Aunque no lo creáis, los probadores, redactores, cámaras y colaboradores de la sección editorial de coches.net alguna vez vez también fueron jóvenes. Y como todo adolescente, había ganas de sacarse el carnet y poder conducir alguno de esos modelos que veían por la calle, en revistas en la televisión o, los menos viejos, ya en internet.
Hemos preguntado a cada integrante de este equipo cuál era su Top 3 de coches de en la adolescencia… y este ha sido el sorprendente resultado:
Néstor Abarca - De los videojuegos al mundo real
Néstor es uno de nuestros redactores más jóvenes, aunque no lo parezca por su creciente pelo canoso. Es del ‘85, y como muchos de su generación, la llegada de la Play Station en 1994 le pilló en plena pre-adolescencia. “De pequeño me gustaba jugar con los Hot Wheels, pero no le daba demasiada importancia a qué modelos de coche eran. Las distintas generaciones del mítico Gran Turismo fueron las que me abrieron las puertas a un mundo de fantasía lleno de vehículos que no había visto en mi vida y que, años después, siguen estando entre mis preferidos”.
Este es mi Top 3 de coches de coches de mi adolescencia:
En tercera posición pondría al Toyota Supra (A80), el de tercera generación. Un coche que hoy en día me parece uno de los más bonitos que se han fabricado. Gracias a él, con su decoración Castrol de competición, empecé a interesarme también por la competición de turismos en general. ¡Y qué decir de su aparición en la película “The Fast and the Furious”! Sí, me gustaba el tuning…
El Dodge Viper GTS de 1996 ocupa el segundo peldaño del podio. El Viper de primera generación, el descapotable, no me gustaba demasiado, pero éste en formato cupé me sigue pareciendo precioso. Hubo un tiempo en que en Barcelona se veía alguno por la calle. El sonido de su motor V10 de 7,9 litros era atronador y su estampa en la carretera ultra agresiva. Tengo una maqueta montada a piezas de uno azul con las bandas blancas, y varios modelos de slot con sus distintas decoraciones de competición.
Y para terminar, mi coche preferido, un sueño que pudo ser, pero que ya pasó el tren. El Honda S2000 es mi coche fetiche. Me enamoré de él cuando lo ví por primera vez en un Salón del Automóvil de Barcelona cuando tenía 16 o 17 años. Poco después ví algunos vídeos de Best Motoring, un programa japonés, donde lo enfrentaban a coches mucho más prestacionales y les plantaba cara. Su motor VTEC de 2.0 litros atmosférico entregaba 241 CV, que hoy en día no es mucho, pero ese motor giraba a 9.000 rpm y me parecía increíble. Llegué a probar uno, un coche difícil de llevar rápido. Un coche que en vez de conducir, se pilotaba. Antes, de segunda mano, eran asequibles, pero con 20 años aún no tenía el “cash” suficiente. Ahora, que tampoco lo tengo, se han revalorizado y por menos de 20.000 € es difícil de encontrar.”
Adrián "Crator" - El más pequeño de la familia
Adrián, al igual que Néstor, es el editor/cámara más joven de todo el equipo. Es del ‘95, y a diferencia de los demás ha tenido de primera mano la evolución de la tecnología respecto a las videoconsolas, más concretamente con la Play Station 1 y sobre todo la 2. Empezó a tener contacto con los coches con Gran Turismo 1, Colin Mcrae y Need For Speed.
Este es mi Top 3 de coches de coches de la adolescencia:
En tercera posición estaría el Subaru Impreza, más concretamente el 22B STi. Desde bien pequeño, cuando jugaba al Colin McRae Rally, deseaba poder conducirlo ya sea por carretera como por tierra. Me parecía uno de los coches más espectaculares del Mundial de Rallies con esa decoración característica de Subaru.
En el puesto número 2 elegiría al Volkswagen Beetle, más concretamente los de primera generación, con esa forma tan peculiar y tan “huevo”. Y si pudiese elegir el color, sería en amarillo. ¿Por qué este modelo y ese color? Muy fácil, unas de mis series de toda mi vida y de mi infancia fue, y aún sigue siendo, Detective Conan. Era el coche del profesor Agasa, que desde los primeros capítulos se vio envuelto en persecuciones policiales.
