Resulta paradójico que en una época en que la electrificación avanza a pasos agigantados, una marca de coches presente un motor de combustión nuevo, pero eso es lo que ha hecho Maserati, una de las marcas del nuevo Grupo Stellantis, que ha desarrollado un propulsor completamente nuevo para su deportivo MC20 que estará a la venta este año y del que en su momento os ofrecimos este vídeo que pódeis ver en este enlace. Hemos visitado, virtualmente, el "engine lab" de Maserati, el lugar donde nace este nuevo motor.
Antes de explicaros cómo se construye el motor del MC20, recordemos que se trata de un motor de seis cilindros en V a 90 grados de tres litros de cilindrada con dos turbocompresores, uno por cada bancada de cilindros, construido en aluminio, que tiene un peso de 215 con todos sus componentes periféricos instalados y que ofrece un rendimiento de 630 CV y 700 Nm lo que le otorga una elevadísima potencia específica de 219 CV/litro. El motor tiene un límite de revoluciones ligeramente por encima de las 8.000. La marca llama a este nuvo motor Nettuno (Neptuno en italiano, un nombre apropiado ya que la enseña de la marca es un tridente como el que llevaba el dios de los mares romano).
Este propulsor dispone de un sistema de precámara de combustión instalado en el cilindro, una tecnología procedente de la Fórmula 1 y que se aplica por primera vez en un coche de calle de altas prestaciones combinado con el doble encendido y un sistema de doble inyección. Con todo ello se consigue una mejora de la eficiencia de la combustión que permite conseguir una mayor potencia y recurrir a turbocompresores más pequeños para efitar el efecto "turbo lag" de retraso en la respuesta del turbo.
Visita virtual al "Engine Lab"
Matteo Valentini y Jonata Azzali, los responsables del desarrollo y la producción de esta mecánica nos guiaron por una visita virtual al nuevo "Engine Lab" situado en la fábrica de Maserati en Módena donde se produce el motor. Se trata de un espacio completamente libre de polvo y otros "contaminantes" que está presurizado a una presión superior a la atmosférica para que al abrirse las puertas no entre ningún elemento externo que pueda afectar al montaje de los motores.
El montaje se divide en seis etapas consecutivas en las que participan operarios altamente cualificados que trabajan con ayuda de la tecnología. Cada puesto de trabajo tiene dos pantallas, una grande que presenta el proceso de montaje de cada una de las seis etapas y otra interactiva en la que el operario va marcando los pasos realizados. El control de calidad cuenta con cámaras cenitales que comprueban las tolerancias y la ubicación exacta de cada elemento. Todo el proceso se realiza manualmente pero con control informático.
El motor tiene unos 1.300 componentes, algunos de los cuales se agrupan previamente antes del ensamblado, proceso del que resultan más de 100 elementos compuestos. Algunas de las piezas se calientan previamente para facilitar el ensablaje y se cuenta con herramientas especiales y "marcos" que guían a los operarios en el proceso de colocación de cada una de las piezas.
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Después de las seis etapas, cada uno de los motores pasa al banco de potencia donde se comprueba que funciona a la perfección. Se trata de una prueba de 40 minutos en que el motor se lleva al máximo de su rendimiento para comprobar en el banco que se alcanzan las cifras de potencia y para anunciadas. Una vez realizada la prueba, se procede a analizar el aceite del motor para comprobar que está libre de cualquier trazo de impureza que pudiera delatar algún problema de montaje.
Una vez finalizado todo el proceso, el motor se lleva a la fábrica para ser montado en el MC20. Cada motor precisa de 24 horas de montaje y su producción es 100% artesanal. Según los responsables de la marca, este motor está preparado para recibir el apoyo de la electrificación en el caso de que el mercado así lo demande y la tecnología que incorpora se generalizará en los diferentes propulsores de los futuros modelos de Maserati.
En palabras de David Kluzer, responsable de comunicación de la marca, "Maserati inicia una nueva era dentro del Grupo Stellantis y el lanzamiento de este nuevo motor es un excelente punto de partida para esta nueva fase". Tras anunciarse en su momento que Maserati podría pasar a convertirse en una marca fabricante de modelos eléctricos de altas prestaciones dentro del Grupo FCA al que pertenecía, parece que, por el momento, la firma se mantendrá fiel al motor de combustión. El hecho de que Maserati quede desvinculada de Ferrari (marca que no entra en la creación de Stellantis ya que tiene un accionariado propio) parece que situará a Maserati como la marca de prestigio del nuevo grupo y le permitirá seguir con los deportivos de gasolina sin que eso signifique que no lance modelos 100% eléctricos en el futuro.