Hoy probamos un BMW 520d Touring, uno de los motores de la Serie 5 que tradicionalmente tiene más gancho en el mercado español. Declara 190 CV y equipa un cambio automático ZF de 8 relaciones.
Parece que los coches teledirigidos vuelven a estar de moda y no sólo entre los más pequeños de la casa. También entre los mayores. El Serie 5, al igual que el Serie 7 y el nuevo X3, puede equipar en opción la llave Display Key (284,70 euros) y la función de aparcamiento remoto (569,41 euros).
La verdad es que tiene su gracia lo de poner en marcha el motor y mover el coche hacia delante y hacia detrás como si se tratara de un buggy de R/C a escala como los que todos tuvimos de crío.
Joan Dalmau ya realizó una completa revisión del Serie 5 berlina en esta videoprueba, incluso sacó a dar una vuelta a "su" Serie 5 por la calle como el que pasea a su perro. Ahora tenemos por primera vez en la redacción de Coches.net la carrocería Touring (+3.050 euros).
Máxima discreción
Al ojo inexperto le puede costar distinguir la nueva generación del Serie 5 Touring de la anterior. Esta unidad de pruebas cuenta con un color azul bastante discreto Mediterraneanblau metalizado (1.116 euros) y unas modestas llantas de 18”. Quizás con un kit M y una llanta 20” la apariencia sería otra.
En el interior el cuero de color marrón tabaco Dakota Cognac (1.469,07 euros) le sienta bien. Equipa asientos regulables eléctricamente con memoria (1.562,36 euros) y calefactados (432,76 euros). Para mi gusto, le echo en falta un techo solar panorámico, mejoraría bastante.
BMW en los últimos años ha recuperado el terreno perdido con algunos de sus rivales más directos en lo que a calidad de acabados se refiere. El Serie 5 lo demuestra con mandos en volante y consola central de buena ejecución y tacto exquisito. Opcionalmente puede equipar control gestual previo pago de 284,70 euros. El Head-Up Display sale un poco más caro, 1.355,20 euros.
Eso sí, uno de los mandos que menos me gusta es el que permite cambiar de modo de conducción y la suspensión de la mano del EDC (1.355,20 euros). No lo digo por el tacto, sino por su ubicación, queda muy atrás y obliga a apartar la vista de la carretera para pulsarlo. Permite cambiar entre cuatro modos de conducción: EcoPRO, Comfort, Sport y Adaptative.
Además, hay ocasiones en las que quieres cambiar sólo la dureza de la suspensión. Para hacer esto toca entrar en varios sub-menú del iDrive. Con lo fácil que sería un botón a parte sólo para la suspensión… Aunque ya se sabe para gustos colores.
La pantalla del navegador profesional (853,78 euros) tiene una altísima calidad de gráficos. Con las cámaras de 360 grados (1.252,70 euros) hay la posibilidad de seleccionar unas vistas exteriores con el coche reproducido en 3D que a día de hoy no he visto en ningún otro modelo del mercado.
El equipo de audio opcional Harman-Kardon (1.241,33 euros) ofrece una calidad encomiable. El sonido es muy limpio a la vez que tiene una buena potencia. De los mejores de esta franja de precio que he probado.
El espacio delante es generoso, como debe ser en un coche de este tamaño. Detrás cuenta con tres plazas de verdad, con una buena altura libre al techo, y mucho espacio para las piernas. Ya era hora poder disfrutar de una plaza central usable en este tipo de familiares.
El maletero con 570 litros gana 30 litros con respecto a la berlina. Abatiendo la segunda fila el familiar puede crecer hasta 1.700 litros. Esta maniobra se puede ejecutar desde el mismo maletero y los respaldos traseros quedan bastante planos.
Con 5 plazas es muy aprovechable gracias a la buena altura libre a bandeja, así como por las generosas cotas de anchura y longitud. Bajo el piso hay un hueco donde encontramos el kit anti-pinchazos. Unas redes o alguna otra solución para sujetar la carga ayudarían a mejorar su usabilidad. También se echan en falta ganchos para sujetar bolsas en sus paredes.
