A la venta a partir del 11 de marzo
Viajamos hasta Benidorm para conducir por primera vez el nuevo MINI Cabrio, la tercera evolución de la versión descapotable del utilitario británico. La primera evolución del New MINI llegó en 2004 con el R52, la segunda fue el R57 en 2009.
Para descubrir mejor la historia de este modelo podéis echar un vistazo a este artículo que publicamos con motivo del 10° aniversario del MINI Cabrio. En él también hicimos un inciso sobre la versión sin techo del MINI Classic, el original.
Las primeras unidades del nuevo MINI Cabrio llegarán a los concesionarios el próximo viernes 11 de marzo de 2016. La gama empieza con los 22.700 euros del One hasta los 36.550 euros del John Cooper Works.
La oferta mecánica de gasolina está compuesta por el One de 102 CV, el Cooper de 136 CV, el Cooper S de 192 CV y el John Cooper Works de 231 CV. Dos son las versiones diésel disponibles con el Cooper D de 116 CV y el Cooper SD de 170 CV.
Al igual que con el modelo anterior se puede abrir y cerrar la capota en marcha circulando hasta un máximo de 30 km/h. La diferencia es que antes necesitaba sólo 15 segundos para cumplir con esta operación, ahora es 3 segundos más lento con 18 segundos.
PRECIOS:
MINI One Cabrio 22.700 € MINI Cooper Cabrio 25.200 € MINI Cooper S Cabrio 31.350 € MINI John Cooper Works Cabrio 36.550 € MINI Cooper D Cabrio 26.950 € MINI Cooper SD Cabrio 34.250 €
Parece igual pero es distinto
Aunque a simple vista pueda parecerse mucho a su antecesor, el nuevo MINI Cabrio es más grande tanto en sus cotas exteriores como interiores. Con 3,8 metros de largo y 1,7 metros de ancho sigue teniendo unas dimensiones muy compactas. No obstante, tiene 98 mm más de longitud y 44 mm más de anchura.
Como decimos siempre para gustos colores, pero en mi caso veo más proporcionado al Cabrio de primera generación, con unas dimensiones más reducidas pero más armónicas. Si nos fijamos en puntos concretos de la parte frontal y de la trasera del modelo nuevo encontraremos elementos decorativos cromados de mayor tamaño del que quizás habría sido necesario.
Uno de los guiños estéticos al R52 lo podemos encontrar con las llantas Propeller Spoke, con un diseño claramente inspirado en el de las que montaba la serie especial Sidewalk de aquella primera generación del MINI Cabrio. Se trata de un opcional reservado únicamente para la carrocería descapotable y que no está disponible en el resto de modelos de la gama.
Siguiendo con la estética, la versión Cooper presenta una parte frontal más agraciada que la del Cooper S. El parachoques delantero cuenta con unas formas más homogéneas y agraciadas, mientras que el más potente resulta algo más tosco a nivel visual.
Los prominentes arcos de seguridad antivuelco que había antes detrás de los apoyacabezas traseros han pasado a quedar escondidos. En caso de accidente aparecerían de ipso facto. Los pilotos traseros son más grandes que los del anterior modelo.
Por primera vez el MINI Cabrio puede configurarse con la bandera de la Gran Bretaña, Union Jack, sobre su capota de lona. Un detalle estético que cuesta 600 euros y que hasta la fecha sólo estaba disponible en los coches con techo de chapa de la marca.
Según los responsables de MINI se ha dado un importante salto cualitativo en lo que a acabados se refiere. Una vez nos sentamos en el interior y empezamos a manipular los instrumentos nos dimos cuenta que quizás no había sido tan grande la mejora en lo que a calidad percibida se refiere.
La originalidad en el diseño y los materiales empleados en la primera generación del MINI Cabrio parecen estar algo por delante de los del nuevo modelo. Los interruptores tipo aviación de la consola central tienen un tacto muy de plástico si los comparamos con los metálicos que montaba antes.
Dos de los elementos característicos del modelo anterior han desaparecido. En primer lugar la guantera “secreta” que se encontraba en el salpicadero a la altura del acompañante en los R52 y R57.
En segundo lugar también echamos en falta en el cuadro de instrumentos el medidor Always Open de la anterior generación. Con él se indicaban cuantas horas habíamos circulado a cielo descubierto.
Por el contrario, con la mejora en conectividad e infoentretenimiento llega un sistema de lo más particular bautizado como Journye Mate. Gracias a la conexión a Internet del vehículo nos podrá enviar mensajes a la pantalla principal del salpicadero para avisarnos de posibles amenazas de lluvia. No vaya a ser que no nos enteremos a tiempo y se nos inunde el habitáculo.
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La modularidad y la capacidad de carga no son precisamente uno de las principales razones de compra del MINI Cabrio. No obstante, merece la pena destacar que gracias a las mayores cotas exteriores se han ganado unos preciosos milímetros de habitabilidad dentro del habitáculo.
Las plazas delanteras aumentan 10 mm el espacio para las piernas y 17 mm de anchura, detrás gana 36 mm para las piernas y 13 mm de anchura. El volumen del maletero también aumenta con 160 litros en lugar de los 125 litros de antes.
