Mazda presentó mundialmente el CX-30 en julio, su nuevo SUV compacto a medio camino entre el CX-3 y CX-5. Este todocamino llega cargado de expectativas ya que la marca espera convertirlo en su punta de lanza en ventas en el mercado español. Además monta un motor realmente especial, el Skyactiv-X. Este bloque a medio camino entre un diésel y un gasolina promete ventajas dinámicas y de eficiencia así que descubrimos el porqué de la apuesta que se estrenó en el Mazda 3.
Nuestro compañero Jaume Gustems estuvo presente durante su lanzamiento así que podéis descubrir sus rasgos generales y primeras sensaciones al volante en este enlace. No existe diferencia alguna entre los modelos que montan los motores Skyactiv-G y D respecto al pionero Skyactiv-X así que sus impresiones, en el aspecto estético y funcional, son igualmente válidas.
Como bien descubrimos esos días, el nuevo Mazda CX-30 llega para jugar un papel fundamental en el portfolio de la firma. La cuota de mercado de los SUV compactos roza el 45% por lo que estar presente en este segmento es de vital importancia para la firma, cubriendo un vacío existente hasta ahora. Si a este detalle funcional le sumamos que su nuevo motor cuenta con la etiqueta ECO al contar con tecnología híbrida ligera, no parece descabellado que confíen en su éxito.
Le auguran 9.000 unidades en su primer año natural, siendo la mitad de ellas con el nuevo SkyActiv-X en su equipamiento más elevado pero con un 80% de ventas de cambio manual.
Hablamos de un motor completamente desconocido para el público y un momento no especialmente boyante para el sector automovilístico así que la pregunta obligatoria es: ¿Por qué son tan optimistas? Tratamos de responder a esa pregunta durante su presentación Europea celebrada en Girona, donde conocimos más a fondo esta pionera mecánica estrenada en el Mazda 3 y comprobamos qué tal se comporta en el nuevo CX-30.
Skyactiv-X, el Jekyll y Mr Hyde
Para entender el funcionamiento de este motor antes toca hacer una clase rápida de repaso. Los motores gasolina recurren a las bujías para crear una chispa que encienda la mezcla de combustible y aire, esa explosión es la que desplaza el pistón y hace que empiece el baile que hará moverse al vehículo. Los bloques diésel, en cambio, juegan con la compresión del aire para elevar la temperatura y que al inyectarse el combustible se inflame sin necesidad de chispa.
Pero… ¿Qué pasaría si un motor gasolina aprovechará también la tecnología de compresión y sus beneficios? Eso mismo hace el Skyactiv-X. Un bloque gasolina de 2.0 litros que fue presentado con el nuevo Mazda 3 y que combina ambos sistemas de ignición con una mezcla de aire y combustible muy pobre y por ende ideal para el consumo y las emisiones de CO2 y NOx.
Otros fabricantes han intentado desarrollar este tipo de motores para vehículos de producción y han llamado a este mix diésel-gasolina Homogeneus Charse Compresion Ignition (HCCI). Intentado porque conseguir ese encendido por compresión en una mezcla pobre limitaba mucho el rango óptimo de trabajo, los hacían inviables para una conducción corriente. Mazda lo ha solucionado con lo que llaman método de encendido por compresión controlado por chispa (SPCCI por sus siglas en inglés).
Jugar al juego de la presión en los motores gasolina tiene su riesgo, por eso la relación de compresión de estos bloques es más baja (sobre 10:1) frente a los diésel que pasan de los 20 a 1. En el caso del Skyactiv-X, en cambio, hablamos de una relación de compresión de 16,3 a 1 de modo que está en el límite de la combustión espontánea, lo que daría por muerto el motor en un abrir y cerrar de ojos.
Los japoneses han salvado este punto crítico con la tecnología Spark Controlled Compression Ignition (SPCCI) o más llanamente, colocando una bujía que actúa solo si es necesario gracias a unos sensores individuales en cada pistón.
Es decir, el motor es capaz de alternar su sistema de ignición de la compresión a la chispa en función de la demanda del conductor. Al contrario de lo que pueda parecer esos cambios son imperceptibles y las sensaciones con el pedal son realmente placenteras gracias a los 180 CV que desarrolla.
El Skyactiv-X en cristiano
Para aquellos que no sean de preguntarse qué sucede dentro del motor de su nuevo Mazda pasamos a explicar sus ventajas. Un resumen claro sería decir que tenemos las sensaciones puras de un gasolina y el empuje y consumos de un diésel, combinando lo mejor de ambas tecnologías. En cuanto a datos se refleja del siguiente modo: un 10% más de par que el motor diésel Skyactiv-G de 165 CV y un mejor consumo. Según la firma es entre un 20 y 30% más eficiente que los motores gasolina.
Este motor de 2.0 litros de 180 CV y 224 Nm de par máximo a 3.000 rpm estará disponible con transmisión manual MT o automática Skyactiv-Drive de seis velocidades. Se podrá combinar la tracción delantera o total pero lo mejor está todavía por llegar, cuenta con un motor eléctrico de apoyo que le concede la etiqueta ECO en el caso de montar el cambio manual.
La tecnología M Hybrid recurre a un generador reversible integrado y una batería de tan solo 24 V. Recicla energía recuperada durante la deceleración y asiste al motor principal proporcionando una actuación más refinada o arrancándolo más rápido del start-stop pero su función no es aportar más caballos.
