Tal y como lo define Land Rover, el Land Rover Discovery Sport SD4 4WD HSE Lux AT 7P es el primer miembro de la nueva familia Discovery. Por lo tanto, inaugura una nueva gama de modelos que se desmarcan de la lujosa gama Range Rover, con el Evoque como líder de ventas, y a la vez da continuidad a la gama Discovery tal y como la conocemos hasta ahora.
Nuevo y versátil familiar
Es el sustituto natural del Land Rover Freelander, aunque es un poco más grande que éste y muestra una calidad de acabados y equipamiento incluso superior.
Por primera vez, un SUV compacto en Land Rover equipa una tercera fila de asientos que le da capacidad para transportar hasta siete pasajeros. Es un claro indicador de la filosofía versátil y familiar que la firma británica ha querido imprimir a este modelo. Y en este sentido, coincide con su hermano mayor Discovery 4, aunque el Discovery Sport exhibe una carrocería más compacta y una imagen más moderna y deportiva.
Hemos probado la versión más equipada y potente de la gama Discovery Sport: la que monta el motor diésel 2.2 SD4 de 190 CV. Por debajo de ella se sitúa una versión con el mismo bloque motor, pero con 150 CV. La unidad que veis en las imágenes corresponde al acabado HSE Luxury, que equipa cambio automático de 9 velocidades y la tercera fila de asientos que os comentaba.
Imagen conocida
En ciertos aspectos, el Discovery Sport recuerda el Range Rover Evoque. No sólo en algunos detalles estéticos, sino también en la calidad de su terminación interior y en la cantidad de equipamiento disponible, tanto de serie como opcional. Es un SUV que parte de los 36.400 € de la versión con motor diésel de 150 CV, pero que en esta versión más completa, equipada al máximo, cuesta 61.471€.
Por lo tanto, estamos hablando claramente de un SUV “Premium”, que se mide con todocaminos como el BMW X3, el Audi Q5 o el Mercedes-Benz GLA.
Esto es algo que se percibe desde el primer momento al observar esta versión tope de gama. Cuesta lo mismo que un Discovery 4 3.0 SDV6 con 256 CV en acabado SE, se acerca al precio de un Range Rover Sport en su versión más básica y es más caro que la versión más lujosa y potente de la gama Range Rover Evoque, para que os hagáis una idea. Esta versión HSE Luxury justifica su precio por su equipamiento y acabados, que vamos a repasar paso a paso.
Su diseño es inconfundiblemente Land Rover, y llama bastante la atención. Como también lo hace un Evoque, o un Range Rover de última generación. Los diseños de la marca británica son únicos y, en mi opinión, muy acertados. La plataforma sobre la que está construido este SUV sitúa los ejes muy separados y las ruedas muy en los extremos, ganando así batalla y capacidad para el habitáculo, además de crear un mayor impacto visual. No es un coche excesivamente grande, es bastante compacto: mide 4,59 metros de longitud. Tiene la imagen musculosa y robusta típica de un todocamino, marcada por los protectores de aluminio, los grandes pasos de rueda, unos cortos voladizos y la relativa buena altura libre.
Su frontal sigue la línea del lenguaje de diseño de Land Rover, que ya conocemos en toda la gama Range. Su nueva calandra, con doble barra horizontal, se integra con los faros, que también tienen unas formas bastante agresivo y cuentan con un grafismo para las luces diurnas LED de tipo circular, muy llamativo. Puedes ver su efecto en el vídeo que acompaña este artículo.
Visto de perfil, llama la atención el parabrisas fuertemente inclinado, que le da esa imagen ligeramente cupé y deportiva. También destaca el grosor del pilar C, que al no estar pintado en negro sino en el color de la carrocería, evita que se cree el típico efecto de techo flotante. Atrás podemos ver un gran spoiler, cuya función es estética y aerodinámica a la vez, además de un contundente paragolpes con protector de aluminio, que genera una imagen de robustez evidente.
El Land Rover Discovery Sport, haciendo en parte honor a su nombre, tiene un ligero aire deportivo. Aunque al tener configuración de cinco puertas y comparándolo directamente con el Evoque, queda en un plano inferior en cuestión de deportividad. Land Rover ha querido remarcar ante todo en este SUV su carácter versátil, funcional, familiar y aventurero, aunque sin renunciar del todo a la estética cupé tan de moda. En definitiva, una mezcla de estilos del todo acertada, desde mi punto de vista.
