¿Por qué han aumentado los accidentes?

El año lo inaugurábamos con malas noticias en temas de tráfico. Como ya se venía vaticinando en los últimos meses, 2016 ha finalizado con 1.160 fallecidos y 5.067 heridos hospitalizados. Son 29 muertos (2,6%) y 209 heridos hospitalizados más (4,3%) que en 2015 sobre un total de 1.038 accidentes mortales en vías interurbanas, 15 más que el año anterior (1,5%). Se han roto así 13 años de descensos continuados en el número de muertos en las carreteras españolas.

Se han roto así 13 años de descensos continuados en el número de muertos en las carreteras

Son cifras provisionales de la Dirección General de Tráfico (DGT) con datos solo de carreteras interurbanas a 24 horas de producirse el accidente. Para los datos definitivos, a 30 días del accidente e incluyendo vías interurbanas, habrá que esperar unos meses. ¿Qué ha pasado para volver a hablar de un aumento de la siniestralidad?

Desde el Real Automóvil Club de España (RACE) hablan de una cierta relajación a la hora de aplicar las medidas necesarias para haber continuado con la progresiva disminución de la pérdida de vidas en las vías españolas. La labor de la Dirección General de Tráfico (DGT) tampoco ha estado a la altura para la Asociación DÍA de Víctimas de Accidentes: "No es normal que, en países con un nivel de bienestar como el que se presupone a España, se de este tipo de retroceso", apunta Francisco Canes, presidente de Asociación DIA. Y es que este aumento relativo de la siniestralidad no se daba en nuestro país desde 2003.

La DGT no exime responsabilidad y su nuevo director, Gregorio Serrano, se lamentaba por comunicar estos datos, “porque son muchas las vidas y familias rotas, así que más que nunca, tenemos que trabajar todos juntos para reducir esta lacra que como sociedad moderna que somos no podemos permitirnos”.

Son muchas las voces que llevan tiempo alertando del repunte de la siniestralidad, que desde 2013 lleva estancada (1.134 fallecidos en 2013, 1.132 en 2014 y 1.131 en 2015). Pero en 2016 se han dado una serie de circunstancias que han hecho saltar las alarmas:

Por un lado, han aumentado los desplazamientos por carretera. Poco a poco vamos saliendo de la crisis, aumenta la confianza de los consumidores, que ven mejorar su nivel económico, y esto se traduce en más viajes. Concretamente en 2016 se han realizado 18,6 millones de viajes de largo recorrido más que en 2015 (5%), alcanzando un total de 392 millones de desplazamientos, lo que supone un aumento acumulado del 10% en los últimos tres años. Sin duda, cuantos más vehículos en las carreteras, más probabilidad de sufrir un accidente.

Mucho venimos hablando del envejecimiento del parque automovilístico, un factor que influye mucho en la siniestralidad. Los usuarios cada vez alargan más la vida de sus vehículos y a la hora de comprar, los coches viejos y de bajo precio han sido los favoritos en estos años de crisis. El resultado es un parque antiguo, con menor equipamiento en seguridad y, en muchos casos, en mal estado por un mantenimiento inadecuado. Estos motivos vienen a explicar por qué en 2016 ha aumentado la edad media de los vehículos implicados en accidentes de tráfico mortales: 13,6 años tenían de media los turismos en los que viajaban los fallecidos, 11,1 años las furgonetas y 9,5 las motos.

Desde las asociaciones de fabricantes (Anfac), concesionarios (Faconauto) y vendedores (Ganvam) también lo han estado advirtiendo y no paran de reclamar al Gobierno más ayudas a la compra de un coche nuevo o seminuevo (con menos de 3 años) para rejuvenecer el parque, medidas que, desde que finalizara el Plan PIVE 8, se están haciendo de rogar. En España la edad media del parque ya roza los 12 años de edad, “con una tendencia creciente que se mantendrá hasta, al menos, el año 2020 si no se toman las medidas adecuadas”, avisan las tres asociaciones.