Suscríbete a la newsletter
Si quieres estar al día de nuestras noticias, tienes que tener una cuenta en coches.net.
Además, la colocación de esta batería de ion litio no reduce espacio del maletero pero sí ayudan a la distribución de pesos y aporta mayor estabilidad en las frenadas.
Sensaciones de conducción
El Mazda-CX30 no es un vehículo pensado para un apasionado de la carretera, las curvas y la potencia bruta. Es un SUV compacto ideal para un conductor relajado que priorice el confort, el equipamiento tecnológico del coche y su calidad de rodadura. En ese sentido el CX-30 obtiene el notable holgadamente ya que el salto premium que ha dado la marca en estas nuevas generaciones es palpable. Si quieres saber más sobre su evolución no te pierdas el artículo y vídeo realizado por mi compañero durante su presentación mundial.
Volviendo a las sensaciones de conducción. Antes de probar el nuevo Skyactiv-X pude conducir su alternativa gasolina Skyactiv-G, un gasolina de 2 litros y 122 CV que también cuenta con tecnología de microhibridación y un consumo homologado de 6,2 litros a los cien.
Es un motor atmosférico así que el cliente debe saber muy bien qué compra antes de dar elpaso, el juego con las marchas es muy necesario para poder llevarlo alegre ya que su rango de revoluciones óptimo está por encima de lo habitual hoy en día con los turbo. Me pareció incluso menos potente de lo que dice su ficha técnica pero me sorprendió gratamente su cambio manual, directo y muy efectivo.
También aproveché para coger el diésel durante un breve recorrido y así poder comparar bien toda la gama. Este motor Skyactiv-D es un diésel 1.8 de 116 CV con 270 Nm de par máximo entre las 1.600 y 2.600 rpm. Su consumo medio ronda los 5,1 litros a los cien y consiguió convencerme más que el propio gasolina. Eso sí, para su tipo de comprador. Un cliente que hará kilómetros de conducción relajada y que apenas exigirá a un motor que, a pleno rendimiento, sí me pareció algo ruidoso sin ser exagerado. En general la insonorización del Mazda CX-30 es más que correcta.
Al volante del Skyactiv-X
Si algo hay que destacar del comportamiento dinámico del Mazda CX-30 es su semejanza con el de un turismo. Pese a tratarse de un SUV su paso por curva es firme y hay que buscarle las cosquillas para que surjan las inestabilidades y cambios de pesos típicas de estos todocaminos. Si a esta grata conducción le sumas un motor gasolina más potente oye, no está nada mal incluso para alguien a quien le guste disfrutar de la carretera de vez en cuando.
Del bloque Skyactiv-X subrayaría su elasticidad y más si lo comparamos con la otra alternativa gasolina. La entrega de potencia es dócil y constante pero ojo, tampoco parece que tenga esos 180 CV de los que habla. Todo en un Mazda CX-30 transmite paz y este bloque cierra el círculo con una rumorosidad muy baja y las sensaciones placenteras de los gasolina.
La firma homologa un consumo de 5,9 litros a los 100 kilómetros, lo que es sencillamente excelente si fuera fácilmente alcanzable. Para conseguir esa cifra, que no digo que sea imposible, el conductor tendrá que concentrarse en ello. Si dejas caer el pie y te centras en disfrutar se dispara fácilmente, en mi caso llegué a superar los 8 litros sin saltarme ninguna normativa de tráfico.
Precios y equipamiento
Mazda ya no se esconde y quiere jugar con los mayores en el patio. Su objetivo es ser vista como marca premium y sus modelos lo demuestran tanto estéticamente como con la calidad percibida de su interior. El altísimo equipamiento de serie es otra de sus bazas ya que desde el primer nivel, llamado Origin, encontramos sistemas opcionales en la mayoría de sus rivales premium.
Head Up Display, Faros LED con función diurna halógena, Control de crucero adaptativo por radar, detector de fatiga, reconocimiento de señales, aviso de cambio de carril involuntario, pantalla multimedia central de 8,8 pulgadas, navegador, sistema de sonido de 8 altavoces y mucho más llega en el modelo de acceso. Por 1.650 euros más saltas al siguiente acabado Evolution que añade: Acceso inteligente sin llave, apertura eléctrica de maletero, sensor delantero de parking, cámara trasera y llantas de aleación de 18 pulgadas entre otros.
Aún y así Mazda España espera que su modelo más vendido sea el Zenith (tope de gama) que son 1.250 euros más sobre el Evolution y suma: Faros Smart Full LED Adaptativos con firma lumínica, Levas al volante para la transmisión automática, Sistema BOSE de 12 altavoces y elementos decorativos. Este nivel de acabado superior ofrece de forma opcional algunos sistemas de ayuda a la conducción y seguridad con el Pack Safety por 1.000 euros. Incluye: detector de fatiga con cámara, detector de tráfico delantero y frenada activa, cámara 360º, asistente de tráfico y crucero y por 205€ el cargador inalámbrico.
El precio inicial es el del diésel Skyactiv-G tracción delantera y acabado Origin que sale desde 27.575 euros y el más elevado el Skyactiv-X Zenith con tracción total y cambio automático desde 37.675 euros. Siguiendo las predicciones de la marca, el modelo más vendido sería el Mazda CX-30 Skyactiv-X 2WD MT (tracción delantera y manual) que estará disponible en octubre desde 32.875 euros.
Bravo por Mazda y su apuesta por el cambio manual