Siete plazas y mucho detalle
Tened en cuenta que este SUV es un 5+2. Es decir, se ha diseñado para llevar a cinco pasajeros sin problemas, más dos de forma ocasional. Si echáis un vistazo a las plazas de la tercera fila de asientos, veréis que son las habituales: estrechas, con poca altura de banqueta y de difícil acceso. Vamos, aptas sólo para niños o personas de baja estatura, y para salir del paso. Eso sí, su aspecto es impecable, tanto por el mullido y forma del asiento como por la calidad de la tapicería. Se repliegan en el espacio del maletero que normalmente se reserva a la rueda de repuesto. En este coche se monta un kit reparapinchazos.
No se puede pedir más en un SUV de poco más de cuatro metros y medio de largo. Y sobre todo teniendo en cuenta que el espacio para el resto de pasajeros es mayor del esperado. La sensación de amplitud llega de inmediato al subirte al coche, lo hagas en las filas delanteras o en las traseras. El único punto algo débil en la segunda fila es la altura al techo, algo limitada debido a la caída de la línea de techo hacia la zaga. Pero aún así, es suficiente para viajar sin sensación claustrofóbica.
Atrás hay todo tipo de detalles para hacer agradable la vida a bordo, como las conexiones USB y de 12 V, útiles para todo tipo de equipos electrónico. Estos podemos guardarlos o apoyarlos en el reposabrazos central junto con botellines de bebida.
También se han previsto salidas independientes de calefacción y aire acondicionado y soluciones de modularidad al puro estilo de monovolumen, como la reclinación del respaldo o la posibilidad de desplazar la banqueta hacia delante o hacia atrás hasta 160 mm. Así, podemos ampliar el espacio para las piernas si el maletero no está totalmente ocupado. Este maletero tiene una capacidad media de 500 litros con la tercera fila plegada. Varía entre los 454 y los 541 litros, dependiendo de la posición de la segunda fila. Un buen detalle que viene de serie en esta versión tope de gama, HSE Luxury, son los raíles en el piso para poder sujetar la carga de forma correcta.
En las plazas delanteras también se percibe una buena sensación de espacio, gracias a un salpicadero que combina líneas horizontales y verticales y que recuerda al de otros modelos de la marca británica. Los ajustes y la calidad de los materiales es impecable. En esta versión tope de gama la parte superior del salpicadero, por ejemplo, está recubierta de cuero y rematada con doble costura, creando sensación de lujo.
Este interior destaca por la abundancia de huecos para depositar objetos o botellas de bebida, remarcando una vez más el espíritu práctico y funcional del coche. Hay, por ejemplo, un doble hueco en la consola central, donde podemos guardar el móvil, por ejemplo. La marca afirma que en este coche hay un total de 13,8 litros de espacio para almacenamiento, repartido en las puertas, la consola central o el salpicadero.
De la misma manera, podemos encontrar repartidos por el habitáculo hasta 6 conectores USB, más que suficientes para que ningún dispositivo quede sin enchufar.
La posición al volante es elevada, como corresponde a un Land Rover. Hay buena ergonomía, es fácil encontrar la postura de conducción gracias a los múltiples ajustes de asiento y columna de dirección, y las butacas son cómodas y sujetan correctamente el cuerpo.
La tapicería de cuero de color beige transmite bastante luminosidad al interior, aunque aparenta ser bastante delicada frente a un uso intenso. El techo panorámico es opcional, se abre de forma eléctrica pero no es abatible. La superficie del vidrio está tratada para filtrar los perjudiciales rayos solares y conservar la temperatura interior.
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Equipamiento de calidad
En esta versión HSE Luxury los detalles están muy cuidados, y no se encuentra a faltar nada. Podemos subir al coche y arrancarlo sin llave, a botón, para a continuación observar cómo sube el bonito dial cromado del cambio de marchas, al estilo de los últimos Jaguar. No hay pomo de cambio, las marchas de este cambio automático se insertan mediante las levas detrás del volante, si queremos hacerlo de forma manual. De lo contrario, disponemos de la clásica posición D y D Sport. Hay un pequeño detalle a mejorar: con el reflejo de la luz del sol se pierde la referencia luminosa que indica en el dial qué tenemos insertado. En ocasiones hay que fijarse muy bien para saber si hemos conectado bien la marcha atrás o la Directa, por ejemplo, en las maniobras de aparcamiento.