Al circular con la capota cerrada la capacidad de carga aumenta hasta los 215 litros cuando en el modelo anterior se quedaba en 170 litros. Al igual que en el modelo anterior el sistema Easy Load permite cargar el maletero de forma más cómoda cuando tenemos la capota cerrada. Desbloqueando dos palancas de forma manual podemos disfrutar de una boca de carga mayor.
En lo que a seguridad se refiere si se ha dado un salto importante. Ahora incorpora con todos los asistentes y sistemas que ya habíamos visto en los últimos lanzamientos de la firma británica como: detección de peatones, Head-Up display, reconocimiento de señales, llamada de emergencia…
Probamos el Cooper manual y el Cooper S automático
Hicimos un recorrido de 30 kilómetros por los alrededores de Benidorm al volante del Cooper Cabrio con caja de cambios manual. En este trayecto que transcurrió principalmente por polígonos industriales y paseos marítimos pudimos tener una primera toma de contacto con esta versión gasolina de 136 CV.
En este “paseo” circulamos todo el tiempo a cielo descubierto. Así pudimos ver que gracias al paravientos y a llevar las cuatro ventanillas subidas la protección frente al viento es bastante buena siempre y cuando rodemos por debajo de 100 km/h. Por debajo de 50 km/h no hay ningún problema a la hora de circular con todas las ventanillas bajadas.
Dada la simplicidad de la ruta poco pudimos extraer de las cualidades dinámicas del Cooper Cabrio ni de su motor tricilíndrico turbo de 1.500 c.c. de 136 CV. Ofrece una sonoridad agradable y una buena entrega de par con 220 Nm desde sólo 1.250 rpm.
Por fortuna tuvimos la ocasión de conducir el Cooper S Cabrio en un recorrido de montaña. Curiosamente en la carretera que MINI nos preparó se disputa uno de los tramos del Rallye de la Vila Joiosa, el conocido como Sella-Relleu.
La diferencia de potencia que aportan los 192 CV del Cooper S es más que sustancial. Los 136 CV del Cooper Cabrio me habían parecido más que suficientes, no obstante, los 56 CV de más se notan y mucho.
En conducción deportiva el tren delantero queda algo desbordado por tanta caballería. Si pudiera contar de serie con un diferencial autoblocante de deslizamiento limitado sería simplemente perfecto. En el pasado MINI ofrecía uno LSD de forma opcional en la segunda generación, es una lástima que ya no esté disponible.
El chasis se mostró pura y simplemente impecable, en las zonas más reviradas ofrece una estabilidad pasmosa, la carrocería no inclina y parece un verdadero kart. La verdad es que para tratarse de un descapotable es realmente sorprendente lo bien que va.
La caja de cambios automática Steptronic de 6 relaciones dispone de un modo manual y de levas en el volante. Sin embargo, cuando tratamos de gestionar los cambios la caja hace lo que ella quiere. Sube de marcha de forma automática cuando tenemos seleccionado el modo manual y tarda mucho a la hora de reducir. La opción manual contentará más a quienes quieran disfrutar en conducción deportiva.
Los frenos fueron un elemento que no terminó de gustarme. El coche que probamos era nuevo, tenía poco más de 1.000 kilómetros con lo que tanto como los discos como las pastillas se encontraban en perfecto estado. La respuesta del pedal variaba en cada curva, eso sí, en todos los casos tenía que incidir con demasiada fuerza en el pedal.
Había curvas en las que parecía que no tenía frenos y entonces de golpe empezaban a actuar, en otras curvas actuaban algo antes pero sin posibilidad de modular a placer la intensidad que buscaba con el pie. Esperamos poderlo probar como Dios manda cuando lo tengamos en la redacción y que este problema se haya solucionado.
Otro hecho que pudimos comprobar en esta segunda toma de contacto de la mano del Cooper S Cabrio es que el nivel de aislamiento acústico de la capota de lona es bastante reducido. No en vano, sólo tiene una única capa de lona con lo que se escucha bastante el ruido del viento.
En resumidas cuentas
Este es un coche de capricho de esos que se compran con el corazón y no con la razón. Si la practicidad del mismo fuera uno de nuestros factores decisivos quizás tocaría plantearse mejor un Clubman o un Countryman, por aquello de las 5 puertas y la mayor capacidad de carga.
Si el placer de conducción y el estilo son los principales motivos de compra el MINI Cabrio es nuestro coche dentro de la gama MINI. Mantiene un diseño muy parecido al del modelo al que sustituye, manteniendo así su poder de atracción.
Soy mujer, me he gastado mi dinero en el coche que he he querido y ha sido un mini cabrio. No lo he comprado por ser grande, no lo he comprado para tener 3 hijos, ni para guardar una bici en el maletero. Es un coche genial para curvear, es un coche precioso y si claro que se nota más ruido no sé por qué tengo la sensación de que la capota de lona influye, tampoco pagué para que fuera el más silencioso. He pagado por un coche mítico, con diseño bonito y un buen bastidor.