Seguro que muchos achacaréis el aumento de la siniestralidad al mal estado en el que se encuentran muchas carreteras en España, especialmente las vías secundarias –donde fallecieron en accidentes el 75% de las personas en 2016-. Y no os falta razón. Las tareas de mantenimiento por parte del Gobierno y las Comunidades Autónomas han llegado a niveles muy bajos de inversión y ahora toca lamentarse. Firmes en mal estado, señales de tráfico que no cumplen su objetivo, barreras metálicas deterioradas o ausentes en puntos necesarios, carreteras mal iluminadas…

Según la Asociación Española de la Carretera harían falta 6.617 millones de euros para que las carreteras estén en buen estado de salud, un déficit de conservación que crece con los años a no ser que se ponga solución. Para hacernos una idea de cómo la situación ha ido empeorando aquí os dejo unas cifras: si en 2009 se destinaron 4.054 millones de euros en la Red de Carreteras del Estado, en 2014 fueron 2.153 millones de euros, en 2015 2.194 millones, en 2016 un ligero aumento a 2.383 millones de euros y para 2017 “es del todo previsible que el presupuesto sea inferior al de 2016, ya que, aunque se prorrogue, contemplaría una no disponibilidad de 600 millones para el Ministerio de Fomento, además de los posibles ajustes que se lleven a cabo y de una reducción del déficit durante este año”, se lamentan desde la Asociación Española de la Carretera.

A estos factores se unen otros, en los que ya tenemos que entonar el ‘mea culpa’. Empezamos con un aumento de los conductores que se ponen al volante tras haber consumido drogas ilegales. De enero a noviembre de 2016 la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil realizó 60.942 pruebas de drogas con un 39% de positivos. La DGT también vigiló el consumo de alcohol por las graves consecuencias que tiene en la conducción con un total de 4,6 millones de pruebas de alcoholemia (1,5% positivas). Las drogas y el alcohol fueron determinantes en el 11% de los siniestros.

El factor humano está presente en el 90% de los accidentes y es una pena que sigamos lamentando víctimas por no utilizar los sistemas de seguridad como el cinturón de seguridad, las sillitas infantiles o el casco. El 22% de los conductores y pasajeros fallecidos en turismos y furgonetas en 2016 no llevaban puesto el cinturón de seguridad. También las distracciones fueron culpables en el 28% de los accidentes mortales y graves mientras que la velocidad inadecuada fue protagonista en el 21% de ellos.

La irresponsabilidad de algunos conductores respecto al cumplimiento de las normas sigue estando a la orden del día a pesar de las insistentes campañas de concienciación que se ponen en marcha en España. La DGT ha adelantado que revisará el sistema de carnet por puntos porque la efectividad de sus primeros años de funcionamiento está llegando a su fin.

Ahora parece que la DGT, con un nuevo director general al frente, se ha puesto las pilas. A principios de enero Gregorio Serrano anunciaba la revisión y adaptación de la estrategia de seguridad vial con el objetivo de crear un plan de choque que permita volver a la tendencia de disminución de accidentes que se venía observando en los últimos años. Y dicho y hecho. Hace unos días comparecía el Ministro de Interior, Juan Ignacio Zoido, -del que depende la DGT- para presentar un plan de medidas urgentes con una inversión de 11,7 millones de euros.

Lo primero que quieren hacer es reforzar la seguridad en las zonas de adelantamientos con mayor siniestralidad. Repintarán las marcas viales, reubicarán señales verticales, añadirán marcas viales dobles o instalarán elementos de balizamiento o separación de determinados tramos. Esta intervención afectará a 1.000 kilómetros de vías y contará con un presupuesto de 800.000 euros. Esta medida ya se ha implantado en un tramo de 30 kilómetros de la N-232 entre las localidades de Figueruelas y Mallén (Zaragoza) con una reducción de fallecidos del 80%.

También en las carreteras convencionales quieren mejorar la seguridad en las intersecciones más peligrosas donde se van a instalar 45 cruces inteligentes, es decir, sistemas de señalización dinámica con paneles que se iluminan para alertar al conductor que circula por la vía principal de la presencia de vehículos aproximándose. Para esta medida está prevista una inversión de 2,4 millones de euros.

Los choques frontolaterales y las salidas de la vía son los accidentes más comunes, muchas veces ocasionados por un exceso de velocidad. Para prevenirlos se van a instalar 250 avisadores de velocidad en tramos específicos con puntos negros en las carreteras convencionales, como curvas de radio reducido, proximidad a un poblado… Los conductores encontrarán el límite de velocidad legal, junto a un panel variable de LEDs que indica la velocidad real a la que circula el vehículo y dos focos LEDs que destellan cuando se excede el límite. El presupuesto para esta medida es de 1 millón de euros.

Para ‘incentivar’ que los conductores levanten el pie del acelerador también se van a instalar avisadores de velocidad en autopistas y autovías en los que se mostrará la matrícula en los pórticos de las carreteras con mensajes como ‘Modere su velocidad’. Lo harán con lectores de matrículas que se basarán en la velocidad media de los vehículos que circulan por esa vía. En principio estos avisadores no multan, pero la DGT avisa que si se observan grandes excesos se pondría en alerta a la Guardia Civil y a la patrulla de helicópteros. Estos avisadores se van a aplicar en 15 tramos con un coste de 100.000 euros.