El tacto de todos los mandos y pulsadores es exquisito. Está acorde con la alta sensación de refinamiento que se quiere transmitir.
En marcha también se disfruta de una buena insonorización, incluso en esta versión con motor diésel de cuatro cilindros. No es un propulsor ruidoso, y transmite pocas vibraciones al volante. Es el cuatro cilindros diésel de 190 CV ya conocido del Land Rover Freelander 2, con 2,2 litros de cilindrada. Es un motor bastante agradable en términos generales, que tiene un consumo medio homologado de 6,3 l/100 km., que en la “vida real” se traducen en 8 l/100km., que es el resultado que registramos en nuestra prueba.
El consumo es un poco elevado, teniendo en cuenta que está por encima del que tienen sus rivales más directos, léase BMW X3, Audi Q5, Honda CR-V o Jeep Cherokee, entre otros. Sólo el Toyota RAV4 ofrece un consumo superior, y tiene menor potencia. En parte, este superior consumo viene dado por su mayor cilindrada, que es de 2,2 litros frente a los 2 litros que tienen la mayoría de sus de competidores. El downsizing no parece haber llegado todavía a la nueva gama Discovery, aunque lo hará a finales de año. Land Rover ya ha anunciado cambios en la gama de motores del Discovery Sport, que contará con un nuevo diésel de 2 litros y cuatro cilindros con potencias de 150 y 180 CV. Este futuro propulsor, que formará parte de la familia Ingenium de motores propios de la marca británica, registra un consumo medio de 4,9 l/100km (versión de 150 CV) y cumple la normativa EU6 respecto a emisiones.
¿Vale la pena esperarse al nuevo propulsor diésel? Quizás sí, pero debéis tener en cuenta que hasta finales de año no estará disponible, y en cualquier caso, ofrece algo menos de potencia. Como contrapartida, reduce los costes de uso diarios del coche.
Calidad de marcha
El Land Rover Discovery Sport es un SUV polivalente, que se mueve relativamente bien en ciudad debido a su tamaño compacto y que rueda de forma eficaz y confortable en carretera. Su comportamiento dinámico está acorde con su carácter familiar, y todo responde de forma suave: el motor, la dirección, el cambio automático de nueve velocidades, las suspensiones… es un SUV que destaca por el confort que ofrece a sus ocupantes. El tarado de suspensión es tirando a blando, y se nota un pequeño balanceo de la carrocería en las curvas.
A pesar de la utilización de aluminio en su carrocería, el Discovery Sport es un coche que se acerca a las dos toneladas de peso, y eso hace que en marcha se perciban algunas inercias. No obstante, siempre se nota bien sujeto, gracias a la eficacia de las estabilizadoras, el aplomo que proporciona el nuevo sistema de suspensión multilink del eje trasero y sobre todo, la efectiva acción del control de estabilidad.
Practicando una conducción deportiva en carretera es fácil percibir cómo actúa la electrónica a través del control de tracción para frenar la rueda que pierde adherencia y mantener la trayectoria del vehículo. La contrapartida de este sistema, bastante intrusivo en el Discovery Sport, es que si apretamos mucho el ritmo en carreteras reviradas, el equipo de frenos sufre y se recalienta. No es éste un SUV para ir a piñón, prefiere un ritmo alegre pero no desmedido.
Además del control de estabilidad, otros sistemas están a disposición de una conducción más segura en carretera: alerta de desvío de carril, reconocimiento de señales de tráfico, alerta de vehículo en el ángulo muerto, alerta de tráfico trasero, frenado de emergencia automático, asistencia automática para luces de carretera o sistema de aparcamiento automático, entre otros.
La dirección es de asistencia eléctrica y de tipo variable, de forma que se endurece al conducir en carretera y se hace más suave en ciudad. Tiene un buen tacto, y se percibe bastante directa. Contribuye al confort de conducción, que en conjunto es muy elevado en este SUV.
El cambio, en este caso un automático de 9 velocidades, es preciso y suave. Tiene una primera relación muy corta, y una novena con un desarrollo adecuado únicamente para circular por autopista a muy bajo régimen. El escaso salto entre relaciones permite rodar siempre en la marcha adecuada y el régimen adecuado, contribuyendo a un menor desgaste mecánico y un menor consumo. No es uno de los automáticos más rápidos que he probado, pero su comportamiento es bastante bueno. Puede usarse de forma manual mediante levas y tiene un programa Sport, que permite cambiar de marcha a un régimen un poco más elevado y hace más dinámica la conducción deportiva.
