“Jaguar ha muerto”. Así podríamos haber titulado este artículo si coches.net fuese un medio sensacionalista, que no lo es. “Jaguar ha resucitado” hubiese sido otro titular con gancho; aunque para que reflejase la verdad, antes Jaguar debería haber muerto, cosa que no ha hecho. Así que dejémoslo en un mucho más fiel a la realidad “Jaguar se reinventa”.
Vale. Jaguar se reinventa. Pero ¿cómo y por qué? Empecemos por la segunda pregunta.
¿Por qué una nueva Jaguar?
A la marca británica no le han ido bien las cosas en los últimos años. Su familia de berlinas, categoría en declive a lo largo y ancho del mercado -y casi extinta más allá de los coches de lujo- se ha mostrado incapaz de competir contra los supervivientes con bandera alemana. Por otro lado, los SUV de Jaguar, pese a estar mejor situados frente la competencia, no bastaban para escribir con tinta negra los resultados de la compañía. Y en cuanto a los modelos eléctricos, si bien es cierto que el Jaguar I-Pace fue uno de los primeros abanderados con sello europeo, pronto se vio superado tecnológicamente y acabó perdiendo posiciones en la lista del posible comprador.
Ahora que hablamos del “comprador”, ahí se halla probablemente el verdadero problema con el que se ha venido encontrando la Jaguar actual: ¿cuál es su cliente tipo? ¿El que uno asociaría instintivamente con la marca (es decir, el clásico señor mayor), que además de ser clásico se ha hecho aún más mayor? ¿O el habitual cliente de marca premium, que tiende por inercia a fijarse en otras como Mercedes-Benz, BMW, Audi o tal vez Lexus? Según lo visto, ya ni el uno ni el otro, por desgracia.
Todo esto en su conjunto es lo que probablemente ha llevado a JLR, el grupo anteriormente conocido como Jaguar Land Rover, a pulsar el botón de reset y reiniciar el sistema. Cosa que, si recordamos, ya había hecho con el resto de marcas, porque Land Rover ya no es Land Rover sino el trío conformado por Range Rover, Defender y Discovery. Y ahora, Jaguar pasará a ser… Jaguar, pero una Jaguar tan distinta que casi asusta.
Así pues, mientras Range Rover y Defender tiran con tracción a las cuatro ruedas del carro de JLR, y mientras Discovery… bueno, aún tendremos que descubrir hacia dónde va Discovery -según el fabricante, su estrategia no está plenamente definida todavía-, Jaguar es a estas alturas una marca con la que JLR no tiene nada que perder.
¿Y cómo se reinventa Jaguar?
Cuando hablo de "reinvención", no uso la palabra en balde. Como dije antes, se trata de un reseteo de tal magnitud que supone pisar el freno a fondo hasta detenerse por completo, cambiar de coche -en sentido figurado y literal al mismo tiempo- y reemprender la marcha en una dirección bien distinta. Pero no sin antes esperar a que ese nuevo coche esté listo para salir a la carretera; porque, bueno, todavía no lo está.
Veamos. La gama actual de Jaguar se compone de dos berlinas (XE y XF), tres SUV (E-Pace, F-Pace e I-Pace) y un cupé (F-Type). Pues bien: todos ellos van a dejar de fabricarse -de hecho, la mayoría ha finalizado ya su producción-, de manera que los coches que Jaguar venda a corto y medio plazo serán unidades en stock, cosa que ya sucede en España.
Entonces, ¿qué pasará a partir de ahora? Pues un ya iniciado periodo de transición y cierta sequía que se prolongará hasta 2026, año en el que veremos la llegada progresiva de los tres modelos que darán forma a la nueva gama de la nueva Jaguar. Una Jaguar dispuesta a subir peldaños en el mercado y atacar a una nueva clientela, mucho más afortunada que la actual en cuanto a poder adquisitivo y, también, claramente más joven.
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El plan diseñado por la marca para llegar a estos nuevos clientes forrados y trendys consiste en seducirles a través del diseño, el lujo y la tecnología. Para llevar a cabo el primer argumento, mostrando una imagen de marca completamente diferente, mucho más moderna y actual, con nuevos logotipos y tipografías; y sobre todo, una paleta de colores mucho más llamativa y atrevida. Para el segundo, poniendo en el mercado automóviles de muy alto precio -y gran margen de beneficio-, con una elevada impresión de calidad y un exquisito cuidado del detalle. Y para el tercero, desarrollando automóviles 100% eléctricos, más potentes que nunca y con gran autonomía. La idea es, en definitiva, vender a cada cliente un coche que no necesite pero sí desee con todas sus fuerzas.
Ya sé que algunos os quedásteis un par de párrafos más atrás con el dato de que serán tres los integrantes de la nueva familia Jaguar. El prototipo del que será el primero en llegar ya está rodando en fase de pruebas, vestido con profuso camuflaje: se trata de un gran turismo de cuatro puertas que, como el resto de modelos, será totalmente eléctrico y toma como base la plataforma JEA (Jaguar Electric Architecture) desarrollada en exclusiva para la marca. El GT de Jaguar saldrá a la venta en 2026; poco después llegará un SUV y más adelante un cupé deportivo, todos ellos de grandes dimensiones y con elevados niveles de potencia y autonomía.
Ah, y probablemente también con una estética que nos dejará la boca abierta, como seguro lo hará el fastuoso concept car que Jaguar va a presentar a principios de diciembre y del que os contaremos mucho más llegado el momento. Un ejercicio de diseño cuya misión es dejar bien claro que esta Jaguar es otra Jaguar.
El ¿futuro? de Jaguar
Hasta aquí, los planes de la no-muerta y no-renacida sino reinventada Jaguar. A partir de aquí, veremos si esta nueva Jaguar es capaz o no de encontrar su rincón del mercado; un mercado del gran lujo en el que tendrá que vérselas con firmas del prestigio de Bentley, Aston Martin e incluso Porsche, de las que pretenderá distinguirse “sin copiar a nadie”, como dicen en la casa. Una lucha cuesta arriba en la que Jaguar cuenta para impulsarse con la fuerza de su marca y el prestigio de su historia.
Pero tal vez el mayor obstáculo con el que se encontrará a partir de su regreso en 2026 sea la aparente falta de interés de los clientes ricos hacia el coche eléctrico. Y hasta el casi total destierro del automóvil de combustión, allá por 2035, habrá pasado casi una década en la que más le valdrá encontrarse con un vuelco en las tendencias de compra.
Se plantea, en cualquier caso, un apasionante desafío para una marca que no tiene nada que perder.
El artículo no suena muy optimista y pienso que Jaguar es un candidato a desaparecer. Coincido que el mayor problema es que no está claro quien es el cliente tipo. Supongo que lo era la aristocracia o burguesía británica y nunca han logrado despegar de allí. Y ahora quieren reinventarse por completo y salir de este nicho de mercado tan limitado. Pero el problema que le veo es que al dejar de lado la esencia de Jaguar te conviertes en un competidor de la gama alta de Nio, Yangwang o Xiaomi, etc. Y estos evolucionan muy rápido, son más tecnológicos y con precios muy por debajo de donde se quiere situar la nueva Jaguar.