La medalla de oro se la daría al Toyota Sprinter Trueno (AE86). A diferencia del Subaru, este coche me encantó tal cual lo vi en el anime Initial D, con sus derrapes por las carreteras de Tokio. Un coche con un motor de 130 CV, 4 cilindros, tracción trasera y sobre todo un cambio manual de 5 velocidades. Un coche muy ligero que se ha convertido en modelo de culto para los amantes del “drift”.
Joan Dalmau - Un tipo rarito, francamente
Joan empezó a interesarse por los coches sin motivo aparente desde que tuvo uso de razón. Le gustaban, se sabía todas las marcas (a principios de los 70 tampoco había tantas, al menos en España, pero él se sabía todos los coches de los turistas que llegaban a la Costa Brava donde veraneaba) y su madre impulsó su afición comprándole aquellos modelos de coleccionista de Pilen, Joal, Solido y Nacoral que fueron la base de su actual colección de más de 2.500 miniaturas. Como referente en lo que a usuario se refiere, no le hagáis mucho caso. No olvidéis que es un tipo que ha aparcado en su garaje un Fiat Multipla y un Nissan Cube…
Este es mi Top 3 de coches de mi adolescencia:
Empiezo por el tercero, el Matra Simca Bagheera, un coche fascinante. Era un cupé deportivo, muy original, bajo, con un habitáculo de tres plazas, faros escamoteables, carrocería de plástico y el motor Poissy del Simca 1200 colocado detrás de los asientos. En esa época de grandes cupés europeos (Capri, Manta, R17, Giulia, 124 Sport, 504, Fulvia…) a mi me flipaba el Bagheera y me quedaba embobado cada vez que veía uno con matrícula francesa aparcado en la playa. En amarillo era perfecto. De esos años, otros referentes… el Alfetta GTV, sencillamente maravilloso, y esa especie de nave espacial que surcaba el asfalto llamada Citroën SM.
El segundo: Para alguien que se sacó el carné en 1986 y que iba a todos los rallies cercanos a bordo de un R4 cargado de compis, el Renault 5 GT Turbo era la fruta prohibida, el sueño deseado. Cuando en 1988 pude comprar mi primer coche, era el objetivo número uno… pero no pudo ser. Era demasiado caro para mi economía y para las escasas ayudas familiares y el precio del seguro era sencillamente disuasorio. Al final, cayó un Renault 5 GTX, con ese motorcito 1.7 de 90 CV que iba muy, pero que muy bien. No era un GT Turbo, pero aprendí a conducir con él. Cuatro Montecarlos nos hicimos con el GTX… (de espectadores, claro).
Y mi coche fetiche: el Opel Ascona 400. ¿Por qué? Ni idea. El Ascona B (segunda generación) me gustaba mucho, supongo que por estética y porque en esa época, en que Opel no estaba presente en España todavía (hablo de finales de los 70), los Opel eran medio exóticos. Además, era una marca con productos impresionantes (Rekord D, Manta B, Kadett C, los KAD con ese aspecto tan yankee…) así que cuando vi el SR 2.0 con el que Jochi Kleint le ganó a Zanini el europeo de 1979 me dije: mi coche. Pero lo mejor estaba por llegar y en 1980, la marca lanzó el Ascona 400 para el equipo oficial: motor 2.4 16v de 275 CV, carrocería ensanchada, esos perfiles negros sobre el capó, esa decoración elegante en blanco, con los colores amarillo, gris y negro… uno de los mejores Grupo 4 de la historia. Quedan muy pocos de los 400 fabricados y a precios estratosféricos, pero como regalo de jubilación para dedicarme a los rallies de clásicos (si los políticos permiten que se sigan haciendo para entonces) sería el colofón a mi afición por los coches. Rarito, ya lo sé, pero es lo que hay.
