El V40 más lógico
Hace unos meses, para nuestra primera prueba del Volvo V40, elegimos la versión diésel más potente, la dotada del motor D4 de 177 CV. Ahora ha pasado por nuestras manos el V40 D2, equipado con el motor menos potente, con 115 CV que, lógicamente, se configura como la versión de acceso a la gama de gasoil de este bonito compacto sueco. Entre ambos queda el D3, con el mismo bloque de dos litros que el D4 pero con 150 CV. Este motor 1.6 de 115 CV es un viejo conocido ya que lo encontramos en coches de otras marcas. Fue desarrollado por PSA en el marco de una colaboración con Ford. El grupo francés lo monta en prácticamente todos sus modelos, tanto de Peugeot como de Citroën mientras que Ford también lo utiliza en los Fiesta, Focus y C-Max.
Pero hay más. En el marco de su colaboración con el grupo BMW, PSA proporcionó durante algunos años este motor a los Mini Cooper D (ahora ya llevan motor BMW) y Ford lo incluyó en el desarrollo de modelos de marcas que controlaba hace unos años y que, por tanto, lo siguen utilizando. Entre éstas últimas está Mazda, que lo monta en el Mazda3 (Jaume Gustems probó aquí este motor en la versión anterior al reciente restyling del modelo) y Volvo, que lo emplea en este V40. Cosas de la globalización y los desarrollos compartidos.
Del motor hemos hablado un montón de veces destacando siempre que, en su nivel de potencia, nos parece de los mejores del mercado si no el mejor. Es un motor muy honesto. Tiene una respuesta muy suave y progresiva y, por tanto, no es un tiro pero tiene fuerza en toda la gama de revoluciones.
No tiene una aceleración fulgurante (12,3 segundos en el 0 a 100 km/h.) pero recupera muy bien en las marchas intermedias, tercera y cuarta, que son las que se utilizan para adelantar o para recuperar en carretera. La quinta y, sobre todo la sexta, largas ambas, se dejan para que en autopista el coche consiga consumos de risa.
No hemos conseguido los excepcionales 3,6 litros que anuncia Volvo como consumo medio homologado pero os puedo asegurar que hay que conducir de manera muy agresiva para ver cómo el ordenador de a bordo supera los cinco litros de manera regular.
En nuestra prueba sacamos 5,1 litros de media fruto de hacer muchos kilómetros en conducción urbana donde flirtea con los seis litros. En carreteras de montaña, a ritmo vivo, pueden verse también mediciones de seis o siete litros pero apurando mucho las marchas y acelerando fuerte en las salidas de las curvas. En autopista, a velocidad siempre legal y buscando llanear al máximo, no llega a los cuatro litros y medio por lo que la media es realmente baja, un primer punto muy importante a su favor.
Es posible además, que otras unidades del V40 D2 consigan unos consumos ligeramente inferiores. Con la versión Base y sus llantas de chapa de 15 pulgadas calzadas con neumáticos más estrechos, el coche tiene una resistencia a la rodadura inferior pero nuestra unidad calzaba las llantas de aleación de 16 pulgadas con gomas 205/55 R 16 que vienen de serie en el acabado Momentum que empeoran ligeramente la resistencia al avance. Alguna decimilla debe caer.
Esas gomas, por el contrario, ayudan al coche a conseguir una pisada más contundente, especialmente en carreteras de montaña. El V40 ya nos gustó por su aplomo vuando probamos el D4 y este D2 tiene un comportamiento muy parecido, con una gran sensación de seguridad y control al volante.
Al tener menos potencia, este motor no pone en aprietos al eje delantero, muy equilibrado. El coche entra muy bien en las curvas, con un ligero subviraje si hemos pecado de optimistas y tiene un eje trasero nada pasivo, que ayuda a cerrar las curvas con precisión.
Este V40 es un coche confortable, con una suspensión que matiza el balanceo en curva aunque prioriza el confort, sobretodo en autopista dónde a la buena calidad de filtrado de la suspensión se añade un notable confort acústico. El diésel, que suena un poco al ralentí, apenas se oye en carretera, sobre todo si no se sube mucho el régimen del motor.
La conclusión con respecto a la mecánica es que a la gran mayoría de personas que se planteen comprar un V40 les bastará con esta versión D2 y que, si su prioridad no es un motor muy potente, pueden invertir el dinero que valen las versiones de 150 y 177 CV en equipar el coche. Respecto a ambas y a igualdad de equipamiento, el ahorro con este motor es de 1.600 y 3.600 euros respectivamente.
Las diferencias estéticas entre este D2 y el resto de V40 se limita al logotipo trasero. Volvo es de las marcas que ofrecen todas las versiones mecánicas en los mismos acabados para que el cliente elija entre una amplísima oferta.
