Los fabricantes están dispuestos a invertir en el coche eléctrico. De hecho lo hacen. Pero el mercado aún no es receptivo. Quizás falta información para los compradores, quizás sobra desinformación. Quizás esperan a que los eléctricos mejoren su oferta (menor precio, mayor autonomía). Y sobre todo esperan a que la ‘infraestructura’ de recarga sea práctica, es decir amplia y rápida.
Todo ello hace que Ford haya tomado la decisión de suspender la fabricación del Ford Focus Electric en Europa. Una decisión racional y obligada: no hay demanda suficiente. Y ello arruina la ‘operación comunicación’. Todo esto sucede apenas dos meses después de haber anunciado una nueva versión, con batería de 33,5 kw/h, cuya autonomía debía ser de unos 225 km.
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En 2016 sólo se vendieron 61 ejemplares. El modelo, sin embargo, podría seguir siendo comercializado en Europa, al menos en algunos países receptivos a este tipo de coches porque en USA se mantiene la producción del modelo.
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