Tal vez deis con algún Bagheera en oferta. GT Turbo hay seguro… en nuestra sección de clásicos:
Juan Carlos Grande - Más antiguo que la guía telefónica
Aunque tal vez no lo parezca, Juan Carlos Grande es “más viejo que el andar pa’lante”; y eso explica que los automóviles que marcaron su infancia y pre-adolescencia sean, directamente, de otra época. Además, dentro de su familia, JC era un aficionado de primera generación en esto de los coches, de manera que sus gustos esquivaron cualquier influencia paterna, más allá de su profunda devoción al… Real Betis Balompié.
Durante mi niñez, los taxis en Sevilla no lucían el color blanco que vemos hoy en día: estaban pintados en negro, con una banda longitudinal amarilla a cada lado de la carrocería. Y si había un taxi lujoso en nuestras calles, ese era el Seat 1500, un automóvil al estilo americano que continuó dando servicio en mi ciudad años después del fin de su producción. Recuerdo que solía dar paseos con mi abuelo cada fin de semana, y siempre que veíamos pasar un 1500, lo señalaba con la boca abierta; hasta que un día, con alguna excusa que ya no recuerdo, se gastó lo que entonces podría ser una pequeña fortuna en darme un buen garbeo por la ciudad en el sofá trasero de un taxi 1500.
Lo que no solíamos ver por Sevilla era un Mercedes-Benz W116, lujoso automóvil reservado a los magnates y a las mayores estrellas (chiste fácil) del flamenco y el toreo. Dicen que aquellos nuevos ricos solían encargar en el concesionario “el mejor Mercedes que haiga“; y por aquella época, ese era sin duda el Mercedes-Benz W116. Estoy de acuerdo en que era un coche de señor y, por definición, poco apropiado para entrar en los sueños de un chiquillo del sur; pero resulta que, además, mi familia me lo regaló en miniatura (creo recordar que a escala 1:18 y con control remoto… por cable). Solía pasar horas y horas contemplando el intrincado diseño de sus llantas y las carcasas traseras “tridimensionales”; y tal vez por eso dejó huella en mi memoria.
El último coche en esta lista, y el más “top” entre los “top” sería el primero que conduje: el Opel Corsa TR de mi padre. Con él aprendí a realizar las maniobras básicas (el juego del embrague, los cambios de marcha, el manoteo del volante, el aparcamiento a izquierda y derecha…), y en cuanto me saqué el carnet de conducir, tanto el Corsa como mi padre fueron víctimas de mi pasión por escaparme donde y cuando podía. El coche en sí no era gran co(r)sa, pero el lado positivo era su bajo coste de mantenimiento -y reparación, ejem- y lo difícil que resultaba sufrir una avería en un automóvil tan sencillo y con tan poca electrónica. Si hasta tenía estrangulador… [los más jóvenes, buscad en Google lo que significa]
Telva Somoza - Una millennial de gustos cinematográficos y aventureros
En este caso Telva se da el placer de mostrar su juventud a través de los coches favoritos de la adolescencia. Dado que Adrián ha querido adaptarse a los gustos clásicos de los compañeros, se ha atrevido a ser la nota discordante en el primer modelo.
Este es mi Top 3 de coches de mi adolescencia:
Como barcelonesa que soy, de barrio obrero y aspiraciones deportivas poco acompañadas de presupuesto, recuerdo con cariño el lanzamiento del Seat Ibiza Bocanegra en 2009. Se trató de un paquete estético del que recuerdo especialmente las versiones en blanco con llantas específicas de 17 pulgadas e incluso pinzas de freno de mejor rendimiento. Curiosamente, en cuestión de días estaré corriendo el Rally de Costa Brava con una unidad del Seat 1200 Sport “bocanegra” lanzado en 1975.
Como integrante femenina del equipo se podría esperar que guardara buenos recuerdos del Mini cabrio de mi amiga, pero los conservo mejor del Nissan Patrol corto de mi infancia. Con ese auténtico 4x4 descubrí los bosques húmedos en la época de coger setas. Eso sí, y como cualquier jovencita de esa época, el Volkswagen Beetle fue el coche con el que soñaba mientras me sacaba el carnet. Su carrocería redondeada y formas simpáticas conquistaron al público femenino de su generación, y yo no me salvé de sus encantos.