Off-road, of course
La mayoría de propietarios de un Land Rover Discovery Sport van a utilizar muy poco su coche en la montaña. Pero para aquellos que no les importe poner a prueba la mecánica y la carrocería de este SUV en una excursión campera, la marca ha equipado correctamente al coche con suspensiones de largo recorrido, unos buenos protectores, buenos ángulos característicos y el conocido sistema Terrain Response, en su última evolución.
El Terrain Response tiene cuatro programas que permiten ajustar la cadena cinemática del coche para avanzar de la forma más efectiva dependiendo del tipo de terreno por el que estamos circulando. Es decir, si la pista se embarra de forma repentina, podemos activar el modo Barro y roderas, y el coche automáticamente adapta la intervención del control de tracción, la entrega de par del motor, la velocidad del cambio o el tacto de la dirección, entre otros aspectos, para ganar la máxima motricidad en ese tipo de terreno. Algunos programas electrónicos, como el control de descensos HDC, se activan de forma automática. Mientras que el diferencial central Haldex, también controlado electrónicamente, actúa para variar de forma continua la transferencia de par motriz entre ejes.
Puse a prueba la efectividad de este sistema en un entorno ideal: la finca de Les Comes, en Súria (Barcelona), donde periódicamente se celebran todo tipo de eventos relacionados con el 4x4, entre ellos la Land Rover Party.
Circulando con el Discovery Sport por las polvorientas y rotas pistas de Les Comes, el coche demostró que ofrece una excelente estabilidad y un correcto nivel de confort, a pesar de equipar llantas de 19 pulgadas y neumáticos pensados para rodar por asfalto. Esto te obliga a extremar las precauciones, ya que con estos neumáticos es relativamente fácil pinchar. No hay mucho balón, y la banda de rodadura tiene poca altura.
A la hora de trialear, se beneficia de unos correctos ángulos de entrada y salida, mejores de lo habitual en un SUV. La electrónica del Terrain Response, junto con una primera relación muy corta, permiten que el coche avance centímetro a centímetro sin pérdidas de motricidad, a pesar de no montar neumáticos especializados, como os comento. Y el recorrido de suspensión es bueno, por lo que podemos atrevernos con cruces de puentes de cierto nivel, que realiza sin excesivos problemas.
El Discovery Sport no es un todoterreno, pero tiene muy buenas cualidades para hacer off-road. En este sentido, se confirma como uno de los mejores todocamino para hacer off-road. Casi está al nivel de un Jeep Cherokee Trailhawk y por encima de la mayoría de SUV’s de su estilo.
Por lo tanto, podemos concluir que el Land Rover Discovery Sport es mucho más que el sustituto del Freelander. Abre de nuevo el camino para el desarrollo de la nueva familia Discovery, caracterizada por esa dualidad de uso carretera/campo y por su filosofía básicamente familiar. Y lo hace dando un salto muy importante en cuanto a prestaciones, acabados y equipamiento. En una versión tan equipada como la que hemos probado, la sensación de calidad y buena terminación es muy elevada. Elementos como el equipo de sonido Meridian Surround con 17 altavoces, la pantalla de 8 pulgadas de tipo táctil del sistema de infoentretenimiento o la lujosa piel Windsor de la tapicería, generan un ambiente bastante lujoso, prácticamente al nivel de la familia Range. Aunque si no queréis tanto refinamiento, siempre podeís optar por la versión de entrada, casi 23.000 euros más barata, con básicamente las mismas aptitudes y características.
Despues de leer muuuuuuchos comentarios en las comparativas de esta pagina, me he dado cuenta que hay mucho flipado comentando tonterias que en muchos casos nada tiene que ver con el coche del que se habla. Golf R 300, he visto ya muchos comentarios tuyos, y he llegado a la conclusion, que conduces como mucho, un Polo 1.4 gasolina atmosferico que era de tu hermano mayor... y que cuando lo pasas de 4000 vueltas oyes algo parecido a lo que escuchas en la play station cuando conduces el golf r300, y en tu mente se produce una especie de cacao que no te crees ni tu mismo. Este land rover le da mil vueltas a tu VW polo gasolina... Dicho esto, me parece que Land Rover esta sacando todos sus coches muy iguales, solo diferenciables por el tamaño. Aunque muchos quisieran poder permitirse uno de estos.