas de recesión y, por el Covid, ya que ha reducido las posibilidades de crear fraudes con daños corporales, los más costosos.

La estafa más más habitual en el seguro del coche la suelen realizar hombres jóvenes con trabajos precarios que tratan de incluir en el parte daños ajenos al siniestro, generalmente materiales. Por otra parte, más de la mitad de las personas que trataron de engañar a la compañía durante los dos últimos años, afirman que lo hicieron por la situación económica generada por la pandemia de la COVID-19 (55%). Los datos de la asociación Investigación Cooperativa entre Entidades Aseguradoras y Fondos de Pensiones (ICEA) reflejan que dos de cada tres fraudes se producen en el ramo de autos siendo el propio asegurado el principal implicado (73% de los casos), seguido del contrario (21%).

Ante esta situación, Mar Garre, directora de personas, comunicación y sostenibilidad de Línea Directa, quiere poner sobre la mesa un problema que nos afecta a todos, a los asegurados y a la sociedad: “es importante recordar que este tipo de fraude lo pagamos entre todos los asegurados, ya que, además de encarecer las pólizas, puede estar conectado con delitos muy graves y organizaciones muy peligrosas”. Las consecuencias de las estafas son: encarecimiento de la prima del seguro para todos (pagamos justos por pecadores), penas de prisión de seis meses a seis años y multas, y un aumento del peligro por la actividad de estas mafias organizadas que están conectadas con otros delitos (por ejemplo, blanqueo de dinero).

Este Barómetro del Fraude en el Seguro ha destapado las actividades de casi 700 bandas en menos de una década. Fueron 74 en 2020 y 111 en 2019, cifras alejadas de las 123 registradas en 2018. El motivo está en que el confinamiento de marzo a mayo se lo puso difícil a estas redes organizadas.

Hay dos tipos de redes, las que simulan siniestros y las que los causan implicando a terceras personas inocentes. Actúan a través de estructuras muy jerarquizadas con dos o tres cabecillas que son los que se centran en reclamar las indemnizaciones por daños corporales, ya que los beneficios se multiplican por siete con respecto a los de otros intentos de fraude donde solo hay daños materiales. Estas bandas tienen como ‘modus operandi’ el llamado ‘fraude en carrusel’, es decir, una vez creado el siniestro falso, lo presentan en diferentes compañías aseguradoras. El coste medio de los fraudes que cometen las mafias alcanza los 7.500 euros, 6,6 veces más que los fraudes convencionales.

Las compañías aseguradoras cuentan con cinco fuentes principales de detección. Utilizan la inteligencia artificial para detectar indicios, patrones de comportamiento y posibles vínculos; cuentan con un equipo de especialistas que analizan dichos indicios e impulsan la investigación; a continuación los peritos y valoradores realizan el trabajo de campo para realizar las comprobaciones reales; y por último, para los casos más complejos, acuden al trabajo de los detectives.

Entre 2019 y 2020, el 88,4% de los fraudes fueron materiales, en su mayoría se intentó incluir desperfectos que no pertenecían a dicho siniestro, mientras que un 11,6% fueron fraudes corporales en los que se simularon lesiones o se fingieron lesiones más graves.

Más de tres millones de conductores reconocen haber dado conscientemente información falsa al seguro según la encuesta que Línea Directa ha realizado como complemento al estudio. Los motivos que dan son la situación económica, la cultura del engaño que hay en España y que los precios de los seguros son altos.

En estos últimos años las encuestas han ido mejorando la valoración negativa de la sociedad contra el fraude. Así, en esta edición un 63% desaprueba este tipo de estafas. Pero hay un 37% que lo justifica en algunos casos y más de la mitad de las personas que han mentido a sus compañías en los dos últimos años (51%) no se arrepiente de haberlo hecho. Especialmente llamativo es que 3 de cada 4 españoles estaría dispuesto a denunciar a otra persona que comete fraude a la compañía de seguros a cambio de un beneficio económico.

Respecto al mapa de España, tras analizar más de 65.000 fraudes entre un total de 2,5 millones de coches asegurados, se concluye que el mayor fraude de particulares se localiza en el sur del país pero con el matiz de que en esta edición ha repuntado en Cantabria, Cuenca y Málaga. Las provincias con menos intentos de estafa al seguro son Soria, Teruel y Palencia. Si nos centramos en las mafias, el ranking lo lidera de forma destacada la región de Murcia, seguida a mucha distancia por Andalucía y País Vasco.

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