Tampoco puedo pasar por alto la aparición de la saga Fast and Furious en mi vida, como en la de mi hermano gemelo. Ambos nos quedamos prendados del Nissan Skyline GT-R R34 del ‘99 de Brian O’Conner, que en este caso lo sitúa como mi coche preferido de la adolescencia. Era algo platónico, más que realista, así que leíamos sobre su bloque 2.6 turboalimentado sobre los 330 CV pero nos “flipabamos” imaginando activar su nitro sentados en los Sparco que lo disparaba hasta los 440 CV. No es de extrañar que, años más tarde, el GT-R siga siempre en mi lista de top 5.
Sergi "Crator" - Grabador y editor de coches… sin más.
Sergi es junto a Miquel fundador de Crator Produccions, la productora audiovisual que tiene el placer de grabar las videopruebas de coches.net. Desde bien pequeño ya le gustaban mucho los coches, tanto los Hot Wheels, como verlos por la TV,... pero sobre todo le gustaba mucho coleccionar cromos de coches.
Este es mi Top 3 de coches de mi adolescencia:
Empiezo en tercera posición por el Lotus Esprit Turbo, un coche que pude ver en vivo y en directo por primera vez en mi vida en un viaje a Londres con 15 años. Lo que es la vida, años más tarde tuve la oportunidad de conducir la unidad de la que hicimos el vídeo para coches.net. Fué como volver a tener la ilusión de un niño de 12 años.
Suscríbete a la newsletter
Si quieres estar al día de nuestras noticias, tienes que tener una cuenta en coches.net.
En segunda posición voy a optar por el que para mí es el coche más bonito a nivel de diseño, que no es otro que el Chevrolet Corvette C3 Stingray, además era un coche que se vendía el año que yo nací. Ese enorme capó, los pasos de rueda y la cara de mala leche que tiene siempre me han apasionado.
Y aunque me encantan los muscle cars americanos, en primera posición voy a elegir una obviedad para los de mi generación. La nave espacial italiana de los 70 cuyo diseño a día de hoy sigue volviendo cabezas allá por donde pase. El Lamborghini Countach. Un automóvil que por más décadas que pasen, por menos motores de combustión que tengamos, por más aburrido que se convierta el mundo del coche, siempre estará ahí para recordarnos… aquellos maravillosos años.
Jaume Gustems- Multifacético, para bien y para mal
Jaume es el más veterano de la redacción. Nació en 1967, en plena época del “baby boom”. Con cinco años ya cogió por primera vez un volante (de Citroën 2CV furgoneta) a regazo de su padre, pero la vida le cambió cuando los Reyes del 1976 le trajeron un Scalextric GP8, que le provocó una fuerte inmersión en el mundo de los coches de slot y del automóvil en general, de la que todavía no se ha recuperado. En su garaje solo encontraréis antigüedades y clásicos del automóvil, en escala 1:32 y 1:1.
Este es mi Top 3 de coches de mi adolescencia:
Renault 5 Copa. Tanto la versión Copa como la Copa Turbo estuvieron en mi punto de mira durante mi adolescencia, motivado por el hecho de que el primer coche que tuve, recién sacado el carné, fue un Renault 5 GTL. Siempre soñé con tener la versión más potente y preparada del R5, pero me tuve que conformar con un GTL que, todo hay que decirlo, me dio infinitas satisfacciones, soportó toda clase de fechorías y demostró ser indestructible. Por supuesto, le monté el paragolpes delantero del Copa y le puse neumáticos más anchos; Solo me faltó pintarle el capó de color negro.
Cuando leí por primera vez la prueba del Audi Avant RS2 en la revista Automóvil me dije: “cuando tenga una familia, si es que llego a tenerla, ese será mi coche”. Sus 315 CV disimulados en una carrocería break me fascinaban. Lo que ocurrió es que la familia llegó mucho más tarde, cuando el RS2 ya era un clásico a precios desorbitados. Hace unos años vi una unidad totalmente restaurada en el Salón de Ginebra, pintada en el magnífico azul RS, que me provocó un cosquilleo en el estómago de auténtico enamoramiento.
