Alfa Romeo es una de las marcas más grandes de la historia del automóvil y al mismo tiempo una de las más laureadas en competición. Cuenta con una larga tradición de modelos deportivos. Hoy queremos ver si su última creación, el Giulia Quadrifoglio sigue fiel a los orígenes que dieron gran prestigio mundial a la firma de Milán.
La Anonima Lombarda Fabbrica Automobili o ALFA nació en 1910, 10 años pasó a llamarse Alfa Romeo añadiendo así el apellido de Nicola Romeo, quien entonces era su propietario.
De no ser por Alfa Romeo Enzo Ferrari no habría logrado sus primeros éxitos en la industria del automóvil, primero como piloto y luego como jefe de equipo. De hecho, desde el minuto cero de su existencia la marca destinó grandes esfuerzos a la competición.
La lista de victorias es bastante larga:
15 Campeonatos de Europa de Turismos
10 Targa Florio
11 Mille Miglia
7 24 Horas de Spa
4 24 Horas de Le Mans
2 Mundiales de Resistencia
2 Mundiales de F1
2 Campeonatos de Europa de Grand Prix
1 Campeonato del Mundo de Constructores
1 DTM
Desafortunadamente desde que Alfa Romeo pasó a formar parte del grupo FIAT en enero de 1987, ahora FCA Group, no ha volvió a brillar con la misma intensidad con la que lo hizo cuando era una marca independiente.
Con el 156, lanzado en 1997, volvió a sorprender al mundo con un diseño atractivo y unos acabados de calidad. Desafortunadamente, en los últimos 10 años la marca parecía haber quedado en standby, sin modelos nuevos y sin ningún anuncio importante en el horizonte.
De la mano del nuevo Giulia todo apunta a que FIAT de una vez por todas se ha tomado en serio a esta histórica marca, con un producto de calidad que ofrece uno de los mejores chasis del mercado.
El Quadrifoglio, su versión más prestacional, es además uno de los mejores deportivos del momento. Con él se resucita un nombre y un logotipo que marcaron algunas de las mejores páginas de la historia deportiva de Alfa Romeo, el trébol de cuatro hojas.
Il Biscione
Il Biscione y la cruz de San Jorge son los elementos principales del logotipo de Alfa Romeo. La culebra comiéndose a un hombre tiene su origen en el escudo de armas de la casa de Sforza, la familia que dominó los designios de Milán durante siglos.
Hasta 1972 en el aro exterior de color azul del logo se podía leer “Milano”, la ciudad donde tiene su fábrica la marca. A partir de aquel punto en adelante ya sólo se pudo leer Alfa Romeo.
De hecho, el logotipo de este nuevo Giulia está hecho como los de antes. No está lacado, tiene relieve, como el clásico. Un pequeño detalle que refleja la intención de la marca a volver a sus raíces con este coche.
Quadrifoglio Verde
En 1923 Alfa Romeo inscribió cuatro unidades del RL Targa Florio en la mítica carrera siciliana del mismo nombre, Targa Florio. Los pilotos eran Antonio Ascari, Enzo Ferrari, Giulio Masetti y Ugo Sivocci.
Ugo Sivocci solía terminar segundo detrás de sus compañeros de equipo y para esa carrera quiso cambiar su suerte. Su superstición le llevó a pintar un trébol de cuatro hojas sobre el capó de su Alfa. Con el Quadrifoglio Verde rompió su racha de segundón y ganó la Targa Florio de 1923.
Pocas semanas después de su triunfo, Sivocci realizó un test con un nuevo Alfa de carreras en Monza. Los mecánicos no habían tenido tiempo de pintar su trébol de la suerte. Sufrió un accidente y perdió la vida.
Desde aquel día el Quadrifoglio Verde se convirtió en el símbolo que lucirían todos los Alfa Romeo de competición. En honor a Sivocci se cambió el fondo cuadrado blanco por otro triangular, simbolizando así la pérdida del piloto de Salerno, el cuarto de la escuadra italiana.