Regresamos de nuevo a las carreteras convencionales donde la DGT también va a instalar 60 puntos de control de velocidad y de cinturón de seguridad en tramos especialmente peligrosos con una inversión de 1,5 millones de euros. Estarán previamente señalizados con un panel informativo en la carretera y su ubicación se publicará en la web de la DGT.

De forma complementaria ya se han puesto en funcionamiento 200 cámaras de control del cinturón de seguridad por todas las Comunidades Autónomas donde la DGT tiene competencias. Su ubicación se puede consultar en la web de la DGT.

Con el objetivo de reducir la velocidad se va a reforzar, además, la señalización de los tramos donde el binomio exceso de velocidad y accidentabilidad es mayor. Concretamente se van a señalizar 1.200 tramos con un presupuesto de 600.000 euros. También se dará prioridad a estos tramos para instalar futuros radares y se evaluará periódicamente la ubicación y gestión de los radares actuales por si hubiera que tomar medidas complementarias en caso de un aumento de las infracciones.

De forma paralela a estas actuaciones la DGT va a aplicar una nueva metodología para determinar los puntos negros, según el programa de EuroRAP, aumentando el plazo temporal –ahora de un año-, la separación máxima entre accidentes y la gravedad de los mismos. Por su parte, la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil va a seguir nuevas directrices para un mejor control de los factores con más riesgo en la accidentabilidad (drogas, alcohol, velocidad, cinturón, distracciones, maniobras antirreglamentarias…), reforzarán la vigilancia en horas y días con más accidentabilidad y pondrán especial atención a los colectivos más vulnerables (peatones, ciclistas y motoristas) y a vehículos específicos, como furgonetas, autobuses, vehículos en tránsito transfronterizo…

Una de las medidas novedosas para evitar salidas de vía e invasiones del carril contrario en vías secundarias es instalar guías sonoras longitudinales en el eje central de la calzada. Los conductores que circulan por la A-375 entre Utrera (Sevilla) y Puerto Serrano (Cádiz) ya están comprobando su eficacia. Según algunos estudios, esta medida puede reducir las salidas de la vía un 67% y las colisiones frontales en un 29%. Se van a implementar en 3.000 kilómetros de tramos peligrosos con una inversión de 5 millones de euros.

Además, se editará una guía de buenas prácticas en travesías y tramos urbanos y se señalizarán 49 nuevas rutas ciclistas seguras incluyendo limitaciones de velocidad durante días y períodos horarios concretos en algunos tramos interurbanos. La inversión será de 200.000 euros. También durante este año 2017 se potenciarán las campañas de concienciación con anuncios a través de redes sociales y medios digitales sobre el peligro de las distracciones al volante, se emitirán tres piezas audiovisuales sobre las consecuencias de usar el teléfono móvil mientras se conduce y se difundirán testimonios reales de víctimas sobre las distracciones, como ya se hizo unos años atrás. Para estas acciones la DGT contará con un presupuesto de 150.000 euros.

Son medidas urgentes y dejan abierta la puerta a una revisión más exhaustiva de la Estrategia de Seguridad Vial en España y a elaborar un Plan Estatal de Educación Vial en el que participen todas las entidades competentes en esta materia, así como fundaciones y asociaciones de víctimas. Una iniciativa que han aplaudido las asociaciones, especialmente el RACE que venía reclamando un gran pacto de Estado para que toda la sociedad asuma el compromiso de reducir la accidentabilidad.

Ahora faltaría que la DGT lanzase otro paquete de medidas en las que ya se incluya la renovación del parque, mayor inversión en infraestructuras, formación vial o el mantenimiento de los vehículos, para que el plan estuviera más completo.

A pesar de este aumento en el número de fallecidos en accidentes de tráfico no hay que olvidar que España es uno de los países del mundo con los mejores niveles de seguridad vial. Si lo comparamos con otros países europeos, tiene una tasa de 36 muertos por millón de habitantes, muy por debajo de los 52 que es la tasa de mortalidad media de la Unión Europea.

Atrás quedaron los 11,6 fallecidos diarios que se producían en carretera en el año 2000 para pasar a hablar de 3,2 víctimas mortales al día en 2016. Esperamos que no dentro de mucho podamos anunciar cero muertes al día. Todos tenemos que poner de nuestra parte para conseguirlo.