Porsche 911 Carrera RS. Este es el top de mis coches soñados de adolescente, del cual me enamoré al verlo por primera vez en escala 1:32, concretamente la versión que Exin hizo a mediados de los ochenta. Recuerdo pasarme horas haciéndolo correr en la pista y admirando sus formas. Imbuido por el juguete, con los años tuve la oportunidad de ver el coche a escala real y traspasé esa admiración a toda la saga 911, un deportivo que sigue siendo mi preferido.
Luismi Reyes: Un loco de las carreras
En realidad Jaume no es el más veterano. Y tampoco lo es Juan Carlos aunque diga que es “más antiguo que la guía telefónica”. Esa “parcela” se la lleva Luismi y con cierta ventaja... Luismi ha sido, desde su infancia un “enfermo” de las carreras, de la competición y, seguramente, debe sentirse muy afortunado por haber conseguido dedicarse a ella durante muchos años, antes de poner su experiencia a vuestra disposición en Coches.net.
Este es mi Top 3 de coches de mi adolescencia:
Mi Top 3 de juventud lo componen coches sencillos pero que para mi fueron una pasada en esa época. La primera vez que fui a ver el Rally de Montecarlo, Antonio Zanini hizo tercero con un Seat 124 Especial 1.800 Gr4. No podéis imaginaros cómo flipé! Después de aquello me propuse tener uno de esos coches, pero no llegué. Me tuve que conformar con un Seat 1430-1600, habitualmente denominado FU. ¡Cómo me divertí con aquél coche! Él ocupa la tercera posición de mi ranking.
El segundo cajón del podio lo ocupa el Renault 5 GT Turbo. En aquél momento, uno de los coches más rápidos que se podía conducir (siempre hablando de coches “terrenales”) aunque también delicado cuando querías ir al límite. Era un coche con una aceleración brutal, ligero y rápido en los virajes, pero siempre debías estar atento y guardar un poco de margen.
Y por último, pero que ocupa el primer lugar de mi Top 3, el Lancia Delta Integrale. Fue durante mucho tiempo mi coche preferido y, afortunadamente, un día conseguí tenerlo. Fue fantástico. Conducir aquél tracción total tan radical y potente me ponía los pelos de punta (entonces tenía pelo, sí) y, desde luego, pasó a ser uno de mis preferidos.
Pedro "Crator" – El último en llegar
Pues sí, este joven del Baix Llobregat ha sido el último en unirse al equipo de “Crator Produccions”. Pasó de ser espectador del canal de Coches.net a estar dentro del equipo (tranquilos, el chico tenía estudios audiovisuales, no le tocó el puesto en una tómbola). Cosecha del ’93, generación triunfadora (véase Marc Márquez, Carolina Marín o la mismísima Rosalía). Dicen en su familia que, este muchacho de raíces andaluzas, ya chapurreaba las marcas de los coches desde el carrito en su más tierna infancia.
Este es mi Top 3 de coches de mi adolescencia:
Podría poner nombres de coches súper rimbombantes para impresionar pero, la realidad, es que siempre me han gustado más los coches de serie, los que uno podía tener en casa por el valor sentimental y el esfuerzo que requería tener uno. Por eso, en tercera posición, coloco al Citroën Xsara Break 1.6 inyección gasolina 90cv del 1999. Sí, ya sé que no es un supercoche pero, el Xsara, tuvo mucho éxito popular gracias a su relación calidad-precio y consiguió conquistar a muchas familias. Recién salido de la autoescuela (todo a la primera, por cierto), di mis primeros kilómetros con el Xsara de mi padre (en un precioso verde oscuro) y fui de lo más feliz con ese coche.
Vale, tengo que admitir que no todo van a ser coches normalitos. Dada mi afición al cine, el DeLorean me parece un coche icónico por lo que significó en la saga “Regreso al futuro”. Coche incomprendido por prestaciones y diseño, pero que me parece de lo más genuino.
Y, en primer lugar, el Ford Mustang (en cualquiera de sus variantes, en realidad). Siempre digo que si tuviese que comprarme un coche potente y de esos de “vacilar” (aunque realista), el Ford Mustang sería el coche que escogería. No hace falta un “cavallino” rampante en el capó para disfrutar de las sensaciones más bestias de conducción. En el canal de Coches.net tenemos un Mach-1, bastante curioso y pintón, probado por Joan Dalmau.