Muy cómodo pero quizás demasiado blando
Lo primero que me llamó la atención de este 520d Touring fue lo bien que se comía los baches y los típicos badenes reductores de velocidad. Pocos BMW había probado hasta la fecha con semejante capacidad de filtrado.
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Hasta ahora un BMW Serie 5 era un coche con un tacto y un equilibrio que pocos rivales de este segmento eran capaces de ofrecer. Una especie de deportivo vestido de sedán o familiar. Supongo que con la suspensión deportiva M opcional (497,08 euros) el comportamiento dinámico debe dar un giro de 180 grados.
En el día a día a ritmo suave es extremadamente confortable. Te relajas al volante y no incita para nada a desarrollar una conducción deportiva. Es lo más parecido a lo que suele transmitir siempre un Clase E de Mercedes-Benz, serenidad y tranquilidad.
Aun así, sorprende bastante entrar en una rotonda y ver como un BMW inclina tanto. Es una sensación un tanto extraña. La puesta a punto demuestra que ha sido concebido para brindar el máximo nivel de confort a toda costa. Lo de la deportividad queda en un segundo plano.
Incluso con el modo Sport las suspensiones ofrecen un comportamiento suave y progresivo. Filtrando de forma excepcional las irregularidades del firme pero dejando el coche demasiado suelto como para disfrutar en conducción deportiva.
El motor TwinPower Turbo de 4 cilindros en línea y 2 litros de cilindrada declara 190 CV a 4.000 rpm y 400 Nm de 1.750 a 2.500 rpm. Comparándolo con los 2 litros turbodiésel que años atrás montaba el Serie 5 E61 (2003-2010) no tiene nada que ver. El motor antiguo declaraba menos potencia pero al mismo tiempo los consumos eran muchísimo más ajustados.
En mi prueba con el 520d Touring G31 logré una media de 7,8 l/100 km. En algunos trayectos que combinaban núcleo urbano, autovía y algo de secundaria los registros superaron los 9 l/100 km. Hace poco ya quedé sorprendido de lo mucho que gastaba un 320d Touring F31 actual.
Sólo en trayectos muy concretos con el modo EcoPRO, sin radio, sin clima, las ventanillas cerradas y conduciendo como si estuviese participando en un ECO Rally pude bajar de 6 l/100 km. En condiciones normales, con carga gasta mucho más de lo declarado.
Cuando entra en acción el start-stop vibra bastante, sobre todo al volver a poner en marcha el motor. Me gustó mucho la función autohold, que activa el freno de mano al parar en un semáforo y que lo desactiva al volver a acelerar.
La caja de cambios automática ZF de 8 relaciones funciona de maravilla en modo automático. Dado el carácter tranquilo del coche, esta unidad no contaba ni con levas detrás del volante. Si queremos subir y bajar de marchas a nuestro antojo toca recurrir a la palanca tradicional.
Los frenos son algo justos si queremos aplicar una conducción deportiva. Dado el gran tamaño (casi 5 metros) y peso (casi 1,8 toneladas) del conjunto quizás sería más óptimo contar con discos y pinzas de mayor tamaño.
La dirección de serie permite maniobrar en espacios bastante cerrados con gran facilidad, el sistema de cámaras de 360 grados también ayuda. Optando por la dirección integral activa (1.423,53 euros) todavía mejoraría más el tema.
En resumidas cuentas
Con esta configuración tan soft el Serie 5 brinda un nivel de confort hasta ahora no visto en un Serie 5, algo que sólo estaba al alcance del Serie 7. Todo tiene un precio y el de este 520d Touring se acerca a los 80.000 euros. Bastante lejos del precio base de 55.962 euros.
El tema del consumo es lo que más me ha sorprendido. En un primer lugar pensé que se trataba quizás de una unidad con algún tipo de problema. No obstante, hace unos meses con un 320d Touring en mi caso y Joan Dalmau con otro 520d berlina logramos registros muy parejos. Será cuestión de probar el nuevo 530e iPerformance híbrido enchufable para ver si mejora estas cifras de consumo.
Honestamente, me sorprende mucho los consumos de esta prueba tratándose de un motor nuevo, y aun mas, que el anterior motor mas antiguo consumiera menos. Estas cifras de consumo parecen mas propias de un V6 diesel de hace 15 años.