Algunos de los fabricantes de automóviles que operan en España han reaccionado ante la crisis del COVID-19 o coronavirus y han tomado medidas de ayuda a la lucha contra la pandemia en nuestro país. Algunas han cedido sus flotas de vehículos a personal sanitario o a Cruz Roja y otras han realizado donaciones o han puesto a sus ingenieros a trabajar para la producción de material sanitario.
La primera marca en ceder su flota de vehículos de prensa y de demostración fue Hyundai quién tomó la decisisón de unirse a la campaña #yocedomicoche impulsada por taxistas y conductores de empresas de transporte de viajeros a título personal. La marca coreana se puso en contacto con los hospitales de Madrid para ceder la flota de pruebas de prensa, parada estos días, para que la usara el personal sanitario. De este modo se consigue que, al evitar el uso del transporte público, médicos, enfermeras y auxiliares sanitarios, que es el personal más expuesto al virus, pueda contagiarse o contagiar a terceros durante los desplazamientos.
Acto seguido, otras dos marcas, Suzuki y Toyota, cedieron también sus vehículo de las flotas propias a los hospitales madrileños. Hyundai ha hecho lo mismo en otras zonas de España donde disponía de una pequeña flota de prensa como es el caso de Cataluña. En el caso de Toyota, se ha puesto en contacto asimismo con la Fundación Aladina para que sus trabajadores puedan usar los coches de la marca en las visitas domiciliarias.
A las marcas citadas se ha añadido también FCA, que ha cedido su flota de vehículos al hospital de Alcalá de Henares, localidad en la que se encuentra su sede social en España, para los desplazamientos del personal sanitario. La firma ha cedido modelos de Fiat y, sobre todo, de su división Fiat Professional de vehículos comerciales para realizar labores de traslado de personas al hospital y a otros centros sanitarios.
En el mismo sentido, Ford y Land Rover han suscrito acuerdos con Cruz Roja Española para la cesión de coches. Ford, en concreto, ha prestado 15 vehículos, todos ellos electrificados para garantizar la movilidad en cualquier punto de las ciudades que se utilizarán para el desplazamiento del personal de Cruz Roja, las visitas domiciliarias y el traslado de pacientes con síntomas leves a los hospitales habilitados. También se emplearán en el reparto de alimentos a personas mayores que viven solas y para trasladar a personas sin hogar a dependencias donde puedan ser atendidas. Ford ha dado orden a su red de concesionarios de destinar localmente las flotas de pruebas para clientes a este mismo fin.
En el caso de Land Rover, que lleva más de 60 años de estrecha colaboración con Cruz Roja, la filial de la marca en España ha cedido una flota de vehículos todoterreno que la entidad asistencial utilizará, sobre todo en Castilla y León para llevar asistencia sanitaria y víveres a personas que están confinadas en poblaciones o casas aisladas en zonas de difícil acceso.
Mascarillas y respiradores
Por otra parte, tanto Seat como Renault se han puesto a trabajar para dotar a los servicios sanitarios de material para realizar su trabajo ante la escasez del mismo. Los ingenieros de Seat han desarrollado dos prototipos de mascarillas y uno de respirador que están empezando a producir mediante el uso de impresores 3D y con elementos habituales en la industria del automóvil como pequeños motores eléctricos, tubos y filtros de aire acondicionado.
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Renault, además de diseñar y fabricar mascarillas, donó, al inicio del episodio y en el momento de cerrar sus plantas, todo el stock de material de protección como mascarillas, guantes y otros elementos de protección a los hospitales.
Industria cerrada y concesionarios en servicios mínimos
Por otra parte, la situación de la industria en estos momentos en España es de cierre total. Todos los fabricantes que operan en España han parado las líneas de producción de vehículos a consecuencia del coronavirus. En todos los casos, se mantiene una pequeña cantidad de operarios para el control del día a día de las plantas que trabajan protegidos como dicta la ley. En ningún caso se ha planteado todavía fecha para reemprender la producción de unos vehículos que, por otra parte, pasarían a estocarse puesto que el nivel de ventas en este momento es mínimo en España.
La mayoría de empresas se han acogido a los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) para sus trabajadores por causa de fuerza mayor y han fomentado el teletrabajo en aquellos casos en que era posible.
Los concesionarios están también cerrados salvo los servicios mínimos que algunos de ellos mantienen en los talleres. Las operaciones pendientes como matriculaciones o entregas que pudieron hacerse antes de la entrada en vigor del estado de alerta se realizaron pero, desde entonces, la actividad está parada salvo unos servicios mínimos que se realizan, a puerta bajada y solo para garantizar la movilidad de aquellas personas que deben seguir desplazándose por motivos esenciales como los miembros de los equipos sanitarios.