Sara Soria - Una mujer práctica
Sara lleva muchos años en coches.net siguiendo al día todos los temas de actualidad referentes al mundo del motor. También es jurado del Women’s World Car Of The Year y como a todos los que trabajamos en coches.net, le apasionan los coches. Sin embargo, de joven, aún no conocía esta faceta… Lo que Sara quería era sacarse el carnet de conducir y disfrutar de la libertad de movimiento.
Este es mi Top 3 de coches de mi adolescencia:
El primer coche que me llamó la atención fue el Citroën Xsara. Pero no porque me gustase su diseño, no, parece de coña, pero yo de joven quería un Citroën “Sara”, ¡porque se llamaba como yo! Sin embargo, cuando ya tuve la edad para comprarme mi primer coche, el “Sara” no fue la primera opción…
Un coche que sí empezó a gustarme en mis tiempos jóvenes, y que hoy en día me sigue encantando, es el Audi A3. No me gustan los coches grandes, los prefiero compactos, y su diseño me parece elegante a la par que deportivo. Mis gustos se basan en formas redondeadas y este coche reunía esos requisitos. Además, su interior estaba bien acabado, era agradable, cómodo, pero también era demasiado caro para mi economía en aquellos tiempos.
Así que en su lugar me decanté por un Seat León por su relación calidad-precio. Ese fue mi primer coche. Al que también le tenía echado el ojo por sus formas y por un diseño bastante deportivo. Nunca he tenido “marquitis” y para mí el León era un coche que cumplía con todo lo que yo buscaba.
Ver Seat León de segunda mano en coches.net
Gerard Farré – Coleccionando cromos de coches
Gerard, ese hombre influencer, trotamundos, amante de la buena vida y de los coches caros, es una enciclopedia humana del mundo del automóvil. Y la pasión por todo lo que rodea a este mundillo le viene desde bien pequeño: Mis padres me compraron unas cuantas colecciones de cromos. Los primeros los tenías que pegar tú al álbum con pegamento, los siguientes ya eran cromos adhesivos. Algunas de esas colecciones fueron de Panini, y curiosamente años más tarde tuve la suerte de conocer a Mateo Panini, el hijo del fundador de Panini, un auténtico apasionado por el automóvil con el que hice una Drag Race entre un Alfa Romeo Stelvio Quadrifoglio y un Lamborghini Urus.
Este es mi Top 3 de coches de mi adolescencia:
El Ferrari F40 me vuelve loco desde bien pequeño. Primero vi el 288 GTO Evoluzione en una portada de la revista Automóvil y me pareció increíble, un coche de carreras con matrículas. Luego finalmente en 1987 llegó a la serie el F40, el último coche creado por Ferrari cuando todavía estaba al mando de la compañía “il commendatore” Enzo Ferrari.
De adolescente había pasado muchas tardes pegado al escaparate de una concesión Renault contemplando el Clio Williams. Entonces seguía mucho la F1 y el hecho que una escudería como Williams colaborará con una marca en un coche de calle me llamó mucho la atención. Además, esas llantas doradas combinadas con el color azul de la carrocería lo hacían todavía más especial. Un GTI pequeño con motor 2 litros que sigue siendo un coche de sueño.
El Chevrolet Corvette C4 es para mi una de las generaciones más bonitas de esta saga de deportivos yankee, después del C2 Stingray Splitwindow del 63. De crío me regalaron un puzzle de un ZR-1 amarillo, era una caja pequeña de pocas piezas que monté y desmonté cientos de veces. El hecho de las dos llaves para acceder a la potencia máxima, que casi llegara a los 300 km/h, un sueño que por fortuna tuve la suerte de probar gracias a Savador Grasset (D.E.P).
Mi padre trabajó 40 años en un concesionario Renault y me quedé prendado del R21 turbo el súper 5 gt turbo que a día de hoy me siguen gustando y por supuesto el R18 gas con look del turbo que empecé a conducir