Bugatti ha desvelado en la pomposa exhibición Monterey Car Week su última criatura, bautizada como Centodieci. Este impresionante deportivo tiene a su cargo la doble misión de celebrar el 110 aniversario de la marca (han pasado “centodieci anni” desde que Ettore Bugatti fundase la compañía original) y rendir homenaje al superdeportivo EB110. Aquel modelo, fabricado entre 1991 y 1995, sirvió a su vez como celebración del 110 cumpleaños del diseñador que dio nombre a la marca.
Pero dejémonos de aniversarios y hablemos de otras cifras: el Centodieci apura el renombrado motor de 8.0 litros de cilindrada en configuración W16 para llevarlo hasta los -ojito- 1.600 CV de potencia (100 CV más que el Chiron). Esto le permite acelerar de 0 a 100 km/h en unos increíbles 2,4 segundos, subir hasta 200 km/h en 6,1 segundos y pasar la barrera de los 300 km/h en 13,1 segundos. La velocidad máxima está limitada electrónicamente a 380 km/h, porque total…
Estamos, pues, ante un hipercoche todavía más radical que los Bugatti Divo y Chiron. Aunque el Centodieci también se basa en este último, exhibe una carrocería mucho más salvaje y angulosa, dibujada con trazos afilados y coronada con un enorme alerón fijo en su trasera. Donde en el Chiron hay curvas, en el Contodiece hay aristas. Y de camino, marca 20 kg menos en la báscula, llevando la relación peso/potencia hasta 1,13 kg por CV.
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Sólo diez afortunados han podido hacerse con la nueva y salvaje creación de Bugatti; y recurro al pretérito porque las diez unidades fabricadas en la factoría francesa de Molsheim ya tienen dueño. Aún así, esta decena de clientes tendrán que esperar hasta dos años para recibir el utilitario por el que han desembolsado un mínimo de 8 millones de euros. -Narices, llegué tarde-
Rayos mil rayos 1.600 cv