Alfa Romeo nos ha brindado una oportunidad única de tomar parte de una forma sumamente especial en el Festival of Speed de Goodwood, ni más ni menos que participando al volante de un coche de su museo, un Giulia GTAm.
El día D fue el sábado 14 de julio, tercera jornada de la edición 2018 del FOS. Un evento que año tras año reúne a algunos de los automóviles más importantes del planeta para que los espectadores los puedan ver en acción.
Hay muchos museos alrededor del mundo, concentraciones y salones que celebran la historia del automovilismo pero en ningún escenario como Goodwood donde los puedes ver en movimiento y lo mejor de todo, escuchar el aullido de sus motores.
Hacía 12 años había asistido al Festival of Speed como espectador, antes había visionado numerosas cintas en VHS de las primeras ediciones, y en los últimos años lo seguía en directo gracias al canal de YouTube de Goodwood Road Racing Club.
El Duque de Richmond ha logrado dar lugar a un espectáculo único perfecto para los amantes del motor. Un evento al que merece la pena asistir aunque sólo sea una vez en la vida.
Esta edición número 25 tomaron parte más de 600 vehículos, acogió pruebas cronometradas de la subida en cuesta, también contaba con una zona de exposición equiparable a un gran salón del automóvil, un concurso de elegancia, un tramo de rally de tierra, los paddock con todos los coches de carreras, zona de tiendas, zona reservada a los supercoches…
Ya sea solo, con amigos o incluso con la familia, el Festival of Speed es un plan perfecto para disfrutar del espectáculo del automovilismo durante cuatro días en medio de la campiña británica. El ambiente es digno de un picnic, hay un sinfín de actividades en las que participar, bares en los que descansar y comer y ni un solo minuto que desperdiciar.
Al volante del GTAm
Estar al volante de un coche de carreras tan icónico como el Giulia GTAm, enfundado en un mono de piloto y con casco listo para participar en Goodwood es de esos momentos que quedarán grabados para siempre en mi memoria.
Es muy difícil resumir en palabras lo que supone poder estar al otro lado de la barrera. Hasta que no crucé la línea de meta no me lo terminé de creer del todo. Un sueño cumplido de la mano de Alfa Romeo.
El coche fue restaurado a nivel de motor, una de las partes más complicadas de su mecánica de 1.750 c.c. es su sistema de inyección indirecta Spica. Dado que es un motor de carreras tienes que mantenerlo siempre por encima de 3.000 rpm.
Lo peor que le puedes hacer a este GTAm es tenerlo en una retención como la que te encuentras en el trayecto que te lleva del paddock, al parque cerrado primero y por último a la línea de salida.
El piloto holandés Toine Hezemans compitió al volante de este GTAm en el Campeonato de Europa de Turismos en las temporadas 1970 y 1971. Esta es la máxima evolución del Giulia GTA, el primer turismo en rodar en el Nürburgring en menos de 10 minutos, un hito que consiguió el piloto italiano Andrea de Adamich.
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Cada día se aprende algo nuevo y fue aquí en Goodwood donde el máximo responsable del departamento de clásicos de Alfa Romeo me contó que las siglas GTAm no corresponden a Alleggerita Maggiorata, sino a GT América porque la homologación de este modelo se empezó en Estados Unidos.
La carrocería es mucho más ancha que la de un GTA normal, los pasos de rueda en aluminio sobredimensionados le aportan una estampa mucho más musculosa. En el interior 100% de carreras encuentras el velocímetro en millas por hora.
Cuando fue desarrollado por Carlo Chiti se tomó como base la versión 1750 del mercado americano a la que se equipó un motor de 2 litros que rendía 230 CV.
Entre 1965 y 1972 el GTA se convirtió en uno de los Alfa Romeo más laureados en competición y uno de los turismos más exitosos de todos los tiempos. De hecho, es posiblemente uno de los coches más importantes en la historia de Autodelta, el equipo de carreras oficial de Alfa Romeo.
Tomé la salida con poco gas y esto hizo que acelerara por debajo de las 3.000 rpm, ahí el coche apenas se movía y parecía que no había potencia. Al meter segunda aceleré con más decisión y pareció como si ya empezara a empujar.
El año pasado había probado una sensacional recreación de un Giulia GTAm en Barcelona y ese coche estaba muy bien puesto a punto. Este GTAm del museo no ofrecía la misma usabilidad.
Al encarar la recta principal, frente a la casa del Duque de Richmond, metí tercera y entonces pareció que ya empujaba como debía. Son tantos los incidentes que he visto en la curva de Molecomb que me lo tomé con mucha calma para no aparecer en las repeticiones de las pantallas gigantes y en los vídeos online de todo el mundo como el que destrozó un GTAm auténtico en Goodwood.
Tampoco quise arriesgar en el muro de Flint Wall, a partir de ahí ya me empecé a encontrar cada vez más cómodo y fui abriendo más gas hasta cruzar la meta con un tiempo horrible pero con una sonrisa de oreja a oreja y un subidón de adrenalina que no se me quitaron en varios días.
La historia de Alfa Romeo es una de las más bonitas de la industria del automóvil, con triunfos en un sinfín de disciplinas deportivas desde la F1 hasta Le Mans, pasando por la Targa Florio, la Mille Miglia, así como infinitos campeonatos de turismos como el DTM y el Campeonato de Europa.
Una marca que hoy sigue creando coches que transmiten pasión y emoción verdadera como los Giulia y Stelvio Quadrifoglio. Turismos que te permiten disfrutar de la mejor conducción, de un atómico motor v6 biturbo de 510 CV y todo ello sin tener que renunciar ni a la familia ni al equipaje.