Por este motivo, del D2 se ofrecen cuatro versiones de acabado; el Base, facturado a 23.500 euros, el Kinetic (25.020), el Momentum, al que correspondía nuestra unidad de pruebas, (26.762), el Summum (29.037) y el deportivo R-Design, con un llamativo kit estético de carrocería (27.682). Además, este motor está disponible también en la configuración Cross Country, con aspecto de todocamino en los acabados Kinetic, Momentum y Summum a unos precios respectivos de 26.230, 27.972 y 30.247 euros.
Los Cross Country son exclusivamente para aquellos que quieran invertir en plástico -perdón, en look- ya que las características técnicas son las mismas.
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El equipamiento de todos los D2 incluye airbags frontales, laterales, de techo, de rodilla para el conductor y el innovador airbag de peatones que se despliega en caso de atropello en la base del parabrisas. Además, lleva ESP con sistema antivuelco y asistente de arrancada en pendiente, sistema City Safety (llega a frenar el coche por completo en ciudad si detecta la posibilidad de choque), cuatro elevalunas eléctricos, climatizador, equipo de audio y ordenador de a bordo. El acabado Kinetic lleva climatizador bizona, llantas de aleación de 16 pulgadas (en el Base son de 15 y de acero) y volante y palancas de cambio y freno de mano en cuero. En el caso de la palanca, por 24 euros, Volvo ofrece esta con una sutil iluminación interior
Nuestra unidad de pruebas, en acabado Momentum, disponía de arranque sin llave, asientos regulables en altura y lumbar, control de crucero, volante multifunción, retrovisores eléctricos plegables, sensor de lluvia y luces y, en teoría, tapicería Tech-Line que en este caso estaba reemplazada por la opción de cuero.
El Summum, por su parte, añadiría faros de xenón, luces de día de LED, pack de iluminación interior, tapicería parcialmente en cuero y llantas de 17 pulgadas.
La marca ofrece además una gran cantidad de opciones, algunas agrupadas en packs y otras tal cual. Entre los packs destaca el Safety, con control de crucero activo (en la imagen el sensor situado en la parrilla delantera), alerta de cambio de carril y aviso de presencia de otros vehículos en el ángulo muerto. Vale 1.996 euros y nuestra unidad lo llevaba igual que el de iluminación con faros LED y xenón.
Otra opción montada en nuestra unidad es la instrumentación configurable en modos elegance, eco y sport.
La marca también ofrece sistema de aparcamiento asistido (1.028 euros), asientos eléctricos (1.100) y calefactables (413 los delanteros y 217 los traseros), cámara de retrovisión (459), techo de cristal (1.149), chasis deportivo (447) y diferentes equipos telemáticos y de audio.
En definitiva, que resulta muy fácil disponer de un V40 a medida siempre que podamos tirar de chequera ya que las opciones, sin ser extraordinariamente caras, van sumando a una tarifa inicial que ya es relativamente elevada.
Por lo que respecta a cómo es el coche, nos ratificamos en las ideas que os comentamos en la prueba del V40 D4 cuyo vídeo podéis ver aquí.
Se trata de un coche en el que el diseño condiciona de manera notable tanto la habitabilidad como el maletero. En las plazas delanteras destaca el buen diseño de los asientos, la fina y minimalista consola central, dónde se acumulan una serie de mandos que hay que estudiar antes de dominarlos por completo y el buen acabado general propio de la marca.
Detrás, el V40 es de los peores coches del segmento en cuanto a espacio. Las personas muy altas tendrán problemas para viajar cómodas ya que ni el espacio para las piernas ni, sobretodo, el que queda libre al techo son los que deberían. Además, pese a que hay tres reposacabezas y tres cinturones, la banqueta está pensada para dos plazas ya que en la central hay un apoyacodos muy duro en el respaldo y un doble portalatas extraíble en la banqueta.
El maletero tampoco es de los grandes. Con 335 litros tiene formas regulares pero el portón abre muy arriba. Entre los accesorios que ofrece la marca, cabe destacar el doble piso (60 euros), que puede situarse verticalmente, una serie de elementos para compartimentar el espacio (238) que queda bajo ese doble piso y la rueda de repuesto (70), situada debajo.
Este V40 D2 es, en definitiva, un coche interesante. No es barato pero es muy atractivo, ofrece un nivel de calidad propio de marca premium y tiene un motor estupendo que gasta muy poco. La marca ofrece además múltiples opciones de equipamiento y opciones y facilita que compongamos el coche en función de nuestras necesidades. En contra, esa tiranía del diseño que obliga a renunciar a unas plazas traseras holgadas y a un maletero en línea con lo que ofrece la competencia.
Es coche muy bonito y económico