Los probamos a fondo en el Fast
Hoy tenemos en Coches.net una representación de algunos de los mejores turismos deportivos con los que Alfa Romeo ha competido en circuito. Con ellos pretendemos ver si el ADN de esta saga histórica se mantiene en el nuevo Giulia Quadrifoglio.
En el circuito FAST PARCMOTOR de Castellolí, un trazado escuela en el que el Jefe de Instructores es el expiloto David Bosch, podremos a prueba las cualidades dinámicas de estos clásicos para compararlos con el nuevo Alfa.
Giulia GTV 2000
La saga Giulia nació con la carrocería sedán en 1962, al que le siguió justo al año siguiente el cupé Giulia Sprint GT. Hoy contamos con un Giulia Sprint GT Veloce, más conocido como GTV o cupé Bertone. Su elegantísima a la vez que deportiva línea fue obra del gran Giorgetto Giugiaro cuando con 22 años trabajaba para el carrocero Bertone.
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Está animado por un 4 cilindros en línea de 2 litros que rinde unos 130 CV. Una mecánica que emite un sonido auténtico, sonido de motor, no como muchos modernos que suelen tirar de escape modificado.
El empuje de este propulsor es más que suficiente para jugar con el eje trasero. Además, los neumáticos no agarran mucho con lo que es ideal para disfrutar derrapando en el Fast.
La dirección tiene un tacto muy años 60, hay momentos en los que mueves el volante y no pasa nada. Cosas de los clásicos. Las suspensiones son algo blandas con lo que no es nada incómodo, pero por el contrario esto hace que la carrocería incline bastante.
La versión GTA, la más famosa del Giulia GT, fue concebida para homologar el coche de carreras. Con él nacieron las siglas GTA que significaban Gran Turismo Alleggerita o Gran Turismo Aligerado. Sólo en su primera temporada el GTA sumaron 200 victorias en todo el mundo.
GIULIA GTAm
Para esta prueba tan especial no contamos con un Giulia GTA, en su lugar tenemos ni más ni menos que un GTAm o Gran Turismo Alleggerita Maggiorata de 1971. Entre 1969 y 1971 sólo se construyeron unas 40 unidades de este mito de los circuitos, sobre la base de una Giulia GTA de forma artesanal por parte del preparador oficial de carreras de Alfa Romeo, Autodelta.
Esta es una recreación confeccionada de forma artesanal con aluminio, por los mismos mecánicos que en su día hicieron los originales. Es una auténtica joya, ejecutada de forma impecable.
En su interior este GTAm está equipado con sistemas de seguridad como una jaula completa de barras antivuelco, asientos deportivos y cinturones tipo arnés de 6 puntos. Su propietario suele inscribirlo de forma habitual en rallyes de regularidad.
Bajo el capó delantero equipa un motor de 4 cilindros en línea de 2 litros que anuncia 180 CV, una cifra importante si tenemos en cuenta que sólo pesa 780 kilos. No hay tapizados ni aislamiento acústico en el habitáculo con lo que al igual que los originales es un coche de carreras de verdad matriculado para ir por la calle.
El sonido del bialbero pone la piel de gallina. Los carburadores Weber suenan de película. Empuja con mucha fuerza y le gusta subir de vueltas. Hace falta algo de entrenamiento para hacerte con la caja de cambios pero una vez la tienes por la mano, disfrutas de unos recorridos de palanca cortos y precisos.
Es sumamente fácil derrapar de forma controlada. He conducido pocos coches que transmitan tantas sensaciones y tanto placer al volante. Puede catalogarse casi de experiencia mística, muy difícil de olvidar.
147 GTA
En un pasado más reciente las siglas GTA resurgieron de la mano del 156 primero y del 147 después. A día de hoy ambos son ya coches de culto. Bajo su capó delantero atesoran la última evolución del V6 conocido como Busso, apellido del ingeniero que diseñó esta sensacional mecánica atmosférica, Giuseppe Busso.
El sonido de este V6 pone los pelos de punta. Un 3,2 litros que rinde 250 CV a 6.200 rpm y 300 Nm a 4.800 rpm. Con un peso de 1.360 kilos declara una punta de 246 km/h.
Dado el tamaño, peso y ubicación del motor, tiende a subvirar. En la entrada de la curva el coche quiere seguir recto con lo que es necesario anticipar bastante, o incluso ayudar a inscribirlo en el viraje con la traasera, ya sea con el freno de mano o con los cambios de peso.
Incluso a día de hoy sigue ofreciendo unas prestaciones respetables pero ninguno de los súper GTI actuales puede rivalizar con el 147 GTA en lo que a musicalidad se refiere. Su motor V6 no tiene rival en este último aspecto.
Giulia Quadrifoglio
55 años después del nacimiento del primer Giulia el Quadrifoglio devuelve a Alfa Romeo al primer plano dentro del mundo de los automóviles deportivos. En este caso no se trata de una versión limitada de calle concebida exclusivamente para homologar un coche de carreras. Es lo más parecido a un coche de carreras matriculado para la calle.
El Giulia tiene uno de los mejores chasis del mercado. Su esquema de suspensión tipo dobles brazos superpuestos en ambos ejes lo convierte en uno de los deportivos más efectivos. Pero no es para nada incómodo, filtra los baches con de forma intachable. Pocos deportivos de este calibre son tan cómodos y usables en el día a día.
La dirección es una de las más precisas que he podido probar jamás, al estilo de lo que Porsche consigue en modelos de altas prestaciones como 911 o Boxster.
El motor empuja con muchísima más contundencia de lo que anuncia la ya de por si estratosférica ficha técnica. 510 CV a 6.500 rpm y 600 Nm de 2.500 a 5.000 rpm. Cuando lo conduces sientes mucho más, parece que tenga 600 CV.
Un V6 biturbo de sólo 2,9 litros que sube de vueltas a un ritmo endiablado. Una mecánica producida por Ferrari y que no es más que el V8 biturbo del California T con dos cilindros amputados.
Las prestaciones hablan por sí solas con un 0 a 100 km/h en 3,9 segundos y una punta de 307 km/h. Con 1.695 kilos está bastante contenido sobre la báscula, el uso intensivo de aluminio y carbono se hace patente.
Un trazado estrecho y revirado como el del Fast no tendría que ser el terreno ideal para un deportivo de 1,7 toneladas y más de 500 CV. La excelente puesta a punto del chasis del Giulia hace que incluso aquí brille con una nobleza y una precisión de guiado ejemplar.
En resumidas cuentas
Ya sea en una comida familiar, en un grupo de amigos o en una tertulia de trabajo cuando de tu boca salga la frase: “Me estoy mirando un Alfa Romeo para cambiar de coche”; siempre saldrá algún presunto experto en automoción que dirá que un coche italiano es poco fiable o que si esto o si lo otro o el de la moto.
En casa tenemos un Alfa Romeo 156 2.0 TS que estrenó mi padre en 1998. Su motor nunca ha gastado aceite y no ha tenido ningún problema. Por poner un ejemplo, la primera batería duró 11 años.
Con el nuevo Giulia la marca ha vuelto a situarse a la altura de las marcas Premium alemanas. Después de probar el Quadrifoglio vemos que Alfa Romeo ha sabido trasladar la herencia de los coches de competición de su glorioso pasado al presente. Un deportivo que toca la fibra, te hace disfrutar y a la vez es cómodo y usable.
Desde aquí queremos agradecer a Auto88 la cesión de los clásicos y así hacer posible la realización de este reportaje.
Hola buenas. Me gustaría que hicierais una comparativa de los modelos A5 de Audi, XE de Jaguar, Arteon de VW, etc. Gracias.